jueves, 27 de septiembre de 2007

3. DEMONIOS, HUMORES, VAPORES, PASIONES: ESTUDIOS DE PSICOLOGÍA Y PSIQUIATRÍA EN EL PROTOPAÍS ARGENTINO (1536-1827)

Introducción

El presente trabajo tiene el propósito de establecer un relevamiento, de carácter preliminar, relativo a cierta bibliografía histórica sobre psicología y psiquiatría, durante los años del protopaís argentino (1536-1827).
Junto a la cita bibliográfica, se agregan datos históricos que acompañan y enmarcan a la respectiva publicación.
El despliegue histórico obliga también a hablar sobre términos centrales en psicología y psiquiatría. Los más usados en estas disciplinas podría decirse que fueron cuatro: demonios, humores, vapores y pasiones. Por otra parte, en determinados momentos del país los discursos de psicología y psiquiatría se encontraron concentrados en una misma persona.
Asimismo, la organización política del país ha influido en la enseñanza de ambas disciplinas y también en que la psicología y la psiquiatria se juntaran o separaran durante estos tres siglos de formación de la nación argentina.
Se hará también una breve mención al tema de la locura en la historia de nuestro país, tema con el cual la psiquiatría y la psicología se encuentran estrechamente conectados.

Siglo XVI: Posible ingreso de ideas psiquiátricas con los primeros médicos de paso. Clases de psicología escolástica aristotélica en Córdoba. Formas de locura en la Inquisición de Lima (iluminados) y en el Derecho indiano (seres fantásticos o demonios).

Es muy probable que los términos clásicos de psiquiatría, de tradición hipocrática, hayan ingresado con los primeros médicos de paso por las ciudades del protopaís argentino, de los asentamientos que conformarían la futura nación. Es muy probable que los términos psiquiátricos básicos (manía, melancolía, epilepsia, hipocondría) fueran conocidos por los médicos españoles y portugueses, que llegaron desde 1536 en adelante.
En España existía un desarrollo en la materia, con la experiencia de los primeros asilos para dementes, y uno de los médicos más conocidos fue Juan Vives. Vives era médico de origen hebreo sefardí, de amplios conocimientos filosóficos. A tal punto que publicó un libro titulado Tratado del alma, similar en cierto modo al tratado aristotélico De Anima, primer tratado de psicología que se conoce. En el autor se concentraron, de algún modo, la psiquiatría y la psicología escolástica de la época.
Los primeros médicos que estuvieron de paso por Argentina, al ser españoles o portugueses, habrían tenido una formación parecida. Lamentablemente, esto no se puede comprobar al no haberse encontrado obra escrita por parte de ellos. Entre los primeros médicos podemos destacar a Manuel Álvarez, de paso en 1606 en Buenos Aires; Bernardo de Gijón se encontraba en Córdoba por los mismos años y luego fue miembro del Protomedicato de Córdoba y Diego Nuñez da Silva recorrió todas las ciudades de la futura Argentina, hacia fines del siglo XVI.
En la vida de Diego Nuñez da Silva se concentró todo el clima de su época; de origen hebreo sefardí, al igual que Juan Vives, escapó de la Inquisición de España y en su huída pasó por Brasil y luego llegó al protopaís argentino. Viajó por Buenos Aires, La Rioja, Tucumán, hasta que finalmente fue atrapado por la Inquisición de Lima en Córdoba. La Inquisición lo detuvo por su condición hebrea y por difundir la ley de Moisés. Fue encerrado junto a su hijo mayor hacia principios del siglo XVII. Ambos evitaron la muerte en la hoguera negando su condición hebrea, aunque fueron sometidos a muy variados tormentos; lograron escapar, pero en sus cuerpos quedaron los rastros del proceso. El hijo menor Francisco Maldonado da Silva, médico igual que su padre, fue sometido a un proceso similar tres décadas después. Dicho pasaje duró 6 años y en él Francisco sufrió los mismos tormentos que su padre y su hermano. A diferencia de ellos, él no negó su condición judía, por ello fue condenado a la hoguera y murió en el auto de fe celebrado hacia 1639. Antes de morir decidió defender su origen hasta las últimas consecuencias. En señal de protesta hacia la Inquisición, se dejó crecer el cabello y la barba, ayunó durante 80 días, escribió libros en hojas de maíz disecadas para difundir la ley de Moisés y quedó sordo por el hambre. Esto último ocurrió hacia el final de su proceso. Murió en un estado muy frágil y fue quemado en la hoguera ya sordo, junto a sus libros. Su postrer comportamiento ha llevado al psiquiatra e investigador Fernando Pages Larraya a considerarlo una personalidad delirante. Lo cierto es que, por su comportamiento, fue considerado en su momento como un iluminado, un iluminado en su delirio y alguien que murió “en su ley”. La vida de la familia Nuñez da Silva ha sido registrada con detalle, tomando como base los informes de la Inquisición de Lima, en el libro de José Toribio Medina titulado Historia del Tribunal de la Inquisición de Lima. También dio pie a la investigación que alimentó la novela histórica La gesta del marrano, escrita por Marcos Aguinis.
Los procesos carcelarios de la época implicaban, en su aplicación de tormentos, cierta disposición a la locura. En los procesos del derecho de indias, vigente en la futura Argentina hacia el siglo XVII y en adelante, también quedaron detallados casos donde los procesados se comportaron de modos extraños al español. En Tucumán, hacia 1689, murió la indígena Ana Vira y en 1703 la negra Inés, por la peligrosidad de sus encantamientos o hechicerías. Si bien casi un siglo después, en Santiago del Estero, hacia noviembre de 1761, murieron por la misma causa las indígenas Lorenza y Pancha, quienes en los últimos días de tormentos comenzaron a ver seres de tipo fantástico o demonios, que las ayudaron a no sufrir. En La Rioja, hacia abril de 1771, se registró un procesado que dijo haberse transformado en pájaro.
En lo que se refiere a la enseñanza de la psicología escolástica en el protopaís argentino, hay un escrito del padre Antonio Rubio que fue publicado en Madrid o Valencia en 1613. Llevaba el título De Anima. Esta obra, si bien su autor no estuvo nunca en Córdoba, fue usada en las clases de la universidad ubicada allí durante sus primeros cincuenta años de existencia. Con este libro se enseñaba sobre la psicología escolástica aristotélica. Cabe señalar que, a excepción de ese escrito, no se ha encontrado una publicación de algún autor propio de Córdoba durante los primeros años de dicha universidad.

Primera mitad del Siglo XVIII: Se encuentran los primeros registros en que se habla de términos psiquiátricos. Concentración de la psicología y la psiquiatría en la misma persona. Posible uso de la palabra “vapor” para explicación de términos psiquiátricos. Primer ensayo argentino de psicología escolástica encontrado.

En este período se encuentran ya señales, comprobables, de cómo se trabajaban los términos psiquiátricos a principios del siglo XVIII. En un códice escrito por el padre Pedro de Montenegro, se halla la primera mención a conceptos psiquiátricos en Argentina; esta obra data de 1710. En ella se describen las propiedades curativas de alrededor 250 plantas locales. Entre ellas hay una, la Flor de Eupatorio, que cura la manía; a su vez, la melancolía puede ser curada con la Correguela y el Nardo, y la hipocondría con Tamarindo. Este mismo códice fue publicado por la Biblioteca Nacional de Buenos Aires bajo el nombre de Materia Médica Misionera, en 1945. En un manuscrito atribuido al mismo autor, fechado en 1725, titulado Libro de Cirugía, se puede leer que la manía, la melancolía, la epilepsia y la hipocondría eran explicadas mediante la palabra “humor”.
En este manuscrito se puede leer:
“¿Qué es Humor? Asumo que se causa de las viandas y sosgoviezna por las venas para cebo del calor natural y mantenimiento universal al cuerpo.
¿Y cuántos son los humores? Son cuatro, sangre, cólera, flema y melancolía.
¿Dónde se hacen esos cuatro humores? Todos cuatro se hacen en el hígado puramente, aunque cada uno tiene en el cuerpo parte donde se halla con mayor abundancia.
¿Y qué partes son esas? Para la sangre, el hígado, y venas, para la cólera, la hiel, para la melancolía, el vaso, y para la flema, los sessos y los pechos” (1).
El autor tiene conocimientos de psiquiatría y además una notable capacidad para el dibujo, pero no se sabe si tenía alguna formación en filosofía o en psicología escolástica.
La reunión de psicología y psiquiatría se puede comprobar, por primera vez en la futura Argentina, en la figura del jesuita Tomás Falkner. De una notable formación en matemática (discípulo de Newton), también dictó clases de psicología escolástica en Córdoba, aunque no se sabe si publicó un libro sobre ella. En su obra titulada Descripción de la Patagonia -hacia 1774- se puede comprobar que conocía los términos de la psiquiatría clásica y también los usados por Paracelso, como el “Baile de San Vito”. Aunque no se puede comprobar en sus escritos, es probable que también, al ser discípulo directo de Newton, haya utilizado la palabra “vapor” para explicar los fenómenos atinentes a la psiquiatría.
Esta misma reunión de psiquiatría y psicología se encuentra en Martin Dobrizhoffer, jesuita de origen austríaco. El mismo tuvo una formación teológica y también usó términos psiquiátricos. Asimismo, tomaba referencias a Hipócrates, Galeno y Paracelso. Una nota curiosa sobre este jesuita es que fue citado por Frazer y luego por Freud. Los jesuitas usaban estos términos psiquiátricos y daban enseñanza sobre los mismos.
Otra orden religiosa de importancia a considerar es la bethlemita, especie de desprendimiento de la orden jesuítica de Guatemala, cuya especialidad era la atención en hospitales. Los bethlemitas atendieron las instituciones de Buenos Aires y Córdoba. En el Convento de San Roque, en esa última ciudad, se encuentra un libro de registro titulado Libro de Curaciones de Pobres y gastos de Botica en ellos, con fecha de 1762. En él aparece mencionado el concepto “pasión histérica”. Es un término un poco extraño a la época y aunque se desconoce cuál es su significado, se puede pensar que reúne dentro de sí un término médico y uno filosófico de impronta moderna.
Si retomamos la enseñanza de la psicología escolástica en la Universidad de Córdoba, encontramos un primer ensayo sobre el Tratado del Alma de Aristóteles. El autor fue el padre José Rufo y lleva el título de Philosophiae tripartitae tertia pars comentaria in tres libros de Anima juxtamentem Aristotelis vulgari societe Jesu methodo compectens, 1766. Fue publicado por el Audiente Me joanne Rodriguez Regalis hujus. Según el padre Guillermo Furlong, este códice se encuentra en el Instituto de estudios Americanos de Córdoba.

Segunda mitad del siglo XVIII: Conceptos psiquiátricos explicados con términos de vapores. Psicología escolástica anticartesiana. División de psiquiatría y psicología.

En este lapso, la Psicología Escolástica empieza a tener una tendencia anticartesiana. Esto se puede ver en dos manuscritos escritos por hermanos franciscanos en Buenos Aires. El hermano Anastasio Mariano Suárez, franciscano, compuso dos. Uno de ellos fue titulado como Asserta ex universa philosophia depromta, propugnandaque in hac regia et perilustri Cordubensi Universitate. Fue publicado en 1792, aunque no se sabe por quién, y se encuentra hoy en la biblioteca personal de Antonio Santamaría. Un segundo título suyo es Cursus philosophicus veterum recentiorum que phylosophorum doctrinas complectens, quatuorque contienens partes, logicam, nempe, ethycam, metaphysicam et physicam, etc. Jesus Aguatero. Este título se encuentra en el Convento de Santo Domingo de Buenos Aires y no se sabe la fecha en que fue escrito. Ambos libros hablan de psicología escolástica anticartesiana y en uno de ellos se registra una tesis de psicología
Manuel Suárez fue también franciscano y anticartesiano. Su obra se encuentra en Philosophiae pars quarta vulgo methaphisica elucubrata a patie fratre em manuele de Suarez in Cordubensi Universitate Meudiente Feliciano Rodriguez ajusdem universitatis alumno. Tommus 2 nempi logica.. Se encontraron dos escritos de su doctrina. Uno se encuentra en la biblioteca de Santo Domingo de Buenos Aires. El segundo es un conjunto de conclusiones que defendieron dos de sus alumnos en 1788, en un debate académico. Los escritos tienen una tesis de Psicosofía y, si bien no se conoce la definición de este término, el mismo puede ser buen indicador para inducirnos una idea de ese concepto.
Otro anticartesiano es Melchor Fernández, que redactó dos obras en forma de tesis. Una de ellas es Theses ex universa philosophia. La misma fue defendida por sus alumnos Gregorio García Tagle y Dámaso Antonio Larrañaga, luego ilustres ciudadanos. Otra de sus tesis es Theses ex universa theologia, defendida por Mariano Yrigoyen. De la primera obra hay un solo ejemplar mutilado en Tucumán, en propiedad de la familia Rouges, y está impreso en 1792. En estas dos obras se ve reflejada la enseñanza del autor en sus cátedras. Hace Psicología Escolástica dando, sin embargo, una pequeña concesión a Descartes.
A su vez, Estanislao Zavaleta es otro autor que escribió sobre temáticas psicológicas. Tiene en su acervo el título Institutiones philosophiae universae in gratiam studiosae juventuti regii bonaeropolitani Carolini convito vii elucubrata e a doctore Didaco Stanislao de Zavaleta olimejusdem convictorii alumno, ac nunc in podem philosophiae professore. Pars 4 methaphysicam continens me audiente Joanne josepho Castañer. Es un códice de 456 páginas sin numerar, que se encuentra en el convento de Santo Domingo. Tematiza una psicología escolástica muy ortodoxa, sin concesiones a Descartes, Leibnitz o Malebrance.
Hay un autor de transición que es Pantaleón Rivarola. La transición implica agregar a la psicología escolástica autores de otras disciplinas. Rivarola escribió Tertia philosophiae pars sire methaphysica scholastica methodo in gratiam studentium congesta desparaeqeu semper virgins mariae in alto montis Serratinsi vertice collacatae, ex corde sacrata, dictataque a doctore Pantaleone Ribarole Hoc in regio Santi Caroli Bona Aeropolitano collegio autium cathedre moderatore die vigessima octava mensisi febrauri, anno domini millesimo seeptingentissimo octogessimo primo. Me audiente Josepho Juliano a Guerra. Escrito de 373 páginas, tiene un tratado de psicología. Aquí es novedosa su conceptualización mediante el uso de nociones de la biología del momento: Hooke y Malpighi
En cuanto a la medicina propiamente dicha, desde el Protomedicato de Buenos Aires se encuentran unas pericias en psiquiatría, hechas hacia 1782. El Protomedicato tuvo una influencia inglesa y una enseñanza clínica. Dicha influencia proviene de su principal figura, Miguel Gorman, quien realizó parte de su formación en Inglaterra. El Protomedicato “hacía” psiquiatría, explicando sus términos con la innovación de los vapores, sin dejar la teoría de los humores. Esto se puede leer en la siguiente pericia psiquiátrica escrita por Miguel Gorman en l790: “Porque alterandose mas y mas la funcion de su machina, fueron las digestiones degenerando de dia en dia, y adquiriendo sus jugos una dualidad vapida accido acre, lo inquinaron sus humores, siendo causa que privada su sangre de aquella precisa reparacion a las continuas perdidas que sufre, por la falta de buenos jugos que deben suplirla, se fueron insensiblemente produciendo extasis, obstrucciones y encharques en las glandulas, principalmente del mesenterio, y en todo el bajo vientre maior acromia en sus humores por efecto de hallar en ellas, mayor irritabilidad en sus fibras, y en una palabra el conjunto de acid que experimenta, y hemos expuesto que son los que caracterizan la enfermedad, y lo que produce inmediatamente esta particular degeneración.” (2)
El Protomedicato de Buenos Aires trabajaba en los hospitales administrados por los bethlemitas. No se conoce muy bien, sin embargo, qué tipo de relación mantenían el Protomedicato y dicha orden. Sí se registra un volumen bethlemita, en la Sala de Tesoro de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, que se titula Libro de gastos general para el hospital de locos y lleva fecha de 1809. Los betlemitas habrían tenido algún tipo de formación médica y filosófica. El Protomedicato de Buenos Aires, aparentemente, sólo tenía conocimientos en medicina.

Siglo XIX: Primera tesis de psiquiatría. La psiquiatría con explicación cartesiana.

La primera tesis de medicina es la de Diego Alcorta. Escrita en 1827 y titulada Disertación sobre la manía aguda, nos permite ver cómo se intentaban explicar mediante la filosofía de las pasiones de Descartes los términos clásicos de psiquiatría. Ello puede constatar en la siguiente cita: “En el tratamiento de ninguna enfermedad tiene el médico tanta necesidad de las luces de la filosofía como en el de la manía. ¡Cuán conocida la influencia de las pasiones y su grado de fuerza al considerarlas como medios curativos! ¡Y cuánto no debe desconfiar de sus propias fuerzas un médico filósofo al observar las infinitas variedades de la sensibilidad individual! Obligado a tratar en enfermos por lo general indóciles, es una prudencia ilustrada la que solamente podía dictar los medios de represión sin exaltarlos, los medios suaves sin manifestarles debilidad: ¡Este tino particular es en lo que estriba la base del tratamiento moral! (3) En la tesis hay una notable ausencia de explicación humoral y de la palabra “vapor”. Conserva Alcorta los términos clásicos de psiquiatría y con ellos el síntoma pródromo de toda enfermedad corporal: la gastroenteritis.
En Diego Alcorta hay un encuentro entre la Psiquiatría y la Filosofía. Al igual que Pinel, quien había escrito su tratado médico filosófico sobre la alienación mental, Alcorta era médico y filósofo. En esta autor se registra el llamado a la rotura de cadenas y el uso del tratamiento moral, acciones impulsadas por Pinel con la ilustración propia de la revolución francesa.

Conclusiones

En un primer momento, en el siglo XVII, es probable que la primera psiquiatría haya llegado con los primeros médicos, de origen español o portugués. En esa época se usaban los conceptos de humores para hablar de psiquiatría, en sus nociones clásicas greco-latinas de manía, melancolía, epilepsia e hipocondría. Paralelamente, la psicología escolástica se enseñaba en la Universidad de Córdoba, con un trabajo del Padre Antonio Rubio.
La locura en el siglo XVII puede encontrarse, además, en los registros de la Inquisición de Lima y en los del Derecho Indiano. Aparecía luego de procesos muy severos, donde se presentaban demonios e iluminados, dos formas distintas para hablar de la locura desde un lugar ajeno a la medicina y la psicología escolástica de ese tiempo.
Quizás como factor a considerar, para el temprano desarrollo de ambas disciplinas en Argentina, se cuente la Inquisición de España como un impulsor principal de la medicina en el protopaís, dado que favoreció la huida de médicos hebreos sefardíes. La psicología escolástica ya se enseñaba en la Universidad de Córdoba en sus primeros cincuenta años, junto con otros cuerpos teóricos. El interés de los habitantes de Córdoba en tener una universidad, habría favorecido este temprano desarrollo.
Es posible pensar que los primeros médicos tenían cierta formación filosófica, si tomamos en cuenta los lugares donde se realizaban sus aprendizajes; aunque ello no se puede comprobar. El uso de las primeras nociones de psiquiatría se encuentra, ya en 1710, en el libro de Pedro Montenegro. La psicología escolástica y la psiquiatría tuvieron un primer encuentro, comprobable, en la figura del jesuita Tomás Falkner. Luego, esta concurrencia de los dos cuerpos teóricos se produjo también en el teólogo Martín Dobrizhoffer. Paralelamente a esta unión, José Rufo compuso el primer tratado argentino sobre De Anima de Aristóteles. Este primer tratado de psicología escolástica tiene fecha de 1766.
La expulsión de los jesuitas hizo que se dividieran nuevamente ambas ramas del conocimiento. Por un lado la Orden Franciscana, en Buenos Aires, publicó toda una serie de tratados sobre psicología escolástica; en principio como una psicología básicamente anticartesiana, que luego fue haciendo concesiones a otros autores. Por otro lado, la rama de la psiquiatría se encontró a cargo del Protomedicato de Buenos Aires, que incorporó la noción de vapor para explicar los conceptos psiquiátricos. Allí puede ubicarse una influencia de la medicina inglesa, a partir de Sydenham y Willis. La psiquiatría tenía un mayor desarrollo que la psicología en el momento de la creación del Virreynato del Río de la Plata, y ello probablemente influyó en la creación del Protomedicato de Buenos Aires.
Por su parte, la figura de Diego Alcorta provocó la conexión de la psiquiatría con Descartes, hasta el momento impedida por la línea franciscana. Esto puede verse en la tesis de Alcorta de 1827. El encuentro duraría muy poco porque, inmediatamente después, la llegada de Rosas a la gobernación de Buenos Aires interrumpió el desarrollo teórico durante aproximadamente veinte años.

Referencias bibliográficas

- Beltrán, J. (1937): Historia del Protomedicato de Buenos Aires. El Ateneo. Buenos Aires.
- Dobrizhoffer, M. (1784): Historia de Abipones. Universidad Nacional del Nordeste. Resistencia, Chaco, 1967.
- Falkner, T. (1774): Descripción de la Patagonia. Editorial Hachette, Buenos Aires, 1976.
- Furlong, G. (1947): Médicos argentinos durante la dominación hispánica. Editorial Huarpe. Buenos Aires.
- Furlong, G. (1952): Nacimiento y desarrollo de la Filosofía en el Río de la Plata (1536-1810). Editorial Kraft, Buenos Aires.
- Furlong, G. (1969): Historia Social y Cultural del Río de la Plata (1536-1810). Tipográfica Editora Argentina (TEA). Buenos Aires.
- Guerrino, A. (1982): La Psiquiatría Argentina. Editorial Cuatro. Buenos Aires.
- Medina, J. (1956): Historia del Tribunal de la Inquisición de Lima (1569-1820). Fondo Histórico y Bibliográfico J. Medina. Santiago de Chile.
- Montenegro, P. (1710): Materia Médica Misionera. Biblioteca Nacional Argentina. Buenos Aires. 1945.
- Pagés Larraya, F. (1991): Delirium. Documentos para la etnohistoria de crímenes y tormentos de naturales en el Tucumán Colonial. Seminario de Investigación sobre Antropología Psiquiátrica. Buenos Aires. Año 2. Número 7.
- Pagés Larraya, F. (1988): Locura y Hechicería en la Inquisición del Río de la Plata. En Acta Psiquiátrica y Psicológica de América Latina. Buenos Aires.

Citas
(1) Furlong, G. (1947): Médicos argentinos durante la dominación hispánica. Editorial Huarpe. Buenos Aires. Pág. 77.
(2) Beltrán, J. (1937) Historia del Protomedicato de Buenos Aires. El Ateneo. Buenos Aires. Pág. 258.
(3) Guerrino, A.(1982) La Psiquiatría Argentina. Editorial Cuatro. Buenos Aires. Pág. 211.

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