martes, 28 de diciembre de 2010

MARCELO CHIRICO - DISCURSO Y POSICION DEL ANALISTA (invierno del 2001)

desgrabacion de seminario a cargo del autor en la facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires.

I
Entre las cosas que implica el poder llegar al objetivo que les decía antes. Voy a empezar a remarcar algunos para empezar a ubicarnos, que es lo que vamos a hacer. 1
En un principio vamos a tratar de articular la posición del analista en el discurso, de acuerdo a las diferentes estructuras clínicas. Eso como para aprender a correlacionar que es la posición del analista con respecto a las diferentes estructuras clínicas. Esto, digamos, nos va a poder hacer posible poder pensar la clínica. Es decir, poder pensar en que posición como psicoanalistas estamos antes las diferentes manifestaciones de la clínica. Eso es fundamental. Pero no es fundamental desde el punto de vista teórico, no es que esto no sea impórtate teóricamente. Por supuesto que es importante, pero no es lo esencial. Lo fundamental es poder entender que posición tenemos y que significa tener una posición en relación a las diferentes maneras en que se estructura nuestra relación de palabras como psicoanalistas con los diferente tipos de pacientes que vamos a tener. Si logramos eso, si logramos entender y tener un lógica para poder representarnos la posición que ocupamos como psicoanalistas frentes a las diferentes expresiones de la patología que vemos en esta practica, lo que hacemos es poder pensar no solo cual es nuestra posición, sino cual es nuestra eficacia y ese es un punto fundamental que vamos a ver. Y vamos a ver con sumo detalle y en diferentes casos clínicos. Vamos a ver y poder explicar, poder identificar la posición del analista en las diferentes estructuras clínicas y con eso ya vamos a ir logrando algo. Vamos diciendo que van a ver diferentes decisiones según que estructura clínica estamos hablando. Repito, vamos a ver diferente casos. Lo que arribamos es a la siguiente idea y cuando llegamos, a poder establecer, a poder identificar cual es la posición del analista en una estructura clínica, lo que estamos haciendo significa tener la posibilidad de poder medir, de poder afirmar adonde esta el punto de eficacia de este asunto, es decir, que localizar la posición del analista es localizar el punto de eficacia (…) entendido como una practica discursiva.
Bien, hoy básicamente entonces vamos a ver como se plantea el discurso psicoanalítico en sus particularidades, es decir, en estos que son estructuras clínicas, en tanto particulares. Y debemos tener claro también, debemos arribar a cierta claridad, a través de lo que vamos a ver, acerca de cómo se genera y como se localiza la posición del analista, de nosotros como psicoanalistas, en un discurso que nosotros llamamos psicoanalítico. Una de las cosas que anote en el pizarrón es la frase: “pensar la clínica” de eso se trata. Y señalamos dos cosas. Señalamos de que la idea d e poder pensar implica la idea de encontrar cierta lógica. Esa lógica que demos encontrar es la lógica que nos va a poder definir una posición.
Es decir, que la posición del analista es obvio, que no nos estamos refiriendo al que esta sentado en el sillón detrás del paciente. Estamos hablando de una posición en sentido abstracto y simbólico. Es una posición en el simbolismo de las palabras de ese discurso. No nos estamos refiriendo a algo manifiesto. Eso quiero decir, es algo que se debe deducir. Es algo que resulta de la aplicación de cierta lógica para poder pensar en que posición estamos cuando le hablamos a un paciente y esto que le decimos tiene cierto orden de eficacia. Se trata de pezquizar eso. Para esto necesitamos una lógica. Una lógica para poder pensar esta posición
La clínica, en psicoanálisis, tiene que ver con una práctica, que es una práctica del discurso, las intervenciones de analista en ese sentido, en práctica, las intervenciones son de habla, de comentarios, a veces chistes. Pero en todos casos son intervenciones de palabras. Básicamente eso.
Bueno, la idea de estructura clínica que vamos a empezar a ver en relación a la articulación teórica que mínimamente nos va a permitir acomodarnos la idea de que vamos a entender allí por estructura es una idea que abarca tanto esa posición lógica que podemos deducir como esta cuestión practica. Practica que quiere decir que se da en los hechos, en cuestión de que es una práctica del discurso. Con esto a lo que estamos apuntando de que la idea de estructura, la idea de estructura clínica (…) viene Lacan (…) la idea es que el discurso del paciente, el discurso psicoanalítico se estructura. No es que existe la estructura metafísica de la psicopatología y el analista mas que velarla como si fuese la extracción de un mundo, idea casi platónica, donde tantas estructuras. En todo caso, el analista intenta descifrar pero sabiéndola ya existiendo. No, para Lacan la cosa es dinámica. Y vamos a verlo, hoy vamos a ver porque. Vamos a empezar a entender de que lógica esto se sostiene bien, estos son preeliminares que les voi diciendo de cual es la idea en general. Hoy en realidad nos vamos a dedicar a aclarar que entendemos por discurso psicoanalítico. Tenemos una primera idea en relación al discurso, una idea de Lacan que aparecen en el seminario 17, que es una de las lecturas recomendadas para ahondar un poco mas en algunas cosas que vamos a ver, en la pagina 73, el capitulo V que se llama el campo lacaniano, Lacan comienza esa reunión como algunos deben saber: “el reverso del psicoanálisis”. El seminario 17 donde Lacan desarrolla la idea de los cuatro discursos: uno de ellos es el discurso del amo y el otro es el discurso psicoanalítico. La idea de Lacan es que el discurso del psicoanálisis es exactamente lo opuesto al discurso del amo, y lo que voi a leer tiene que ver con eso: “la referencia de un discurso es lo que manifiesta querer dominar”. Es decir que Lacan asocia la idea de la referencia que tiene el discurso, el referir dice algo como una suerte de querer dominar esa materia de la que se esta hablando. Dice “con esto basta para clasificarlo en el parentesco con el discurso del amo”. O sea que para Lacan el discurso del amo no es el discurso de un tipo que viene con un látigo, vestido de cuero y que le gusta el sadomasoquismo. No, para Lacan la idea del discurso del amo es una idea bastante abstracta donde prácticamente se identifica a todo discurso. Todo el tiempo utilizamos el discurso del amo para poder referirnos a algo. Hay que querer decir en el discurso permanente que todos tenemos donde se expresa la voluntad de querer dominar, por lo menos querer dominar lo que queremos decir. No nos sale siempre. A veces decimos mucho mas. Bien, el agente principal del discurso del amo es el yo. En este mismo seminario, de nuestra parte, esto también esta afectado así. El yo es un caso que (…) Es decir que cada vez que hablamos, cada vez que se pone en juego nuestro yo discursivo, estamos queriendo dominar. Esta es la idea, digamos, muy en general.
En el discurso del psicoanalista, la cosa tiene que ser opuesta. Entonces dice “esta es la dificultad del que trata de aproximar tanto como puede al discurso del analista”. Esta cuestión del querer dominar es un estorbo. En todo caso, podríamos plantearnos, que la cuestión de su eficacia, es decir, la eficacia de esta intervención no se debe medir en relación a lo que quiso decir el analista. Sino que en todo caso, digamos que, se va a medir por los efectos que produce. Y los analistas debemos estar atentos más a que queremos decir a los efectos de lo que decimos. Este punto es central.
Bien, esta es una primera referencia teórica que obviamente define una práctica, una practica discursiva. Es decir que el discurso psicoanalítico es la práctica de esta particular forma de hablar, donde el analista interviene, y participa, midiendo los efectos de lo que dice.
Obviamente, si no se quiere dominar, el analista para poder medir estos efectos, se encuentra en una relación particular, porque se ve siguiendo una cierta dirección de sus efectos, que no es una dirección, porque no la quiere dominar justamente, es una dirección que se va imponiendo de manera singular en cada caso, porque sino el analista le diría siempre lo mismo a los pacientes para poder curarlos, tendría la receta. Por eso se suele emparentar al discurso del amo con el discurso, por ejemplo, de los psiquiatras. Porque los psiquiatras en su discurso van con una receta que es la misma par todo el mundo. En el psicoanálisis, aun pensando la idea de una estructura, es importante estas dos variantes en relación alguna lógica que nos permite identificar una posición desde la cual hablamos. Es eficaz porque tiene ciertos efectos en relación a una práctica, no en relación a algo abstracto y puro y esto es lo mas complejo y rico que tiene la practica psicoanalítica. El hecho de que aunque el analista tenga aun diagnostico, en realidad con eso apenas esta empezando, en realidad a partir del echo que el analista al intervenir genera ciertos efectos y debe averiguar que efectos se han generado, se ve llevado a tener que seguir la dirección de sus efectos. Y en ese punto aparece la cuestión de la singularidad de cada caso. Entonces no puede tener una receta de antemano de como intervenir para todo el mundo, o para todos los psicóticos o para todos los perversos, o para todos los neuróticos, etc, etc.
Por otro lado, otra cosa que es importante para ir encuadrando la cuestión de que es el discurso psicoanalítico, esta cuestión de la situación, lo que se llama la situación, lo que se llama la situación analítica. La situación analítica esta definida djscutivamente como la situación (…) es una particular situación, no a todo el mundo (…) sino estaría regalado su trabajo.
Es decir, uno debe trabaja como analizante en esta situación. Y como se genera esta situación, como se conduce, como se concretiza. Esa es una gran cuestión. Vamos a empezar a ver un poco esto. Hay un concepto que toma Lacan de Benvenis, un lingüista francés, muy amigo de el. Se reunían con Levi.-Strauss, con Gilbo, un matemático, un antropólogo, un linguista y Lacan, en lo que era la época de oro del estructuralismo. La idea que toma Lacan de Benvenis es la idea de instancia discursiva. Que es instancia discursiva para Benvenis? Vamos un poco a esto. Para Benvenis la instancia discursiva se definía por la relación de el yo y el tu. Es decir entra la primera y la segunda persona del discurso. ¿En que sentido? No en el sentido de identificación imaginaria, sino en el sentido del pronombre. Lo que observa Benvenis es que en todos los lenguajes, en todas las lenguas existen los pronombres. A pregunta que se hace Benveniste es: que referencia tiene? Que significado tiene el yo para hablar del yo? A que se refiere? La palabra yo a que se refiere? Porque cuando digo o no estoi diciendo (…) porque para eso existe otra palabra que es mi. Digo que si hoy otra persona que dice la palabra yo, significa algo en relación a otra persona, no en relación a mi. Los he dicho una palabra que tiene un uso funcional. Los mismo la palabra tu. Aunque Benvenis es que en realidad la pablara yo, por ejemplo cuando digo: “yo estoi sentado”, en realidad en francés quizás es mas evidente porque en francés puedo usar un pronombre con un verbo. Tengo necesariamente que decir yo. En cambio, en español, lo mas natural es decir “estoi sentado”. El sujeto es tácito.
Cuando digo “yo estoi sentado” se lo estoi diciendo a otro “yo estoi sentado”. En ese punto lo que dice Benvenis es que la palabra yo se refiere al hecho de que la persona que habla esta hablando(…) es decir se refiere a una posición autoreferente al hecho de hablar. “yo estoi sentado” la apalabra yo de esa frase dice que esta sentando”. Pero en tanto lo esta diciendo en esa instancia discursiva frente al otro. Es decir que se refiere al propio acto de hablar, no tiene otra referencia. Dice “el tu” el mismo pera al revés. Cuando yo le digo a alguien: “tu me estas escuchando”, en cuanto “tu” es tal cosa. Cuando digo eso, la referencia que tiene ese “tu” es nada mas que en relación al echo del que me esta escuchando. Es decir que estoi refiriendo que es mi interlocutor. Porque “tu” puede ser esta persona, la otra. No esta ligado a una persona. Ahora, cuando digo un nombre, nos estamos refiriendo a alguien en particular. Entonces Benvenis define a la instancia discursiva en función de la relación que existe entre el yo y el tu. Y dice que esta relación tiene dos partes. Una parte que el llama reciprocidad, la parte de reciprocidad quiere decir Zeus e intercambia la función del uso de la palabra yo. Porque cuando estamos hablando con alguien utilizamos el yo para referirnos al otro recíprocamente. Es decir yo te digo: “ yo te estoi hablando “ y el otro le contesta “y yo te estoi escuchando” y así nos intercambiamos la función del yo reciprocamente, para dirigirnos al otro en función del tu. Entonces que tenemos?: tenemos que el arranca hablando, el yo, y que se cumple la reciprocidad. Esa otra persona despues podría decir a la que hablo primero ya en claridad de tu. Entonces ese intercambio de la función del yo es lo que Benvenis llama reciprocidad. Y la segunda cuestión que define la instancia dircursiva, está en el texto que pueden consular de Benvenis que he señalado en la bibliografía, la segunda cuestión. Es decir que una es la reciprocidad, la segunda cuestión es lo que yo llamo la trascendencia, la trascendencia es un texto. Que quiere decir transcender? Significa el echo de querer referirse a algo cuando uno habla, entonces lo que se intercambia reciprocamente es la función trascendente o que se quiere hablar del yo. Cuando yo le cuento algo a alguien estoi tratando de transcender lo que paso. Trascender porque? Porque refiero a otro, lo quiero hacer reconocer.
Lacan con estas ideas de las instancias discursivas construye, y lo vamos a ver en detalle, construye lo que se conoce como el esquema “L” de Lacan. Es decir que son ideas que van a aparecer (…) y que van a tener que ver con la posición del analista. Porque?.
Para Lacan el sujeto habla y siempre se dirige a otro. Ese otro quien es? Es un tu siempre. Esto es estructural. Esta instancia discursiva que plantea Benvenis es tenida en cuenta en todas las estructuras que uno halla.

Auditorio : pregunta inaudible

El otro reconoce lo que yo digo, y lo reconoce mal. Y les voi a decir: “no, no es eso lo que el quiso decir” porque no me estarán reconociendo como yo. Quería que me reconozcan, porque si estoi transcendiendo lo que me paso es para que me reconozca. Esta? Pero en un punto hay un amo, que es el yo, que tiene una función de querer dominar lo que se quiere decir, lo que se quiere transcender. Es decir, que el otro, es decir cuando estoi con otro esta tratando que se ponga en mi lugar y me diga. “si, che. Lo que te paso!” es decir que me devuelva este tu el narcisismo que yo quiero trascender.
Si yo tengo una persona que me viene a ver y me dice que tiene tal problema, que se lleva mal con su pareja, que su pareja es mala y no le da bola, la razón que sea. Una mujer que diga “mi marido me pega”, si uno responde recíprocamente ese yo, y le devuelve lo que ese yo espera. Que le diría? Le diría: “pero su marido es un flor de hijo de puta!”. Es decir , estaríamos asegurando su propio yo, porque esa mujer me dice: “yo soi una mujer golpeada”. Entonces el analista le responde recíprocamente como persona. Le diría: “pero hizo la denuncia? El tema que le interesa a Lacan es que el analista como no tiene la voluntad de caer en la reciprocidad de contestarle eso para que recuerde su yo.
Es decir, el analista va a tener una particular posición de escucha de eso, que no es lo que quiere decir. porque lo que quiso decir lo tenemos claro. Por lo tanto lo primero que sucede es que el analista se corre de esa posición de otro imaginario que le va a devolver el narcisismo. La respuesta narcisista de reconocimiento a ese narcisismo. Por eso, luego de una primera entrevista, todo paciente, bueno, todos los que hacen sus análisis lo saben (…) pero en cambio cuando uno esta con un amigo le dice: ¡es una barbaridad! ¡Yo lo agarro a la salida! ¡Lo voi a buscar al laburo y lo mato! Como te va a pegar!.
Este corrimiento de esta posición, genera otra posición. Cuando el analista se corre de la posición imaginaria del tu, del yo, pasa a generar otra posición. Es decir que queda ubicado en otro lado adonde lo que pueda buscar el narcisismo del paciente. Esa otra posición como la llamo? Es la posición que Lacan llama del gran otro u otro simbólico. Esto es para explicarles como es esto para pensar algunas cosas, y no ubisce en que sentido vamos a entender que es un discurso analítico y cual es la posición del analista. Son cosas básicas de las que tenemos que partir para entender todo lo que viene después sobre las estructuras clínicas. Es decir que este corrimiento que podemos llamar abstracción imaginaría del analista, es decir, que el analista no se va a comportar con otro semejante, genera otra posición, que es una posición simbólica y en esa posición simbólica el analista no escucha ni reconoce lo que el yo quiere decir, sino que escucha e interpreta lo que el sujeto ha dicho. Que quiere decir que interpreta, que interpreta este sujeto que ene el transcurso de lo que el quiso decir al otro, en realidad dijo algo…


A: comentario inaudible

Exactamente, mas que ello. Pone en juego la relatividad con respecto a la palabra. O la determinación de la palabra con respecto al ser. Hay distintas maneras de determinarlo. Según que ángulo elija para explicarlo. les doi un ejemplo: una paciente en un momento dice, refiriéndose a la fuerte relación que mantenía con su madre y con sus hermanos, sobre como era el padre en su infancia, venia hablando de eso y dice “que él no me toquen a mi madre ni a mis hermanas, porque soi capaz de sacarles los ojos”. Ella defiende contra cualquiera que se meta con su madre y sus hermanas. Como lo interpretarían? Ubíquense en la posición del analista.

A: comentario inaudible

Exactamente, además esta jugando en atención a la mirada. Hay un deseo en la mirada que la toca. El padre la mira de una manera un poco extraña. Vamos a interpretar y construir una fantasía inconciente de exhibicionismo hacia el padre. Porque? Fíjense en lo que podemos llegar a interpretar de esa frase: por el solo echo de habernos corrido de esa posición imaginaria. Nos ubicamos en otra posición sin querer esto y solo escuchamos esto. Eso solo lo podemos escuchar si somos abstinentes, neutrales, y si estamos en una tensión flotante. Como a mi me gusta decir (…) si yo estoi tratando de escuchar algo, o sea que quiero dominar lo que quiero decir después, no voi a poder (…) que efecto tiene la intervención de escuchar lo que dice, porque por ahí uno se viene o orientar. Una paciente que venia derivada por un medico por un problema de hipertensión (…) lo que se genera es que esta cuestión de esta fantasía exhibicionista en relación al padre como interpretación de la localización del sujeto, del sujeto inconciente en una escena de inhibición erótica hacia el padre, que la desea, que la quiere tocar, ese es el punto. Hay un deseo de ella. Lo que genera es por ejemplo comprender porque empieza a tener síntomas de agarofobia. Es decir; que cuando sale a la calle se marea. Empieza desarrollar una fobia en la transferencia. Eso en el discurso analítico empieza tener efectos. Entonces esto que era una cuestión de hipertensión para un medico, empieza a ser una fobia para nosotros. Por eso digo que es un relación entre una lógica. De la posición que uno tiene. En relación a sus efectos porque es una practica., eso nos va a dar el diagnostico de estructura. Comprenden la idea dinámica que leer esto en los casos. Como se halla esta cuestión?
Eso si, vamos a poder notar a partir de esta idea y es a lo que quiero llegar. A poder identificar como estas posiciones que en realidad uno siempre deduce desde lo singular en cada caso y en algunos casos empiezan a tener particularidad. Hay cierto tipo de intervención que genera ciertos efectos en determinadas estructuras que eso si se puede decir en particular. Pero si es que es una pregunta. Si entonces en los efectos (…) singular? No podemos identificar que todos los casos aquellos efectos que puedan tener alguna particularidad en común en determinados tipos (…)?
Esa es la idea. Poder entender porque Lacan plantea por ejemplo que la posición del analista en relación a la psicosis es una, en relación a la perversión es otra y en relación a neurosis es otra diferente. Para poder entender eso hay un supuesto que nos permitiría entenderlo y ese es el supuesto de que aun habiendo una singularidad en la estructuración de los casos, que uno debe acompañar y seguir para poder entender y no obturar creyendo que ya hay una estructura previa en la cual debe encasillar. Haciendo un trabajo al revés. Como yo ya se que existen determinadas estructuras, voi a tener que buscar en el paciente la estructura que yo ya se que puede ser, sino al revés. Dejar que el caso me vaya guiando. Esa es la idea de dirección de la cura. Por ejemplo, no es que el psicoanálisis es un chofer que lleva a su paciente a la estación clínica de su propio planeta. Porque fracasa. Es al revés. El analista termina dándose cuenta adonde lo conduce el paciente, de eso debería al menos dar cuenta.
Digo, cuando el analista interpreta y localiza la posición del sujeto en una fantasía, en una escena a través de lo que dijo y no de lo que quiso decir; empieza a poder entender de que se trata la lógica inconciente de ese caso y la lógica inconciente de ese caso es que en realidad que lo que esta sufriendo esta mujer es de algún deseo sintomático de (…) hacia el padre. Esta es una primera idea que al analista le permite seguir interpretando y que empieza a entender de como funciona su posición en el discurso y esta posición desde la cual escucha lo que dice.
Bien, en segundo lugar hay una cuestión que es fundamental y esta en relación a una vieja discusión, sobre si el psicoanálisis es una ciencia o no tiene que ver con la cuestión del método. Y aquí uno puede decir que la ciencia se define por su objeto de estudio o se define por su método. Si yo tengo que analizar si el psicoa nálisis es una ciencia, de lo única que me puedo agarrar es del método. Porque creo efectivamente que el método psicoanalítico desde el capitulo de la interpretación de los sueños de Freud quedó claro para todo el mundo. Porque desde el psicoanálisis se tiene muy claro lo que se tiene que hacer: dejar que el paciente asocie libremente, de hecho tiene una contrapartida de parte del analista que yo dije antes (…) esto es el efecto de un método, es un método. El analista tiene que hacer esto, es un trabajo. Es una práctica que esta definida por la aplicación de este método.
Bien, hay un tema que efectivamente es mas complejo que efectivamente tiene que ver con la idea de discurso. Con la idea de que se pasa de plantear cierta lógica en respecto a que paso cuando hablamos, que es un filosofo del lenguaje que se llama Paul Grice y dice: “Benvenis nos permitió ciertos elementos para pensar que sucede en la situación analítica. Eso pasa en la instancia discursiva común. En la instancia discursiva psicoanalítica es distinto. Se hace con las mismas leyes en el sentido de que cuando no va a cumplir con la ley de la reciprocidad y la ley de la trascendencia en mi propia persona como psicoanalista. Es decir cuando me abstraigo se genera otros efectos. Pero esos efectos que están en función de lo que dijimos antes. Bien, esto es el punto uno. El punto dos, cuando yo empiezo a escuchar lo que el me dice y no lo que me quiere decir es que como si estoi diciendo que lo que dice indica decir otras cosas. Porque sino no pedimos (…) y cuando esa paciente dijo “no me toquen”, que “no me toquen” quiere decir otra cosa porque esta implicada la posibilidad en la misma frase. No podría interpretar, mucho menos (…) porque esta implicado eso que se interpreto desde el otro esta identificado en lo que yo digo, y lo que yo digo tiene un gran valor para poder decidir que idea quiero que pase a mi (…) eso es fundamental
Es decir que estoi tratando de dar cuenta de las cuestiones practicas del psicoanálisis: todo esto que estamos viendo es el abc de porque funciona el psicoanálisis. Cuando algo de eso se puso a funcionar porque el analista se puso en determinada posición, en posición propia (…) suele pasar: porque el analista tiene su persona, si hay una profesión que implica al castración, el borramiento del narcisismo, esa posición es la (…)
Un psicoanalista que esta esperando que le digan “¡que buena interpretación!” A veces uno dice: “la verdad que estuve bien!” (risas). Si se espera que el paciente lo diga se va sentir mal la persona del analista. Alo mejor el paciente…

A: comentario inaudible

Hay un gratificación personal. Al termino de un día del trabajo se va a ir a comer un buen restaurante (risas) si es así. Pero no en la práctica de la clínica. En su práctica es neutral, es abstinente. Esta en el limbo todo el tiempo. Es difícil sostener esa posición. Por eso Lacan insiste mucho con esta cuestión. Freud decía que era una profesión imposible. Lacan todo el tiempo esta como ausente. Porque alguien tiene ese deseo de ser psicoanalista?
Bueno, esto que se llama las implicaturas de Elise es esta cuestión. El echo de que en lo que dice de tal manera que es escuchar por el analista que parece implicada otra justificación. Uno a veces puede entender en una frase de determinado paciente. Eso pasa cuando habla con algún colega. Eso pasa en las supervisones. En las supervisiones habla con algún colega contando que es lo que el dijo el paciente (…) digamos que tiene mas experiencia en esta posición. No esta tan preocupado como un joven analista que se esta formando y que quiere hacer bien su trabajo. Esta muy preocupado por la experiencia de decir lo correcto o porque no me dice lo que tengo que decir correctamente. Un gran sentido de la responsabilidad. A todos nos ha sucedió. La preocupación personal del analista por tratar de ser buen analista. Va en contra porque va a aparecer el propio analista (…) digamos, ahí es donde actúa el superyo.
Digo, estas cuestiona aparecen en relación a lo que implica lo que se dice. Lo que implica lo que se dice se puede entender de una lógica que plantea este filosofo de lenguaje que de nombre se llama Grice.
Bien, con esos elementos, para ir terminando con que entendemos por el discurso analítico y ya empezar a ver la próxima como conozco y a través de un ejemplo como se va estructurando, es decir para ir hacia la otra idea de estructura, como una idea teórica que podemos tener previamente, es que entendemos por estructura; es decir esto, poder hablar un poco mas. Quisiera referirme a la cuestión de la transferencia: habíamos nombrado antes la transferencia del deseo.
Que es la transferencia? desde este punto de vista discursivo. Porque en el imaginario, el analista aparece como padre, la analista como la madre. Que haga la transferencia en un sentido erótico, como una relación de amor hacia el analista. Nosotros estamos viendo como el mapa discursivo, le estamos sacando la geografía del discurso, de cómo circula el discurso. Como podemos entender seria el elemento que vamos a abstraer? Porque eso va a estar desde una posición vital.
Cuando el analista interpreta esta cuestión del que no me toquen: en que lugar queda? Esa es la pregunta. Porque ese es el lugar en lo que queda en la situación analítica. Y si esa intervención tuvo eficacia, es decir que me dio en la paciente una preocupación acerca de su situación en relación al padre, o en relación (13) a una hermana. En relación a la mirada de los otros. A partir de lo cual, empieza a mejorar esta cuestión de poder salir (…) es decir genera efectos de cambio de posición subjetiva. y por lo tanto empiezan a resolver otras cosas, en vez de decidir quedarse porque tiene miedo en la casa, empieza a poder decidir; bueno, aunque me de un poco de temor (…) que pasó tal cosa, tal otra y se sorprendió viéndose hablando con un hombre, en lo que quizás comience a desplegar otra dimensión en la vida de esta persona, a partir de estas dimensiones de palabras del analistas, nos obliga necesariamente a pensar en que posición en su fantasía en relación al plano libidinal se encuentra el analista como para que el se sienta escuchado. Y que la escucha de esta intervención en el paciente el (…) porque sino entenderíamos porque somos eficaces (…) es decir el lugar transferencial del paciente, este lugar del otro. En el cual el analista habla desde el mismo, entonces la tensión flotante, la neutralidad, que nos deja la fantasía de exhibicionismo donde esto aparece en relación aun otro personaje de fantasía.
La pregunta es: que lugar es este desde el cual se sitúa este?. Sabemos que es la cuestión de la repetición y sabemos también que la repetición tiene que ver con repetir en acto lo que no se puede recordar (…) ahora si nosotros pensamos que somos la madre, que no es esta defendiendo bravamente contra cualquiera que se atreve a injuriarnos o atacarnos, en realidad estaríamos pensando que el análisis no servirá mas que para (…) su síntoma. Porque ahí nos incluimos sutilmente sin darnos cuenta de la posición de personas, empezamos a ser un personaje que esta en su fantasía (…) nos damos cuenta que sin querer estuvimos haciendo una serie de cosas que eran distintas.
La pregunta que les voi a hacer: si nosotros tuvimos eficacia desde cierto lugar donde escuchamos de determinada manera. Y eso generó mayor interés en el (…) en que posición estamos? Que es lo distinto en todos (14) demás? Como para que esa persona en el análisis configure en el análisis aun mas interesante (…) podríamos decir que hay cierto cambio de información. Hay una medición simbólica, ocurre, es necesario que ocurra. Pero no es suficiente, si no hay un efecto real de tramitación de (:…) el analista no solo tiene una posición simbólica sino que ocupa un lugar libidinal. E incluso, ese lugar libidinal es lo mas difícil que debemos comprender en cada caso para comprender a fondo que significa una estructura (…) es decir estaría uniendo la idea de estructura clínica a la idea de transferencia, pero llegar a ese lugar libidiinal no es un método, no llega porque uno quiere. En cada caso hago ciertas cosas y después (…) lo que hace el analista en algunos casos se parece, por ejemplo. Un psicótico lo interpreta de la misma forma que un neurótico? Que un perverso? Me explico?. Aunque en cada caso hemos hecho y dicho cosas distintas terminadas encontrando con que al final hay ciertas cosas que habíamos hecho que se parece a lo que habíamos hecho antes. Como por ejemplo en la psicosis ocuparse del tema cuerpo, en relación a la vestimenta, a los cuidados médicos. No confundamos a la posición simbólica de lo que escuchamos con las efectivas maneras de que estamos interviniendo. Porque esas maneras nos pueden tapar.
Esto que por hoi resulte un poco raro, es lo que Lacan piensa como la posición del objeto causa o objeto A, y que es lo que comanda, así como lo que decimos que en el discurso del amo lo que comanda es el yo, porque quiere dominar, en el curso del analista lo que comanda es esto, que interpretamos, porque lo que interpretamos en realidad nos sirve nada mas que para ver sus efectos. Lo que interpretamos nos sirve para interpretar la posición simbólica del discurso de los analistas, pero no la posición real. No la posición (15) desde la cual se tiene eficacia, porque en realidad: porque curamos a los pacientes? En relación a que? Porque permitimos como psicoanalistas estos pacientes mejoren y cambien su (…)? Porque hacemos algo y eso que hacemos hay que deducirlo caso por caso y eso que hacemos (…)
ya la vez que viene voy a traer un caso clínico, les voy a traer fotocopias y vamos a ver como se empieza a pensar lo que vimos hoy, mas la pregunta de hoy de si esto que era hecho lo podemos comprobar en otros casos similares.
La vez que viene todo lo que habíamos dicho. Si tienen preguntas, traíganlas que al principio de la reunión las hablamos.

domingo, 26 de diciembre de 2010

MARCELO CHIRICO - CLAVES PARA ENTENDER A LACAN (octubre del 2000)

desgrabacion de seminario a cargo del autor Marcelo Chirico en la facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. A la desgrabacion original se la corrigió y se le agregaron puntos pertinentes.

Capitulo 1
Un rasgo diferencial y su historia

Tras las presentaciones de rigor, comienza la primera clase. Se escucha una casette con la voz arrastrada de un discurso en francés. Sin que se les aclare nada, se les pregunta a los alumnos de quien se trata. Al unísono responden: ¡Lacan! Entonces decimos:¡ han visto que no es tan difícil entender a Lacan!

¿La teoría psicoanalítica incluye o no al sujeto de la enunciación (a saber, el psicoanalista)? Ustedes, ¿cuando teorizan sobre psicoanálisis están implicados en eso? ¿Que valor le darían a una enseñanza que les habla también del sujeto que la enuncia? ¿Que diferencias pueden imaginar que presenta la producción de un saber que se genera de esa forma, si se lo compara, por ejemplo, con lo que se transmite académicamente? Se pueden imaginar que hay una forma de plantear la trasmisión del psicoanálisis que los incluye, en tanto sujetos hablantes?
Sin duda, abrirse a la enseñanza de Lacan implica la exploración de estos interrogantes. Con la escucha de la conferencia que ofreció Lacan en Caracas, en 1980, pretendimos hacerles sentir un poco, al menos, que detrás de la enseñanza que nos ocupa, hay un hombre: Jacques Lacan. Hay allí un ser hablante, un analista que teoriza a la vez sobre el ser hablante, entendiendo que esa es la perspectiva apropiada para enseñar el psicoanálisis.

Rasgos diferenciales del lacanismo

Hay un texto que conforma la bibliografía básica para esta clase. Vamos a leer detenidamente algunos de sus párrafos. Encontraremos al propio Lacan refiriéndose a algunos aspectos claves para entender su obra.
Adoptamos esta estrategia para iniciar nuestro recorrido por la obra lacaniana porque cuando podemos fundamentar nuestros puntos de vista a traves de los textos, siempre resulta mejor. Del mismo modo, cuando pretendemos transmitir algo aparentemente tan abstracto como, por ejemplo, la noción de “sujeto de la enunciación en el discurso lacaniano”, recurrimos sin vacilar a una casette y escuchamos directamente a Lacan. Esta modalidad puede facilitarles un poco la aprehensión necesaria porque estimula el registro imaginario, que le da sentido a lo que se va percibiendo.
El texto que leeremos hoy es la versión oral de una presentación, que Lacan hace en 1967, conocida como “la proposición del 9 de octubre” (1). Por aquella época, hacia apenas tres años que Lacan había fundado su propia escuela, la Ecole Freudiana de Paris (EFP), institución ya totalmente desvinculada de la International Psychoanalytical Asociation (IPA). La IPA era – y continua siéndolo- la casa madre de todas las filiales, de todos los países, que adoptaron el freudismo ortodoxo para la formación de sus analistas. La IPA fue fundada por Freud, en 1911 (2). En Francia, al igual que en casi todo el mundo, solo existía la formación institucional reconocida por la IPA hasta que, desprendiéndose de la misma, apareció el lacanismo de la EFP, en 1964.
En el texto “la proposición del 9 de octubre”. Lacan ofrece a la consideración de los miembros de su escuela una serie de novedades y cuestiones referidas a la formación de los analistas. Es un texto que nos interesa especialmente porque permite localizar con “los rasgos diferenciales” de la enseñanza lacaniana, en función de sus diferencia con la conformación clásica”. Resulta fundamental lo que podemos leer allí, porque nos facilita corrobra como tales rasgos continúan reproduciendo- hasta hoy- en todo el lacanismo, tanto argentino como francés
Entre los rasgos diferencial de la obra de lacan contaremos: A) el segregacional; B) el transferencial; C) el político y D) el de estilo. La comprensión de estos rasgos generales de la obra lacaniana nos permitirá adquirir una compresión panorámica de su desarrollo. La resultante redundara en una lectura mas accesible, capaz de entender mas y mejor de los diferentes conceptos fundamentales que componen tan vasta obra. De acuerdo al texto elegido, veremos por orden de aparición los distintos rasgos diferenciales.

A) la segregación institucional

La primera frase de “la proposición…” es la siguiente: “Se trata de fundar en un estatuto los bastante durable para ser sometido a la experiencia, las garantías con que nuestra escuela podrá autorizar por su formación a un psicoanalista. Se trata de ver a través de que estatutos una escuela de psicoanalisis puede autorizar la formación de un psicoanalista.”(p.11)
Como ven, se trata aquí de un problema concreto: como garantizar una formación de psicoanalistas? El mismo surge porque Lacan se fue expulsado de la IPA, y si bien hacia tres años que había fundado su EFP, no contaba con ninguna aval institucional para formar a nadie “oficialmente”. Se encuentra entonces solo, aunque con sus seguidores, y por lo tanto, debe buscar el modo de garantizar y legitimar otra formación psicoanalítica, “distinta” a la de la IPA.
Luego continua: “ para introducir mis proposiciones ya están mi acta de fundación y el preámbulo del anuario (de la EFP). La autonomía de la iniciativa del psicoanalista se plantea allí en un principio que entre nosotros no podría sufrir vuelta atrás” (p.11)
Ya desde la fundación de la EFP (1964) se puede plantear la existencia de un principio fundamental de la formación psicoanalítica lacaniana: la autonomía del psicoanalista. Esta cuestión es muy importante porque implica tanto la historia de la formación psicoanalítica personal de Lacan como a la esencia de la propuesta lacaniana para formar analistas, la misma que se ha repetido en todo el mundo. Entonces, podemos preguntarnos, ¿a que autonomía del psicoanalista se refiere Lacan? ¿De que nuevo principio de la formación psicoanalistas se trata?
Este asunto remite a una formula conocida de Lacan. La misma dice: “el analista solo se autoriza de si mismo” (3). Lacan habla allí de la autonomía referida a la autorización y legitimación institucional de la formación analítica. Este tema tiene una larga historia y se ha mal interpretado bastante. Esta autonomía de la iniciativa del analista tuvo mucho que ver con la divulgación del psicoanálisis lacaniano en nuestro país. En especial en lo concerniente a la disputa que existía, entre la autoridad medica y la carrera de psicología, sobre la formación clínica. los psicólogos quedaban por fuera de la formación “oficial” que brindaba la APA, dado que la misma estaba dirigida exclusivamente a los médicos. Para ser psicoanalista, en Argentina, en la mismísima década del ’60, era necesario ser médico y luego formarse en la APA. Para 1967 se sanciona un nuevo plan de la carrera de psicología, donde se plantea, por ejemplo, que el psicólogo clínico puede ocupar solo un lugar de auxiliar terapéutico de la medicina. Estas condiciones socio-institucionales influyeron mucho para la proliferación del interés por Lacan, en Argentina.
Bajo la formula “el analista no se autoriza mas que a si mismo” Lacan proponía articular varios planos a la vez: el institucional, el doctrinario y el práctico. A nivel institucional busca sustituir el principio de autorización de las sociedades tipo IPA, donde primaba una organización ciertamente burocrática de la formación (4). Es decir, en estas sociedades, y luego de cumplido cierto lapso por establecido de tiempos y actividades para todo el mundos, se accedía el grado de psicoanalista a partir de una “autorización” expedida por un buró institucional, con el consentimiento del analista “didacta” del “candidato”. Lacan opone a este modo “general” de legitimación un principio de autorización para ejercer el análisis que paso por la iniciativa “singular” de cada psicoanalista (deseo del analista).
En términos lacanianos, el razonamiento es el siguiente: si el análisis del analista debe culminar con la “caída” (barradura o castración) del Otro, la autorización no puede pasar nuevamente por otro –reconstituido en versión institucional. Lacan, entonces, no se refiere a una autorización de estilo “narcisista” para ejercer el psicoanálisis, sino al hecho de que el proceso por el cual el Otro barrado es parte de un tratamiento analítico que, como tal, es exclusivo y singular. Se trata de un proceso de “autorización” que, por surgir del fin del análisis del analista, no se puede reducir jamás a condiciones generales “para todos”. En todo caso, Lacan propone que en la EFP, de manera “general”, se pongan a prueba estas condiciones “singulares” de la autorización, bajo un nuevo procedimiento que llamará el “pase” (pues, en definitiva se trata de un “pase” de posición: de analizante a analista)
Para Lacan, el proceso por e l cual un sujeto se autoriza a ser analista surge de su deseo, separado del deseo del Otro, y por lo tanto, no es necesario contar con su aprobación. Obviamente, en esta perspectiva, tampoco será necesario ser medico. Este argumento lacaniano, de la mamo de Masotta –quien ni siquiera había completado una carrera universitaria- resulto decisivo para los psicólogos en Argentina, quienes ya hacia tiempo estaban excluidos de la legitimación psicoanalítica, para su formación clínica.
Como se mencionó, a nivel doctrinario, la autorización de si mismo del analista conlleva una fuerte articulación con la teoría del fin del análisis, mas allá incluso de la teoría de la cura y sus variantes. El analista, en su propio análisis, define su deseo de ocupar el lugar del psicoanalista, para otros. Por tal motivo, en Lacan, la posibilidad del candidato a analista de realizar este deseo tiene mas que ver con el fin de su análisis singular que con una autorización institucional “externa”
Por otra parte, a nivel práctico, al acentuar la función de la singularidad del proceso analítico, Lacan enfatiza la cuestión de “hecho discursivo” que implica la operación analítica de la cura, mas allá de cualquier definición a priori de una meta terapéutica ideal.
En síntesis, podemos resaltar que, como una suerte de contraste con la formación tipo IPA, para Lacan, la generación y producción de nuevos analistas pasa por el proceso singular de cada análisis, como acontecimiento fáctico, mas que como resultado de una currícula prefijada de antemano. Y este es un principio característico, que va a definir muchos aspectos importantes de la enseñanza de Lacan y sus diferentes conceptos.
Continuando con la lectura: “por su agrupamiento inaugural (referiéndose al grupo de analistas y analizantes que lo siguieron) la escuela no puede omitir que este se constituyó por una elección, para sus miembros, deliberada: la de quedar excluido de la Asociación Psicoanalítica Internacional. Cada uno sabe, en efecto, que fue sobre una votación –que no ponía en juego otra cosa sino el permitir o el prohibir la presencia de mi enseñanza- como se suspendió su admisión a la IPA…”(p.12)
Este párrafo es muy importante porque nos permite localizar el primer rasgo diferencial y característico de la obra de Lacan: la segregación fundacional-institucional , en tanto constante. Resulta relativamente sencillo constatar como la enseñanza de Lacan y su expansión institucional se ha apoyado y se ha constituido siempre a base de un primer rasgo segregativo. Desde sus orígenes, el lacanismo ha reafirmado -mas que padecido- sus sucesivas orientaciones, en base a algun tipo de segregación y/o discriminación institucional.
Como se sabe, en Lacan, el problema comienza a partir de su propia formación como psicoanalista. En efecto, cuando en junio de 1932 el joven psiquiatra decide emprender su análisis de formación (llamado “psicoanálisis didáctico”) con Rudolf Loewestein, de la Sociedad Psicoanalítica de Paris (SPP), iniciaba una historia de casi cincuenta años de idas y venidas, controversias y aspiraciones, respecto de la transmisión del psicoanálisis y la formación de los analistas.
La elección de Loewestein, como analista didacta, no resultaba casual. Por aquellos años, Lacan tenía una lectura “fuerte” de la segunda tópica freudiana, donde prevalecía la “psicología del yo” – que mas adelante desarrollara Loewestein en USA. Loewestein representaba la mas alta y rigurosa formación psicoanalítica, y era también uno de los miembros fundadores de la SPP.
Las relaciones entre Loewestein y Lacan no fueron fáciles para ninguno de los dos, y no carecieron de consecuencias ni teóricas ni institucionales. Lacan llega al consultorio de Loewenstein siendo un joven y prominente psiquiatra, muy seguro de si mismo, habiendo cumplido un brillante recorrido académico-profesional. En síntesis, se veía a si mismo como bastante superior a sus compañeros de camada en el psicoanálisis, incluyendo a sus maestros en psiquiatría, por todo ello, Lacan simplemente ignoraba a los pioneros del psicoanálisis francés, o los menospreciaba un poco.
La libertad y autosuficiencia de Lacan contrastaba fuertemente con el reglamentarismo y la ortodoxia de su analista. Como a todo “candidato” en formación, a Lacan le correspondía hacer una análisis de alrededor de cuatro años. Sin embargo, Loewestein llegó a extenderlo a seis años, mientras intentaba bloquear la “autorización” de Lacan como analista. Solo a través de un pacto político–institucional entre el grupo “germanista” (al que pertenecía Loewestein) con el grupo “francesista” (de Pichon, Laforgue y Claude), Lacan logra ser “autorizado” como miembro titular de la SPP. A cambio de la autorización de Lacan es también nombrado el “germánico” Heinz Hartmann.
No obstante, a las autoridades de la SPP le imponen a Lacan, como condición de su “autorización”, que se debe continuar su análisis con Loewestein por dos años mas. Es decir, Lacan debía llegar a los ocho años de análisis personal. Sin embargo, apenas es nombrado “miembro titular” Lacan desconoce el compromiso, ganándose el rencor y la posición del propio Loewestein y Marie Bonaparte, dentro de la SPP. De modo que, desde el inicio mismo de la carrera psicoanalítica de Lacan, la marca de la separación y la lucha entre diferentes grupos estuvo presente.
Varios años mas tarde, para principios de la década del ’50, Lacan llega a la dirección del “instituto” encargado de la formación analistas (candidatos a miembros titulares de la SPP). Lacan elabora un nuevo reglamento para el instituto, en un todo de acuerdo con las normas y procedimientos tradicionales de la IPA. No obstante, será cuestionado por el grupo “neurobiológico” de Sacha Nacht con el argumento de que la formación que brindaba el propio Lacan a sus candidatos no se ajustaba en nada a dichas normas.
A Lacan, desde entonces, se le cuestiona el estilo y la técnica utilizada para analizar y el trato que mantenía con sus analizantes afuera de las sesiones. Francoise Dolto y Daniel Lagache también fueron cuestionados, aunque por otros motivos. Ellos tres lideraron la primera ruptura institucional psicoanalítica, en 1952, en Francia. Juntos renuncian a la Sociedad Psicoanalítica de Paris (SPP) y fundan la sociedad francesa de Psicoanálisis (SFP), bajo el supuesto de que la nueva institución seria automáticamente reconocida por la IPA, dado que ellos no habían perdido su condición de miembros reconocidos.
He aquí un segundo momento conflictivo en la trayectoria de Lacan, también articulado a la formación psicoanalítica, al origen de lo instituido y a la lucha segregativa entre grupos. Pues, la IPA se niega a concederles a la nueva SFP de Lacan y compania el estatuto de sociedad psicoanalítica reconocida. Apenas si le otorga la visa de “grupo de estudio”, como escala previa hacia un futuro reconocimiento que condicionaría a un alto precio.
Esta situación de no reconocimiento institucional de la SFP como filial “oficial” de la IPA –a pesar que cada uno de los tres referentes institucionales aun continuaban siendo reconocidos- se prolongó desde 1953 hasta 1963. Durante esos diez años, Lacan comenzó y continuo su seminario en el hospital de Sainte-Anne. Es decir, en forma simultanea, Lacan iniciaba una etapa institucional nueva en la SFP (1953) y comenzaba un nuevo ciclo de seminarios, dando lugar a lo que se llamo su “enseñanza”. La paradoja de que la IPA reconociera a Lacan, pero no a su institución, tenía el claro sentido político de no avalar expresamente ni a sus discípulos ni a su “enseñaza”. La IPA se reservaba así un posible poder de veto, que finalmente se depositó sobre las cabezas del propio Lacan y de Dolto. Mientras tanto, Lacan fue reconocido a regañadientes, hasta que la IPA le propuso a la SFP unas severas condiciones: solo serian reconocidos como analistas “ortodoxos” de la IPA aquellos analistas que renunciaran por completo a las enseñanzas y a los análisis de Lacan. El segregacionismo se hizo entonces presente de la forma mas expresa.
Es toda esta historia la que evoca Lacan cuando recuerda, en la proposición del “9 de octubre””, que fue sobre una votación –que no ponía en juego otra cosa sino el permitir o el prohibir la presencia de mi enseñanza- como se suspendió su admisión a la IPA.
Esta propuesta casi extorsiva de la IPA, para reconocer a la SFP, derivó en una polémica decisión: o se continuaba con Lacan, pero se dejaba de obtener un reconomiento “oficial” de la formación analítica, o se elegía el reconocimiento de la IPA a cambio de abandonar a Lacan, incluso abjurar de él, su consultorio y sus enseñanzas. El objetivo de esta encrucijada político-institucional contra Lacan y el lacanismo, era tanto dejarlo sin reconocimiento legítimo de su autoridad para formar analistas, como despojarlo de discípulos y candidatos analizantes.
La “excomunión “ (expulsión por “hereje) de Lacan fuera de la IPA, tuvo como correlato:
A) la suspensión del inicio del seminario XI en Sainte-Anne
B) la creación de la Escuela Freudiana de Paris, (EFP), en 1964
C) el cambio de escenario (y publico) para el dictado de sus seminarios (se pasó del pequeño auditorio del hospital a la masa estudiantil de la universidad)
D) el paulatino despliegue de un lenguaje teórico mas genuinamente lacaniano que freudiano.
Es oportuno señalar que en 1953, como en 1963, tras las escisiones y segregaciones sufridas, tanto por Lacan como por sus seguidores, se produjeron cambios importantes a nivel político-institucional que impactaron fuertemente a nivel de la teoría. Por ello, Lacan, en el párrafo recién leído de “la proposición” recuerda que su escuela se fundó en base a la segregación que sufrió su enseñanza, de parte de la IPA.
Así, por ejemplo, desde 1953, cuando era cuestionado su reconocimiento como analista “didacta” de la nueva SFP (la IPA reconocía como integrante a Lacan, pero no reconocía la formación que podía dar a los jóvenes “candidatos”) ¿cual es una de las temáticas sobresalientes de su enseñanza? Sin duda, la de la dialéctica del reconocimiento, entre el deseo de reconocimiento y el reconocimiento del deseo.
En el mismo año, cuando lo que se le cuestionaba a Lacan era su “técnica”, ¿cual es el tema a trabajar en el primer seminarios (paralelo a la fundación institucional de la SFP)? Tampoco hay dudas: “los escritos técnicos de Freud”. Esta relación articulada entre enseñanza teórica y avatares institucionales, es una de las claves a tener en cuenta para la lectura de los conceptos correspondientes a cada periodo.
Del mismo modo, en 1964, cuando ya fue expulsado de la IPA, Lacan sostiene el principio institucional de la ”autonomía de la autorización del analista”. Y en su seminario, ya traspasado del Hospital a la universidad, el tema teórico a trabajar será: “los fundamentos del psicoanálisis”, donde Lacan sostiene insistentemente que lo que cuenta como fundamento del psicoanálisis es el deseo de Freud, en tanto deseo del analista. (5)
Tanto en un caso (1953), como en otro (1964), Lacan desarrolla un discurso teórico que concuerda con las circunstancias institucionales que vivia, y en ellas, encontramos constantemente la exclusión y la segregación de manera fundacional.
¿Esto que quiere decir? Esto significa, a nivel de la producción y el entendimiento de los diferentes conceptos, sin duda, algo muy importante. Por ejemplo, desde 1953 hasta 1964, mientra Lacan esta herido por la puesta en cuestión de su autoridad como titular didacta, continua con su seminario en Saint-Anne. Pero decide enfrentar a la ortodoxia oficialista que invalidaba su “capacidad de trasmisión” del psicoanálisis legitimándose, mas que en los analistas de la Asociación Psicoanalítica Internacional, en el propio Freud. Al verse precisado de legitimarse en otra parte, acude al fundador. Se da inicio entonces, a una gran etapa en su carrera, el famoso “retorno a Freud”.
Esto quiere decir que la segregación institucional tiene peso en la producción teórica de Lacan. Este busca legitimar su técnica analítica (severamente cuestionada por la IPA) con la obra del fundador del psicoanálisis en la mano.
A partir de su retorno a Freud, no solo busca Lacan recuperar la lectura del maestro. De ningún modo, lo que allí se inicia es una ataque despiadado hacia el kleinismo y la psicologia del Yo, corrientes hasta entonces dominantes en los medios psicoanalíticos de la IPA. A partir del retorno a Freud estas corrientes son vistas por Lacan como “desvíos” del discurso freudiano.
Lacan se preocupa por resaltar la primacía del valor de la palabra en la obra de Freud. De este modo se enfrenta provocativamente con las técnicas psicoanalíticas rivales. Introduce las categorías de “real, simbólico e imaginario” para criticar en sus propios términos la falta de atención de la IPA sobre lo simbólico (la palabra) promueve los conceptos de “Otro” y “significante”, para leer en Freud la primacía de un “orden simbólico” en el inconciente (que Lacan opone a la adaptación a la realidad del psicoanálisis del yo, y a la integración imaginaria del yo de la concepción kleiniana).
El sujeto lacaniano, que Lacan lee y legitima con su “retorno a Freud”, se ve entonces determinado por la estructura” del significante. La determinación de su orden simbólico permite identificar las posiciones inconcientes del sujeto, a través de la lectura significante, desde la posición del Otro.
Lacan desarrolla así su “retorno a Freud”, a lo largo de diez años, siempre en el hospital de Saint-Anne, donde concurre desde sus tiempos de psiquiatra. Allí pronuncia sus seminarios, desde el primero hasta el décimo primero que se interrumpe a la primer reunión. Durante todo ese tiempo Lacan se muestra como “freudiano”, el mas freudiano de todos, en su afán de hacerse legitimar.
Retomando el hilo, respecto de todo este episodio de “excomunión”, o segregación y fundación, el hecho mas grave que se produce en e l fragor de la guerra fue haberles propuesto a los candidatos en análisis con Lacan que, si querían ser aceptados en la SFD, debían renunciar a su análisis y a las enseñanza de Lacan.

A (pregunta del publico): ¿elegir a Lacan significaba entonces estar en contra de la metodología para ser analista en aquella época? Es decir, la alternativa era:¿ se hacían las actividades de la IPA o se optaba por lo que proponía Lacan, en tanto el analista se autoriza de si mismo?

Si, exactamente. Pero no apresuremos mucho las cosas. Todavía no hemos explicado en toda su dimensión que significaba para Lacan el “autorizarse de si mismo”. Tenemos que tener en cuenta que la situación había sido forzada por la gente de la IPA, y especialmente por los propios franceses contrarios a Lacan. La cuestión era provocar en los seguidores de Lacan la renuncia a seguirlo ofreciéndoles, para que se queden en la SFP, el reconocimiento de la IPA. Esta situación no le dejo mas alternativa a Lacan que fundar su propia escuela o simplemente desaparecer. Por este motivo, podemos considerar que la escuela fundada por Lacan (EFP) es una institución reactiva a esta movida política de la IPA. Obviamente, luego de estos hechos, Lacan va a comenzar a criticar muy duramente la formación de la IPA.
En “la proposición…” Lacan recuerda: “una votación política bastaba para ser admitido en la Asociación Psicoanalítica Internacional”
Es decir, en aquel momento, la enseñanza de Lacan no era discutida en función de su teoría, si estaba bien o mal fundamentada. No se discutía tampoco si era una teoría que debería ser aprobada en relación a la lógica de sus premisas, o fundamentos. Solo se trataba de una cuestión política. Se era lacaniano o antilacaniano. Así de simple. De allí que se pueda extraer otra clave mas de la lectura: la teoría lacaniana, por su historia y recorrido, siempre ha sido una teoría altamente politizada. Pero este es un rasgo diferencial del que hablaremos especialmente la próxima reunión. Por hoy solo diremos que ha sido un rasgo muy importante en la enseñanza de Lacan y en el lacanismo en general. Pues, como diría alguien que tuvo su contacto con Lacan, al menos hasta dos años después de la “proposición…”, me refiero a Castoriadis, el discurso psicoanalítico siempre es político porque conlleva el proyecto del sujeto deseante. Esto en Lacan es particularmente palpable.
Para sostener lo dicho puedo preguntarles: ¿acaso no quedo demostrado que a Lacan su propia enunciación, como sujeto de su discurso teórico, lo involucraba en un deseo, “su “ deseo? Eso mismo no esta ya sugerido por la fuerte asociación entre sus variantes conceptuales y los acontecimientos que lo comprometían, en tanto deseo de ser reconocido institucionalmente? ¿Olvidaremos, tras la fascinación de la verba lacaniana, que hay un hombre que es el primero en definirse como ser parlante? Y entonces, ¿como soslayar que en los seminarios de su “enseñanza “ el hablaba? De todo esto resulta un hecho fundamental: que su discurso (su enseñanza) se dirigía a la orejas de los psicoanalistas (su audiencia). Acaso puedo pretender ignorarlo aquí mismo, frente a ustedes? Lo veremos la próxima, si les parece bien.

Notas:
(1). Lacan, Jacques (1967): La proposición del 9 de octubre de 1967 a los analistas de la escuela, en Rev. Ornicar?, Nro 1, Petrel, Barcelona, 1981, p. 11-30.
(2). En nuestro país, la primera filiar reconocida por la IPA fue la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), fundada en 1942. Con el tiempo, varias asociaciones mas se crearon, todas reconocidas por la misma casa madre. Constituyeron el polo dominante hasta la fundación de la escuela freudiana de buenos aires, con Oscar Masotta, en 1974.
(3) (le psycheanayste ne s’autorise que de lui-meme) Lacan, Jacques (1967): Proposition du 9 de octubre 1967 sur le psychanalyste de l’Ecole, en Rev. Scilicet, nro 1, Paris,p. 14-30,1968. Principio repetido tambien en Lacan, Jacques (1973) note italianne, en Lettre mensualle de l’Ecole de la Cause freudienne, nro 9, Paris, 1982; y en Lacan, Jacques (1974): Radiofonía y Televisión, Anagrama, Barcelona, 1977, p.115.
(4) para formarse como psicoanalista en las instituciones tipo IPA –como la APA de Argentina- los requisitos eran (y en gran medida continúan siéndolo): acumular tanta cantidad de horas de análisis (equivalentes a tantos años, tantas veces por semanas), supervisar una determinada cantidad de casos durante tanto tiempo, asistir tanta cantidad de horas de seminarios, cursos, y jornadas, y por ultimo, presentar un trabajo científico por escrito. Tras lo cual se accedía a la jerarquía de analista miembro titular de la asociación. (vale aclarar que hoy en día este tipo de instituciones de formación psicoanalítica acepta psicólogos) ver estatutos de la COPAL, la APA, y otras asociaciones psicoanalíticas latinoamericanas,
(5) en rigor el seminario XI luego se publicó, bajo el establecimiento de Jacques –Alain Miller, con el titulo “los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis”. Mas adelante tendremos ocasión de escandir con mayor alcance y precisión este sugestivo cambio, y justificaremos el mismo a partir de indagar los diferentes sistemas de lectura de Lacan que hasta la fecha se conocen.


Capitulo 2
Los rasgos diferenciales que faltan

No quisiera abandonar el tema de la segregación institucional aun. No sin antes señalar, en forma abreviada, como es ese rasgo diferencial del lacanismo se repite a luego a lo largo de la historia, tanto de la propia escuela de lacan, como asi también de las escuelas lacanianas de Argentina. Lo podría considerar una especie de aporte histórico de mi parte. Me pregunto si es posible que ustedes desconozcan una gran parte de la historia del desarrollo del lacanismo en nuestro país. Entonces, como no posicionarlos frente a la historia que nos determina? Pues, ¿acaso no es este un curso de psicoanálisis?
Puedo asegurares que es un tema decisivo. En gran medida, todo lo que sucede aquí, en la universidad, en esta clase, en este preciso instante, gira alrededor de esa historia que, sin embargo, para una mayoria de ustedes resulta desconocida. Veremos en el próxima reunión todavía un poco mas. Mientras tanto, el hic et nunc de nuestro dialogo permanece en cierto suspenso. Es como el suspense hitchcokiano, el que avisa al espectador que participa de lo que no sabe el protagonista. Desde entonces, ustedes son también protagonistas de esta historia.

A) La repetición segregativa

Como hemos visto, en 1964 se fundaba la EFP, la escuela de Lacan. En 1967 Lacan formulaba a los miembros de dicha escuela su proposición sobre la formación de analistas. En 1969, apenas cinco años después de fundada, se produce la primera escisión dentro de la EFP.
Un grupo de analistas, conocido como el “cuarto grupo”, se separa de Lacan. Entre ellos, quizás conozcan a Jean – Paul Valabrega, Piera Aulagnier, Corneluis Castoriadis –en esa época todavía el marido de Piera- y Francois Perrier. ¿Los conocen? Este grupo, como nos recuerda Roudinesco (1997:241), se escindió de la EFP por diferencias en torno a la cuestión del reconocimiento institucional de los analistas, formados en la escuela de Lacan. Es decir, por disidencias con la cuestión del “pase”.
Diez años después, en 1979, nuevamente se produce otra disputa institucional en la EFP. Lacan abandona la dirección de la EFP, con setenta y ocho años, aquejado incluso de problemas neurológicos. En enero del 1980, autodisuelve la EFP. Entonces, vuelve a convocar a sus seguidores a reunirse con el en una nueva institucion: la Ecole de la Cause Freudianne. Esta nueva Escuela de la Causa Freudiana (ECF), surge como resultado de la autosegregación de Lacan de su propia Escuela Freudiana de Paris (EFP). (1)
Para esta época, el que encabeza el movimiento es Jacques-Alain Miller. ¿Lo conocen? ¿No es así? Bien, no se trata de que tengan que conocer a todo el mundo, pero me alegra que sepan de quien se trata. Pues, ciertamente, en la Facultad de Psicología se ve con agrado que la renovación de la bibliografía psicoanalítica contenga textos de Miller. Resulta interesante y muy significativo que esto ocurra aquí en, en la universidad. Pero de eso les hablaré, con el debido suspense, mas adelante, pronto.
Esta especie de re-fundación de la escuela de Lacan, la ECF, constituye la ultima jugada institucional de Lacan en vida, ocurrida en 1980, un año antes de su muerte. Unos meses después de la conferencia en Caracas, que escuchamos la vea pasada, Lacan fundaba la ECF. El movimiento institucional así puesto en práctica fue muy interesante. Lacan se autosegregaba, al final de sus días, de su propia institución, la escuela que el mismo había fundando en 1964. ¿Como podía ocurrir esto? ¿Que entender por autosegregación? Y sobre todas las cosas –como no abandonar la huella del camino, y eso es algo que de aquí en mas queda prometido- ¿que tiene que ver este rasgo diferencial con los conceptos lacanianos?. (2)

B) el rasgo político de la teoría

Cuando renuncian los del “cuarto grupo” (Perrier, Aulagnier, Valabrega) dejan la escuela de Lacan a raíz de la “proposición del 9 de octubre”. El conflicto de raíz es político-institucional; se trata de una cuestión de poder y prestigio. En efecto, ellos encarnaban la primera generación de analistas formados por Lacan, y eran por ello muy reconocidos, especialmente por el trabajo tanto teórico como clínico desarrollado.
Cuando se fundaba la EFP, en 1964, ellos estaban entre los reconocidos como “Analistas de la Escuela” (AE), lo cual equivalía en los hechos a ser tratados y respetados como “analistas didactas”. En cambio, con la “proposición” de Lacan, a través del procedimiento del “pase”, cualquier novato recién terminado su análisis podría ser igualado a ellos y ser reconocidos, por lo tanto, con el mismo grado de AE. (3)
La proposición” encontró entonces la resistencia de los mayores. Lacan dejo stand-by la cuestión durante dos años, para que ser ventile y se discuta entre todos. En 1969, en medio del clima de efervescencia y rebeldía estudiantil contra el conservadurismo institucional, derivado del mayo francés, por una parte, y debido al cambio de lugar operado en el seminario –hacia la facultad de derecho- por la otra, Lacan somete finalmente a votación la propuesta del 1967. Lo hace a sabiendas de la resistencia del foco de viejos AEs. El resultado ya lo saben: se vota mayoritariamente a favor del “pase”, para acceder al mayor reconocimiento institucional lacaniano, pero Perrier y compañia se retiran de la EFP.
El conflicto de fondo, entonces, es político institucional. Se trata de un problema que incluye la circulación de pacientes, la posición de espacios para seminarios y cursos, las supervisiones y los grupos de estudio, y por supuesto, los cargos y las responsabilidades institucionales. Política, dinero y poder. Sin embargo, las peleas y las disputas de la época, entre los defensores de una y otra posición, se da en términos “teóricos” se comienza a discutir la teoría del “pase”, el fin del análisis, etc. La teoría es utilizada para taponar o vehiculizar –según se vea- un conflicto sintomático a nivel de política institucional. (4)
El “cuarto grupo” teoriza lo que en realidad es una disputa política. En este sentido, la situación puede ser comparada a la de Lacan cuando, por ejemplo, “retorna a Freud”, o desarrolla la “teoría del deseo de reconocimiento”, o la critica de la “técnica analítica”. Es un rasgo siempre presente en la teorización lacaniana: su constante uso político, en diferentes circunstancias y momentos. En el desarrollo del lacanismo en Argentina ocurrió lo mismo, ya lo veremos con cierto detenimiento.
En 1980, cuando se autodisuleve la EFP, y se autosegrega Lacan de su propia escuela, también se dan constantes luchas teóricas que, en realidad, esconden conflictos de poder político institucional. En ese momento, el problema presentado es muy distinto. Los actores ya no son los mismos tampoco.
Al respecto, en el texto conocido como “Carta de Disolución” (de la EFP), Lacan sostiene lo siguiente (5):
“hay un problema de la Escuela, no es un enigma. También en el me oriento, no demasiado pronto. Este problema desmesura serlo por tener una solución: es la dis(digo)- la digosolución, la disolución. A entender como de la Asociación que, en esta escuela, le da estatuto jurídico. Que baste con que se marche uno, para que todos queden libres, es, en mi nudo Borromeo, verdadero para cada uno. Es preciso que en mi Escuela lo haga yo. Me resuelvo a ello porque la misma funcionaria, si yo mismo no me atravesara en su camino, a contrapelo de aquello para lo cual la he fundado”.
Lacan autodisuelve su Escuela, y se autosegrega con los suyos. ¿Les parece un hecho poco digno de interés? ¿Creen ustedes que puede ser relevante tener en cuenta estos avatares para comprender el discurso teórico de Lacan? Cuando examinemos la teoría del nudo Borromeo, seguramente, les haré sentir un poquitín más el riguroso lazo que anuda Lacan con su propio discurso y sus consecuencias institucionales. Intentar entender a Lacan sin considerar estos aspectos resulta casi una deformación puritana. Ni siquiera constituye una misreading, en el sentido de Bloom. ¿Lo han leído?
Bueno, no pretendo abrumarlos. Tienen tiempo por delante, pero no mucho. ¿Saben? Vivimos en la época de la aceleración de los tiempos, como dice Virilio. Y sus consecuencias impactan directamente sobre los procesos de conformación social de la subjetividad. La aceleración del tiempo tiene mucho que ver con la perdida de los transcursos. Me explico y pasamos a otra cosa: si hoy en día puedo chatear (6) con un japonés, un australiano y mi vecino de acá la vuelta, todos juntos y en tiempo real, significa que he borrado las distancias, el transcurso de espacio y de tiempo que se necesitaría para reunirnos. Ese lugar virtual que se denomina “salón de chat”, que se localiza por Internet, no queda en ningún lado, no tiene mas sostén que lo tecno-simbólico. De este modo, la charla con ellos ¡me he ahorrado el viaje, y el tiempo! Porque estoy hablando con ellos en tiempo real. Esta aceleración posible, gracias a la ciencia, nos dejan, sin embargo, atados a las sillas de computadora. Nos aisla, nos segrega del contacto social en el espacio real. Por eso, ante la pregunta de si es posible continuar o iniciar un análisis por el chat, respondo que no. Es al menos un punto de vista. Creo que en ese caso se perdería la dimensión del espacio social, dimensión que hace de la situación tranferencial un vinculo erótico con un objeto, en tanto otro partenaire. El chat relaciona al sujeto con lo simbólico, si. Pero no permite que se construya su lugar de “falta”, es decir, del deseo. Al contario, lo tapona permanentemente con los goces parciales de la pc. Goce del teclado, del micrófono, de la pantalla, de los parlantes. Dentro de muy poco tiempo –así se viene anunciando- habrá también sensores electrofísicos para tener relaciones sexuales con la pc. En fin, continuemos…
Lacan dedica buena parte de la “Proposición” a teorizar la cuestión del fin de análisis y, por supuesto, a la lógica del pase. Para Lacan es un tema fundamental, ya sabe por que. Es decir, no se trata simplemente de que se le “encendió la lamparita” y pensó que era bueno teorizar sobre ello. Su enunciación como sujeto deseante estaba allí también comprometida. El rasgo político de la teoría esta señalado por el propio Lacan, en la “proposición”. ¿Recuerdan? Lacan dice: “una votación política bastaba para ser admitido en la Asociación Psicoanalítica Internacional”. Una votación que definía si se aceptaba o no una teoría y un modo de formación.
De modo que este segundo rasgo diferencial de la teoría lacaniana se presenta de manera decisiva, en su influencia directa sobre la producción de conceptos, entre ellos: el deseo del analista, el acto analítico (que tiene que ver con el fin de análisis y el pase), y mas adelante, con lo cuatro discursos (amo, histérico, ,universitario y psicoanalítico) y con los nudos borromeos (nombres del padre, sinthome, suplencias) todos estos conceptos se sitúan en el contexto de un uso de la teoría que no es ingenuo de parte de Lacan. Para los que luego se fueron alejando de Lacan, en cambio, el problema teórico-político era diferente. Pues, ellos tenían la “teoría” de Lacan incorporada, pero no seguían la política del líder. El problema era que habían aprendido a teorizar en lenguaje lacaniano pero eran desautorizados por no seguir perteneciendo a la escuela del maestro. Por ejemplo, los del cuarto grupo, se reconocían lacanianos (teóricamente) pero a la vez estaban enfrentados a Lacan.
Por ultimo, en Argentina, el problema era aun distinto a los dos mencionados. Pues aquí se estudiaba la “teoría” de Lacan sin tener ni a Lacan ni a su escuela. Por ello, entre otras razones –que veremos si tenemos tiempo para desarrollares- es que la teoría lacaniana pasó sin el filtro de las disputas policitas y, como consecuencia, se adoptó el lenguaje lacaniano sin prestarle mayor atención al contexto de producción de los conceptos. De allí una reconocida característica del lacanismo argentino, mas libre para asociar los conceptos con la práctica. En este sentido, el caso de Masotta es ejemplar. Ni era medico ni psicólogo. Era mas bien filósofo. Pues, ¿que hizo Masotta luego de estudiar, prácticamente solo, a Lacan? Fundo una escuela, en 1974, y se puso a practicar el psicoanálisis.
¿Saben que escuela funda Masotta? La Escuela Freudiana de Buenos Aires (EFBA). La funda de manera análoga a la de Paris, incluso después de fundada, Masotta visita la EFP y presenta en sociedad a la EFBA. Hace poco festejó sus veinticinco años. Fue el año pasado. Todavía existe. Sin embargo, sus miembros originales no se encuentran en ella, incluyendo a Masotta. Ya en 1979, apenas cinco años después de fundada por el, Masotta renunciaba, se autosegregaba, de su propia institución. ¿Comprenden porque les digo que la segregación es un rasgo del lacanismo? Se repite. (7)
Cuando Masotta renuncia a la EFBA convoca, desde el exilio, a los que todavía le eran leales, para fundar una nueva escuela. Y funda desde España la Escuela Freudiana de la Argentina (EFA) exactamente igual que Lacan, pero un año antes, y desde otro país. El también funda instituciones en España, y se constituye en el primer psicoanalista que funda instituciones lacanianas españolas. Son cosas que hacemos los argentinos (risas). Hoy en día, en España, a los argentinos nos asocian con psicoanalistas. Se lo debemos a Masotta. Por lo menos en Barcelona y en algunos círculos de Madrid.

A ( pregunta del publico): Masotta se fue a llevar el Psicoanálisis lacaniano a España?

No, yo no lo plantearía de esa forma. Masotta no fue a llevar nada. El se tuvo que ir del país. Recuerden que aquí, en esa época, vivíamos el terrorismo de estado. Masotta era perseguido por sus ideas políticas. Masotta era reconocido por su adhesión política a la ideas de izquierda, era especialmente reconocido como un adepto a Sartre y Althusser. Masotta se tuvo que ir, se autoexilia, y como venía trabajando con el psicoanálisis, lo primero que hace en España es tratar de armar un grupo psicoanalítico, en Barcelona. Es así como efectivamente ocurrieron las cosas.
Al principio forma pequeños círculos de estudio de Lacan, luego fundara instituciones. Ya en 1977 funda la Biblioteca Freudiana de Barcelona, publica libros y revistas de psicoanálisis, y forma grupos en varias ciudades, entre ellas: Barcelona. Madrid, Malaga, Valencia y Vigo.
De cualquier manera, el psicoanálisis lacaniano en España tuvo particularmente una evolución bastante lenta. Hoy en día ya es un movimiento bastante importante, pero en aquellos años no. En cambio, en Buenos Aires, para la misma época, el psicoanálisis lacaniano tenía mas de un millar de seguidores. El grueso de los lacanianos argentinos se alimentaba de jóvenes psicólogos, en conflicto con las normas de formación psicoanalítica de la APA.
Ahora bien, Masotta, ¿que formación tenia? ¿Era psicólogo? Era ingeniero? ¿Que era Masotta? Era, en todo caso, filosofo. Pues, también era ensayista, critico de arte y organizaba happenings desde el Instituto Di Tella. ¿Masotta tenia titulo universitario? No, no tenía titulo universitario. Masotta tampoco se había analizado con regularidad. Incluso, su breve experiencia analítica, que se encuentra relatada en el texto “Roberto Arlt, yo mismo”(8), lo lleva a abandonar el psicoanálisis favor de la militancia política, hasta que retorna a su interés en el psicoanálisis a partir de la lectura de Lacan. Todo esto es lo que tiene mucho que ver con el éxito de la adopción del principio lacaniano de la “autonomía de la formación analítica”, el psicoanalista se autoriza de si mismo.
Pensemos, pues, con un poco de sentido común. Si es que tal cosa es posible. A Masotta no le disgustaba este principio lacaniano, muy por el contario, le venia bastante bien para autorizarse. De allí que fuera, como dije la vez pasada, un principio mal interpretado en Argentina. Pues, muchos entendieron que entonces, con el lacanismo, bastaba con leer psicoanálisis –sin analizarse ni supervisar- para “autorizarse” como psicoanalistas. Esto no ocurría de la misma forma en Francia. Porque el principio lacaniano se encontraba ligado a un contexto político-institucional especifico, con Lacan y con toda una historia detrás, totalmente distinta al caso argentino. ¿Me explico?
Aquí, en Buenos aires, solo Masotta tenía alrededor de quinientas personas que lo seguían semanalmente. Esto se los digo como una muestra de que efectivamente, había intereses en juego, en parte similares y en gran parte diferentes a los franceses. (9)
Esos son temas importantes para pensar porque, en algún momento, Lacan habla de tal cosa y porque, en otro momento dice otras. Para pensar por que una institución psicoanalítica privilegia la cuestión del “pase” y otras no. O porque en algunas partes se discute mas sobre el fantasma y en otra sobre el significante. En este sentido, hay algunos rasgos que conviene tener en cuenta cuando leemos a Lacan y a los psicoanalistas lacanianos. habitualmente, no se tiene tiempo para poder plantearlos, y por lo tanto, a los que recién se inician en la lectura de Lacan se les escapan datos importantes.

c) el rasgo transferencial del lacanismo

Otro rasgo de la teoría lacaniana, que distingue el propio Lacan en la “Proposición del 9 de octubre”, es el rasgo transferencial.
Dice Lacan:
“de esto (refiriéndose a la votación política) resulta que aquellos que se reagruparon en mi fundación, con ello no atestiguan otra cosa que el valor que atribuyen a una enseñanza -que es la mía, de echo sin rival- para sostener a la experiencia. Esta atribución es de pensamiento práctico, digámoslo, y no de enunciados conformistas: es por el aire (…) que nuestra enseñanza aporta al trabajo, que se prefirió ser excluido (de la IPA) a verla desaparecer, e incluso, a separarse de ella” (p.12)
Así Lacan señala el valor transferencial de la “enseñanza”. Pues sus seguidores, luego de la ruptura de 1964, prefirieron seguir con Lacan, antes que ser reconocidos por la IPA. Desde entonces, los seguidores quedaron ligados a lo que Lacan podría ofrecerles, en función de la nueva demanda de formación que de se modo se cerraba. Por eso, el párrafo siguiente lo aclara:
“esto se deduce fácilmente del echo de que hasta ahora no disponemos de ninguna otra ventaja con la que pudieramos compensar la posibilidad así declinada” (p.12)
Lacan, desde que se había creado su Escuela, no tenia “con que compensar” el reconocimiento de formación psicoanalítica “oficial”. Por ello, propone el procedimiento del pase, para poder empezar a distinguir los distintos grados institucionales de reconocimiento. Luego se dio el conflicto con los “viejos”, que ya mencionamos.
Notemos que, en estos párrafos que leímos, la cuestión transferencial también se refleja en el estilo de enunciación de Lacan. Efectivamente, Lacan habla en términos de “aquellos que se reagruparon en mi fundación” y de “una enseñanza –que es la mía, de echo sin rival- para sostener la experiencia”. Es decir, aparecen enunciados en primera persona que no remiten a una pura cuestión narcisista, sino mas bien al hecho histórico de cómo había sido enunciada y anuncia la “fundación” de la Escuela Freudiana de Paris.
En efecto, ¿saben ustedes como empieza el Acta de Fundación de la Escuela Freudiana de Paris, de 1964?
Lacan allí dice (10):
“yo fundo –tan solo como lo he estado siempre en mi relación con la causa psicoanalítica- la Escuela Francesa de Psicoanálisis…”
Noten el detalle de que la fundación primero se denomina Escuela “Francesa” de Psicoanálisis, y luego será rebautizada Escuela “Freudiana” de Paris, pero en los dos casos se conserva la misma sigla, la EFP”. Bien, así empieza la fundación de la EFP: yo fundo. Por eso aquí, en la “Proposición” Lacan dice “mi fundación”, esta clarísimo.
Digo, esta cuestión que Lacan define en relación a su enseñanza, en la “Proposición”, se refiere a que la gente que esta en “su” escuela, se agrupó solo porque estaba él, y su enseñanza, y porque fue él –y nadie mas que él- el que la fundó, por eso también puede autodisolver una institución retirándose él solo. Esto ocurre porque se juega allí un rasgo transferencial a la persona de Lacan, en relación al cual se produce un discurso teórico. Es decir, la cuestión transferencial de la enseñanza lacaniana rompe con aquel viejo adagio que dice “primero las instituciones, luego el movimiento, y por ultimo, lo hombres” o aquel que decía “los hombres pasan, las instituciones quedan”
El rasgo narcisista que se puede apreciar en la enunciación de Lacan no nos importa. Solo nos interesa su modalidad como muestra evidente de su posición transferencial en la teoría que produce, porque nos permitirá interpretar diferentes conceptos generados por Lacan, entre ellos los de Sujeto Supuesto Saber y Acto Psicoanalítico.
Entonces, la importancia de la cuestión de la transferencia a un maestro, en relación a la producción de una teoría, no es cosa que Lacan ignore, al contrario, lo menciona explícitamente y trata de mantener una coherencia con ello.

d) el rasgo del estilo lacaniano.

Bien, nos resta entonces mencionar un ultimo rasgo diferencial del lacanismo. Con el completamiento de los cuatro rasgos diferenciales no pretendemos otra cosa mas que una introducción global a la obra de Lacan, escapando al clásico formato “cronológico” de las introducciones “didácticas” sobre Lacan. Pues, con este enfoque, entendemos que le demos herramientas de contexto al lector, para que puede por si mismo recorrer las diferentes etapas del pensamiento lacaniano, y pueda acceder al sentido de los conceptos a través de su propia lectura. De este modo, el lector podrá efectuar una verdadera operación de lectura sobre el texto lacaniano, mas allá del sentido supuesto que ofrecen los “diccionarios” y las “introducciones” clásicas que, por supuesto, son también útiles, al contario, pensamos que de ahora en mas puede ser mas útiles que antes.
El cuarto rasgo diferencial es el del estilo de Lacan. Un rasgo que es quizás el mas conocido por ustedes. Siempre escucho, a los que recién se inician en la lectura de Lacan, que manifiesta el desagrado por el choque contra su estilo, pero ese estilo tiene un sentido, que lo caracteriza justamente por provocar ese efecto. Me voy a explicar.-
Hasta aquí hemos visto el rasgo segregacionista, que se produce en torno a la teoría lacaniana, no solamente en relación a Lacan en si mismo, sino a todos los que después siguieron los enseñanzas de Lacan. Hemos visto también que la teoría esta fundamentada en un fuerte rasgo transferencial cuyo objeto es Lacan. Hemos visto que, por distintas razones e intereses institucionales, es una teoría que esta fuertemente politizada. Bueno, ahora vamos a ver el rasgo que quizás mas vamos a explorar, que es el rasgo del estilo.
Para decirlo todo de entrada, y teniendo en cuenta lo avanzado de la clase, les diré que el estilo lacaniano tiene que ver con una suerte de identificación de Lacan a la posición analizante. Es algo que Lacan menciona expresamente, por ejemplo, en el seminario “Aun”, conocido también como seminario XX. (11)
Ahora bien, con lo de la posición analizante ¿que se refiere Lacan? ¿Al docente? A si mismo? ¿Al sujeto de la enunciación? Para Lacan el analista que teoriza, el analista que da las razones de su experiencia, esta en la posición del sujeto de la enunciación. Pero también, para Lacan, el sujeto de la enunciación es el sujeto analizante. Entonces, ¿cual es la consecuencia? Si (A=B) y (B=C), la consecuencia es, para Lacan, que el analista que enseña también esta en una posición analizante. Y ¿que es lo que hace un sujeto analizante en un análisis?

A (auditorio): habla

¿Y que hace cuando habla? ¿Que es lo que pedimos que haga?

A. asociación libre, que asocie libremente.

¿Con que propósito?

A: para encontrar los significantes…

que nosotros, como analistas, debemos interpretar. ¿No es cierto? Debemos interpretar, debemos poner algo de nuestra parte. Lacan fundamentalmente sostiene su discurso teorizante con la misma lógica. Lacan habla, esta en posición de sujeto de la enunciación, en una posición donde el mensaje de su discurso es interpretado por el Otro, en este caso, su auditorio. Por eso es que, con Lacan, hay que poner algo de nuestra parte; para poder interpretar lo que dice, como sujeto.
Esta idea que responde cabalmente a la concepción de la formación psicoanalítica que Lacan tenía y brindaba con sus seminarios, y luego, a través de los “Escritos”. De esta forma, el estilo de enseñanza que produce Lacan se identifica con el funcionamiento del inconciente. Por el mismo motivo es que, desde el inicio de su enseñanza, Lacan distingue su producción de saber respecto de una trasmisión académica.(12) Esto le da a la enseñanza de Lacan una característica que todo el mundo es lo primero que reconoce: su estilo difícil. ¿Porque difícil? Porque implica la ruptura del discurso, implica la posibilidad de entender las cosas que se dicen –como en el discurso del inconciente- con muchos sentidos a la vez.
Este estilo explica el modo asociativo en que van apareciendo los sucesivos temas. Lacan no es como Freud. Hay una gran diferencia entre el estilo lacaniano y el es estilo freudiano. ¿Freud que hacia? Freud escribía un artículo, por ejemplo “Recordar, repetir, reeleborar” y desarrollaba tres conceptos. O tomemos otro caso, el de “la interpretación de los sueños” ¿que hace Freud allí? Describe rigurosamente, con una lógica argumentativa que sigue un orden preciso. Primero le dedica un capitulo a todos los antecedentes científicos que había sobre la cuestión y luego desarrolla, paso a paso, todos los elementos que ha ido reuniendo en su experiencia, con multitud de ejemplos, hasta que el lector comprende efectivamente lo que Freud quiere trasmitir: el sueño tiene un sentido de realización de deseo. En “inhibición, síntoma y angustia” , sucede lo mismo. Freud articula con una lógica ordenada sus conceptos y argumentos. Es mas clásico que Lacan en su modo de concebir la trasmisión del psicoanálisis, se acerca mas a la tradición del saber científico. En este sentido, Freud tenía una aspiración de claridad y trasmisión mas cartesiana.
En cambio Lacan no, ni un poquito. En los seminarios puede ser un tanto mas fácil seguir la metonimia, la continuidad de temas que aparecen. Pero, ¿en los “Escritos”? a menudo la sensación del lector, cuando se acerca a los Escritos, es que quiere encontrar en el próximo párrafo lo que no acaba de entender del que deja. Y se encuentra con que ¡se ha salteado el tema! O sea que ya tiene dos problemas (risas)
Lacan tiene un estilo asociativo, va acercando un tema a otro. De repente, de algo que menciona, despega y pasa hablar de otra. Somos nosotros los que tenemos que tratar de interpretar eso, que puede tener un efecto de verdad en su transmisión. Y Lacan es estrictamente riguroso con esto, porque lo dice en muchas partes de su obra, en muchos momentos: lo hace adrede. Los Escritos de Lacan, en este sentido, no son para comprender, son para leer. Dependen de la lectura del Otro, de lo que el lector ponga de su parte. Es como leer en el sentido del inconciente, en el sentido de descifrar.
Lacan tiene un estilo asociativo, simbólico, como una formación del inconciente (lapsus, sueños, recuerdos y chistes). Lacan, como el inconsciente de los significantes, tiene un estilo ingenioso. Y les quiero hacer un comentario aparte sobre esto, porque es una característica muy francesa. ¿Alguien sabe francés?

(Un alumno levanta la mano)

¿La traducción de ingenio cual es? ¿O de chiste?

A: Es espirit

Es “espíritu”. Ustedes saben que hay toda una historia de la aristocracia francesa que tiene que ver con el famosos “ingenio” cortesano. Hay una película que muestra muy bien este punto, se llama “juegos peligrosos”. Es una película que habla de la cuestión. Su titulo original seria “miedo al ridículo”. En la corte del rey de Francia, en el siglo XVIII, no había nada peor que hacer el ridículo. Hacer el ridículo era lo mismo que caer en picada en la imagen política. Si se hacia el ridículo, las encuestas políticas en la corte empezaban a dar mal. Nadie podía darse el lujo de hacer el ridículo, y decaer en el reconocimiento político realista, porque estaban allí para poder hablar y negociar sus asuntos con el rey. Entonces, ¿de que manera se levantaban puntos? Siendo ingenioso. En los salones se gastaban horas y horas de la corte en juegos de ingenio, juegos chistosos, y había que tener buen gusto, tampoco se trataba de caer en la grosería. Había que ser fina y sutilmente ingenioso. Como lo fue Lacan.
Quiero decir que, si uno conoce un poco de esta historia francesa, puede asociar toda la ingeniosidad de Lacan a una tradición aristocrática de la que Lacan no se encontraba demasiado alejado. En ese sentido, a su ingenio le añadía una gran erudición, el summun. Lacan tenía una formidable educación jesuítica. Sabía latín, sabia griego, sabia de teología, sabia de filosofía. Cuando tenía 17, 18 años, iba a los salones literarios parisinos, por ejemplo, a la presentación de las traducciones de Joyce. En fin, estamos hablando de un muchacho formado de un modo “aristocrático” muy francés. Luego se convierte en un señor psiquiatra, que se da el lujo de de negociar su autorización como analista combatiendo –ni mas ni menos- contra la princesa Marie Bonaparte , y con Ana Freud. Un joven psicoanalista que se molesta – ya a los 36 años- porque el mandamás de la IPA, Ernest Jones, le corta el tiempo reglamentario que le correspondía por su intervención en un congreso internacional, justamente cuando estaba hablando del estadio del espejo y del narcisismo. Lacan nunca se lo perdonó.
Lacan tenía esa formación. Si uno ve ese rasgo de ingenio que tiene Lacan, no es una cosa solamente de Lacan, es muy francés. Y más aun, diría que es un rasgo tradicionalmente aristocrático francés. Esa película que les mencione lo muestra claramente.
Este estilo ingenioso, difícil de captar, es el estilo retórico del inconciente, en la medida que, como teoriza Lacan, el inconciente es el discurso del Otro. ¿Que quiere decir esa formula? Muchas cosas, es de suponer. Pero lo que mas sobresale es el sentido explicito de que el inconciente no es otra cosa mas que el discurso de Otro. Es una formula teórica que tiene mucho que ver con el estilo teórico de Lacan, de su discurso, de toda su enseñanza. Pues recién decíamos que Lacan se identifica como sujeto de la enunciación la posición del analizante. De modo correspondiente, el sujeto recibe su propio mensaje en forma invertida. ¿Que quier decir esto?, que el mensaje didáctico del discurso lacaniano se produce a partir de su interpretación, por parte del auditorio o del lector, según el caso
Vamos por partes, repasemos todo lo que acabo de decir, porque allí se muestra claramente lo que venimos machacando acerca del rasgo diferencial del estilo en relación directa, no segunda, con la producción de conceptos teóricos.
La teórica lacaniana dice que el inconciente es el discurso del otro. Eso quiere decir que el inconciente no es algo del paciente. Para Lacan, el inconciente no es algo, un ente, que habita alguna suerte de interioridad psíquica del paciente. No, decididamente no. Para Lacan, el inconciente, como espacio donde se localizara la posición del sujeto, es el discurso del otro, discurso del que escucha en atención flotante, en abstinencia y neutralidad. De esta particular escucha de los dichos del paciente surge una nueva dimensión de las palabras, un nuevo sentido que se denomina “cadena significante”, porque no significa lo que el yo del paciente quiso decir, sino que es significada de otras formas por el otro. Estas significaciones de los signficantes del discurso del sujeto se manifiestan a través de las interpretaciones del analista. ¿Me siguen? Lo que estoy diciendo es que las palabras del yo del paciente han recibido otra interpretación de su sentido, de tal forma que el analista interpreta allí una posición inconciente del sujeto, que entonces no es el yo del paciente. Este sujeto solo ve la luz a partir del discurso del otro, que lo interpreta. Es decir, para que aparezca un sujeto inconciente, con su mensaje significante, es necesario y suficiente que el otro ponga algo de su parte, que lo interprete.
Lacan, por su lado, no concibe de otra forma la transmisión del psicoanálisis en su enseñanza. El se identifica a ese sujeto y su mensaje, que solo emerge a partir de que el Otro (alocutario o lector) ponga algo de su parte. Para leer a Lacan, es necesario adoptar la posición del Otro, la posición del analista. Adoptarla, permite escarpar del velo del sentido yoico de las palabras, y en esa dirección, el Otro se coloca en posición del analista. Por lo tanto, se va formando como analista a partir de ocupar dicha posición.
Al contario, si creen que para entender a Lacan hay que tratar de que no se les escape ningún sentido, están errando. No es esa la posición de un analista. Entonces, ¿porque –se preguntaría Lacan- enseñar psicoanálisis de otro modo?
Como conclusión practica de todo esto – y a lo largo de la experiencia se puede comprobar- ustedes pueden entender mejor el mensaje lacaniano si adoptan una posición mas parecida a la del analista. Es decir, estoy convencido de que si ustedes se acercan al texto de Lacan, y lo toman como sujeto de la enunciación, el estilo mismo de Lacan les facilitara las cosas, no dejándolos detenerse en “problemas de sentido”. En vez de luchar contra su supuesta “oscuridad”, háganse amigos del significante. Interpreten el texto de Lacan. Pongan algo de su parte y la cosa va a mejorar notablemente
No es fácil, lo se. Pues, poseemos toda una tradición educativa que nos forma para otra cosa, justamente la contraria. Estamos formados por la herencia del racionalismo literal, como dirían Sperber y Wilson (13), que nos enseña a que cada cosa le corresponde su razón y su significado de modo univoco. Es el sentido el yo, que cree que cuando dice algo coincide siempre con lo que quiso decir. Para Lacan, en cambio, el sentido del yo es delirante, es paranoide.
Pero si ustedes comienzan a tener estos rasgos en cuenta, especialmente el del estilo, podrán hacer la experiencia de ir “entendiendo” (y no “comprendiendo”) un poco mejor cada vez el discurso teórico de Lacan. Entender a Lacan, claro esta, depende de la lectura de cada uno, pues, depende de la lectura del otro, y no del texto mismo. Sin embargo, para compensar tanta soledad, comparten el mismo texto con otros analistas que también “leen” e interpretan la misma teoría. Por eso, pueden cotejar sus interpretaciones con las de otros. Esta es una ventaja que el analista en la cura no tiene, no puede cotejar sus interpretaciones con otras posibles. Ese es otro tema. Pero ustedes pueden aprender a tener la paciencia para “leer”, que el analista debe tener para no precipitarse sobre el sentido de las palabras del sujeto. El estilo de Lacan ayuda exactamente a eso, a no precipitarse sobre el sonido del texto del sujeto.
Para terminar por hoy, déjemne decirles que estos cuatros rasgos que hemos abordado, en esta primera parte del curso, le dan a la obra de Lacan sus características generales. En al medida en que allí, el propio Lacan, participa de manera esencial en la producción de una obra, una enseñanza, donde el sujeto que la enuncia no se puede excluir, de ningún modo. Excluirlo es perderse.
Bueno, espero haberlos dejado con bastantes preguntas, no tenemos tiempo para poder abarcarlas. Lo que les puedo ofrecer de alternativa es que a la clase que viene, le dediquemos un espacio a las preguntas que ustedes traigan. Ustedes me pasan las preguntas que elaboren en la semana, y vamos a desarrollar la clase desde ahí, para que les empiece a contar algo sobre los distintos sistemas de lectura que se conocen sobre la obra de Lacan. ¿Estamos de acuerdo? Entonces, hasta la próxima.

Notas:
(1) La temática de la segregación, en Lacan, es presentada casi siempre como un efecto estructural. Es decir, para Lacan se trata de un aspecto asociado insistentemente al orden simbólico de la ciencia que, como tal, segrega lo subjetivo. Por ello, Lacan no “protestaba” contra la segregación sino que trataba de asumir sus efectos en cuantos tales, especialmente en cuanto a los modos de agrupación de los psicoanalistas en las instituciones, y a partir de allí, disponer la mejor estrategia posible para no estancarse en dicha segregación. Ver: Lacan, Jacques (1967) La proposición del 9 de octubre, en Rev Ornicar, nro 1, Petrel, Barcelona,1981; Lacan, Jacques (1967) Discurso de clausura de las jornadas sobre psicosis infantil, en Psicosis Infantil, Nueva Visión, Buenos Aires, 1971; Lacan, Jacques (1969-70) El Reverso del Psicoanálisis, Seminario 17, Paidós. Buenos Aires, 1992.
(2) Jorge Alemán, en la presentación del libro de Jacques –Alain Miller, “Los signos del goce”, organizada por la Biblioteca del Campo Freudiano de Madrid en el Circulo de Bellas Artes, el 20 de marzo de 1999, se ha referido a Miller como “aquel que desde afuera se hizo íntimo, organizó por primera vez en la historia, una clínica lacaniana inteligible y transmisible, un orden de problemas con respecto a la práctica del psicoanálisis y su carácter epocal inédita, una imbricación entre los cambios axiomáticos en la enseñanza de Lacan y su correlato político de escuela”. Con ello, recordamos aquí que no nos anima ningún propósito de ser ni los únicos ni los primeros en articular la enseñanza de Lacan con los avatares institucionales de su escuela.
(3) Recordemos que el “pase” consistía en un procedimiento institucional optativo que colocaba a un candidato” o alumno” en posición de relatar, a terceros llamados “pasadores”, las razones por las cuales había decido pasarse” de la posición de analizantes a la de analista. Estos “pasadores”, a su vez, le comentaban el testimonio recibido a un jurado, compuesto por viejos AEs y por Lacan, que tenia el voto decisivo. Así, por el testimonio de terceros”, se decidida si alguien había hecho el “pase”, o no. A partir de ser reconocido como “habiendo hecho el pase”, el nuevo psicoanalista era nombrado como “analista de la escuela” (AE). Este procedimiento suponía que con las experiencias de pase”, se vaya generando, con la contribución protagónica de los nuevos AE, una enseñanza renovada tanto de la teoría del “fin del análisis” como del “pase”, en cuanto dispositivo necesario para la formación psicoanalítica misma.
(4) Perrier, Francois (1970), en Cuaderno Azul, en el Cuento de la buena pipa, Petrel, Barcelona, 1981,p.226-7, sostiene lo siguiente: “Este ejemplo puede contribuir a que los miembros del “cuarto grupo” mantengan abiertos algunos interrogantes: ¿La problemática del ser analista puede superponerse a la del ser analizado? ¿Puede el análisis didáctico situarse fuera de la alternativa de lo ya terminado o de lo ya interminable, cuando el acceso a la practica psicoanalítica esta confirmado como la realización del deseo? El didacta, de echo o de derecho, ¿puede seguir defendiéndose como el eje del análisis, cuando este, en sus pasajes reglamentado al acto, coloca al analizado en condición de medico? ¿Se puede hablar de transferencia o no debemos hablar mas de ella, cuando la meta del deseo es el saber, en sus partes accesibles? ¿Que significa hablar de su análisis para un alumno o, cuando para un paciente es siempre transgresión del secreto del dialogo en curso, mediante una escapatoria o evitaciones? ¿Como sostener analíticamente el discurso del alumno de otro, a efectos de peritaje, cuando el sujeto mismo, divido entre la regla fundamental y su preocupación por su magisterio, no puede saber si debe recostarse o sentarse? ¿Como precisar los criterios de habilitación para el ejercicio del análisis, si sigue habiendo una confusión entre los exámenes de pasaje (que llevan al campo freudiano a la tradición universitaria de los jurados magistrales ) y el receso probatorio de calificación que (no resumiéndose en ningún ceremonial de pase”) asocia a los analistas mas jóvenes con sus mayores , en una larga disciplina común de intercrítica?...”etc.
(5) Lacan, Jacques (1980): en Rev la Escuela, FCFA, Manantial, Buenos Aires, 1989, p.18-19. y también en Rev Aportes, Discurso freudiano/ Escuela de psicoanálisis, Buenos Aires, 1985,p.36-8
(6) chatear, es un neologismo que deriva del verbo ingles to chat: charlar. Chatear es una expresión que se utiliza para describir la acción de “conversar” por Internet, en tiempo real, con otros interlocutores.
(7) Esta característica segregacionista, por cierto, es compartida con la historia constitucional del psicoanálisis ortodoxo, es decir, el de la línea de la IPA (ver Roudinesco 1997:265-7). Sin embargo, el grado de conexión entre las escisiones y la teoría, en la línea lacaniana, es aun mas fuerte. En el lacanismo, lo singular es que no se cambia de teoría aunque se cambie de grupo político o de institución. Por eso, las diferentes posiciones políticas que históricamente van apareciendo en el lacanismo, y por lo tanto, van modificando las lectura del mismo discurso teórico, en realidad, quedan mas o menos ocultas por el uso del mismo lenguaje. Para percibir las diferencias, es necesario que uno se adentre un poco mas en la historia de las segregaciones grupales nacidas en relación al uso del mismo lenguaje teórico lacaniano.
(8) Masotta, Oscar (1965): Roberto Arlt, yo mismo, en Conciencia y Estructura, Corregidor, Buenos Aires, 1990, p 189-206.
(9) para mayor información sobre Masotta ver: Izaguirre, Marcelo (comp) “Oscar Masotta, el revés de la trama”, Atuel-Anafora. Buenos Aires.1999.
(10) Lacan, Jacques (1964) actas de fundación de la Escuela Freudiana de Paris, en Rev Aportes, Discurso Freudiano/Escuela de Psicoanálisis, Buenos Aires, 1985, p.26-36
(11) Lacan, Jacques (1972-3f) : Aun, seminario XXX, Paidós. Buenos Aires, 1981, p.9
(12) Lacan, Jacques (1954-5) : el yo en la teoría de Freud y en al técnica psicoanalítica, seminario II, Paidós, Buenos Aires, 1983,p.463
(13) Sperber, Dan y Wilson, Deirdre (1986): la relevancia: comunicación y procesos cognitivos, Visor, Madrid, 1994.


Capitulo 3
La lectura del Otro

En las clases de esta segunda parte del seminario vamos a ver varios sistemas de lectura de Lacan. Distintos modos de “interpretación” de la obra lacaniana. En relación a ello, hoy indagaremos los motivos por los cuales no les resulta tan evidente eso que hemos insistido en demostrar durantes las dos primeras clases, a saber, que la teoría lacaniana implica fuertemente la implicación subjetiva del analista mismo en su enunciación.
En la práctica académica de la universidad –aunque fuera de ella también- estamos muy poco habituados a la lectura “subjetiva” de los textos. Pues, el saber científico se trasmite en función de cierto modo de exclusión del elemento sujetivo, a favor de la objetividad. Es una cuestión básica en la trasmisión del conocimiento científico.
En este sentido sufrimos una determinación institucional muy fuerte. Es una variable de peso, si lo que tenemos como tarea es poner en consideración los modos en que se trasmite el psicoanálisis, por ejemplo, en la universidad. Por tal motivo sostenemos que existen determinaciones fuertes para que no les resulte tan familiar –aquí, como también en otros sitios- la aceptación de que la enseñanza de Lacan indique, tan en primer plano, la importancia del sujeto del saber, en tanto enunciador.

La dimensión del ser hablante

En una obra tan extensa como la de Lacan –que abarca casi cincuenta años, si tomanos en cuenta que publica su tesis “psicoanalítica” en psiquiatría en 1932, y muere en 1981- es lógico suponer que se producen variaciones conceptuales, temas que cíclicamente se retoman, otros que desaparecen, y nociones que se van transformando. Es decir, en Lacan se registran variaciones de los términos y los conceptos teóricos en función de las distintas épocas, y los distintos formatos que se va teniendo la teorización, o mejor cabria decir, de las diferentes instancias discursivas que sufre la trayectoria didáctica de Lacan.
Una primera cuestión para abordar en este estudio, y que hov no vamos a dejar de subrayar –es por una buena razón que elegimos empezar por allí- es la cuestión del carácter discursivo de la enseñanza que Lacan prosigue en su seminario. Podría incluso tomar nuestro cuidado en resaltarlo como un suerte de homenaje. Rescatar la implicación subjetiva del mismo Lacan en su discurso teorizante es un acto que se conecta con la temática del ser hablante, del hombre en tanto habitado por el lenguaje.
Para Lacan, la subjetividad tiene que ver con la dimensión del ser hablante. Lacan inventa un neologismo para definir al ser hablante: parletre, una palabra en francés condensa el ser (etre) con el hablar (parler). Esta es una definición que se entiende en función de la práctica discursiva propia del psicoanalista, que se distingue así de cualquier otra definición “psicologista” del sujeto. En todo caso, existen en Lacan referencias filosóficas que le permiten desarrollar la idea. Entre los filósofos que lee lacan mencionemos a Hegel y Heidegger.
La cuestión del sujeto en tanto ser hablante resulta básica para comprender las razones que llevan a Lacan a definir su “posición analizante” en el discurso del seminario. Del mismo modo, también es una idea que determina fuertemente el riguroso cuidado que deposita lacan en el mantenimiento de un estilo que, ya lo hemos mencionado la vez pasada, busca la semejanza con el del inconciente.
Sin embargo, lo que mas nos interesa resaltar con la cuestión del “estilo” y la “posición analizante “ de Lacan, es que son cuestiones nodales para entender porque existen diferentes “lecturas” de Lacan. Pues, el estilo y la posición analizante de Lacan, a cambio de cerrar las exclusas del sonido referencial abren las compuertas de la interpretación textual. Se trata de un uso instrumental del estilo que se mantiene en un todo de acuerdo con aquello que parafraseamos la clase pasada: la enseñanza de Lacan es la lectura del Otro (de acuerdo a la formula: el inconsciente es el discurso del Otro)

El análisis original

En efecto, Lacan realiza un verdadero rescate de la enunciación del analista en el desarrollo de su teorización. Fundamentalmente, por entender que forma parte de un desarrollo lógico que parte de un principio, de un origen., que Lacan mismo localiza. Esa localización del origen se encuentra, por ejemplo, en el texto que ya hemos trabajado, a saber, “la Proposición del 9 de octubre”. Allí es claramente mencionada la situación como lo que el llama un “análisis original”
Lacan se refiera con esa expresión al análisis que lo formó al propio Freud. Lacan reflexiona constantemente con esta idea en la cabeza, en función de la enseñanza del psicoanálisis. Constantemente rescata, indaga y explora la situación “primordial” freudiana, la situación de aquel psicoanalista –Freud, el “primero”- que no contaba con una teoría psicoanalítica previa, antes de convertirse en psicoanalista.
Para Lacan, esa situación “original” freudiana es un dato decisivo de la experiencia psicoanalítica, que debe articularse con la enseñanza de un modo coherente. (19)
Lacan piensa que todos los psicoanalistas somos un poco ese “primer” Freud. Para Lacan, todos estamos en el campo freudiano en función de esa primera situación que tuvo que atravesar Freud.
En un sentido contrario a la situación de Freud, hoy en día, al igual que para Lacan, y para todos los que seguimos el camino inaugurado por Freud, existe un cuerpo teórico que podemos llamar psicoanálisis, en función de una articulación de conceptos. En verdad se trata de un cuerpo bastante maltrecho, y a veces un poco deforme. Pero existe en cuanto tal, y se enseña en función de una articulación de conceptos. También es verdad que se trata de un cuerpo que cuenta con varias versiones en función de sus variados modos de aplicación al campo de la práctica. Por ello es que existe lo que solemos denominar kleinismo, lacanismo, psicología del yo, etcétera.
Pero, por otro lado –es que insiste Lacan- es cuerpo teórico, esa articulación de un saber en forma de conceptos, es algo que resulta puesto en reserva cada vez que el analista se encuentra con un paciente. Hay allí una reserva del saber psicoanalítico “general”, cada vez que ocurre el encuentro “singular” con el paciente. Es allí, entonces, cada vez que comienza un análisis, donde el analista se encuentra en la misma posición de Freud: deberá inventar algo que se puede llamar la dimensión del saber “singular” del sujeto; algo que ya Lacan había calificado como “discurso del Otro”. En definitiva, se trata de lo que Lacan entiende como el inconsciente.

El saber del psicoanálisis

La dimensión del inconciente, en tanto discurso del Otro, es singular porque es subjetiva. Aun poniendo en juego un marco teórico general previo, el analista debe crear una dimensión singular de ese sujeto, y eso lo logra
Porque nada le va a asombrar, porque no va a preferir que el paciente hable mas de un tema que de otro y, además, le va a prestar una atención muy relativa al hilo lógico del dialogo. Estamos hablando de la atención flotante, la abstinencia y la neutralidad.
Escuchando el discurso del paciente de esta forma, en lo que constituya la posición simbólica del Otro, se localizan los significantes como “despellejados” del sentido que habitualmente le suponemos. El resultado del despojamiento del sentido común de las palabras arroja como saldo un nuevo discurso, donde el Otro dialoga con el sujeto que los significantes permiten localizar, este nuevo discurso es portador de un saber singular del sujeto. Pero no es un saber “científico”, ni para el sujeto ni para el Otro. En todo caso podemos decir que se trata de un saber que habla singularmente del deseo inconciente del sujeto.
A Lacan le interesa esta situación donde el saber general previo del psicoanalista es puesto en reserva, y por eso, nos conduce a ese “primer psicoanalista” Freud. Nos lleva a ese Freud que no poseía un saber psicoanalítico previo, que a medida que va atravesando su experiencia clínica de encuentro con la subjetividad singular, va inventado un campo de experiencias, inédito hasta él, va inventado el psicoanálisis, tratando de acomodarse a lo que allí sucede. El resultado de ello, como sabemos, es que Freud sistematiza lo que va registrando, por lo cual va desarrollando un método, un método que luego se encargo de transmitir.
Es a partir del método del psicoanalista que se van a justificar toda una serie de consecuencias. Es decir, se va a plantear alguna teoría que responda a lo que se observa de su aplicación, y se va comprobar de algún modo su eficacia de cura. Es lo que Freud intenta mantener bajo control. Por ello, va modificando su pensamiento teórico en base a los cambios que registrara en la experiencia. De allí los distintos momentos de la obra freudiana que es necesario conocer para su estudio fructífero.
Desde esta posición freudiana, Lacan reflexiona, trata de pensar el psicoanálisis y es totalmente original. Su pregunta es, entonces, ¿como se formo Freud?, ¿que fue lo que lo convirtió a Freud en psicoanalista?.
Lacan retoma una de las cosas que siempre se ha sostenido –aun con diferentes matices- en torno a la relación “originaria” de Freud con Fliess, en el contexto del “autoanálisis” de Freud. Ese autoanálisis, como sabe, era comentado por Freud –casi siempre por carta- con su amigo Fliess. Es esa relación tan particular la que originalmente toma Lacan como modelo de formación psicoanalítica.
Para Lacan, se trataba allí de una suerte de análisis personal de Freud. Y pues, observa Lacan, era a partir de lo que pasaba en ese “autoanálisis comentado” que Freud iba inventando diferentes maneras de plantear las cosas, en el campo de la practica con sus pacientes. De allí su importancia estratégica, piensa Lacan. Por ello, Lacan se interroga y dice, entonces, ¿que es lo que forma a un analista?

El saber en fracaso

No perdamos de vista que todo este planteo lacaniano sobre el análisis “original” de Freud con Fliess, y sus consecuencias formativas para la invención del psicoanalista, constituye un paso previo y necesario para que ustedes puedan determinar de donde surge la exigencia lacaniana de mantener una coherencia con la definición de su posición –en la enseñanza del psicoanálisis- como una “posición analizante”.
Veamos, entonces : ¿que hacia Freud con Fliess, en esa posición analizante? Le pregunta cosas, le decía cosas, le contaba sus sueños, por ejemplo. Pero, ¿sabemos acaso como pensaba Fliess? ¿Tenemos algún dato sobre que tipo de teorías manejaba? ¿Sabemos, por ejemplo, si era un profesional reconocido? Eso es muy importante. Entonces, si les tengo que recomendar algo para profundizar este punto, es que lean un poquito mas sobre Fliess. ¿Porque? Porque Fliess era un otorrinolaringólogo un poco delirante. Fliess tenia la teoría de que las neurosis estaban basadas en la herencia, en función de la perdida gradual del olfato en la evolución de la especie humana, de acuerdo a ello hablaba de la “neurosis refleja nasal”. Fue a raíz de esa teoría que, por ejemplo, le opero la nariz a Freud extrayéndole tejidos adiposos. Freud, entonces, le creía.
También le creyó a su venerado amigo cuando dejó que opere a una de sus pacientes – que luego llamó Irma- y que, por dejarle uno cuentos metros de gasa “olvidados” en su nariz, que casi la matan de una hemorragia infecciosa, termino ocacionándole a Freud aquella famosa pesadilla, conocida como “el sueño de la inyección de Irma”. Allí se ve a Freud avergonzado por el tratamiento que le brindo a su paciente. Ese es el Fliess del que habla Lacan, pero ¿que hay de la posición analizante de Freud?
Antes de pasar a la respuesta, déjenme decirles que la teoria fliessana sobre las neurosis reflejo nasales también tenia que ver con un ciclo de periodicidades que era de veinte y tanto días para mujeres y otros veinte y tantos para el hombre. Es decir, era un planteo delirante para alguien que, como Freud, estaba en contacto diario con la realidad de la clínica. Fliesss, no obstante, era un delirante idolatrado por un Freud que, por otra parte, realizaba planteos clínicos absolutamente racionales y rigurosos.¿ Como puede explicarse entonces esta relación que aparentemente, es tan contradictoria? Si agregáramos datos de esta relación, bueno seria no olvidar que Freud se reunía periódicamente con Fliess, en sus famosos “congresos”, una buena excusa para ejercitar la aflicción freudiana por los viajes.
Lo que toma en cuenta Lacan para comprender la complejidad de tal relaciones que el analista, en este caso Fliess, no tenia necesidad de representar ningún saber reconocido y racional, sino que, simplemente , debía soportar la función de una suposición de saber. No importaba en realidad que Fliess –el “medicastro”, como lo llama Lacan en la “proposición”- supiera de verdad de que el estaba hablando Freud. Obviamente, ni siquiera hacia mucha falta que dijera algo interesante y/o coherente
Para Lacan si es leída como un “análisis original”, la relacíon de Freud -como analizante- con Fliess –en posición de analista- constituye la demostración cabal de que el “análisis de formación de Freud” dependía mas del trabajo elaborativo de Freud, en la posición analizante, que de los meritos del saber previo del “analista “ Fliess. Solo bastaba con que Freud supusiera que, de alguna forma, se entendía con él. Esta es la base de lo que Lacan va a llamar transferencia o sujeto supuesto saber.
En la “Proposición”, Lacan dice:
“dirigiéndome a otros, produciría de entrada lo que este término (Sujeto Supuesto Saber) implica de caducidad constitutiva para el psicoanalista. Ilustrándolo con el caso original. Fliess, es decir, el medicastro, el cosquillador de narices, el que pretende hacer resonar los ritmos arquetípicos -21 días para el macho y 28 días para las hembras- es decir, ese saber que precisamente se supone basado en redes distintas a las de la ciencia que, ya para esa época, se especificaba por haber renunciado a tales redes” (p.15)
Como pueden apreciar, Lacan sostiene que el caso “original” es del de Freud con Fliess, y señala la clase de saber “metafísico” o “místico”, que sostenía teóricamente Fliess, como un saber opuesto al saber científico. Para Lacan, este análisis “original”, es el mejor ejemplo de que lo que importa para un psicoanálisis de formación no es el saber previo del psicoanalista. Por ello habla de caducidad constitutiva del psicoanalista, es decir, que el psicoanalista no se especifica como tal a partir de “su” saber previo y propio.
En función de ello, Lacan a continuación agrega:
“esta mistificación –que redobla la antigüedad del saber medico- bastó para abrir el lugar donde después se alojo el psicoanalista”.
Es decir, se abre allí, en relación al saber degradado de Fliess, el lugar que luego va a ocupar Freud, como psicoanalista. Se trata de un saber en falta, un saber “en fracaso”, como también lo llama Lacan ¿como enseñar a los psicoanalistas a soportar la función transferencial de un saber así caracterizado? Pero también, nuevamente, que hay del Freud en posición analizante?
A esto responde Lacan, en el mismo párrafo:
“¿que significa esto si no que el psicoanálisis depende mas bien de aquel que debe ser llamado el psicoanalizante: Freud , el primero en la ocasión?. Con ello se demuestra que se puede concentrar en Freud la totalidad de la experiencia. Lo que por ello justamente no constituye un autoanálisis.”
Freud, como “primer analizante”, es entonces el que realiza el trabajo de la transferencia, debido a la cual ensalza a Fliess y su saber. Lacan, al contextuar el autoanálisis de Freud en la relación “amistosa” con Fliess, lee en Freud al primer analizante que “pasó” a la posición del analista. Con ello se explica por que Lacan sostiene que la construcción del psicoanálisis no se definió por el saber de Fliess –que dejaba bastante que desear- sino por el trabajo transferencial de Freud.
Ahora bien, ¿como resolvió Freud su situación transferencial con ese saber? ¿Que sucedió lógicamente como para que luego él tomara a su cargo inventar otro saber-hacer que llamo psicoanálisis?
En este sentido, se despeja el terreno para una nueva manera teórica de plantear el fin de un análisis: devenir psicoanalista. Para Lacan, si la transferencia tiene que ver mas con el saber supuesto que con el saber científico, la liquidación de la transferencia –al final de un análisis- significa la caída de ese supuesto saber.
Al caer ese saber, que es el saber del Otro, el del discurso interpretativo del Otro, el saber inconsciente que localiza al sujeto en los significantes, lo que cae también es el sujeto que ese saber del Otro suponía en cada interpretación. Esta parte de la operación analítica, en tanto atañe a la posición analizante, Lacan la denomina “desuposición” o “destitución subjetiva” porque al caer el saber y el sujeto que este suponía, es lo mismo que decir que se “desupone” el sujeto de ese saber.
No olvidemos que ese saber interpretativo del Otro, que finalmente debe caer, es un saber que habla, como toda interpretación, de las posiciones inconscientes del sujeto, es decir, de las identificaciones que hacen sufrir al paciente. Por lo tanto, al caer ese saber y decir que cae el sujeto que ese saber supone, lo que estamos diciendo es que el paciente también, con ello, va dejando de sufrir de sus determinaciones inconscientes.
La suposición de ese saber en la posición del Otro, como lo aclara muy bien Lacan (20), no depende de que el analista que ocupa esa posición tenga que saber gran cosa. Eso es lo que intenta demostrar con el caso del “análisis original” de Freud y Fliess. Es un saber que el propio método psicoanalítico, por vía de la asociación libre, supone. Esto es algo que Freud, por ejemplo, ya ponía en práctica con su autoanálisis. Por eso Lacan distingue la suposición de saber transferencial, que Freud generaba con su autoanálisis, del saber medico “mistificado” que efectivamente poseía el portador de la función transferencial, que era Fliess.
Por lo tanto, de acuerdo a todo lo anterior, al caer el sujeto supuesto saber del Otro –que Lacan lee como fin de la creencia de Freud en Fliess- se termina el análisis. Y con ello, aparece el sujeto Freud haciéndose cargo de su deseo. Es decir, deja de estar determinado por del deseo del Otro y su saber. Tal como lo leería Lacan, es allí, cuando cae el saber supuesto, que Freud se supone del saber flieseano, y que tiene su pelea teórica con Fliess por la cuestión del “plagio” de ideas. ¿Que significativo, no?
De alguna manera el que se sintió desairado por la operacion analitica fue Fliess, no Freud. ¿Porque? Porque Fliess creía en serio en su saber. Por eso Lacan dice que al posición psicoanalítica tiene algo de caducidad constitutiva, en relación a que el analista no debe creer en “su” saber previo, porque su saber esta caduco de entrada. Lo que debe hacer el analista, en la cura, es olvidar su saber previo, a través de la abstinencia, la neutralidad y la atención flotante, y generar el saber supuesto a través de la interpretación.
No se preocupen ahora demasiado si no alcanzan a entender la profundidad de lo que acabo de explicarles sobre la teoría lacaniana de la transferencia. Ya la abordaremos, paso a paso y en detalle, mas adelante. Por ahora, solo necesitaba seguir la secuencia lógica por la cual Lacan deduce que Freud pasó de la posición analizante a la posición del analista, no sin relevar el saber supuesto de Fliess, a través del trabajo de liquidación de la transferencia que tiene todo análisis.

El saber-hacer del analista.

Para Lacan, si Freud construyó algo por si mismo, que fue el psicoanálisis, está claro que no fue por el saber de Fliess sino por lo que para Freud tomo su lugar, y que era su propio saber-hacer. Hay entonces una significativa diferencia entre el saber-hacer, que resulta del final de un análisis, que surge como relevo del saber del Otro, y el saber-síntoma, que todo el tiempo remite a las interpretaciones del Otro. El saber-hacer es sin el Otro, es el resultado de una “separación” del Otro. En cambio el saber-síntoma no es sin el Otro, es un constante enredo del sujeto en la “alienación” con el Otro. Para Lacan, el saber–hacer de Freud fue la invención del psicoanálisis como disciplina, como profesión e investigación. Fue el resultado de la situación del saber del Otro (fliessano), por el saber-hacer propio, singular del sujeto Freud.
De todo esto se desprende consecuencias lógicas que Lacan trata de mantener en rigurosa coherencia con el echo de “enseñar” que es el psicoanálisis. ¿Es un saber? ¿Es un saber-hacer? Y en todo caso, ¿como se transmite?
Lo que es seguro es que el estilo y la concepción de la posición analizante de Lacan, en la enseñanza, constituyen una respuesta coherente con todo este planteo. Sin captar esta dimensión del ser hablante, en lo que tiene de determinante, respecto de la enunciación de un saber, cualquiera sea, es muy difícil justificar el porque Lacan adopta ese modo de expresarse que le es tan característico y singular dentro del amplio espectro de psicoanalistas. Se tornaría muy difícil entender que razones lo podrían avalar para actuar, a conciencia, de esa forma.
Como dijimos, hoy en día experimentaremos una situación contraria a la situación de Freud. Pues, luego de Freud, existe un cuerpo teórico que podemos llamar psicoanálisis, en función de una articulación de conceptos. Esa articulación de conceptos puede trasmitirse como un saber teórico. De echo, no ha dejado de suceder así en todos los ámbitos de trasmisión y formación psicoanalítica, incluyendo las universidades. Incluso es lo que recomendó Freud en relación a la incorporación del psicoanálisis a los programas académicos universitarios. El punto no es ese.
Lo que se pregunta Lacan es si esa es la manera mas rigurosa de trasmisión psicoanalítica, y encuentra fundamentos suficientes como para iniciar otra modalidad, en un contexto político institucional que –como vimos en las reuniones pasadas- no solo se lo permitía sino que casi lo obligaba. (21)
De tal modo que, la enseñanza lacaniana, no es concebida como una “simple teoría”, que se puede transmitir sin las huellas de su enunciador. Esto en cuanto a su forma. Ahora bien, en cuanto a su contenido, se presenta el problema de que como tal debe ser, a su vez, una enseñanza que hable de psicoanálisis. Y allí se corre el riesgo de que vuelva a ser leída o escuchada como un “saber teórico” mas.
Para prevenir ese posible corrimiento, Lacan le da a su enseñanza la impronta de un estilo que conserva en su rigurosa lógica las marcas de la experiencia analítica freudiana, en relación al saber supuesto, al saber del Otro. Por este motivo Lacan sostiene que su posición de sujeto, en su discurso teórico, responde a una posición analizante. Por lo tanto, se cumple la “transmisión del psicoanálisis” en su enseñanza, no por medio de alguna mejora pedagógica en la transmisión del psicoanálisis como saber teórico, sino a través de un discurso que con su estilo y la posición de su enunciador fuerza la emergencia de un saber del Otro, que debe interpretar el discurso de Lacan como en la posición del psicoanalista en la cura.
Con esto subrayamos el rasgo del estilo lacaniano, en su función mas compleja. E insistimos en el hecho de que Lacan efectúa así una vuelta de tuerca mas con respecto a Freud, pues, hasta Freud, el saber del otro (fliessano) alcanzó solo para que Freud se destituyera o se separase de él, y luego construyera con su propio saber-hacer un nuevo proyecto singular que se llamo psicoanálisis. Después Lacan, ese nuevo proyecto freudiana, que mientras tanto se había convertido en un saber teórico mas, no puede transmitirse coherentemente, en su mas profunda complejidad, sino destituyéndolo como tal, asumiendo una posición analizante nuevamente , para que sea el Otro –el auditorio y/o los lectores- los que logren estar a su altura.
Todo el planteo lacaniano sobre el “análisis original”, entonces, resulta para Lacan mismo una guía acerca de cómo se debe enseñar psicoanálisis. Como decimos habitualmente, le permite a Lacan fijar “desde donde” se debe enseñar psicoanálisis. Y la respuesta no es: desde una posición profesoral, sino todo lo contrario. Pues, no debería el psicoanalista enseñarlo como si fuera un saber “acabado”, “completo”, en fin, ni siquiera “científico”. Al contrario. No es por las bondades de su saber científico previo que un psicoanalista ocupa esa posición para un sujeto. Entonces no se debe enseñar psicoanálisis como si la meta fuera esa.
En todo caso, nosotros aquí, en la universidad, podemos preguntarnos por la enseñanza académica del psicoanálisis: ¿es legitima? ¿Es valida? ¿Cuales serian sus limitaciones? La respuesta la podemos encontrar tanto en Freud como en Lacan. Ninguno de los dos se mostró reacio a que el psicoanálisis entrara como “teoría” a los ámbitos académicos. Al contario. Esto quiere decir que, por lo pronto, deberíamos poder distinguir entre los alcances de lo que propone Lacan como su “enseñanza” y los de aquello que se dicta como “teoría psicoanalítica” en las cátedras universitarias, y en otros lugares mas. Y sin profundizar en el tema, ya que tendremos la oportunidad de volver mas adelante sobre ello, con muchos mas datos, podemos agregar que la principal diferencia de alcance que tiene un modo de transmisión respecto del otro, es que en el caso de la “enseñanza” de Lacan la meta es obtener un efecto sobre el plano subjetivo del deseo del Otro (lector, interlocutor). En cambio, en el modo de transmisión académica del psicoanálisis, la meta es rendir un examen obligatorio en el desarrollo de una carrera. Es decir, que mas allá del deseo singular de un estudiante de psicología, por ejemplo, se debe aprender una teoría y dar pruebas de ello, aunque la orientación profesional del estudiante en cuestión sea distinta incluso a la clínica. Es decir, en un caso se apunta a un efecto de singularidad en la trasmisión, porque implica al deseo del sujeto, y en el otro caso, se apunta a una generalidad establecida para todos.

El efecto suposición

Volviendo a los nuestro, que un psicoanalista enseñe psicoanálisis, propone Lacan, depende mas bien de que ocupe una posición analizante en su discurso, para que el Otro pueda interpretarlo a partir de su posición de interlocutor o lector. Pero simultáneamente, el mismo despliegue de su saber debe generar suposición. Tenemos en la enseñanza de Lacan, por una parte, posición analizante del analista, y por la otra, generación de un efecto de suposición de saber. He ahí las claves de lectura del “estilo” lacaniano.
Como pueden apreciar, a partir de todo lo que hemos visto hoy, y que puedo considerar como bastante novedosa para muchos de ustedes, en el estilo de Lacan se combinan de un modo muy particular el saber inconciente y la transferencia, en función de una concepción –inédita hasta Lacan- de lo que es una enseñanza de psicoanálisis. Lacan entonces implementa con este estilo una doble referencia cruzada entre:
En principio esta es una mezcla extraña porque en el estilo de Lacan se reúnen en la trasferencia (en relación a la cuestión de la lectura del Otro) como forma y contenido a transmitir. El contenido teórico se ve influido directamente por la forma de decirlo (lo que implica la enunciación de Lacan) y la forma de decirlo es parte del contenido teórico a transmitir como enseñanza. De este modo podríamos legítimamente plantear que la enseñanza de Lacan, por el estilo que tiene, implica un especie de “morderse la cola” o mas elegantemente, se comporta como una banda de Moebius, entre una enunciación con valor de forma y una enunciación de valores de contenido. Si vamos mas lejos, podríamos agregar que el agujero del medio quedaría sanjado como el lugar del saber.
De esta manera, el estilo de lacan transmite un saber, en “falta”, que resulta estructuralmente necesario mantener en ese estado central y ausenta a la vez, no totalizado, representado solo por el trayecto de su ausencia concreta. Un saber que se trasmite entre uno y otro recorrido, a través de la banda topológica. Pero el impulso para recorrer esta enseñanza moebiana, por estructura de formas y contenidos, debe ser el deseo del sujeto.
Asistimos a un despliegue de pensamientos, nociones e ideas de Lacan que transcurre entre una y otra enunciación, de forma y de contenidos, según los diferentes cambios de nivel que opera el estilo. El resultado es el desarrollo de una teoría discursiva y de un discurso teórico, que van progresando en el sentido de la banda de Moebius. Retornando al mismo lugar de maneras distintas. A cada vuelta, a cada cambio de nivel de enunciación, se va creando un nuevo punto de partida para trabajar esos mismos temas de maneras diferentes, o trabaja diferentes temas de una misma manera. Esta es una característica propia del modo de trasmisión lacaniana, es decir, de la enseñanza, por oposición al modo de “saber teórico”, que tiene un desarrollo didáctico siempre mas lineal.
Como ya vimos, la base que toma Lacan para esta propuesta de trabajo de nociones y conceptos psicoanalíticos –y de otras disciplinas también- reside en la lectura que efectúa de la relación Fliess y Freud, en el contexto del autoanálisis de Freud. Como consecuencia lógica de ello, su enseñanza debe ser isomórfica al discurso analítico y al análisis de formación de los analistas. Pero también, como vimos en la clase anterior, esta “posición analizante” de Lacan no carece de deseo, en relación a toda la historia de sus avatares político-institucionales y a su desautorización como psicoanalista didacta.
La enunciación lacaniana es barroca, retórica y se va tornando, en su búsqueda rigurosa de coherencia, cada vez mas lógica, y hasta matemática. Ya lo veremos en detalle, dentro de unas pocas clases, pero siempre persigue articular la misma composición de un saber “degradado”, no apto para el consumo inmediato y fácil. Por el contario, en su “falta” misma genera suposiciones antes que certidumbres. Este dato es fundamental para que se animen a confiar mas en la propia lectura que vayan haciendo de Lacan.
El reflejo fiel de ese propósito de generar suposición se localiza en los diferentes enunciados teóricos que va formulando, sin afán de sistematicidad, aptos para la suposición de lo que se escurre, de lo que falta. Por ello, los diversos modelos teóricos que, a lo largo de distintas épocas, va elaborando en su enseñanza, se transforman en verdaderas formalizaciones de eso mismo que allí falta. Efecto que logra Lacan a partir de los distintos niveles de enunciación que va adoptando a, a veces, en un mismo párrafo.

Para leer a Lacan

Ahora bien, podríamos perfectamente plantear que eso que falta en los enunciados y en los modelos es justamente la enunciación de Lacan. ¿Como transmitirían ustedes esa idea? Esa es la cuestión.
Los modelos teóricos lacanianos, que veremos uno por uno, pueden tomarse como representantes de lo que falta siempre representar y que, estructuralmente, siempre debe faltar. A la enseñanza lacaniana opera ese doble cruce entre forma y contenidos, entre transferencia y saber inconciente, porque se sostiene en real de la falta misma. Y esa falta, por supuesto, implica una condición universal en torno al deseo, deseo que tiene que ver con aquel que quiere formarse en Lacan. No deja la falta afuera, para completar un saber, Lacan no busca la totalización sino la exhibición de la falta misma en el propio discurso teórico del psicoanalista.
El estilo lacaniano, con su extraño parentesco fliessano, genere suposición, es decir, genera trasferencia. Es una buena razón para justificar que haya tenido tantos seguidores que, como los argentinos, ni siquiera lo conocimos. Es un estilo que sabe mantener –tanto por forma, como por contenido- el desarrollo de la teoría discursiva y del discurso teórico, a nivel de lo mas superficial y a la vez lo mas velado. Resulta una modalidad que exhibe a los temas produciendo cierto “engaño” al sentido común. Po eso es un estilo que no busca “convencer” con argumentos racionales, desarrollados metódica y sistemáticamente. No, solo persigue la meta de “mostrar”, y no demostrar nada. Si se demuestra algo, y se convence al otro, no se genera la suposición que el saber del Otro, como lectura, debía producir.
¿Están al tanto del affaire Sokal? Fue una denuncia. Una jugada picaresca del físico nortemericano Alan Sokal que, para denunciar las oscuridades, falacias y abusos de teorías y modelos científicos, por parte de autores posmodernistas, inventó un articulo que armó como un collage, donde articula ficticia y maliciosamente, diversos modelos y teorías matemáticas, lógicas y físicas con el pensamiento de varios intelectuales de la ciencia sociales, entre los cuales incluye a Lacan. Sokal escribió el artículo, llenándolo de citas de Lacan, Baudrillard, Kristeva, Paul Virilio, y otros, conjuntamente con la exposición de diferentes modelos lógicos y físicos, hasta topológicos. Luego lo envió a la prestigiosa revista norteamericana Social Text, para probar que, si lo publicaban, eso demostraba su hipótesis de que cuanto mas oscuros y falaces son los planteos posmodernos, mas prestigio académico y mayor autoridad intelectual suponen. En pocas palabras, que el pensamiento posmoderno y su consumo intelectual en USA, es una “maquina engañabobos”. Efectivamente, la revista lo publico. Sokal entonces escribió otro artículo, a otra revista, denunciando el fraude y la maniobra que había realizado para comprobar su punto de vista. Se armo el escándalo. Unos defendiendo la osadía intelectual de Sokal, y otros acusándolo de anti-frances (ya que en su mayoría los autores citados por Sokal eran franceses).
El articulo de Sokal se llama : “transgrediendo los limites: hacia una hermenéutica transformativa de la gravedad cuantica”. El pomposo titulo esconde toda una serie de disparates, sin mayor ilación lógica, manteniendo un tono de alta reflexión filosófica. (22)
Cuando Sokal explico la artimañaza, se había dado el gusto de demostrar, por el absurdo, que en el ambiente académico de las ciencias sociales “esta instalada la idea de que un texto, cuando mas oscuro y hermético, mas profundo es”. Luego de este celebre episodio, en 1997, publico junto al físico belga Jean Bricmont, un libro titulado “imposturas intelectuales”, donde retoma el tema de la mala utilización de teorías de las ciencias “duras”. Allí, dedica capítulos a Lacan, Baudrillard, Kristeva, Paul Virilio, etc. Por ejemplo, entre los mas comentados, figura allí la cita de Lacan acerca de que el órgano eréctil es igualable a la raíz cuadrada de (-1), lo cual, juzgado desde el punto de vista de matemáticas, carece de sentido.
La lectura de Sokal es una lectura ingenua, al menos de Lacan. Es ingenua porque supone –aun para criticarlo Lacan genera suposición- una critica al “saber teórico” que Lacan se dedico a subvertir, leyendo a Freud, y también pensando en la trasmisión del psicoanálisis en la relación transferencial, tanto en el terreno de la relación “histórica” entre Fliess y Freud, como en el de la relación de “formación psicoanalítica” entre el analista “didacta” y el analizante “candidato”
La actitud de Sokal es comparable a la de un crítico del saber de Fliess, en tanto saber previo del analista. No le cree nada de lo que dice. Esa actitud crítica es valida en el campo de lo intelectual en general, pero no lo es en el espacio singular del discurso analítico. ¿Se imaginen ustedes a un analista acusando al sujeto de mentiroso? O de embaucador?
En todo caso, contamos con la versión contraria, que es la que comenta lacan, sobre un caso que publica Ernst kris, y que se conoce como el caso de los “sesos frescos”. Allí el analista intenta convencer al paciente de que el no es un estafador intelectual que plagia ideas de otros. El resultado es la producción de un acting aout, porque la dimensión de la fantasía inconsciente es eliminada. No hay otra escena donde el sujeto se imagina en verdad un plagiario. Si no se escucha eso, y se aplica el criterio de la realidad para analizar a alguien, el resultad es el acting, porque no se deja espacio en la relación transferencial para la generación de deseos inconscientes. Si un analista tomara la actitud de sokal para entender le psicoanálisis no dejaría, por ejemplo, que un paciente pudiera extraer consecuencias importantes a partir de lo que “supone” un fallido, o un sueño.
El reverso de la incredulidad irónica de Sokal es la actitud “creyente”. Es la posición de muchos que piensan que Lacan lo dijo todo. Aun cuando el propio Lacan teorizo que no-todo se puede decir, como la verdad. A menudo daba el ejemplo siguiente: “yo soy un mentiroso”. ¿Puede ser un enunciado verdadero? Si, pero a costa de aceptar que se puede decir la verdad diciendo mentiras. En eso también se identificaba a la posición analizante, porque le analizante, aunque “mienta”, no puede evitar la escucha de su verdad en los significantes que enuncia.
Ahora bien –esto tomenlo mas como una advertencia provechosa que como una critica malévola- tanta generación de suposiciones , basada en la incertidumbre de lo que el Otro puede decidir, ocasiona frecuentemente ese sentimiento que algunos hache ya me han confesado, y que es de lo mas común: el sentimiento de ignorancia.
Para muchos es preferible, ante el inmenso despliegue del estilo lacaniano, a lo largo de toda su obra, asumir una posicion de ignorancia que de “analistas” que interpretan el texto de lacan. En eso deben leer una posición demasiado yoica, muy incomoda para la necesidad de seguridades narcisisticas. Es una posición parecida a la de aquellos que quieren estar “seguros” de una interpretación, antes de formularla, Eso es algo que no puede permitirse el analista, en su posición frente al sujeto, porque implica un taponamiento de su falta en el saber, es decir, no deja lugar al deseo del Otro o al deseo del analista. Y eso tiene como consecuencia, si somos coherentes con lo que venimos planteando, obstaculizar la transferencia.
En cambio, la posición del Otro, en la lectura de Lacan, no implica tales riesgos. A lo sumo, si el deseo del Otro no se muestra en la generación de un saber “supuesto”, el yo del lector simplemente puede abandonar a lacan y buscar a otros autores que le resulte mas cómodos, Y asi puede buscar el saber teórico y “completo” del psicoanálisis en otra versión, mas lineal pero menos comprometida con su propio deseo.
La lectura de Lacan puede comparase a una f orma de ver cine. Uno puede ver cine atrapado en el relato ficcionad., donde los tiempos y acciones del relato cinematográfico se proyecta en al pantalla que se mira, y entonces el significado de la película se acota al rectángulo que sirve de ventana, o uno puede ver como se va componiendo el relato, desde que tomas, que secuencias, con que escenografilla, etcétera. En este ultimo caso, habría allí una mirada que no se alinea con el relato, sino que lo analiza, prestando atención a cual es el lenguaje cinematográfico utilizado, cual es su estructura, cuales son sus técnicas. En el primer caso, se trata de una mirada pasiva frente a la pantalla, donde el espectador recibe del Otro la significación del mensaje que su vista le permite ver, e s decir, el espectador solo se identifica a lo que el directo y el guionista le propusieron que vea. En el segundo caso, en cambio, la posición del sujeto es activa, porque implica la recontracción del relato mismo a trabes de su interpretación, en tanto realización cinematográfica
Ustedes pueden leer a Lacan como una película incompleta, como el film “8 y ½” de Fellini, que no tiene mucho sentido si no se tiene en cuenta la participación del director mismo allí. La recuerdan? Guido Anselmi es un director de cine que ha perdido la inspiración cuando se encuentra preparando su siguiente película, su esposa , su amante, su productor y su actriz principal lo acosan y presionan de una manera u otra manera, pero Guido solo puede refugiarse en sus recuerdos y ensoñaciones.
8 y ½ es uno de los Films sobre los cuales se ha escrito y discutido más desde su estreno, en 1963. Fue considerado por algunos como el ejemplo mas extremo del narcisismo de su autor, y en cambio, por otros, como el mejor film sobre la impotencia creativa jamás filmado. El recuento de las desventuras del alter ego de Fellini, encarnada en el personaje de Guido Anselmi ha inspirado a directores como Woody Allen y Bob Fosse
El titulo es una broma auto-referencial. Cuando Fellini se dispuso a filmar esta cinta, ya había realizado tres cortos y seis largometrajes. Por eso, numéricamente, esta película se convertía en la obra numero 8 y ½ de su filmografía (6 largometrajes + 1 nuevo + 3 cortos = 8 largometrajes y “medio”)
Su titulo mismo, no hace referencia al sentido ficción al del relato. Esa es la modalidad mas convencional, que es mas lineal, por ejemplo: “misión imposible” o “gladiador”. Seria interesante que pudieran comparar esto que les digo con la lectura que tiene Slavoj Zizek, acerca de Lacan y del cine. (24)
En síntesis, para Lacan la formación que brinda su enseñanza no puede confundirse con una “teoría científica”, a secas, sin las marcas del sujeto, porque justamente, en cuento tal, la enseñanza sicoanalítica debe preparar al analista para que sepa-hacer lo que tiene que hacer en la cura. Y allí, lo que tiene que saber-hacer, no es aplicar una teoría, sea quien sea el sujeto. Al contrario, lo primero que debe saber-hacer el analista es poner su propio saber en reserva. Entonces, Lacan piensa que no debe facilitar que su enseñanza se convierta en un “saber previo”. Por eso, su estilo y su posición analizante buscan general el efecto de suposición de saber, por intermedio de la lectura del Otro. Seria ni más ni menos que una articulación del contenido de la enseñanza con las consecuencias de su saber-hacerla.
En la “proposición” ahora se podría entender mejor porque Lacan dice:
“la cuestión es, no lo que el (el psicoanalista) sabe, sino la función de lo el sabe en el psicoanálisis” (p.18)
Es decir, para Lacan, la cuestión del saber previo del analista, como un saber de conocimientos adquiridos, no era que no importe sino que debe ser suspendida, en la cura, para no entorpecer la emergencia del Otro saber, el que cumple con la función de interpretación del deseo inconciente del sujeto escuchado.
Todo lo que hemos visto hasta aquí estuvo dirigido a tratar de hacer evidentes las razones por las cuales Lacan “eligió” tener ese estilo. Del mimo modo, buscamos tratar de entender porque Lacan sostiene la importancia de la enunciación del discurso teórico, en función de lo que este pueda enseñar de psicoanálisis no sin la lectura del Otro. Por ello habla de su posición analizante en la enseñanza.
Una vez superado este punto en nuestro recorrido, no espero que ustedes ya crean saber que era la transferencia o sujeto supuesto saber para Lacan. No, lo que si esperamos es tener una idea diferente del sentido del estilo lacaniano. Que no quede reducido a simple folklorismo Frances, con imitadores argentinos, y de otras muchas nacionalidades.
Este no es un punto acerca del cual les pueda asegurar que sea comprendido por todos los que han leído y trabajado a lacan. Al contario, el puro efecto imitativo es una deformación del saber lacaniano, limitado a ser puro gesto teórico
Imitando a Lacan no se resuelve el problema del estilo propio de un psicoanalista. Al contario, se contradice con osos fundamentos mismos de lo que nos ha legado Lacan como enseñanza. Deberíamos prestarle mas atención a lo que comparta ese estilo de trasmisión psicoanalítica, si sentimos que nuestro deseo es interpretar a Lacan como sujeto. Simplemente, les digo que es así, porque creo haber demostrado suficientemente, por hoy, que ese será el efecto que el propio Lacan perseguía como meta de su discurso teorizante.
La próxima clase veremos como se lee el propio Lacan. ¿Por hoy podemos dejar aquí? Bien, hasta la próxima


Notas:
(19) véase Lacan (1966:225), por ejemplo, donde se afirma: “es necesaria para ello la restauración del estatuto idéntico del psicoanálisis didáctico y de la enseñanza del psicoanálisis, en la abertura científica de ambos”.
(20) ver la Proposición de l 9 de octubre: Lacan (1967ª:17) y Lacan (1967b:5) (versión escrita y oral respectivamente)
(21) uno de los ejemplos que brinda lacan sobre una posición de “destitución” subjetiva a partir de la cual puso en practica su propio saber-hacer, es la resultante de su expulsión de la IPA, en 1963.
(22) en este articulo, Sokal dice, por ejemplo: “como Althusser comentaba correctamente, Lacan finalmente le brinda al pensamiento de Freud los conceptos científicos que esta requiere”. Mas recientemente, la topologie du sujet de Lacan ha sido aplicada fructíferamente a la critica de cine y al psicoanálisis del SIDA. En términos matemáticos, Lacan señala aquí que el grupo de homologia de orden uno de la esfera es trivial, mientras que los de las otras superficies son profundos, y esta homologia esta relacionada con la conectividad o no conectividad después de uno o mas cortes. Además, como lacan sospechaba, hay una intima conexión entre la representación externa del mundo físico y su representación interna vía teoría de nudos: esta hipótesis ha sido confirmada recientemente por la derivación que hizo Witten de los invariantes de la teoría de nudos (en particular el polinomio de Jones), a partir de la teórica quántica de campos tridimensional de Chern-Simons” en Rev. Social Text, nro 46/47, pp 217-252.
(23) Lacan, Jacques (1955-56): las psicosis, seminario 3, Paidos, Barcelona, 1984, p.116-7




Capitulo 4
Lacan por Lacan

Si comenzamos a ordenar las épocas del seminario de Lacan, en correspondencia con los lugares en que ha sido dictado, tendríamos el siguiente cuadro;

Años lugares seminarios
1953-1963 Htal Sainte –Anne I-X (XI interrump)
1964-1969 Esc. Normal sup XI-XVI
1969-1979 Facultad de Derecho XVIII- XXVI

Debido a que cada uno de estos desplazamientos esta determinado por sucesos relevantes, resulta significativo tomar en consideración lo que lacan sostiene cada vez que comienza un nuevo ciclo de seminarios.
Nos referimos, por ejemplo, a la primera clase del seminario I, a la del seminario XI y a la del seminario XVIII. En tales ocasiones, Lacan suele referirse a los motivos por los cuales se muda, o introduce cambios en el orden de sus seminarios. Lacan da cuenta allí de los avatares que ya en parte hemos abordado: (1)
a) en 1953, cuando decide iniciar un nuevo ciclo de seminarios, aun en el mismo lugar, el hospital de Sainte-Anne, el cambio tiene que ver con su alejamiento de la SPP, y con el cuestionamiento de su condición de analista didacta, por parte de la IPA
b) en 1964, cuando ya ha sido expulsado de la IPA y de Sainte-Anne, y esta por fundar su propia escuela, la EFP, se trata de explicar el

Mantenimiento del mismo orden de seminarios, pero a partir de ese momento, dictados en otro lugar, la escuela normal superior, dependiente de la universidad.
c) y en 1969, cuando ya no es cuestionado sino por sus propios discípulos y por la misma universidad que lo había alojado –la ENS- Lacan augura, ya en la Facultad de Derecho, la mejor etapa de su enseñanza.
Volver a cero
El seminario I se llama: los escritos técnicos de Freud. Lacan inaugura con el una enseñanza que completaría un total de veintiséis seminarios. En la apertura de este seminario que, como recordamos, se venia dictando desde hacia dos años, el 18 de noviembre de 1953, Lacan dice:
“el maestro interrumpe el silencio con cualquier cosa, un sarcasmo, una patada. Así procede, en la técnica zen, el maestro budista en la búsqueda del sentido. A los alumnos les toca buscar la respuesta a sus propias preguntas. El maestro no enseña ex cathedra una ciencia ya constiuida, da la respuesta cuando los alumnos están a punto de encontrarla. Esta enseñanza es un rechazo de todo sistema”.
La patada, el sarcasmo, el rechazo de cualquier sistema, son todas imágenes que remiten a la “rebeldía” lacaniana frente al intento de sometimiento, de su enseñanza y su modalidad de análisis didáctico, a los límites sistemáticos del freudismo de la Sociedad Psicoanalítica de Paris. Recuerden que para 1953, Lacan acababa de renunciar a las SPP, y era cuestionado por su falta de “ortodoxia” freudiana. En ese sentido, como dijimos, lacan se ve obligado a replantear la dirección de su seminario y decide comenzar una “enseñanza”. ¿Que mejor estrategia que situar en función de sus fuentes: el lenguaje, la experiencia analítica, el saber? Por ello, continua Lacan:
“esto constituye un retorno a las fuentes que apenas merecer el titulo de ciencia. Con el psicoanálisis sucede como con el arte del buen cocinero que sabe como trinchar el animal, como separar la articulación con la menor resistencia”
La comparación con el buen cocinero remite a un saber-hacer de practica antes que a un saber de puro desarrollo teórico.
“se sabe que existe, para cada estructura, un modo de conceptualización que le es propio. Mas como se entra axial en el sendero de las complicaciones, hay quienes se atienen a la noción monista de una deducción del mundo. Asi
uno se extravía. Es preciso entender que no disecamos con un cuchillo, sino con conceptos. Los conceptos poseen su orden original de realidad. No surgen de la experiencia humana, si asi fuera estaría bien construidos. Las primeras denominaciones surgen de las palabras mismas, son instrumentos para delinear las cosas. Toda ciencia, entonces, permancese largo tiempo en la oscuridad, enredada en el lenguaje.”
Esta frase evoca un sentido fundamental para comprende el enfoque dado por Lacan a su enseñanza. Pues, para Lacan los conceptos teóricos, en general no nacen de la realidad, sino del lenguaje. Con más razón aun si se trata de conceptos sicoanalíticos, lacan apunta a explorar el lenguaje teórico freudiano con la mayor libertad, a los fines de lograr que no se pierda la dimensión misma de la determinación del lenguaje en la creación y en el desarrollo de conceptos. Por ello es que sostiene, para su enseñanza:
“vamos a seguir las técnicas de una arte del dialogo. Como el buen cocinero, tenemos que sabe que aritulacion, que resistencias encontramos”
Lacan declara así la vertiente artesanal de su enseñanza en tanto intenta establecerse con su discurso teórico en el nivel mismo del lenguaje, donde el desarrollo de los conceptos psicoanalíticos esperan su devenir. Esta idea se emparienta, obviamente, con la de una cadena asociativa de significantes que portara un nuevo saber, a devenir allí, como en el discurso de un análisis.
Desde aquí en adelante se puede establecer el programa fijado por Lacan para su enseñanza, en tanto efecto del rechazo al dogmatismo sistemático del “freudismo” ortodoxo de la IPA. Lacan vuelve a cero su seminario de Sainte-Anne, para intentar otra forma de transmisión y formación psicoanalítica.

Después de la IPA

Desde aquel 18 de noviembre de 1953, llegamos al 20 de noviembre de 1963. Lacan iniciaba el seminario XI, en Sainte-Anne, tal como lo venia haciendo desde hacia una década. El titulo del seminario era “los nombres del padre”. Un sugestivo cambio se detectaba en la pluralización de uno de los conceptos mas celebres de Lacan.
Tanto para caracterizar con su florclusion a las psicosis, como en relación a su función normal en la estructura edípica, el concepto de “nombre del padre” ya había sido recibido por los seguidos de Lacan como uno de los conceptos básicos del lacanismos. Por ello, podemos decir que la pluralización de los nombres del padre remitía a varias cuestiones
Por un lado, conducía a repensar la función del padre, en tanto ultima referencia, en el fin de análisis freudiano. Por otro lado, se ligaba a la crítica de los “padres” de la IPA, es decir, a los grandes jefes institucionales, que le objetaban su labor didáctica.
No obstante, la pluralización del concepto también podemos interpretarla en función de dos cuestiones mas, a saber; la implicación del deseo del propio Lacan, por una parte (2), y el retorno de la problemática de los nombre del padre –tema del que Lacan había prometido no hablar nunca mas- hacia el tramo final de su enseñanza, por la otra (3)
Tal como lo hemos mencionado, para la segunda clase de esa primera versión del seminario XI, Lacan era suspendido de Sainte- Anne y era expulsado del IPA. Será recién en enero de 1964 que retomara el seminario XI, en otro lugar, la Escuela Normal Superior, y bajo otro titulo; los fundamentos del psicoanálisis (4)
¿Como entender el cambio? en función de que asegurar la continuidad numérica del mismo seminario, con otro titulo? Y finalmente: porque este fue el primer seminario publicado de lacan, bajo el establecimiento de Jacques-Alain Miller, y con una nueva modificación de su titulo, a saber, “los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis”?
En la primara clase, de la segunda versión del seminario XI, el 15 de enero de 1964, Lacan dice: (5)
“me autoriza a hablar aquí ante ustedes, sobre este tema (los fundamentos del psicoanálisis), el que sepan de oídas que durante diez años dicte lo que llamaban un seminario, dirigido a psicoanalistas. como algunos sabe, renuncie a esta función –a la que había dedicado mi vida- debido a acontecimientos sucedidos dentro de lo que se llama una sociedad psicoanalítica, justamente la misma que me había confiado dicha función. Se podría sostener que ello no pone en entredicho mi calificación para cumplir en otra parte esta función. Considero este asunto como provisionalmente en suspenso” (p.9)
Tal como hemos visto en las clases anteriores, Lacan se refiere a su “excomunión” de parte de la IPA afirmando que su enseñanza se dirige a psicoanalistas y subrayando el hecho de que se ha intentado poner en “entredicho” su autoridad” para formar analistas. Igualmente, como todavía faltan seis meses para que llegue a fundar su propia escuela, lacan deja en suspenso la posibilidad de ejercer en “otra parte” su funcion didactica.
Apenas una pagina mas adelante del párrafo anterior, Lacan dice:
“en lo que toca a los fundamentos del psicoanálisis, mi seminario, desde el comienzo, estaba implicado en ellos”
Lacan con el “retoma” los fundamentos del psicoanálisis, pero ¿en función de que? Enseguida lo contesta:
“era (el seminario) uno de sus elementos, puesto que contribuía a fundarlo in concreto: puesto que formaba parte de la propia praxis: puesto que le era inherente; puesto que estaba dirigido a lo que es un elemento de esta praxis, a saber, la formación de psicoanalistas”
Los fundamentos del psicoanálisis, como titulo de la nueva versión del seminario XI, es la repuesta al cuestionamiento de su autoridad para formar analistas. Lacan incluso señala que “desde el comienzo” sus seminarios estuvieron implicados en ello. Esta actitud de lacan para referirse a los acontecimientos es defensiva, porque ha sido atacado y echado de su lugar habitual de trabajo. Y allí, donde es recibido, en este caso la escuela normal superior, gracias a la conexión establecida por el prof. Luis Althusser, rinde cuentas acerca de su posición inamovible respecto del valor didáctico de su enseñanza para formar psicoanalistas.
Se jugaran una vez mas, bajo modalidades diferentes, los mismos rasgos que ya hemos señalado; segregación, transferencia, posicion analizante y política. Sin embargo, una vez liberado de las ataduras instituciones con al “ortodoxia” freudiana, lacan puede aprovechar el momento para desarrollar mas a fondo su propio lenguaje teórico y su concepción psicoanalítica.
De hecho, en la primera clase de esta segunda versión del seminario XI, Lacan vuelve a picotear sobre la implicación del analista en los fundamentos del psicoanálisis, declarándose su proyecto teórico abiertamente. Primero, lacan se pregunta:
“una observación mas. Esta definición de la ciencia a partir del campo que determina una praxis. Podría aplicarse a la alquimia para autorizarla a que sea una ciencia?”(p.17)
Recordemos que, para Lacan, la ciencia se caracteriza por la segregación, la forclusion, en fin, por el borramiento de la subjetividad, a favor de una “objetividad” general del saber, comprobable y repetible en una realidad determinada y controlada. Así, la pregunta por la alquimia, en tanto praxis que delimita un campo, nos conduce a la pregunta del estatuto del campo freudiano, delimitado por la praxis psicoanalítica. El psicoanálisis, ¿es una ciencia? En todo caso, Lacan se preguntara porque la alquimia no es una ciencia, para aproximarse a la respuesta acerca de cuales es rol del deseo del operador de la praxis, y el campo de sabe que así delimita. Veamos:
“¿Que nos hace decir de inmediato que, pese al carácter deslumbrante de las historia que (Diderot) nos sitúa en el curso de las edades, la alquimia, a fin de cuentas, no es una ciencia? En mi opinión, hay algo que es decisivo: que la pureza del alma del operador era como tal, y explícitamente, un elemento esencial en el asunto. Esta observación no es accessoria, pues quizás se acudiera a algo parecido, en lo que respecta a la presencia del analista en la gran obra psicoanalítica: y se sostendrá que quizás eso busca nuestro psicoanálisis didáctico: y que quizás yo también parezco decir lo mismo en mi enseñanza de estos últimos tiempos, cuando apunto derechito, a todo vela, y de manera confesa, al punto central que pongo en tela de juicio, a saber, ¿cual es el deseo del analista?”
Lacan entonces nos revela de un modo bastante elocuente que el deseo del analista es ineliminable del campo de la praxis analítica, y que por lo tanto una serie de consecuencias se derivaran de ello, entre ellas: el psicoanálisis no puede convertirse en una ciencia, el analista es implicado “subjetivamente” en su praxis y en la transmisión de la misma, y que el psicoanálisis didáctico brinda su servicio a la formación de los analistas en la medida en que introduce el analista en la praxis, con su propio deseo incluido, en forma decisiva. De allí que el estilo de la enseñanza de Lacan este dirigido a captar el deseo del analista del auditorio y de sus lectores.
En total armonía con los fundamentos del psicoanálisis, Lacan se pregunta por el deseo del analista en tanto fundamental. Y será el proyecto de ese año responder a su cuestionamiento como psicoanalista, en tanto el, Lacan mismo, se apoyara en su propio deseo como fundamento de la validez de su practica como tal.
Sin embargo, no es tan sencilla la cuestión. Lacan enseguida declara que, una vez que hemos localizado de donde parten los fundamentos del psicoanálisis, en tanto praxis del discurso, nos queda por delante la tarea de localizar y explicitar como opera correctamente el deseo del analista (6)
Ahora bien, dejamos pendiente una respuesta: ¿porque se publico el seminario XI, finalmente, bajo el titulo “los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis”? que significación podemos darle a este “pequeño arreglo” en al formulación de su titulo? Como leer allí, en su establecimiento, la participación de Jacques-Alain Miller?
Sin lugar a dudas, nos referiremos al tema mucho más extensamente durante el desarrollo de la clase que viene. Pero podemos ir anticipando que el cambio tiene todo un sentido estratégico, y que responde a otras circunstancias históricas, políticas e institucionales, localizadas muchos años después respecto de 1964. Sin embargo, por una suerte de efecto de resignificación, si puede emplazarse en ese año el comienzo de la relación de Jacques –Alain Miller con Lacan (7)
Será muy interesante para nosotros el tratamiento de este tema, en nuestra próxima clase. Pues, no solo nos implicara en relación al ámbito universitario en el que ya desde 1964 se comienza a desarrollar la enseñanza de Lacan, sino que también nos promete revelar las causa de ese efecto tan extraño que se produjo cuando, en la apertura de nuestro seminario, hicimos notar la presencia de Lacan como sujeto hablante

La enseñanza de Lacan “derecho” a la facultad

En la primera clase del seminario XVIII, el 26 de noviembre de 1969, en la Facultad de Derecho, de la Universidad de Paris, Lacan hace la presentación del “tercer desplazamiento” de su enseñanza, tal como el mismo lo refiere.
El titulo elegido pare este seminario es el de: el reverso de psicoanálisis. Lo que viene a significar que el psicoanálisis es el revés, lo contrario de la dominación, propia del amo, propia del yo.
En esta primera clase del seminario XVIII, Lacan (1969-70) nos brinda un claro ejemplo de su estilo, y su posición analizante, en relación a lo que hemos ya calibrado como una generación de efectos de suposición en la producción de su saber.
Allí dice:
“el psicoanálisis al revés, creí que debía titular este seminario. No crean que este titulo le daba nada a la actualidad, que se cree en situación de poner bastantes cosas patas arriba.,. solo daré una prueba de ello. En un texto fechado en 1966, en concreto una de esas introducciones que hice en el momento de la recopilación de mis escritos y que los escanden, texto titulado “de nuestros antecedentes”, caracterizado en al pagina 68 (versión francesa) lo que ha constituido mi discurso como volver a tomar, digo, el proyecto freudiano al revés. Así que esta escrito mucho antes de los acontecimientos; volverlo a tomar por el reverso”. (p.10)
¿Que entienden ustedes de esta frase? ¿Acaso no esta diciendo que la cuestión de tomar al psicoanálisis por su revés, era algo que ya había dicho antes? ¿Pueden notar que también hace mención a la actualidad, y a su papel determinante en la puesta “patas arriba” de cierto número de cosas? ¿No creen que es una mención bastante clara al discurso estudiantil revolucionario, de mayo del ’68? En síntesis, que nos permite suponer todo esto?
Primero, que Lacan ya había tomado el psicoanálisis por su revés, en los escritos, en 1966. Noten que tampoco es para decir: Oh! Cuanto tiempo antes! Pero –supuestamente- lo que dijo antes del 68. Eso lo convierte en un intelectual que supo anticipar, entonces, ciertos efectos.
Ahora bien, quien se ocupa de cerciorarse, simplemente de cerciorarse, acerca de lo que dice lacan en la famosa pagina 68 de sus Escritos? Y en todo caso, lo que allí dice, lo que efectivamente dice el texto, más alla de la cifra de su pagina, ¿tiene algo que ver con el discurso del amo?
El efecto de suposición se distingue por lo siguiente, si uno no esta advertido sobre lo obvio, allí, cree, supone. Y uno supone que Lacan “ya lo había dicho”, y continúa la lectura. ¿No es asi? Que ventajas tiene la suposición? Que puedo seguir leyendo. No es poco, es una economía de gasto psíquico
Les doy como ejemplo lo que acaba de pasar. Si a mi no se me hubiera ocurrido empezar a cuestionar esta cita de Lacan., ustedes no hubieran sospechado ni por un momento que, en efecto, allí Lacan no habla ni por asomo del discurso del amo. (8) ¿es verdad?
Pero, ¿como pueden estar seguros si no han leído lo que allí se dice? Solo por la generación de una nueva suposición. Apenas se cuestiona una suposición, se cree en otra suposición. En cambio, cuando se lee lo que efectivamente allí dice Lacan, es decir, uno se convence de algo, al menos de lo que no dijo, y se confronta la suposición con la realidad, se desvanece la suposición directamente
Esta es una prueba elocuente de lo que ya vimos, la enseñanza de Lacan no solo genera suposición, sino que nos permite “seguir leyendo”. En cambio, si pretendemos tomarla como una teoría científica, en vez de un discurso emplazado en ciertas circunstancias, y la confrontamos con la realidad para comprobar su “ verdad” , erramos la sintonía “psicoanalítica” del asunto, es decir, borramos la subjetividad de lacan, en tanto sujeto hablante que depende de nuestra lectura.
Todo esto quiere decir que debemos distinguir entre dos cuestiones opuestas. Una cosa es que el texto de Lacan genera la suposición de que dijo algo antes, y que, al cuestionarlo nosotros, como “lectores”, generamos la nueva suposición de que no lo dijo, y continuemos en función de eso. Y otra cosa, que tiene el efecto exactamente opuesto, es confrontar directamente la suposición con la realidad. Entonces yo lo que tendría que haber hecho es traer aquí y leerles el párrafo del la pagina 68 de los Escritos (en francés). Si hubiera hecho eso se hubieran dado cuenta, simplemente que Lacan no dijo lo mismo antes. Una vez corroborado, ¿para que seguir?
En la cura pasa exactamente lo mismo, por eso es importante rescatar “positivamente” la función de suposición. Me explico: el paciente habla de sus cosas, ya veces, el analista sospecha que “exagera” o que “falsea”, etc. Y no pocas veces el analista podría confrontar al paciente con la realidad, y demostrarle que sus dichos no son correctos, que no se corresponden con la realidad. ¿Ustedes creen que eso puede ser un analisis? De ninguna manera.
Lo que el analista hace, debe saber-hacer, es tomar los dichos y extraer lo que suponen. Si, por ejemplo, el hombre de los sesos frescos creía que era un plagiario, el analista no debía ir a su biblioteca para demostrarle que el autor del que el paciente –supuestamente- había tomado las ideas, no decía nada parecido a lo que había escrito el propio paciente. Es decir, no debía confrontar al paciente con la realidad. Pues, como dijimos, una vez que se comprobó la verdad o falsedad de algo, ya no hay espacio para la suposición
¿Que debe saber-hacer el analista? En primer lugar, si nos mantenemos en estos términos, debe preguntarse: ¿que supone el hecho “discursivo” de que este paciente se crea un plagiario? ¿Que significación inconciente puede tener que él se ubique en esa posición frente al Otro? Tras lo cual el analista “supone” que algo querrá significar, algo propio y singular de ese sujeto, mas allá de la “verdad” de la realidad. Y entonces, como si fuese lo mas normal del mundo pensar que el paciente puede sentirse un plagiario, le pregunta acerca de la cosas que puede asociar a ello. De esas asociaciones saldrá el saber inconciente que determina la posición del sujeto, en tanto plagiario. De tal modo que, con ese saber, el analista podrá interpretar que el sujeto se siente plagiario “por esto y aquello” ¿se entiende? La abstinencia y la neutralidad de la posición del analista, en este punto, son fundamentales.
Bien, si Lacan nos hace suponer que ya lo había dicho antes, puede ser importante entender porque lo dijo, antes que intentar demostrara que no lo dijo. De hecho, cuando veamos los conceptos fundamentales del discurso teórico de Lacan, ya abordemos la cuestión del sujeto supuesto saber, veremos de que manera juega allí su papel psicoanalítico ese orden de lo que “estaba allí”, desde “antes. Una pequeña muestra ya tuvimos, cuando abordamos ese “análisis original”, entre Freud y Fliess, es decir, la suposición lacaniana de que hubo un análisis, antes que el psicoanálisis, antes de que haya un analizante que se formara y se constituyera en analista.
En la primera clase del seminario XVIII, por un lado, Lacan retoma la continuidad temática del seminario, salvando la ruptura espacial. Pero por otro lado, resignifica el pasaje en función de los acontecimientos que lo determinaron.
Con respecto a lo primero, Lacan había comenzado a trabajar fuertemente la cuestión del discurso, en su seminario anterior, “de un otro al Otro”. Pero, a partir del seminario XVIII, define directamente cuatro estructuras discursivas llamadas: discurso del amo, discurso histérico, discurso del analista y discurso universitario. Volveremos sobre estos conceptos en la tercera parte de nuestro seminario.
En cuanto a lo segundo, es importante ver de que manera Lacan lee la significación de su recorrido anterior, tanto por el hospital de Saint-Anne como por la ENS, en función de lo que desarrollara de allí en mas. Este tema, será abordado ya, en la segunda parte, del siguiente punto.

Las lecturas de Lacan por Lacan

En el seminario XV, el acto psicoanalítico, en la clase del 21 de noviembre de 1967, Lacan establece una periodización de su enseñanza hasta ese momento. Es una guía para leer su obra –brindada por el propio Lacan- desde 1953 hasta 1967.
Lacan enseña en Saint-Anne desde el seminario I hasta la primera versión –interrumpida- del seminario XI. Después se traslada del hospital a la universidad, y recomienza el seminario XI en la ENS.
A fines de 1963 Lacan es definitivamente expulsado de la IPA. Se puede comparar su situación con la de alguien destituido. Vieron como cuando salen esos comunicados en los diarios? “el sr fulano de tal ya no representa en ningún sentido a esta empresa…etc”. De un modo similar, para la IPA, el señor Lacan ya no estaba autorizado formar a ninguna analista en nombre de la IPA. Se desconoce toda autorización.
Tal como el propio Lacan observa, este tema resulta muy controversial, ya que la IPA se constituyó en función de un deseo muy fuerte del propio Freud. Y no se puede decir que Freud no quería que las cosas tuvieran ese sentido y esa forma de organización. Si quieren saber algo mas sobre el deseo de Freud en dirección al armado de la IPA, pueden consultar la correspondencia entre Freud y Jung. Es tremendo ver como Freud tiene que manejar los hilos de aquí y de allá, de Zurich a Viena, para mantener cierto equilibrio político institucional.
Hacia la primera década del siglo XX, Freud vivía el clima de fuerte antisemitismo que reinaba en Europa, antes de la primera guerra mundial. En ese contexto, el incipiente grupo psicoanalítico de seguidores estaba conformado mayoritariamente por personas de origen judío, de las cuales no todas era médicos. A Freud le preocupaba mucho que se calificara al psicoanalisis como “ciencia judía”, porque de allí solo se podía esperar su fracaso como disciplina autónoma. Por eso, cuando se entera de que Jung y Bleuler, eminentes psiquiatras de la escuela de Zurich, se interesaban en el psicoanálisis, Freud desarrolla hacia ellos toda una política de seducción. Así, en 1911, Jung llega a ser el primer presidente de la recién fundada International Psychoanalytical Association, la IPA, siendo psiquiatra reconocido y de origen católico.
El grupo de Viena, constituido por los pioneros, se le rebelaba al “padre” Freud. Le cuestionaba la doble inscripción que a Freud le interesaba de Jung, en tanto suizo y católico. Era muy serio el problema con su propio grupo. Freud los va clamando, pero por otra parte, tenia que ir siguiendo una estrategia de armado de un espacio institucional que explícitamente no era fácil de manejar.
Una vez creada la IPA, se comienza a normatizar el reglamento de la formación de analistas y se comienzan a discutir criterios en común para la marcha de las distintas asociaciones locales que componían la IPA. Freud mismo se autoexcluye par no interferir con el funcionamiento de la nueva institución, y nunca ocupa cargos directivos formalmente. A pesar de las crisis vividas en aquellos años en Europa, Freud mantiene su posición y deja que la institución se defienda sola.

I- lectura del primer pasaje: de Sainte - Anne a la ENS

Volviendo a nuestro asunto, en el seminario XV Lacan (1967-68: 29/11/67) dice:
“como hace cuatro años que hablo aquí (en la ENS), se podría establecer una cierta correspondencia de cada uno de estos cuatro años con cada dos años de lo que fue mi enseñanza precedente. Llegaría, pues, en el nivel de este cuarto año a algo que correspondería con el séptimo u octavo año de mi seminario precedente, haciendo eco en cierta forma al año sobre la ética, lo que pude leerse en mi enunciado mismo del acto psicoanalítico. El echo es que este acto psicoanalítico sea algo ligado esencialmente al funcionamiento de la transferencia, pemitirá a algunos ubicarse en un cierto camino que es el mío”
Podemos observar en al cita que Lacan ordena una correspondencia que no es exacta. Habla en tiempo condicional (se podría establecer una cierta correspondencia) y se refiere, sin mayor precisión, a la correlación entre el seminario XV y el seminario séptimo u octavo del periodo anterior, el de Sainte-Anne.
De acuerdo a ello tendríamos el siguiente ordenamiento aproximado, aun con superposiciones y ciertos desfasajes, teniendo en cuenta también que Lacan habla de años y que, por una parte, el ciclo lectivo francés se subdivide en el fin de un año y el comienzo del otro, por ejemplo: 1967-1968, y que por otro parte, el primer seminario del ciclo de la ENS, el seminario XI, comienza en 1964.

Escuela Normal superior (64-69) hospital Sainte-Anne (53-63)
Sem.XI: los fundamentos del psicoanálisis sem I: los escritos técnicos de Freud
Sem. XIII: problemas cruciales del psicoanálisis Sem III: las psicosis
Sem XIIII: el objeto del psicoan Sem IV: las relaciones de objeto
Sem XIV: la lógica del fantasm sem. V: las formaciones del inconsciente
Sem.VI: el deseo y su interpretación
Sem.VII: la ética del psicoanálisis
Em XV: el acto psicoanalítico Sem.VIII: la transferencia

Según este ordenamiento podríamos leer que, por ejemplo, existe una analogía entre la situación de inicio de cada ciclo. En el seminario XI, en la ENS, Lacan retoma los “fundamentos” del psicoanálisis porque esta cuestionado por la IPA, igual que en 1953, para el comienzo del seminario I. Se diferencia en el hecho de que en Sainte-Anne, Lacan comenzó por las cuestiones de “técnica” psicoanalítica en su afán de recobrar el sentido del retorno a Freud para legitimarse como freudiano, aun dentro de la IPA. En cambio, en 1964, y no necesita legitimarse en al IPA, porque fue expulsado. Eso lo habilita para hablar del deseo del analista, sin mayor necesidad de mostrarse “mas freudiano”. Allí puede ser directamente Lacan, leyendo el fundamento del psicoanálisis en su deseo del analista.
La correspondencia entre el seminario XIII y el III, en cambio, no es tan clara. Menos evidente resulta Aun si se tiene en cuenta que ambos seminarios, conocidos como “problemas cruciales del psicoanálisis” (o “para el psicoanálisis”, aun inédito) y “las psicosis”, respectivamente, no llevaban originalmente esos títulos exactos. El seminario III primeramente se llamó: “estructuras freudianas en las psicosis”, y el seminario XIII, “las posiciones subjetivas de la existencia y del ser” (9). Este ultimo, un titulo bastante “filosofico”, ¿no?. Bien, tenía su razón de ser.
Ahora bien, sin intenta forzar demasiado las cosas para que encajen, menos aun si Lacan mismo no ensaya mayores precisiones, podemos conectare en parte algunos planteos de fondo. El seminario XIII es un seminario muy interesante, que Lacan (1964-65) prosigue ya en continuidad con el nuevo arranque en la ENS. En su segunda clase (09/123/64) plantea lo siguiente:
“¿que hago aquí? ¿Porque prosigo este discurso? Lo hago por estar comprometido en una experiencia que lo necesita absolutamente. Como puedo proseguirlo en tanto que, por las mismas premisas que acabo de afirmar, no puedo sostener este discurso mas que en un lugar esencialmente precario, a saber, asumo este enorme audacia de la cual experimento cada vez la sensación de arriesgarlo todo, este lugar insostenible que es el del sujeto. No hay nada comprable con ninguna posición llamada “de profesor” quiero decir: la posición del profesor, en tanto que pone entre el auditorio y el una barrera intermedia, muralla, y es precisamente lo que lanza al espíritu sobre aquellas vías ya denunciadas, las de Piaget. Hay un problema de psicoanálisis. Ustedes lo saben. El psicoanálisis arriba a cosas bastante cómicas, hasta diría: verdaderas farsas. Pues, que haya podido ocurrirme el tener durante tres años en primera fila del seminario de Sainte –Anne a un grupito de personas que trabajaba activamente para que yo fuere excluido de su comunidad. Es una posición extrema para la cual he recurrido a una dimensión precisa que llamo: la farsa”
¿Es interesante, no? Lacan hace referencia a los tres años de Sainte –Anne y a los problemas políticos institucionales. Sin embargo, mas importa aun, despeja claramente su posición de sujeto en el discurso como absolutamente diferente a la actitud profesoral

A (pregunta del publico): ¿a que ser refiere Lacan con lo de “las vías ya denunciadas, las de Piaget”?

Lacan en la primera clase de este seminario XIII, el 2 de diciembre de 1964, ya había comenzado a criticar la noción de egocentrismo de Piaget. Por otro parte, tal como recomendamos, es bueno leer detenidamente las primeras clases de los seminarios de Lacan, cuando brinda el panorama de lo que intenta abordar cada año. En esa misma clase, sostiene:
“la contribución que espero poder hacer este año para el psicoanálisis muestra que el discurso que proseguimos necesita de las elecciones, y especialmente de la exclusiones, de cierto numero de posiciones. Son posiciones que conciernen a lo real (referiéndose a la falta estructural del lenguaje, para el sujeto) pues hay posiciones falsas y lo son con razón”.
No olvidemos el titulo original del seminario XIII, “las posiciones subjetiva de la existencia y del ser”, razón por la cual podemos suponer – acaso hay alguna duda acerca de que podemos suponer- que Lacan al hablar de las posición del ser se refiere al ser hablante, al sujeto del discurso en su relación con el lenguaje. Tema que remite directamente a la relación del sujeto con el Otro, suegra donde se localiza como saber el discurso de su inconsciente como saber. Bien, por esta vía Lacan trabaja algo pocas veces retomado en el lacanismo, no se si por una cuestión de no publicación de este seminario, o que. Pero no esta muy trabajado el hecho de que este es uno de los pocos lugares de su obra donde Lacan aborda al mismo tiempo las diferentes posiciones clínicas del neurótico, el psicóticos y el perverso, en relación al saber, al deseo y al objeto “a”. Si pensamos que el seminario III, originalmente se llamaba “estructuras freudianas en las psicosis”, y que para el seminario IIII ya no se ve necesitado de aparecer “tan freudiano”, las estructuras clínicas de las que comienza a hablar en los ’50, son retomadas desde otra óptica en los ’60. No pretendo ir mas lejos que esto, en lo concerniente a la correspondencia entre estos seminarios.
En cambio, el seminario IV y el seminario XIII, “la relación de objeto” y “el objeto del psicoanálisis”, respectivamente, ya comparten desde su titulo mismo su parentesco. Cabe mencionar que también se registra aquí una modificación del titulo del primero que, originalmente, se llamo: “la relación de objeto y las estructuras freudianas”.
En cuanto al seminario “la lógica del fantasma”, dictado en la ENS, y su correspondencia con “las formaciones del inconciente” y “el deseo y su interpretación”, la misma se encuentra dada en función del contenido de los seminarios de Sainte-Anne, retomados en otro nivel en al ENS. El seminario V y VI desarrolla el modelo teórico del grafo del deseo, donde Lacan ubica por vez primera al objeto “a” en función del fantasma fundamental. En el seminario XIV, el planteo del fantasma es recobrado, en función de un modelo lógico ya distinto.
Por ultimo, la relación del seminario XV, con el seminario VIII y VIII, esta explicitada por el mismo Lacan en los párrafos leídos y, en esa misma clase, un poquito mas aun. “el acto psicoanalítico” no se desarrolló sin relación con la “la etica del psicoanálisis” y con “la transferencia”. Como información adicional, también les digo que el seminario VIIII, conocido como “la transferencia”, llevada como titulo original: la transferencia en su disparidad subjetiva, su pretendida situación, sus excursiones técnicas. (10)
Como saldo comparativo de la periodización de su obra, efectuada por el propio Lacan, podemos observar que las correspondencias se dejan observar mejor respecto de los diferentes momentos que comportan antes que por la afinidad temática expresa.
Por ejemplo, en relación a la primera correspondencia, entre el seminario XI y los primeros seminarios de Sainte-Anne, podemos ver que se asemejan claramente en relación al momento de ruptura que implica, y como ello determina una suerte de volver a las fuentes para recomenzar la partida.
La siguiente correspondencia, más difusa, implica no obstante una primera apertura hacia el estudio de la clínica y la posición del sujeto en las estructuras.
En la tercera correspondencia, la cuestión de la relación de objeto y el objeto del psicoanálisis, conducen directamente a la reflexión sobre la posición del analista, en la relación transferencial.
En la cuarta, en cambio, se recupera un desarrollo mucho mas teórico, pero ligado a la cuestión del objeto, a saber, la problemática del fantasma fundamental de la cura.
Y por ultimo, que es hasta donde llega la correspondencia lacaniana, con el acto psicoanalítico, se interroga la posición del analista, en función de su función fantasmática fundamental, y en términos de su ética y su lugar transferencial, ligado al sujeto supuesto saber. Todos estos conceptos los vemos mas adelante, por lo tanto no nos detendremos en ellos. Aquí simplemente son adelantos, que se dejan como señales en el camino, para volver a resignificar mas tarde.
Como se puede apreciar, este cuadro de correspondencias es incompleto. Pues, no llega sino hasta el octavo año de Saint-Anne, que se desarrollo en diez. Quedaría en suspenso la comprobación de la correspondencia del seminario siguiente en la ENS, a saber, “de otro a un Otro”, con el seminario IX, “la identificación” y el seminario X, “la angustia”.

II- la lectura del segundo pasaje: de la ENS a la Facultad de Derecho

En este “Lacan por Lacan”, no podría faltar la lectura del segundo pasaje de su enseñanza, el que va de la Escuela Normal Superior a la Facultad de Derecho. Varias cuestiones resultan significativas en relación al momento que vive Lacan y su escuela, para esta época.
La primer clase del seminario XVIII, Lacan efectúa una segunda lectura de su obra, de acuerdo a los lugares por donde se desarrolló su enseñanza.
Dice Lacan (1969-70:14-5):
“la pulsión de muerte la tenemos aquí . La tenemos cuando se produce algo entre ustedes y lo que yo digo. He dicho “lo que yo digo”, no hablo de lo que yo soy. Para que, si al fin y a cabo eso se ve gracias a su asistencia. No es que esta habla a mi favor. Habla a veces, casi siempre, en mi lugar.”
Aquí Lacan comienza por situar aquello en o que tanto hemos insistido, el Otro –la asistencia- habla en lugar de Lacan.
“sea como fuere, lo que justifica que diga algo aquí es lo que llamaré la esencia de esta manifestación que han supuesto, sucesivamente, las diversas asistencias que he atraído según el lugar donde hablaba”
Nuevamente Lacan envía la suposición del saber que las “diversas asistencias” han generado sobre lo que “es” Lacan. La manifestación supuesta por las asistencias es la manifestación del “ser” de Lacan, fruto de la suposición de la lectura del Otro.
En función de ello Lacan se dedicará a distinguir como se ha interpretado a su enseñanza según el publico de Saint Anne, primero, y luego, el de la ENS. A lo que agregará lógicamente el comentario acerca de que tipo de “ser” o manifestación de subjetividad se asoció, la misma interpretación de saber, efectuada por cada uno de estos públicos, en tanto Otro.
“me interesaba mucho introducir en algún momento esta observación, puesto que hoy estoy en un lugar nuevo me aprecia el día adecuado. El lugar siempre tuvo suspenso en el estilo de lo que he llamado esta manifestación, que no quiero desaprovechar la ocasión de decir que se relaciona con el sentido corriente del termino “interpretación”. Lo que he dicho por medio de, para y antes la asistencia de ustedes, esta ya, en cada uno de estos tiempos definidos como lugares geográficos, siempre interpretado.”
Como se ha interpretado lo que ha dicho Lacan, en cada uno de estos lugares, a saber, Saint-Anne y la ENS? Esta es la pregunta a la que Lacan responde:
“si tuviera que interpretar lo que decía en Saint-Anne entre 1953 y 1963, quiero decir atrapar su interpretación –la interpretación en un sentido contrario a la interpretación psicoanalítica, que nos hace sentir hasta que punto la interpretación analítica va en contra del sentido común del termino diría que lo mas sensible, la cuerda que mas vibraba era la guasa. El personaje mas ejemplar de aquella audiencia, que sin duda era médica –pero, en fin, también había algunos asistentes que no eran médicos- era uno que enmarcaba mi discurso en una especie de torrente de gags. Esto es lo que tomaría como mas característico de lo que fue durante diez años la esencia de mi manifestación. Para mas pruebas, las cosas comenzaron a agriarse cuando consagre un trimestre al chiste.”
La referencia de Lacan a su estilo “ocurrente”, “guaso”, “chistoso” y a veces hasta grotesco” queda cernida como efecto de su audiencia. El estilo de los años de Sainte Anne es un estilo marcado por cierta degradación del saber médico que, básicamente, comprometía el grueso de su auditorio hospitalario. Sin embargo, lejos de tomar un cariz agresivo, Lacan va a indicar que esta característica de su auditorio, y la concomitante manifestación de su “ser Lacan”, se asocian necesariamente en el efecto de “farsa”, que a sus propios ojos adquiría el deseo de formación analítica de tales médicos, enfocados en su enseñanza solo desde la mirada medicalizadora y “ortodoxa. No olvidemos la cita que habíamos señalado antes, al del seminario XIII, con la cuestión de los tres años de Saint Anne y los que se dedicaban a asistir al seminario al mismo tiempo que conspiraban para echarlo a Lacan.
Para esta altura de la clase, Lacan no desea extenderse tanto sobre la lectura o la interpretación de su obra según el Otro-audiencia. No obstante, agregará:
“Esto es un paréntesis bastante extenso ya, y no puedo alargarme mucho mas en esta dirección, pero si debo añadir en que consistió la caraterística de la interpretación del lugar donde se despidieron ustedes de mi por ultima vez, la Escuela Normal Superior. ENS –con las iniciales resulta magnifico. Tiene que ver con el ente. Siempre hay que sacar partido de los equívocos literales, sobre todo porque estas son las tres primeras letras de la palabra “enseñar” pues bien, fue en al calle d’Ulm donde se dieron cuenta que lo que yo decía era una enseñanza.”
Para Lacan, el efecto de lectura que generaron los estudiantes universitarios de la ENS, sobre su obra, resultó fundamental para definir a su enseñanza en cuanto tal, es decir, en tanto sostenida por una lógica
“Antes no resultaba evidente. Ni admisible siquiera. Los profesores, especialmente los médicos, estaban muy inquietos. El echo de que no fuese algo medico hacia plantear la duda sobre si merecía el titulo de enseñanza, hasta el día en que se vio venir a algunos jovencitos, los de “Cahiers pour l’analyse”, que se habían formado en aquel rincón donde –como dije amucho tiempo antes, precisamente en la época de los gags- por efecto de formación no se sabe nada, pero lo enseñan de maravilla. Que hayan interpretado así lo que decía –hoy hablo de una interpretación que no es la analítica- tiene su sentido” (p.16)

A (pregunta del publico): ¿porque Lacan distingue siempre, en este seminario, entre la interpretación de su obra y la interpretación analítica?

Realmente es una cuestión muy interesante y sumamente relevante. La pregunta misma marca de alguna manera que empieza a tener un verdadero acercamiento al texto, en cuanto tal, pues, una cosa es el resultado de leer un texto de Lacan, y otra cosa muy distinta es el efecto de lectura del texto inconsciente, en un análisis. Aunque tengan algo en común, cierta homología formal, Lacan apunta a distinguir la interpretación de su obra, su discurso teórico, en función de que se construye en base a un “sentido común”, un sentido comprometido por toda una audiencia. En cambio, la interpretación anoticia, ya lo veremos mas adelante, cuando trabajemos la cuestión del significante, no produce un sentido general o común, sino un sin-sentido muy singular. Es decir, la interpretación psicoanalítica genera en el sin-sentido un nuevo saber, que es singular del sujeto, y por lo tanto, no se comparte con nadie
Bien, volviendo a la ultima cita, observen que Lacan se refiere a los jóvenes universitarios de la ENS, como aquellos que lograron imponer la idea de que la suya era un enseñanza, aun por sobre las dudas de los profesores”. Entre esos jóvenes, como ya dijimos, estaba Miller, estudiante de filosofía y epistemología, enviado a los seminarios de Lacan por Althusser –quien había gestionado la reubicación de Lacan en la ENS.
Miller, junto a Milner, Grosrichard, y otros, pertenecía al circulo de epistemología de la ENS, y editaban la revista Cahiers pour l’analyse (cuadernos del análisis). Constituían un grupo muy activo de estudiantes que militaba en la izquierda, bajo la influencia renovador de Althusser, profesor de la ENS y referente del PC “estructuralista” francés. Con ellos, Lacan encuentra una lectura muy diferente a la del Otro-medico de Sainte-Anne.
Los jóvenes universitarios de la ENS leen a Lacan en una clave lógica que el propio Lacan no dejará de aprovechar. La mayor parte de estos jóvenes serán aceptados como adherentes de la escuela de Lacan, logrando de esta forma iniciar una lenta reforma en la composición de los discípulos que no carece de consecuencias hasta nuestros días. En síntesis, el grupo de estudiantes de “la calle d’ Ulm”, la calle de la ENS, hacen de la obra de Lacan una suerte de centro epistémico para su circulo. Le conceden una consistencia lógica en si misma que la eleva a la categoría de “una enseñanza”, en función de conceptos que veremos en detalle la próxima vez
Para ir terminando, no podemos dejar de mencionar lo que refiere Lacan respecto del futuro, es decir, de lo que espera desarrollar en su tercera etapa, a partir de allí, a desarrollarse en la Facultad de Derecho:
“naturalmente, no se sabe que va a pasar aquí. No se si vendrán estudiantes de derecho. Pero realmente esto seria capital para la interpretación. Probablemente será de la tres, la época mas importante, puesto que este año se trata de tomar el psicoanálisis del revés y, tal vez, precisamente, darle su estatuto, en el sentido del termino que suele llamarse jurídico. Esto, en todo caso, siempre ha tenido relación, y en el mayo grado, con la estructura del discurso. Si no es así, si no es en el derecho donde se palpa de que modo el discurso estructura el mundo real ¿donde va a ser? Por eso, no estamos menos en nuestro lugar aquí, que en cualquier otra parte. De modo que no acepte esta ganga solo por razones de comodidad”
Como pueden apreciar, se observa que Lacan esta optimista respecto de su nuevo ciclo. Espera lo mejor. Y también hace referencia a la pertinencia de su enseñanza respecto del discurso del Derecho, en tanto estructura lo real.
Muy bien, hemos dejado atrás la que quizás constituya la parte mas novedosa sobre Lacan, ahora muchos de ustedes, por lo tanto, la que menos pueden comprender para que les puede servir. Es un hecho, el sujeto no sabe para que le sirve lo nuevo hasta que lo experimente. Así funciona en el análisis y así espero que funcione para ustedes.
Hemos caracterizado la obra de Lacan en sus rasgos mas generales, hemos recabado datos de contexto, hemos visto surgir conceptos teóricos desde los intereses mas diversos, hemos vislumbrado el impacto que todo ello tuvo en la transmisión de Lacan en Argentina, pero, insistentemente, hemos trabajado la cuestión del valor y la función del estilo lacaniano, a los fines de mostrar su congruencia con una manera de entender el psicoanálisis, demostrando que no es gratuito, ni es una pura muestra de un preciosismo ridículo. Y en ese sentido, hemos querido aportar una serie de ideas básicas acerca de como se lee a Lacan, o desde donde se le puede sacar el mejor provecho a la lectura de Lacan, de acuerdo a lo que esta persigue como meta.
Por todo lo anterior, no podíamos comenzar a apreciar las diversas formas en que fue leído Lacan, sin tomarnos el tiempo de observar como se lee el propio Lacan. Todos estos datos, aun si no todavía no saben para que les puede servir, cuentan mucho a la hora de orientarse en Lacan.
Pues bien, se podría decir que para orientarse en Lacan existen varios mapas. Comenzaremos por el recorrido que nos plantea Miller, y comprobaremos de que notable modo el modelo milleriano de lectura de Lacan ha influido directamente sobre nosotros mismos, aquí, en esta facultad. Por supuesto, esa será solo una de la consecuencia de nuestro trayecto venidero. Espero que, de aquí en mas, el paisaje de Lacan les comience a resultar cada vez, menos oscuro y mas amigable. Seria parte del efecto del que les hable recién. Dejamos aquí por hoy? Si tienen mas preguntas las vemos la próxima

(1) Resulta recomendable siempre leer detenidamente la primera clase de cualquier de sus seminarios. Una prueba a favor de la importancia que las mismas pueden tener, por ejemplo, consiste en la publicación aparte de una de ellas, al correspondiente al inicio del seminario XIII: el objeto del psicoanálisis, aparecida en los Escritos , Siglo XXI, buenos aires, 1986, bajo el titulo “la ciencia y la verdad” (p.834-856)
(2)ver Roudinesco (1993:219;250 y 367-74) y Lacan, Sibylle (1994)
(3) (N.de A: volveremos sobre estos dos últimos aspectos mas adelante) ver Lacan (1973-74)
(4) ver Faig (1986:81) y Roudinesco (1986:30)
(5)Lacan (1964):los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Paidos, Buenos Aires, 1987
(6)Lacan (1964:17-8)
(7) Miller (1985) y Roudinesco (1986:13-3 y 30-7) y (1993: 403-432 y 531-549)
(8) en Lacan (1966:61-63): “Freud, en su “mas allá” da cabida al hecho de que el principio de placer, al que ha dado en suma un sentido nuevo al instalar en el circuito de la realidad, como proceso primario, la articulación significante de la repetición, viene a tomar uno mas nuevo aun por facilitar el derribo de su barrera tradicional del lado de un goce –cuyo serse reviste con el masoquismo, o incluso se abre sobre la pulsión de muerte. ¿que resulta en estas condiciones de aquel entrecruzamiento por el cual la identidad de los pensamientos que provienen del inconciente ofrece su trama al proceso secundario, permitiendo a la realidad establecerse a satisfacción del principio del placer? He aquí la pregunta en que podría anunciarse ese abordar del revés el proyecto freudiano con que hemos caracterizado recientemente el nuestro” (subrayado nuestro)
(9) Roudinesco (1993:655-7)
(10) ver Roudinesco (1993:656).


Capitulo 5
La lectura lacaniana de Miller

Me gustaría comenzar esta clase –que promete establecer vínculos entre la lectura lacaniana de Miller y nuestro estilo actual de lectura en la universidad- por el comentario de una conferencia que Miller ofreció a los estudiantes de psicología, de esta facultad. Eso ocurrió en 1989 (1)
En aquella oportunidad – en la que siendo estudiante de psicología tuve la ocasión de escuchar y luego intercambiar unas breves palabras con Miller- el centro de estudiantes había preparado una batería de preguntas para él. El auditorio rebosante le traía saudades a Miller de sus propios tiempos de estudiantes, durante la época del famoso mayo francés del ’68. De allí que comenzara la conferencia dando cuenta de su recorrido desde sus estudios superiores mas tempranos.

El recorrido de Miller

Me pareció significativo, en este curso, comenzar un presentación de Jacques-Alain Miller retomando aquella conferencia donde el mismo se presenta a los estudiantes de psicología. Abordemos el texto de lleno entonces.
“había empezado (ese es mi recorrido) estudios de filosofía –he terminado esos estudios también- era una época donde el estructuralismo (…) pasaba por su momento de mas intensa moda en Paris. Fue una linda época, yo tenía como profesor de filosofía a Louis Althusser, su adjunto en esa época era Jacques Derrida; bien, creo que cuando se habla de postestructuralismo se hace referencia a él. Fui al primer seminario de Roland Barthes en el año ’62, creo que fue la primera vez que oía hablar de Derrida y también tuve la ocasión de escuchar al joven Michel Foucault. A los 18 o 20 años era bastante interesante conocerlos. Y es en ese ambiente donde conocí, exactamente en el año ’64, a Lacan, que vino a hablar a la Escuela Normal Superior por invitación de Althusser; eso se puede leer como seminario XI, los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Vi por primera vez a Lacan en ocasión de la primera conferencia de ese seminario. Y fue…¿como decirlo?, un flechazo intelectual. Lacan no hablaba como los otros, hablaba en contacto directo con las cuestiones, con los temas que los otros abordaban de manera mas críptica, indirecta, como si se refirieran a cosas del pasado a repensar.” (..128-9)
Luego Miller comenta el impacto que tuvo el mayo del ’68 sobre el, fundamentalmente por el lado de su interés en le marxismo, la historia de la filosofía y las ciencias sociales; abandonando por unos años su interés intelectual por el psicoanálisis. Un tiempo después, Miller retoma su contacto con el psicoanálisis y con Lacan, y recomienda la mas fructífera relación alcanzada por alguien ligado directamente a Lacan.
En la misma conferencia comenta Miller:
“Mi perspectiva, siguiendo la de Lacan, es una perspectiva lógica del psicoanálisis. En el psicoanálisis no encontramos objetos ya hechos, no encontramos sustancias, no encontramos materias. Para ordenar el campo de los fenómenos analíticos, ¿Qué podemos hacer sino tomar, como los lógicos, una hipótesis, quizás un axioma, un vocabulario dado, y después tratar de deducir hasta el punto en que no se puede deducir mas?”(p.130)
Este asunto es fundamental para entender la perspectiva de la lectura milleriana, definida básicamente como una búsqueda de articulaciones lógicas que, es necesario reconocer, nadie ha podido llevarla adelante como Miller., incluso resulta relevante subrayarlo porque es desde asa perspectiva que entra –por la puerta grande- el psicoanálisis lacaniano a la universidad argentina. Me refiero a la creación de la asignatura “psicoanálisis: escuela francesa”, que queda a cargo de la profesora Diana Rabinovich (2)

el ordenamiento lógico de la obra de Lacan.

La perspectiva lógica de la obra de Lacan, aportada por Miller, recibió desde un principio la impronta del discurso universitario que el propio Miller describe como propia. Esto le valió un recibimiento que chocó con la reserva primero, y luego el abierto enfrentamiento, por parte de los antiguos “clínicos” que seguían a Lacan desde la época de Sainte-Anne. Es decir, un joven sin experiencia clínica, ni siquiera analizado, que prontamente fue señalado por el propio Lacan como su mejor lector, no podía sino despertar la desconfianza y la oposición de los que sentían que la obra de Lacan les pertenecía, aun por una simple cuestión de antigüedad histórica.
Con Miller , el discurso teórico lacaniano se asemeja mas a una teoría, en el sentido de que Miller se aboca a demostrar su rigurosidad lógica-conceptual. Miller desarrolla articulaciones conceptuales que parten de axiomas de hipótesis lógicas, que le van dando a la obra de Lacan –hasta entonces vista mas como un ejercicio retórico y barroco- un cariz mas estructural y ordenado, en función de una lógica propia oculta tras la superficie fenoménica del discurso lacaniano. Es por este motivo que Miller, junto a sus compañeros de la Escuela Normal Superior, logra signficar a la obra de Lacan como una “enseñanza”, en el sentido de que encuentra allí una lógica de desarrollo perfectamente transmisible y por lo tanto, Lacan siente con ellos, pero particularmente con Miller, que su producción ha encontrado a sus verdaderos destinatarios. En ese sentido, Lacan no vacilará en defender y proteger a los “universitarios”, en relación a los ataques de los “clínicos”, en el seno de las luchas de poder que se dieron en la Escuela Freudiana de Paris, a partir de 1964.
En el mismo texto de la conferencia a los estudiantes de Psicología de esta facultad, Miller sostiene:
“para mi, seguir la orientación de Lacan es la misma cosa. Es tomar, por cierta razón, la hipotesis de que el inconsciente esta estructurado como un lenguaje, hipótesis que tiene algunos fundamentos en la experiencia, y a partir de eso continuar deduciendo y ver si se puede, a partir de esa línea, dar cuenta de los fenómenos de la experiencia analítica” (p.130)
Esta hipótesis, este axioma desde el cual Miller lee a Lacan: el inconciente está estructurado como un lenguaje, le otorga fundamento a su perspectiva lógica. Con ello Miller va construyendo muy tempranamente un lugar irremplazable en la historia del movimiento psicoanalítico lacaniano. Pues, le otorga una consistencia lógica a la teoría que permite que aun mas gente se acerque al pensamiento de Lacan. Comienza también a producirse un efecto de identificación de Miller como aquel que entienda a Lacan, y lo traduce a un lenguaje mas sencillo. O como dirá el propio Miller (1997) mas adelante (3)
“el texto de Lacan no se lee como un rostro. No es que tenga una mascara, no, sino que vehiculiza un saber al mismo tiempo fuera de las sendas habituales, y que toca a los mas intimo de cada uno. En suma, exige una interpretación. Lacan era considerado “oscuro” hasta por sus alumnos. El enigma exigía un descifrador. Es lo que yo fui. Sin dudad era necesario, para poder “comunicar” a Lacan, alguien que amase el estilo de Montesquieu y el de Stendhal: nitidez, rapidez y precisión”.
En la misma conferencia, Miller se refiere a las vicisitudes de Lacan respecto de la IPA, y señala, dicho sea de paso, los riesgos de malinterpretar el axioma lacaniano acerca del “analista que se autoriza de si mismo”. Al respecto aporta una precisión importante.
Miller señala con justeza que si al principio de autorización se malinterpreta, es decir, se lo quita de su contexto histórico e institucional específico, se acrecienta el riesgo de caer en una suerte de autodisolución de la práctica:
Retornando a la cuestión de la axiomática lógica, que guía la lectura lacaniana de Miller, les he dicho que desde muy temprano marca con su impronta la difusión masiva de la compleja obra de Lacan. En ese sentido, al calificar como “lectura lacaniana” a la de Miller, a diferencia de los otros sistemas de lectura, que veremos en las siguientes clases, queremos significar que la de Miller es tal porque ha sido el propio lacan quien la reconoció de ese modo
En resumidas cuentas. Miller conoce a Lacan en 1964, y pronto se granjea el reconocimiento de Lacan, como uno de sus mejores lectores. Luego Miller se aleja por un tiempo y retorna al psicoanálisis, y a la escuela de lacan, hacia los primeros años de la década del ’70. En ese momento Miller queda como encargado de establecer los seminarios de Lacan, tras acordar con Lacan que él podría transcribir en forma lógica el contenido de los mismos, para hacer de los seminarios un texto en forma de libro (4)
Por lo tanto, para la época de la conferencia de Lacan en Caracas, que escuchamos en la primera clase de nuestro seminario, Miller junto a Rabinovich y otros colegas venezolanos, organiza el evento que inauguró el primer encuentro en latinoamérica con el pensamiento de Lacan en persona. Lamentablemente fue el último con esa característica, pero sirvió como puntapié inicial para un desarrollo continental que sigue creciendo hasta nuestros días.
Estamos hablando de fines de la década de los ’70, cuando Miller visita Caracas en virtud de las actividades preparativas que precedieron la llega de Lacan. Fue entonces que pronuncio, en octubre de 1979, varias conferencias que se conocieron rápidamente en latinoamérica como “cinco conferencias caraqueñas sobre Lacan”, titulo que nos hace evocar muy rápidamente las “cinco conferencias” de Freud en la universidad de Clark.
En la contratapa de la publicación del texto de tales conferencias, se dejan leer la inicial D.S.R. que se corresponden con el nombre completo de Diana Silvia Rabinovich. Alli se señala, a manera de presentación, de que –ya desde 1979- “pocos textos acerca de Lacan reúnen la virtud que presentan estas cinco conferencias; por un lado son claras y precisas, por otro mantienen toda la densidad y complejidad de la obra de Lacan”(5)
Veamos allí, a modo de confirmación, la forma en que se reafirma la perspectiva lógica de lectura lacaniana de Miller:
“Lacan no se trazó el objetivo de reinventar el psicoanálisis, al contrario. Colocó los comienzos de su enseñanza bajo el signo de un retorno a Freud. Solo se preguntó, a propósito del psicoanálisis: ¿en que condiciones es posible? Es una pregunta fundamentalmente crítica. ¿Cual fue su respuesta a esta pregunta? Respondió: el psicoanálisis solo es posible si y solo si, el inconsciente esta estructurado como un lenguaje. Lo que se llama la enseñanza de Lacan es el desarrollo de esta hipótesis hasta sus ultimas consecuencias” (p.10)
¿Pueden darse cuenta del énfasis absoluto que coloca Miller, ya desde temprano, en la estructura lógica del desarrollo de la obra de Lacan? ¿Pueden percibir como, en todo momento, a través de la prof Rabinovich, esta perspectiva favorece la entrada del psicoanálisis lacaniano a la universidad? Bien, es un punto fundamental porque de alguna manera permite explicar las razones por las cuales ustedes no están tan acostumbrados a capitalizar el valor de enunciación subjetiva de Lacan. Esto merece una consideración especial.

Efectos y determinaciones de la lectura lacaniana de Miller

En efecto, es por todo el mundo reconocida la brillante capacidad de síntesis, claridad y argumentación lógica de Miller, que permitió, entre otras cosas, que fuera a través de su influencia que el psicoanálisis lacaniano llegar a esta facultad y se diseminara por doquier
Sin embargo, por las mismas razones, y por una suerte de efecto de repetición instituida, a la vez fatal e insoslayable, la transmisión masiva de Lacan ha favorecido una especie de simplificación maniqueísta que también es reconocida en todo el mundo. Me refiero a la repetición de “tics” propiamente lacanianos que, si bien ya se reproducían antes de Miller, con la apropiación del lenguaje lacaniano a traves de Miller, se amplificó en gran numero, debido a los alcances extraordinarios de su masiva difusión.
La imitación es el atajo del verdadero aprendizaje que, en el caso del psicoanalista, exige un largo rodeo antes de redondear una formación sólida y competente. Una cosa que hemos visto, y que el propio Miller ha denunciado en esta facultad, es el de cómo se puede llega a malinterpretar el principio de la autorización del analista “según Lacan”.
A todo esto hay que agregarle el tratamiento que recibe todo saber, en particular cuando se institucionaliza. Es decir, se tiende hacia cierta uniformidad que, en el caso del difícil discurso lacaniano, solo puede provocar alivio en aquellos que mas lejanos se encuentran de su propia orbita de comprensión. Para esos casos, que por fuerza –hay que decir- han de ser bastante numerosos, el alivio proviene del hecho de que el acceso al pensamiento de Lacan les ha quedado facilitado por cierta vía de transmisión institucional. Evidentemente, la forma en que se trasmite un saber cuando se institucionaliza, va mas allá de las intenciones de aquel –en caso Miller- que se ha tomado el trabajo de leer a Lacan en ese sentido que nosotros definimos como “lectura del Otro”. En ese sentido es ejemplar el modo en que Miller supo defender su lectura lacaniana, con Lacan y sin Lacan de por medio. Y si Lacan hubo de apoyarlo siempre, sin duda, ha sido no solo por el reconocimiento que de la ENS recibió su enseñanza, sino asimismo, porque la lectura del Otro es la lectura del analista. Y ese es un principio fundamental de su enseñanza.
Otro factor determinante de los paradójicos efectos de transmisión que se han incrementado desde que resulta “mas sencillo” leer a Lacan, incumbe al propio Miller, en lo referente a su propia posición subjetiva de enunciación de su discurso teórico.
Pues, debemos tener en cuenta, a partir de lo que hemos visto hasta aquí, que, con Miller, la obra de Lacan esta representada como un conjunto lógico, riguroso, sistemático, formal, que se basa en la existencia de estructuras lógicas. Estructuras y relaciones diferenciales entre los elementos de un sistema lógicamente articulado. Miller aparece necesariamente como un gran ordenador de la obra de Lacan. Podemos decir que a él mismo no se le escapa esta determinación.
Miller estructura la obra de Lacan de manera impecable. Miller aspira a la estructuración lógica de la obra lacaniana. Es en relación a esta perspectiva lógica que el queda a cargo del establecimiento oficial de los textos de Lacan.
Si nosotros hojearamos, por ejemplo, el índice del manojo de conferencia que Miller brindó en Brasil (1981-1996) para introducir el lacanismo en nuestro país hermano, notaríamos que la perspectiva lógica de su desarrollo se deja apreciar sin inconvenientes. El texto donde se publica estas conferencias millerianas sobre Lacan, se llama “elucidación de Lacan”, y en su índice expresa lo siguiente (6)

I.estructura
II.lógica, ética
IIII.clínica y cultura
IV. la lógica del análisis
V. las paradojas del psicoanalista
VI.punto de almohadillado

¿Se dan cuenta de la predominancia de la cuestión lógica? Fíjense como Miller comienza por el tema de las estructuras, y de alli pasa a la lógica. Después se refiere a la clínica que, obviamente, articulara la cuestión estructural con la lógica. De allí a pensar una lógica del análisis, no hay mas que un paso. En fin, después aparecen las paradojas. Es un buen ejemplo de cómo Miller sigue un camino metódico, lógico y sistemático para “elucidar a Lacan”.
En un texto publicado bajo el titulo de: “el establecimiento de “el seminario de Jacques Lacan”, Miller cuenta como es que Lacan le encomendó la tarea de publicar los seminarios (7). No olvidemos que, con once seminarios realizados por Lacan, Miller elige, una vez iniciado su trabajo de establecimiento, comenzar a publicar por el seminario XI, en su segunda versión, es decir, cuando Lacan ya lo dicta en al ENS. Anticipamos ya que ese es el primer seminario al que Miller asiste.
Esta cuestión involucra la subjetividad de Miller, desde un sentido que nunca dejo de ser también de Lacan. Me refiero a que Lacan valora signifitivamente el hecho de que a primera vez que alguien defiende su enseñanza como tal, es decir, como un conjunto de proposiciones con una lógica interna, es en la ENS. Para Lacan mismo, lo hemos visto la clase pasada, la época de la ENS es la época de reconocimiento de su enseñanza. Y justamente es Miller uno de los jóvenes universitarios que participa de tal efecto. Por lo tanto, ¿porque no comenzar a publicar la enseñanza de Lacan a partir de ese seminario? Como resulta obvio, es uno de los diferentes criterios que se pueden adoptar para publicar las notas y desgrabaciones tomadas del seminario oral de Lacan. Hay quienes cuestionan esta forma de establecer la aparición de los seminarios y se pregunta porque no ha seguido Miller con el criterio cronológico.
En todo caso , para nosotros ese no es el tema en cuestión. Pues, recordando la primacía de la lectura del Otro, la lectura de Miller es consistente y útil, y por ello merece nuestra atención. Pero todavía hay otro factor que, en la misma perspectiva, aparece como mucho mas relevante. Me refiero a lo que desde la primera clase intente mostrarles como vector fundamental del discurso lacaniano, Es decir, el lugar de enunciación del analista, en una teoría que no deja de hablar de el en todo su extensión.

Implicación y subjetividad del analista

El hecho de que Miller publique, como el primero, el seminario a partir del cual el mismos se encontró con Lacan, y viceversa, tiene para nosotros un valor significativo en función de que allí aparece implicada la subjetividad del propio analista –Jacques Alain Miller- al establecer el seminario de Lacan. Este es un dato que no hay motivo alguno para dejar de lado, dado que es congruente con el discurso teórico psicoanalítico de Lacan.
No obstante, con estos elementos, antes de pasar a la lectura de algunos párrafos del texto, podemos prever algunas cuestiones paradojales en relación a la subjetividad de Miller, en función de su particular posición de enunciación frente a la tarea de transcribir el discurso teórico de Lacan.
Me refiero al hecho de que Miller debe enunciar en primera persona el discurso de Lacan. Quiero decir que, cuando Miller escribe “yo”, en el texto del seminario de Lacan, su propia enunciación aparece ocluida tras el efecto de lectura de la misma, en tanto enunciación de Lacan.
Al quedar excluida como posición subjetiva en el discurso, la subjetividad de Miller queda segregada por el saber atribuido allí a la lectura de “Lacan”, y no de Miller. Este es un punto muy interesante y complejo. Pues, además, el efecto segregativo del saber se ve reforzado por la propia iniciativa milleriana de aportar una lectura lógica de Lacan. Todo esto le confiera la posición enunciativa de Miller un valor paradojal, pues, ¿como puede representarse el analista Miller diciéndose “yo” en nombre de Lacan? Veamos como describe toda esta cuestión el propio Miller, en el texto “el establecimiento de “el seminario” de Jacques Lacan”:
“puedo decirle también que, a partir del momento del establecimiento del primer seminario, la idea del Dr lacan era que firmáramos juntos” (p.14)
Para Lacan era tan importante el trabajo y la autonomía que le confiaba a Miller para que escriba y publique en su nombre, que le ofrece firmar juntos la publicación de los seminarios. Es notable, ¿no? Sin embargo, ¿cual es la actitud de Miller?
“me negué –lo que Lacan, en su epilogo, llamó gentilmente mi “modestia”- pero siempre cofirmé con Lacan los contratos de edición, jurídicamente tengo el estatuto de coautor” (p.14)
Epa! No se lo esperaban. Si, sorprende un poco pero no debería sorprenderles tanto. Pues, no se trata para Miller de publicar una lectura milleriana de Lacan, sino al contrario, tal como lo hemos dicho, se trata de una lectura lacaniana de Miller. En el sentido de que es Lacan mismo quien ve reflejada su enseñanza en la lectura de Miller. De allí que Miller no acepte la “coautoria”, aunque si acepte ser corresponsable de la edición.
Para corroborar lo que sostuvimos anteriormente, acerca de la reputación milleriana de ser el que mejor leía a Lacan, tenemos la siguiente cita:
“por mi parte –y fue así desde que encontré a Lacan en la Escuela Normal Superior- desde un principio tuve, hay que decirlo, la reputación de ser el que comprendía a Lacan” (p.15)
En relación al trabajo de transcripción del seminario aclara Miller:
“cuando digo que decido acerca del sentido, digamos que me pongo en la posición mas desfavorable. Considero que restituyo el sentido cuando los meandros de la expresión oral lo obliteren. Pero en nombre de ese sentido tengo que decidir aquello que pasara al escrito. Es cierto que cuando Lacan multiplica oralmente los sustantivos para calificar algo, y bueno, algunas veces solo me quedo con uno. Tengo que decidirlo en cada caso” (p.16-7)
Como pueden apreciar a partir de esas valiosas aclaraciones de Miller, puedo decirles que lo que ahora ustedes leen como el seminario de Jacques Lacan, en el sentido de que es la transmisión de su enseñanza, es fruto de la lectura de un Otro, Jacques-Alain Miller. Esto prueba de manera consistente la justeza de nuestra hipótesis, acerca de la intencionalidad del estilo lacaniano como vehiculo de una trasmisión que depende de la lectura del Otro.
Como para reafirmar aun mejor la idea, presten atención a los siguiente:
“no fui el que se ocupo de “todo esto” enseguida, ya que conocí a Lacan en 1964, y recién en 1973 se definieron las cosas. Hasta ahí no era evidente –y para Lacan menos que nadie- que el mas insignificante de su dichos pudiese ser respetado!. El panorama que le pinte lo muestra, ninguno de los intentos de sus alumnos iba en esa dirección. Hacia falta algo de tiempo para tener una dimensión de quien era Lacan –el mismo no la tenia, es algo que solo puede venir del Otro”(p.18)
Ahora bien, les dije que ibamos a señalar cierto efecto paradojal en al posición subjetiva de Miller, en relación a que su propia subjetividad enunciativa desaparece, tras la imagen de que el que esta hablando en el seminario es Lacan. Les cito también en este caso, la pregunta de Ansermet, el reportero:
“Francois Ansermet: en la advertencia del seminario XI que esta antes del epílogo, usted escribe: “se ha querido no contar aquí para nada” a pesar de todo habría un lugar en ese “no contar para nada”?
Jacques –Alain Miller: Si. Creo que la diferencia entre mi trabajo y las tentativas abortadas precedentes, es que ellos querían ser tenidos en cuenta: el resultado, hay que decirlo, sirve de poco. No contar para nada, es ubicarse en una posición en la que puede escribir “yo”, y que ese “yo” sea el de Lacan (…) y aparentemente ahí anule mi particularidad lo suficiente para que Lacan adopte aquello que me es particular: crease o no, borrarme, precisamente, es una actitud muy lógica! Quiere decir plegarme a la racionalidad de este pensamiento.”(p.19)
Y mas adelante agrega:
“le digo cual es el valor de mi “no contar aquí para nada”: creo que mi particularidad en la materia –porque hay una particularidad- es haber captado la articulación lógica de la enseñanza de Lacan, llegar tan lejos en ella como para poder restituirla a la escritura” (p.20)
Este párrafo es especialmente claro acerca del punto al que quiero conducirlos hoy. Me refiero a que el propio Miller siente, como efecto de su perspectiva lógica de Lacan, como esta lo segrega subjetivamente, lo deja sin enunciación. Es evidente que a Miller mismo esto no le significo ningún inconveniente, al contrario, tenía una preparación universitaria acorde a la tarea.
El efecto paradojal de esta cuestión es que, a los que leyeron a Lacan desde la lectura lógica de Miller, se les facilito la tentativa de repetir la lectura de la “teoria” lacaniana como teoría sin sujeto enunciador. Es decir, se agrego una variable mas, a las que consideramos mas arriba, que favoreció el echo de que muchos analistas aparezcan hablando de su practica análogamente a como los físicos hablan de la lógica teórica de sus experiencias.
Fíjense que la paradoja se crea a partir de que la lectura lacaniana de Miller genera en el propio Miller un efecto de segregación subjetiva, muy particular, es cierto, pero ocluye la subjetividad al fin, en el sentido de que es el propio Miller quien declara que, de ese modo, se pliega a la lógica, a la racionalidad del pensamiento lacaniano. La paradoja es que, con Miller, se resalta lógica sin sujeto en el pensamiento lacaniano, mientras al mismo tiempo –lo hemos demostrado en mas de una oportunidad-
El mismo discurso teórico de Lacan hace jugar de manera decisiva y fundamental la posición subjetiva de quien lo enuncia. ¿Comprenden lo que les digo?
El efecto paradojal esta dado por el echo de que sea el mismo Miller quien, por un lado, enuncia “yo” y es Lacan quien habla, y por otro lado, Lacan habla de la importancia del sujeto de la enunciación en al teoría psicoanalítica. Hay allí un conflicto de enunciaciones que solo puede tener algún significado en el discurso psicoanalítico.
Digo esto porque pueden comprobar, efectivamente, que en la literatura psicoanalítica es muy frecuente toparse con que en las tesis teóricas de los psicoanalistas, siempre se usa como argumento, con el que analistas teóricamente se autorizan, el echo de que hubo “alguien” que lo dijo antes. En física, o en matemática o química, esto no ocurre de la misma manera. Si bien es verdad que hay teoremas o formulas que llevan el nombre de su inventor, lo cierto es que el químico, el físico o el matemático, argumentan teóricamente con la lógica de sus proposiciones, en función del borramiento subjetivo de la enunciación. Quiero decir, lo simbólico juegan en la ciencia exactas y naturales de manera totalmente diferente a como juega en el discurso teórico psicoanalítico. La diferencia básica es que en la lógica de la ciencia es el sujeto de la enunciación, como dice Miller en el texto, “no cuenta allí para nada”, en cambio, en el psicoanálisis ese sujeto es “el único que cuenta”. Este es el motivo por el cual Lacan afirmaba que el psicoanálisis no es una ciencia, pero a ala vez, sostiene que el psicoanálisis se ocupaba del sujeto que la ciencia dejaba de lado, o dicho en sus propios términos, el psicoanálisis se ocupa del sujeto que la ciencia segrega o, o incluso forcluye.
Lejos de complicarse demasiado con estas cuestiones, Miller resuelve las cosas de un modo muy sencillo, útil y practico a la vez. Lo que no quiere decir que para nosotros, lectores de Lacan y de Miller, la cuestión pasa desapercibida. Al contario, llamar la atención sobre este efecto paradojal debiera permitirles a ustedes aprovechar mejor aun el valor de trasmisión psicoanalítica que el saber psicoanalítico vehicula. En ese sentido, al quedar advertido de estas cuestiones, quizás ustedes puedan evitar caer en al simple repetición imitativa y, puedan verdaderamente reflexionar sobre la imprescindible lectura lacaniana de Miller. Ese seria el efecto deseable de nuestros comentarios.
Si continuamos con el texto, podemos apreciar como lo resuelve Miller:
“es preciso decir que el Lacan que habla era impenetrable para muchos de sus oyentes. Esto obedece a diversas razones: en primer lugar, a lo adelantada en el tiempo que siempre estuvo su reflexión para la compresión de sus oyentes, y también al echo de que su expresión oral era muy rebuscada e inventiva. Una vez dijo: “hablo como otros escriben”. Así pues, podemos decir que e l Lacan que habla, para los oyentes de ese entonces, era tan complejo como el Lacan que escribe. Al respecto, compruebo que un seminario recién entra en la cabeza de todos cuando yo lo establecí. Me doy cuenta. Mientras ese trabajo, trabajo de redacción, pero sobre todo de logificación, no esta hecho –salvo algunos plagios menores aquí y allá- es difícil pescarlo. Lo digo sin ambages, puesto que la concepción que puedo tener de un seminario, antes de redactarlo, y después, no es la misma. Me veo a mi mismo emerger progresivamente, a través de mi trabajo, de sus tropiezos, de sus líneas de fuerza, de su problemática, de sus tropiezos.” (p.28)
Como ven, a Miller allí no se le presento conflicto alguno. Allí el es soporte de una paradoja que no necesariamente debe padecer. En todo caso la resuelve por la vía del trabajo y su reconocimiento. Quiero decir, ser reconocido como aquel que supo leer a Lacan, incluyendo al propio Lacan, resuelve el problema de la segregación subjetiva. para Miller estuvo bien así. Pero, ¿que pasa con el resto de nosotros que no somos Miller, sino que lo leemos a él, en tanto lacan habla? Nada, simplemente debemos conocer la lectura lacaniana de Miller para hacer significar también la nuestra. Queda dicho así que, si después ustedes quieren hacer de su propia lectura un trabajo, será los otros quienes deberán reconocerlo como tal, o no.
A propósito, seria muy interesante que pudieran leer un trabajo clásico entre las referencia de Lacan, “la dialéctica entre el amo y el esclavo” de Kojeve (8). Pues, allí se explica muy bien de que manera el esclavo, a través de su trabajo, logra hacerse reconocer y, de este modo, encuentra la forma de sortear la falta de reconocimiento primero a que había resignado antes el amo, en la lucha a muerte por el puro prestigio. A Lacan, la lectura kojeveana de Hegel le proporciona una lógica para explicar porque el trabajo significante del sujeto logra hacer reconocer su deseo inconciente ante el otro.
El fin de análisis esta pensado de esa forma hasta que, para el seminario V y VI, Lacan elaboró la teoría del “objeto a”, y refuta con ella la cuestión del reconocimiento del Otro (9)

Introducción a la lectura R.S:I: de Lacan

Para finalizar con este pantallazo acerca de las principales características del sistema milleriano de la lectura de Lacan, que constituye una lectura lacaniana de Miller, no podemos dejar de mencionar, como uno de sus méritos mas reconocidos, el hecho de haber impuesto, aunque no parece que de manera adrede, la periodización de toda la obra de Lacan en tres partes, que se corresponden con los tres registros lacanianos: imaginario, simbólico y real, respectivamente.
Del mismo modo que, tempranamente, Miller impuso la idea de que había una lectura lógica de Lacan, a partir del axioma del inconciente estructurado como un lenguaje, también comienza a dividir la obra lacaniana en los tres periodos mencionados. Para comprobarlo podemos tomar como referencia bibliográfica las conferencias caraqueñas de 1979. Allí Miller (1979) sostiene:
“después de su tesis y su entrada en análisis, les diré rápidamente que la primera teoría del psicoanálisis que Lacan desarrolla, sobre todo después de la guerra, después de 1945, haciendo de lo imaginario la dimensión propia de la experiencia analítica” (p.13-4)
Durante esta época, sostiene Miller, Lacan tiene como a maestros al psiquiatra Clerambault y al filoso Kojeve. A continuación dice:
“en 1953, a raíz de la primera escisión del movimiento psicoanalítico francés, Lacan introduce en la proposición del inconsciente estructurado como un lenguaje, y la distinción de lo real, lo imaginario y lo simbólico…”(p.14)
Luego afirma:
“a partir de 1953, periodiso la enseñanza de Lacan , en la forma siguiente: entre 1953 y 1963, su enseñanza revista la forma de un seminario de textos freudianos. Cada año esta dedicado a un concepto, a una o dos obras de Freud, y la validez de las estructuras de lenguaje es verificada en toda la extensión del campo legado por la experiencia de mas de medio siglo de psicoanálisis. En esta época, es la categoría de lo simbólico la que es dada como la dimensión esencial de la experiencia” (p.14)
Yen continuidad plantea:
“en los diez años siguientes, 1964-1974, aprovechando al segunda escisión de los movimientos psicoanalíticos francés y el dezplazamiento de su enseñanza a la Escuela Normal Superior, por invitación de Louis Althusser, no comenta ya directamente los textos de Freud. Por el contario, son sus propios términos los que ritman su enseñanza: el $, el sujeto tachado, el objeto llamado “a” minúscula, y el A (otro con mayúscula). Son sus tesis las que ocupan el centro de su elaboración “ (p.14)
Y para terminar de completar las correspondencias con los tres registros:
“después de 1974, estamos en el tercer periodo que distingo en su enseñanza propiamente dicha. Lacan toma como objeto los fundamentos mismos de su discurso, y especialmente la tripartición de lo real, lo simbólico y lo imaginario. Dio una especie de metateoria en un lenguaje de una gran sencillez, y al mismo tiempo con términos que muchas veces son aporéticos: es en estos términos que Lacan gustosamente, evoca su experiencia, y en este ultimo periodo en curso (Lacan aun vivía), lo real se ha convertido en la categoría esencial” (p.14-5)
Como para redondear esta clase, convendría recordar aquí unas palabras mas de este texto, me refiero al momento donde Miller sostiene:
“considero, entonces, que el dicurso de Lacan se desarrolló según una lógica irresistible que estaba inscripta de algún modo en sus inicios, y que en cierta forma su estructura fundamental fue traducida en historia. Tenemos por un lado la estructura real, simbólica e imaginaria y, al mismo tiempo, en su discurso, cada uno de estos términos fue sucesivamente ocupando el primer lugar.”(p.15)
Para resumir la periodización y la características de la obra de Lacan, en la perspectiva lógica de la lectura de Miller, podemos escribir en el pizarrón:

Período características registro predom
(1932) 1945-1952 post guerra (filósofos) imaginario
1953-1963 textos freudianos simbólico
1964-1974 términos propios
1974-1979 fundamentos (RSI) real

De esta periodización milleriana de la obra de Lacan. Podemos extraer facilmente una localización precisa de diversas cuestiones. En primer lugar, antes de 1953, registramos los “antecedentes” de la que fue luego la verdadera “enseñanza” de Lacan. Se ubican allí una serie de influencia filosóficas, especialmente la kojeveana, referida a Hegel.
Luego, a partir de la escisión de 1953, pueden acceder al primer periodo de la enseñanza lacaniana propiamente dicho. Pueden leer allí como se construye el axioma ilógico que subraya Miller, “el inconciente esta estructurado como un lenguaje”. Al colocarse el acento sobre la estructura del lenguaje se hace pasar a lo simbólico al primer lugar. En el mismo periodo se ubica el “retorno a Freud”, por las razones ya vistas, y de esa forma resultan seminarios de comentarios de textos freudianos.
Mas adelante, cuando los seminarios pasan a dictarse en la ENS, y Lacan ya ha sido expulsado de la IPA, accedemos al segundo periodo de los simbólico, donde Lacan desarrolla sus propios términos.
Por ultimo, a partir de 1974, Lacan retoma los fundamentos teóricos de su discurso, y retoma las categorías de lo real, lo simbólico y lo imaginario. Allí predomina el enfoque de lo real, en la medida que lo simbólico no puede dar cuenta de todo, y menos de los fundamentos del discurso.
Esto que les digo, acerca de los diferentes momentos de la obra de Lacan, y sus características generales, por supuesto, no es completo. No es nuestro objetivo por ahora. Desarrollaremos mas adelante estas ideas. Momentaneamente pretendemos tan solo captar la mirada global que nos ofrece la lectura de Miller, sobre la obra de Lacan. Y pueden ver que nos permite muy fácilmente ubicar varias cuestiones importantes, de acuerdo a las correspondencias con los tres registros. Vamos a dejar este tema, que retomaremos desde otro ángulo la próxima clase.
En síntesis, creo que con la lectura lacaniana de Miller hemos podido ponderar en primer termino la cuestión de la enunciación. Hemos marcado la paradoja que introduce, al favorecer el borramiento de la enunciación del sujeto teorizante, tras la arquitectura de la logica argumental.
También hemos subrayado el nivel de influencia que ha tenido la lectura lacaniana de Miller sobre la forma en que se ha trasmitido el psicoanálisis aquí en nuestra facultad. Y hemos querido con ello mostrarles el porque no están acostumbrados a considerar la enunciación del analista en la teoría.
Y finalmente hemos introducido uno de los mayores “hits” del sistema lógico milleriano, a saber, la periodización de la obra de Lacan de acuerdo los tres registros.
La próxima clase veremos algunos ejemplos de como se lee a Lacan cuando se adopta a un ciento por ciento la que podemos llamara “lectura R.S.I” de Lacan. Formulen sus preguntas y la próxima seguimos, ¿de acuerdo?

Notas:
(1) ver Miller, Jacques-Alain (1989): Conferencia a los estudiantes de psicologia, en Logicas de la vida amorosa, Manantial, Buenos Aires, 1991, p.127-140
(2) en la nota de presentacion del texto de Diana Rabinovich (1986): Sexualidad y significante, Manantial, Buenos Aires, 1986, p.5; Rabinovich se refiere a la circunstancia del concurso para el cargo de profesora regular de la materia “Orientación lacaniana”, según la primera denominacion que se adopto, para la facultad de Psicologia de la Universidad de Buenos Aires, realizado en diciembre de 1985. El tema sorteado para su prueba de oposicion fue “el inconsciente esta estructurado como un lenguaje – metafora y metonimia”, tal como lo resalta la autora: “este tema, como es obvio, recorre y a la vez organiza el despliegue de toda la obra de Lacan, marca un axioma que es eje fundante de la misma”, Observese la coincidencia con la perspectiva de Miller, tal como se puede apreciar en lo que sigue de nuestro trabajo. Y por otro lado, como para afirmar aun mas directamente dicha afinidad, registrese la siguiente frase de agradecimiento, en la misma nota de presentacion: “las articulaciones conceptuales vertidas en lo que sigue se ordenaron en el marco de los lineamientos y puntuaciones establecidos en la obra de Lacan por Jacques Alain Miller, tanto en sus articulos, como en sus cursos y en su seminario de doctorado. Dado que gran parte de dicho material aun esta inedito, incluso en frances, quisiera subrayar, mas alla de la frecuencia de las citas pertinentes, cuanto debe mi lectura de Lacan a sus precisiones rigurosas y lucidas”.
(3) ver Miller, Jacques –Alain (1997): elucidación de Lacan, EOL – Paidos, Buenos Aires, 1998, p.19
(4) (N.de A: volveremos sobre este punto un poco mas adelante, en este mismo capitulo).
(5) ver Miller, Jacques Alain (1979): cinco conferencias caraqueñas sobre Lacan, ed. Ateneo de Caracas, Caracas, 1980.
(6) ver Ob,Cit. En nota 41.
(7) Miller, Jacques Alain (1985): el establecimiento de “el seminario” de Jacques Lacan, tres haches, Buenos Aires, 1999. Se trata de la publicación de una entrevista acerca de la tarea de establecimiento del seminario de Lacan, que le realizara el periodista Francois Ansermet.
(8) Kojeve, Alexander (1933-38): la dialectica del amo y el esclavo en Hegel, la pleyada, Buenos Aires, 1987
(9) (N.de A: este tema sera retomado y desarrollado en la tercera parte del presente trabajo)



4822-066Capitulo 6
Lectura R.S.I

Hoy veremos otro sistema de lectura de la obra lacaniana, el mas corriente. Con muchos representantes para estudiar. Todos ellos, mas allá de sus diferencias instituciones, leen a Lacan del mismo modo, periodizando su obra en tres épocas, a saber, imaginaria primero, simbólica y real después.
Se trata de una periodización de muchísimo éxito, muy citada. Inevitablemente, casi cualquier obra de divulgación de la enseñanza de lacan que ustedes puedan leer, se va a referir a los periodos de lacan divididos en: imaginario, simbólico y real.
De acuerdo a ello, las mismas nociones variaran de significado según el contexto periódico en el que se ubiquen. Así, por ejemplo, la noción de síntoma no significara lo mismo en el periodo simbólico (1953-1974) que en el de lo real (1974-1980). No será lo mismo la época del “significante”, que la época del “goce”. Es en estos términos que se producen corrientemente muchos diálogos entre analistas lacanianos

Los tres registros.

La primera mención de los tres registros de la experiencia psicoanalítica, Lacan la efectúa durante el seminario dedicado al hombre de los lobos, en Sainte-Anne, dos años antes de la escisión institucional de 1953, y por lo tanto, en el periodo inmediatamente anterior al seminario I (1). Luego, el 8 de julio de 1953, pronuncia la conferencia “lo simbólico, lo real y lo imaginario”. Desde entonces, hasta el ultimo tramo de su vasta obra, lacan mantuvo la triada de registros como un signo distintivo de su propia producción teórica.
No obstante, el criterio de periodización de su enseñanza en tres épocas, a saber, imaginaria, simbólica y real, se encuentra señalado en la propia obra de Lacan. En el seminario XXIII, titulado RSI, el 14 de enero de 1975, lacan sostiene (2)
“Freud no tenia de lo imaginario, de lo simbólico y de lo real, la noción que tengo yo (…) sin embargo, a pesar de todo, tenia de ello una sospecha. El hecho es que yo los he podido extraer de su discurso, con el tiempo, y sin duda, con paciencia. He comenzado por lo imaginario, a continuación de eso he debido masticar bastante la historia de lo simbólico –con toda esa referencia lingüística sobre la cual efectivamente no he encontrado todo lo que me hubiera servido- y luego, he termino por sacarles este famoso real bajo la forma misma del nudo.”
Esta breve referencia de Lacan basto para que muchos analistas, y entre los primeros Miller, comenzara a buscar los mojones históricos que delimitan cada una de los tres épocas. Como vimos la clase anterior, Miller (1979: 13-5) sostiene que la época imaginaria se inicia en 1932 –especialmente desde 1945- hasta 1952, la simbólica desde 1953 a 1973 (subdividida en la época de Sainte-Anne y la ENS), y la real desde 1974 hasta 1980 (incluyendo nosotros las ultimas conferencias de lacan). En cambio, para Allouch (1984:288, n.32) el periodo imaginario se inicia den 1932 pero concluiría en 1955, el simbólico desde allí hasta 1975, y el real de ahí en adelante.

Dos ejemplos

A modo de muestra acerca de la enorme influencia que tuvo la lectura RSI de Lacan, incluiremos el comentario de dos autores argentinos que han publicado, en diferentes momentos históricos, sendos textos de introducción a la obra de Lacan.
En primer lugar examinaremos brevemente en que sentido ha influido la lectura RSI en el psicoanalista Antonio Godino Cabas, quiena actualmente reside en Brasil, y que esta vinculado a la Asociación Mundial de Psicoanálisis, bajo la dirección de Jacques –Alain Miller. En segundo lugar, analizaremos el texto de Eduardo García Dupont, psicoanalista que actualmente no se encuentra enrolado en la Escuela de la Orientación Lacaniana, afiliado a la AMP, pero que en algún momento estuvo vinculado a Miller, fundamentalmente a través de Diana Rabinovich.
El texto de Godino Cabás se llama “curso y discurso de la obra de Jacques Lacan”, es un libro publicado en 1976, y recoge la desgrabacion y corrección de un seminario dictado en la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires, entre fines de 1975 y comienzos de 1976 (3)
Es un texto con valor histórico, pues resulta indicador del estado pujante del psicoanálisis lacaniano argentino en el momento en que se iniciaba el periodo más negro de nuestra historia, me refiero al terrorismo de estado que se iniciaba en marzo de 1976.
En el índice del texto tenemos:
I.de profundis
II. lo simbólico, lo imaginario, lo real
III.la cuestión del signficante
IV. el Edipo como discurso del Otro
V. el Otro: definición y campo
VI. el sentido de la práctica analítica: análisis de la práctica del sentido
VII.motus
Como pueden apreciar, se ve de que modo, para 1976, época demasiada cercana al seminario XXII (1974-75), y también anterior a las conferencias caraqueñas de Miller (1979), el psicoanálisis lacaniano en argentina todavía no estaba tan guiado por la impronta milleriana. En cambio, todavía recibía la influencia de Masotta. Sin embargo, claramente, como segundo capitulo de este texto, aparece el tema de los tres registros como una cuestión fundamental para luego hacer la lectura de la cuestión significante, el Otro simbólico y el Edipo.
En cambio en el segundo texto, el de García Dupont, publicado en 1994, ya las cosas son bien diferentes. En efecto, su titulo es “fundamentos de la enseñanza de Jacques Lacan”., y recoge básicamente el material de un seminario dictado en 1991, en la Universidad Argentina John F. Kennedy, cuyo titulo fue “introducción a la obra de Jacques Lacan”(4)
En su introducción, el autor sostiene lo siguiente:
“el propósito de este libro, en el cual hemos mantenido el tono coloquial del seminario dictado en 1991, en la universidad argentina John F. Kennedy, a riesgo, en algunos fragmentos, de ser reiterativos, es el de abordar una introducción a la obra de Jacques Lacan a partir de los tres registros.”
El índice de este libro es una buena guía de los conceptos lacanianos que se suelen acomodar en cada una de las épocas y, de manera correspondiente, en cada uno de los registros. Veamos:
Capitulo I: lo imaginario
El yo en la filosofía
El yo en la obra de Sigmund Freud
Lo imaginario como registro
El estadio del espejo
La agresividad en psicoanálisis
Modelo óptico
Capitulo II: lo simbólico
El inconciente estructurado como un lenguaje
Metonimia
Metáfora
Concepto de Otro
Concepto de sujeto
Indeterminación y determinación del sujeto
Signo lingüístico
Arbitrariedad
Valor
Diferencia entre Saussure y lacan
Freud: relación entre el ello y el inconsciente
Lacan: relación del S1 con el objeto “a” y el S2.
Capitulo III:lo real
Antecedentes de lo real en Freud como negatividad
La significación del falo
La mujer
Antecedentes de lo real en Freud como positividad
Recorrido teórico-clínico en Freud
Objeto “a”
Deseo: metonimia de la falta en ser
Grafico: constitución del sujeto
No hay relación sexual
El deseo es el deseo del Otro
Objeto “a” como plus de goce
No hay relación sexual (sic)
Consecuencia clínicas del objeto “a”
Angustia y objeto “a”
Luego, para completar, mencionaremos solo el titulo de los capítulos:
Capitulo IV: constitución del sujeto y estructuras clínicas
capitulo: la dirección de la cura
En este caso, podemos apreciar que no solo aparece como objetivo expreso el hecho de realizar la lectura RSI de la obra de Lacan, sino que además parecen los principales conceptos que se suelen asociar a cada registro, según le época.
de este modo, cuando se habla del periodo imaginario de Lacan, se suele hacer referencia a que durante esta época el trabajo la noción del Yo en su relación con el otro especular, es decir, el semejante. Durante esta época, Lacan fue planteando todo el tema de las imagos y las fantasías del sujeto, en tanto pertenecientes al dominio de lo imaginario. Se puede apreciar también que, durante este periodo, las teorizaciones de Lacan son bastante compatibles con la kleinianas.
Durante la siguiente etapa, la simbólica, en cambio, aparece la cuestión del Otro, en tanto diferente del otro imaginario, especular o semejante, la reformulación del Edipo, y la determinación simbólica del sujeto, en relación al significante.
Y por ultimo, en relación a lo real, el planto teórico lacaniano gira hacia la cuestión de la falta de representación de lo que seria una relación sexual lograda, la cuestión del goce y el objeto “a”.
Todos estos temas aparecen en el índice del texto de García Dupont, quien ya no permanecía cercano a Miller para 1991, pero que, sin embargo, aplica la lectura RSI que aquel señalara tan tempranamente.
Que les parece si, para ir entrando en la comprensión de algunos conceptos de Lacan, vamos encuadrando un poco mejor la explicación de los principales conceptos lacanianos asociados a la lectura RSI?

Nociones de lo imaginario

Lacan, en lo que se puede calificar como sus antecedentes, es decir, antes del seminario I de1953, comienza a hablar de la importancia de lo imaginario. Lacan, no olvidemos, nunca dejo de ser psiquiatra. Con esto quiero significar que su experiencia psiquiatrica lo conduce a ocuparse también de cuestiones ligadas a la criminología, la agresividad, la relación de sujeto con lo social, la ley y la culpabilidad, y por ende, de la relación con el otro.
Por ese camino Lacan llega al estudio de la rivalidad imaginaria entre el yo y el otro, con el aporte filosófico de Kojeve, quien le enseña a leer la lucha a muerte entre el Amo y el Esclavo, en Hegel
A partir de allí, el descubrimiento decisivo de la experiencia psicológica de Wallon con bebes de entre 6 y 18 meses, junto a todo lo anterior, Serra la clave de una relectura de la constitución del yo, según Freud
En efecto, Wallon descubre que hay un estadio evolutivo en que el bebe puede captar su unidad psíquica, es decir, puede conocerse, frente a un espejo. pero al ocurrir esto mientras el sistema nervioso aun no se encuentra totalmente desarrollado, como para construir sistemáticamente una imagen corporal integral, se genera el interrogante de como puede suceder. Lacan aporta allí una relectura de Freud (1914) quien sitúa en “introducción del narcisismo” una fase intermedia entre el autoerotismo y la relación de objeto.
El planteo lacaniano es el siguiente, si Freud postulo que el yo es el primer objeto no-parcial que las pulsiones autoeroticas envisten, la consecuencia es que la nueva fase del desarrollo evolutivo, que conocemos como “narcisismo”, es ni mas ni menos que un nuevo acto psíquico que mas alla de las limitaciones del sistema nervioso, puede provocar la integración psíquica del cuerpo y del yo del bebe, anticipando asi a la que luego será su imagen corporal sistémica.
Para Lacan, a diferencia del planteo textual freudiano e incorporando a la experiencia de Wallon, ese nuevo acto psíquico que constituye el yo no se da sin la relación mediatizadora de la imagen del otro especular. Es decir que, para Lacan, el otro especular cumple una función constitutiva del yo. O dicho de otro modo: no hay yo sin el otro especular. Esa imagen que el bebe puede reconocer en el espejo, como siendo la de el mismo, para lacan, es la prueba de que el yo se constituye al identificarse a la imagen de ese primer otro especular. De esa forma, por un acto psíquico de identificación “imaginaria” al otro especular, el sujeto puede acceder a su propia unidad psíquica antes que a su propia unidad corporal sistémica., o dicho de otra forma, el yo se constituye antes psíquicamente que orgánicamente.
Esta cuestión, que siempre en las introducciones RSI al pensamiento de Lacan aparece como una de las primeras, suele dejarse olvidada por las complejidades teóricas de los conceptos que le siguen. Sin embargo, Lacan, a pesar de varias transformaciones, nunca la dejaran de lado. Por lo tanto, les recomiendo que la tengan muy en cuenta, siempre. De hecho más adelante lo retomaremos desde otros puntos de vista.

Nociones de lo simbólico

Una vez que Lacan renuncia a la Sociedad Psicoanalítica de Paris, y comienza su enseñanza, en 1953, como ya vimos, va a empezar a criticar al kleinismo y a la psicología del yo, es decir, al psicoanálisis norteamericano e ingles, en tanto corrientes dominantes en ese momento, que cuestionaban políticamente su autoridad para forma analistas. Como hemos visto, allí Lacan comienza con su famoso retorno a Freud y da lugar a la lectura y comentario de textos freudianos en el seminario de Sainte-Anne
La cuestión del retorno a Freud tiene como doble objetivo el poder legitimarse como el mas freudiano de los freudianos, al mismo tiempo que poder hacer su tesis de que el inconciente antes que dominado por las fantasmagorías precoces kleininas y por el área libre de conflictos del yo norteamericano, esta estructurado como un lenguaje. ¿que quiere decir esto?
El inconsciente estructurado como un lenguaje expresa el valor que Lacan le va a dar a la palabra, es decir, a lo simbólico, en tanto será lo simbólico y sus leyes las que determinaran los efectos imaginarios del yo y las fantasías del sujeto. Esto significa que, para Lacan, no existen primero las fantasías inconscientes que luego se expresan en determinadas palabras. Es al revés, para Lacan, son las palabras del sujeto las que, tras su interpretación, permiten la construcción de las fantasías inconscientes del sujeto.
Por todos estos motivos, Lacan va a criticar como teorías gobernadas por el orden de lo imaginario al kleinismo y a la psicología del yo. Pero cuidado, esto no quiere decir que Lacan ahora niegue la existencia del registro imaginario. No, solo critica la preeminencia teórica de lo imaginario en dichas corrientes. Frente a su planteo de que, en el psicoanálisis mas freudiano, lo que predomina es el orden simbólico.
Lacan critica la clínica psicoanalítica de las identificaciones solo imaginarias, lo que, en el fondo, equivale a criticar al clínica de los análisis de los analistas. Es un planteo político de la teoría. Pues, como vimos, lacan devuelve el golpe de su desautorización institucional. Es que para Lacan, los análisis de los candidatos en formación, tanto kleinianos como norteamericanos, tenían como modelo a identificarse al psicoanalista didacta. Por ello, en Lacan, la critica a la clínica de las identificaciones imaginarias, disparada al kleinismo y a la psicología del yo, se dirige en el fondo a degradar el valor de formación de tales practicas institucionales, provenientes de aquellos mismos que lo desautorizaron a el, en sentido inverso.
Entonces, no se trata de que hay que defender a lo simbólico frente a lo imaginario. Lo que Lacan defiende es la fonación que da, contra la formación que dan los que lo critican. Les esta constatando el ataque.
Es obvio que la cosa tampoco se reduce a una simple devolución de gentilezas. Todo lo contrario. La renovación teórica que inicio Lacan con su enseñanza vale por si mima. la prueba es el interés de ustedes por captarla. En ese sentido, hay que subrayar como muy importante la tesis de que lo simbólico determina a lo imaginario.
Lacan, en este periodo, habla del reconocimiento del deseo y del deseo de reconocimiento, solo viable por la acción de la palabra, en la medida que permite superar la rivalidad imaginaria entre el yo y el otro especular. Lacan plantea el valor pacificador de la palabra, mientras que la identificación imaginaria promueve la agresividad, la agresión al otro, rival en relación al objeto de deseo
Para Lacan la palabra permite superar la agresividad imaginaria, al favorecer el pacto simbólico, el acuerdo entre el sujeto de la palabra y el Otro simbólico. Como ven, ya no se trata del yo y el otro imaginario, sino del sujeto y el Otro, con mayúscula, que significa simbólico.
Hasta aquí creo que todo va muy bien, ¿acaso hay alguna pregunta? Bien, ahora lo importante es poder diferenciar al sujeto del yo, por una parte, y al otro del Otro, ¡por la otra! (risas)
Todo eso nos llevara a una buena cantidad de minutos explicarlo en las últimas clases, pero por el momento, para que tengan una noción menos indefinida del periodo simbólico de Lacan, les diré algunas cosas más.
Para Lacan, empieza a haber problemas a partir de la preeminencia de lo simbólico, es decir, de la palabra. ¿porque? Porque la palabra, en un psicoanálisis, como lo demuestra con Freud, no significa siempre lo mismo. Basta con recordar el ejemplo del anuncio televisivo de “la llama que llama”. La “llama”, en tanto animal, no significa lo mismo que el “llamar” en tanto verbo, y resuelta en sus diferentes sentidos, a mas allá de su sentido común.
¿Se acuerdan del ejemplo de “Signorelli” en Freud’? bien, a eso mismo me refiero. Las fantasías del sujeto, en ese caso referidas a la impotencia sexual y a la muerte, se construyen a partir de toda una interpretación que nace desde dos palabras que tienen su sentido común en el hecho de representar los nombres de dos pintores: Botticelli y Boltraffio. Sin embargo, diciendo que esas palabras significan a los nombre de dos pintores no podemos construir ni interpretar ninguna fantasía inconsciente.
Para interpretar la fantasía inconsciente que nace a partir de esas dos palabras, el analista debe tomarlas en sentido muy distintos al sentido común. Se sentido diferente lacan lo realiciona con el valor significante de las palabras. La teoría del significante implica una respuesta a la cuestión de como interpretar las palabras del sujeto en un análisis.
Así como hay un diferencia entre el signo lingüístico saussureano y el significante psicoanalítico lacaniano, existe paralelamente una diferencia entre el sentido común de la palabra y el doble sentido que cualquier palabra puede tener en el psicoanálisis.
Si seguimos esta línea teórica de Lacan, tenemos que concluir que lo simbólico y sus leyes (de interpretación significante) determina lo imaginario de las fantasías. Para ejemplificarlo basta recordar el mismo caso que recién citamos. En el ejemplo de “Signorelli”, en Freud, podemos ver como se interpretan psicoanaliticamente dos significantes, Botticelli y Boltraffio, mediante una compleja red de otros significantes que, según una gramática muy singular, termina construyendo entonces la presencia de las fantasías inconscientes del sujeto: el temor a la impotencia sexual y la vergüenza ante la muerte de un paciente. Si releen Freud, podrán ver que allí se reconstruye todo el camino lógico que entrelaza a las diferentes representaciones que se asocian “libremente”, constituyendo una lógica de sentido que con lacan podemos llamar una “cadena signicante”, acorde a un “orden simbólico”.
De este modo, pueden apreciar porque decimos que en el psicoanálisis los simbólico determina a lo imaginario, lo que es lo mismo decir que los significantes –y su ordenamiento simbólico- determinan las fantasías inconscientes del sujeto
Quedan muchas cosas por decir respecto de este periodo simbólico de Lacan, sin dudad el mas característico y extenso. Por ahora, continuemos hacia la siguiente etapa.

Nociones de lo real

Como hemos visto, el periodo real es el último, y por ello mismo es quizás el más difícil de presentarles: pues, supone muchas cosas de los dos periodos anteriores que, por ahora, no hemos desarrollado. Por este motivo les sugiero que no se inquieten demasiado si no me explayo lo suficiente como para que les resulte claro su planteo. Solo pueden contar con mi mayor esfuerzo para hacer los posible –incluyendo su acotación al mínimo imprescindible- y la promesa de hablar a fondo de los conceptos correspondientes, cuando estemos en las mejores condiciones de conocimientos previos para poder hablar de ellos.
Lo real en Lacan tiene, como registro, lo digo así al menos en este momento, dos significados totalmente distintos. Al principio de su obra, lo real es lo dado, si quieren lo natural, el mundo sensible. Es lo que no es ni imaginario (el yo, el otro) ni lo simbólico (la palabra, el sujeto, el Otro) en cambio, después, especialmente hacia el final de su obra, lo real es lo que lo simbólico no puede representar pero no porque sea una cosa externa a lo simbólico, sino porque lo real es un irrepresentable que surge como limite del desarrollo de lo simbólico mismo.
Una cosa es lo real entendido como casa dada, como puro mundo, como diría Hegel. En esa época Lacan dice que los significante cava su marca en lo real, en el sentido de que el significante, para significar algo, debe referirse a algo real que es representado simbólicamente. Da el famosos ejemplo de los elefantes. para significar la cosas elefante, no hace falta que traiga un elefante a este sala. Basta con que diga la palabra, el significante “elefante”. Si digo el significante “paquidermo” es lo mismo. Puedo representar el significado del elefante porque lo simbólico de la palabra cava su marca en lo real, natural, de la existencia “externa” de tales animales, que así llamamos en nuestro idioma.
En cambio, después, y no viene el caso que ahora les diga a partir de cuando porque tendría que explicar demasiadas cosas, lo real en tanto agujero-limite de lo simbólico mismo, no es algo externo a la palabra. Es un agujero interior al lenguaje. para poder darles una idea les podría decir que no se trata de lo que esta ausente de lo simbólico sino que es aquello que el lenguaje mismo solo puede simbolizar como pura ausencia.
Quizás si vemos a que se refiere Lacan con la segunda noción de real, podría captar mejor a que nos referimos.
En efecto, Lacan caracteriza a la falta de la relación sexual como algo del orden de lo real. Es obvio que no se refiere a las relaciones sexuales como fenómenos que se dan. Bueno, en mi practica conozco muchos casos donde las relaciones sexuales no se dan (risas) y casos donde seria mejor que no dieran (risas). En fin, veamos bien de que se trata entonces
Habíamos dicho que el orden significante da por resultado algo bien diferentes al sentido común de las palabras. Produce siempre una suerte de desequilibrio semántico que termina vaciando de sentido imaginario a las palabras del sujeto. No es así? Bien, pero justamente por ese motivo aparecen las fantasías inconscientes como proyecciones del sujeto en las cuales se relaciona con un objeto erótico, objeto de su deseo inconsciente.
Para Lacan estas fantasías inconscientes están taponando el vacío de lo simbólico, intentan recubrir imaginariamente, otra vez, el sentido el lenguaje. para Lacan, las fantasías entonces intentan velar una falta constitutiva del deseo en cuanto tal. Como saben, sin falta no hay deseo de nada. Pues, esa falta constitutiva, para Lacan, aunque es una falta estructural y necesaria, no se localiza al principio, sino al final de un análisis, pues, al principio solo tenemos la construcción e interpretación de cantidad de fantasías que van taponando, van velando una falta que, en la medida en que sigue activa, sigue provocando el deseo inconsciente del sujeto.
Esta idea dinámica de lo real, como limite del desarrollo de lo simbólico en una análisis, se relaciona con la idea de un vaciamiento imaginario del psiquismo, cargado patológicamente con objetos imaginarios que producen mas malestar que bienestar, es decir síntomas., como pueden ver, es una concepción totalmente opuesta a la idea de un accesos final a alguien modelo de relación de objeto, como en el kleinismo o de acceso a un yo fuerte que se identifica al modelo del psicoanalista para actuar en la realidad. Es todo lo contrario, es el final de análisis antimodelo.
Para Lacan, el final de un análisis, una vez arribado el sujeto a lo real de su existir como tal, es alojarse en el vaciamiento de lo patológico, de acuerdo al deseo de cada sujeto y no según un modelo a seguir. El psicoanálisis lacaniano en este sentido es radicalmente singular. Peor eso dice Lacan, refiriéndose a la posición del analista, allí que “el Otro no existe”
Es decir, si allí el sujeto debe alojarse en el vacío de su devenir simbólico, el Otro, no tiene más lugar.
Si aplicamos este planteo a la relación transferencial se deduce al menos uno de los significados más importante de la falta de relación sexual como concepto psicoanalítico.
En efecto, hemos visto que el devenir significante del discurso del paciente hace surgir fantasías donde el sujeto de esos signicantes, leídos por el Otro, se relaciona con objetos imaginarios eróticos. Sabemos que la transferencia implica la proyección de tales objetos sobre la presencia tan particular del analizado en el discurso del sujeto. la clasifico como “tan particular” por el hecho de que allí el analista no dialogo con el paciente como habla fuera del consultorio. La presencia del analista es abstinente, neutral y presta atención flotante al discurso del paciente, justamente, para favorecer la emergencia del recorte significante de las palabras.
Como decíamos, la idea misma de transferencia implica la proyección de realidad sexual del inconciente sobre la presencia “tan particular” del analista. Eso significa que la transferencia en si misma es una fantasía “realizada”, donde el sujeto procura una satisfacción de sus apetencias eróticas más inconcientes, por lo tanto, si es así, la transferencia resulta un velo más del vacío simbólico. Al llegar al punto del fin del análisis, esa relación sexual transferencial no existe más. Demostrando que la relación transferencial que durante todo ese tiempo se mantuvo no fue mas que una “fantasía” fundamental, o como diría Lacan, un fantasma fundamental que se ha atravesado.
En relación a la misma lógica, desde un punto de vista distinto, Lacan plantea que “la mujer no existe”. Veamos pues de que se trata. De echo, desde Freud sabemos que la realidad sexual del inconciente esta gobernada por la lógica falica. Esto equivale a decir que, tanto para pacientes varones como para pacientes mujeres, el problema transferencial se plantea en relación al falo que se tiene o no se tiene para jugar algún papel en las fantasías de relación sexual con el Otro sexo. Si la transferencia se vacía, por acción del desarrollo simbólico mismo, por el efecto a largo plazo que produce el significante, eso equivale a decir que La Mujer, con mayúsculas, que seria la partenaire simbólica complemtanerio del Falo, no existe, porque allí adonde el sujeto simbólico arriba, que es el vacío central de su deseo inconsciente patológico, no hay otro, no hay pareja. Allí solo hay lugar para lo Uno frente a lo hetero del sexo. Por lo tanto, es otra forma de decir que no hay relación sexual. Solo hay Uno, que será Uno del goce.
Para finalizar, momentáneamente aquí, fíjense que en la relación al goce hay Uno, no hay relación sexual con La Mujer, y allí el Otro, la posición del analista, deja de tener motivos para existir para el paciente. En cambio, en relación al deseo inconciente, siempre hay dos, el sujeto y el objeto, el sujeto y el Otro, la transferencia, etcétera. Allí funciona la suposición que el velo de las fantasías permite proyectar para evitar el agujero, es decir, la castración del falo.
Bien, quiero terminar diciéndoles que recuerden que ese es uno de los sistemas de lectura mas difundidos de Lacan, pero hay otros. Lo novedoso en esta oportunidad fue que nos empezamos a meter con los contados de la obra de Lacan, con los conceptos. Pero es importante para poder captar las riquezas de sus significados que ustedes conozcan los diversos sistemas de lectura que existen. Así disponen de más de un esquema de lectura para poder hacer la vuestra.
La vez que viene vamos a trabajar otro modelo de lectura en fucion de lo que propone Jean Allouch. Trabajaremos como bibliografía básica un texto suyo, “letra por letra”. Allouch lee y periódiza la obra lacaniana de acuerdo a lo que el llama los tres retornos a Freud, de Lacan. Ya lo veremos. Dejemos acá.
Hasta la próxima.

Notas:

(1) ver Lacan, Jacques (1951-52): el hombre de los lobos , (inedito) version disponible en Fichas de la EFBA, Biblioteca de la Escuela Freudiana de Buenso Aires.
(2)Lacan, Jacques (1974-75): RSI, seminario XXII, (inedito) version disponible en fichas de la EFBA, biblioteca de la Escuela Freudiana de Buenos Aires
(3) Godino Cabas, Antonio (1976): Curso y discurso de la obra de Jacques Lacan, Helguero, Buenos Aires.1976.
(4)Garcia Dupont, Eduardo (1994): fundamentos de la enseñanza de Jacques Lacan, ed.Eduardo Garcia Dupont, Buenos Aires,1994

Capitulo 7
Lectura a la letra

Me gustaría compartir con ustedes lo que sucedió al finalizar la reunión pasada, es un detalle. Por lo tanto, merecer ser leído por nosotros como algo absolutamente relevante. Se trata de una alumna, que se acerco a comentarme que recién estaba empezando a leer a Lacan.
¿Me permite usted que comente?

(gesto afirmativo de una alumna del curso).

Bien, ella esta interesada en al obra de Lacan. Tengo la debilidad de suponer que este curso ha logrado incentivarla. Entonces, decidida, saca de la biblioteca de la facultad dos textos de Lacan: el seminario I y los escritos I. evidentemente hay una asociación perfectamente normal al pensar que las cosas empieza por lo primero, es decir, por lo Uno. De este modo, tanto el seminario I como los Escritos I, quedan asociados a un mismo comienzo. Pero en realidad no ocurre para nada así.
Evidentemente, ella se encontraba en un problema, porque los seminarios y los escritos, aunque semejantes en el Uno, son dos cosas muy distintas. Precisamente, uno de los objetivos de este seminario es que ustedes adquieran un panorama previo para saber por donde comenzar, por donde meterse en la obra de Lacan, según sea lo que busquen allí. Sino no, pueden caer en cierto desconcierto parecido al de nuestra compañera.
Con el Seminario I quizás no hay tantas dificultades para ubicar un comienzo porque, tal como hemos visto en las primeras clases, el propio Lacan establece, a partir de su renuncia a la sociedad psicoanalítica de Paris, un origen para su enseñanza.
Pero con los Escritos I, ocurre algo muy diferente. Allí hay otra historia. En principio es necesario subrayar que la división entre Escritos I y Escritos 2 es solo valida para su traducción, dado que en francés, es decir, en su versión original, los escritos constituyen un solo texto, por supuesto que mas bien gordote, pero un solo libro. Por otra parte, tales Escritos de Lacan se publica en 1966, cuando ya hace muchos años se viene desarrollando la enseñanza lacaniana. Por eso representan una parte de resumen de su recorrido, ya que abarca veintinueve artículos que van desde 1936 hasta 1965. Estas breves aclaraciones nos alcanzan para distinguir muy bien entre el Seminario I y los Escritos I.
Sobre los Escritos hablaremos hoy, pero también un poco mas adelante, en las últimas clases. En especial cuando veamos el panorama de modelos, esquemas y conceptos de Lacan. Allí palparemos en toda su densidad las diferencias entre los Escritos y los seminarios

Un viraje al litoral

Hay un sistema de lectura de Lacan que podemos identificar, mas que con un autor, con un grupo. Se trata del llamado grupo “Littoral”. No obstante, uno de sus miembros mas eminentes, Jean Allouch, ha tenido la virtud de escribir una capitulo del libro “letra por letra”, donde resume muy bien el sistema empleado y las periodizaciones de la obra de Lacan que nos interesan (1)
Allouch es un discípulo de Lacan; aparece en una época un poco mas tardía que Miller, digamos en los ’70, a partir de la entrada del lacanomillerismo en Vincennes, es decir, la universidad de Paris. Para esa época, con la participación activa de Lacan, y la gente de su escuela, se reanima el departamento de Psicoanalisis de la universidad de Paris VIII, y una nueva camada de jóvenes toma contacto con el viejo maestro (2)
Allouch aparece allí, junto a un grupo psicoanalítico conformado, entre otros, por: Michel Silvestre, Philip Julien, Erik Porge y Guy le Gaufey (3). Exceptuando a Silvestre, el resto funda con Allouch una revista muy conocida de psicoanálisis, que tiene una línea propia, una revista llamada “Littoral”. De alli su fama como grupo “littoral” hacia 1974, Lacan comienza a trabajar de manera predominante la temática de los nudos borromeos, es decir, la topología de los nudos, para dar cuenta de los fundamentos de su enseñanza. En ese sentido, el grupo Littoral, pero especialmente Allouch, conoce a un Lacan mas matemático (o topologo) que lógico. Por tal motivo, la lectura littoral es una lectura que prioriza la importancia teórica de a la topología lacaniana por sobre la lógica. Dicho de otro modo, prioriza mas los nudos borroméos que los matemas.
Me interesa subrayarles lo siguiente: así como Miller toma contacto con Lacan en la etapa mas lógica de su enseñanza –y por lo tanto en la época de los matemas y de los cuatro discursos- y en consecuencia, utiliza la clave lógica para leer toda la obra de Lacan, Allouch conoce a Lacan durante la época topológica de la enseñanza y, consecuentemente, lee desde los nudos borromeos toda la obra de Lacan.
Estas diferencias entre Miller y Allouch permiten pensar que de acuerdo al momento en que toman contacto con la obra de Lacan, ambos proponen modalidades diferentes de lectura. En este sentido, se corrobora aquí el principio de la lectura del Otro, como principio rectora de la transmisión del lacanismo. Pues, según como se incluyen en tanto lectores o escuchantes del discurso lacaniano, tanto Allouch como Miller, aparecen los diferentes sistemas de lectura propuestos.
Si miramos el cuadro comparativo entre las dos lecturas, según el momento de contacto con Lacan, tendríamos lo siguiente:

Lectura lógica topológica
Operador conceptual matemas nudos borromeos
Lugar Escuela Normal Superior Paris VIII (Vincennes)
Gurpo Miller, Milner, Duroux Allouch, Porge, Julien
Revista Chaiers pour l’analyse Littoral
Años 1964 1974

Así como Miller lee lógicamente a Lacan, porque se incluye en la parte lógica de la obra de Lacan, Allouch lo lee topológicamente, porque si incluye en la parte en que Lacan habla de la topología. Del mismo modo, en ambos grupos aparecen las respectivas revistas, como medios de propagación, y un operador conceptual predominante; en un caso, los matémas lógicos de Lacan y, en el otro, los nudos borromeos. Si bien el lugar de encuentro con Lacan coincide en cuanto ámbito universitario, la diferencia sustancial entre la ENS y Paris VIII (Vincennes) se comprenderá a partir de lo que sigue a continuación.
Lectura borromea
En Argentina el grupo litoral tiene su representación mas fuerte en la ciudad de Córdoba. Y publica también la revista Littoral en castellano.
La cuestión de lo “littoral” tiene mucho que ver con lo “literal”. Tiene que ver con el establecimiento de los textos de Lacan, con la “letra” y la función de lo escrito. Retomaremos estas cuestiones un poco mas adelante.
En el seminario XVIII, llamado de un discurso que no seria de la apariencia, en la clase del 12 de mayo de 1971, Lacan dice:
“Voy a proponerles algo así, brutalmente, para ir después a letter, a litter (4) voy a decirles: ¿acaso la letra no es lo literal para fundar en el litoral? Eso es algo diferente a una frontera. Han podido observar que jamás se confunden. El litoral es lo que plantea un domino completo, como haciendo a otro, si ustedes quieren, frontera, pero justamente porque no tiene absolutamente nada en común, ni siquiera una relación recíproca. La letra, no es exactamente el literal, el borde del agujero en el saber que el psicoanálisis designa justamente cuando aborda la letra?¿No tienen ahí lo que el designa? Lo extraño es constatar como el psicoanálisis se obliga de alguna manera, por su movimiento mismo, a desconocer el sentido de lo que sin embargo la letra dice a la letra –es a la ocasión para decirlo- de su boca, errando todas sus interpretaciones, en resumen, al goce. Entre el goce y el saber, al letra haría el litoral”
Hay una literalidad, que a la vez es litoralidad, entre el saber del analista y el goce, de que se plantea a través de los nudos borromeos como una escritura de lo real. esta particular forma de “escribir” lo real, implicando el concepto de “letra”, es lo que Lacan explora a partir de la topología. (5)
Como Allouch conoce a Lacan durante esta exploración de los nudos y, como al mismo tiempo Lacan, con la topología, vuelve sobre su propio recorrido, a Allouch no resulta nada extraño leer a todo Lacan, en una suerte de a posteriori, desde la topología borromea. Por ello su lectura también merece incluirse entre las lecturas RSI, ya que los nudos borromeos “atan” los tres registros y, desde ellos, en restrospectiva, Allouch periodiza a Lacan.
Allouch (1984:2888) precisamente señala que Lacan en el seminario XXIII, titulado RSI, en la clase del 14 de enero de 1975, indica las correspondencias de las diferentes épocas del seminario con los distintos registros. Para Allouch, alli Lacan brinda una clave de lectura historizada del conjunto de su trabajo. Dice Allouch:
“Lacan hace notar que primero puso el acento sobre el imaginario (este es el Lacan lacaniano de la tesis, del estadio del espejo y del conjunto de trabajos que preceden a La cosa Freudiana) luego sobre lo simbólico (este es el lacan freudiano, comprometido en la operación de un retorno a Freud, soportado primero por un mito y luego pensado, a apriori de Foucault, como acontecimiento de discurso) y finalmente, sobre el real que, a pesar de haber sido nombrado ya en 1953, solo encuentra su estatuto con el nudo Borromeo y, por lo tanto, esencialmente, el día en que, al introducir el nudo de cuatro, se vuelve pensable abordar la cuestión del Borromeo generalizado como la cuestión del propio borromeísmo”.
Para Allouch, el Lacan de lo imaginario es lacaniano, a diferencia del Lacan de lo simbólico y de lo real que será “freudiano”. Allouch (1984:256) sostiene:
“Lacan no fue freudiano desde siempre, incluso si a continuación siguió siéndolo para siempre”
Este sistema de lectura, que llamamos “littoral”, es quizás el mas complejo. Primero, porque retoma la lectura RSI, pero, en segundo lugar, porque agrega la cuestión del Lacan lacaniano y el Lacan freudiano y, en tercer termino, dentro de lo que seria el periodo del Lacan freudiano, periodiza tres momentos diferentes de “retornos a Freud”
Gráficamente tendríamos con Allouch, la siguiente propuesta de lectura de la obra de Lacan:
De acuerdo a ello, Allouch sostiene cuatro periodos de base (antecedentes, primer retorno, segundo retorno y tercer retorno), que son leídos desde los tres registros, dando por resultado una distinción entre un Lacan “lacaniano”, y un Lacan “freudiano”. Veamos entonces como lo explica.

Lacan lacaniano

Como citamos, para Allouch, en retrospectiva, Lacan no fue desde siempre freudiano, ¿que quiere decir esto? En principio hay que decir que, desde 1932 hasta 1955, varios jalones significativos son leídos por Allouch para llegar a sostener que ese Lacan es “imaginario” y que luego, de allí en adelante, se convierte en “freudiano”.
En primer lugar Allouch habla de la tesis de doctorado en psiquitría de Lacan (1932), referida a la forma de entender las paranoias a partir de la creación de una nueva entidad nosografica, que Lacan allí denomina “paranoia de autopunición”. En ese sentido, según Allouch, asistimos al desarrollo de una doctrina propiamente “lacaniana”, donde se ofrece una nueva forma de entender la relación del psiquiatra con las psicosis y la enfermedad mental. Como observa Allouch (1984:265), esta doctrina lacaniana se diferencia de la de Clerambault y de la de Genil-Perrin, ubicándose respecto de Freud en una relación de igual a igual, a quien Lacan solo consultaba para obtener un aporte valioso sobre la cuestión del autocastigo y el masoquismo.
En otro sentido, en la misma tesis, Lacan no se priva de hacerle crítica a la teoría freudiana sobre el narcisismo. Para Allouch esto significa que la critica lacaniana a apunta a desnudar el echo de que Freud no supo dar cuenta de la importancia de la “imagen” en la constitución del yo. De allí que Allouch caracterice entonces a este Lacan lacaniano como también “imaginario”. Luego, con los desarrollos sobre el estadio del espejo, de 1936 y 1938, esta dirección, ya esbozada en la tesis del ’32 se confirma. En este sentido, Lacan con la cuestión imaginaria en la agresividad autopunitiva, responde a un aspecto que la teoría freudiana de las psicosis –basada en el análisis de la pulsión homosexual- no abarca suficientemente. En la misma línea, en la tesis del ’32, aparece un Lacan (1932:254) que recomienda el “psicoanálisis del yo” para el tratamiento de las psicosis (6)

Lacan freudiano

Para Allouch, el periodo freudiano de Lacan comienza el 7 de noviembre de 1955, en ocasión de la conferencia que Lacan brinda en Viena, publicada en los Escritos bajo el titulo: la cosa freudiana y el retorno a Freud en psicoanalisis.
Allouch señala a que el retorno a Freud es anunciado por Lacan como una consigna a seguir, en la medida en que el ya cuenta con la triada de los tres registros : RSI. Dice Allouch (1984:269):
“a partir de entonces, el problema teórico que no cesara de trabajar este retorno, que no cesara de ser trabajado por este retorno, será el de la articulación de Freud con SIR.”
Allouch interpreta –en Lacan- que RSI es lo que le falta a Freud. A partir de lo cual justifica que Lacan, hacia el final de su obra –en la parte borromea- trabaje explícitamente RSI como retorno a Freud. pero no nos adelantemos, digamos que desde 1955 en adelante, para Allouch, Lacan empieza a ser “freudiano”. Sera a partir de que Lacan es freudiano que retornara a Freud de tres formas diferentes:

El retorno mítico.

Allouch es un autor que nos depara sutilezas realmente exquisitas. Por ejemplo, viene al caso que les comente una observación. En efecto, la tesis de 1932 esta dedicada a una mujer cuyas siglas son: M.T.B, pero también a su hermano, el abad Marc-Francois Lacan. Y el articulo de 1955, la cosa freudiana y el sentido del retorno a Freud, también esta dedicado a una mujer, su segunda esposa: Sylvia.
Bien, de estas dedicatorias, Allouch extrae algunas inferencias notables. Pues, el Lacan de 1932 era “
“lacaniano”, apoyado en su “hermano”, pero a causa de una mujer (M.T.B sin la cual, dice Lacan, “no habría llegado a ser lo que llegue a ser”) ¿entienden? Allouch plantea que el deseo de Lacan se identifica a un “ser” lacaniano, junto a su hermano, pero en relación a una mujer. y como respuesta de su retorno a Freud, en 1955, tanbien aparece una mujer, pero en lugar de su hermano “lacaniano”, esta Freud, por lo tanto, Lacan allí seria “freudiano” en su “retorno a Freud”:
Con ello, Allouch nos brinda una sutil forma de expresar el cambio del Lacan “lacaniano” al Lacan “freudiano”, en relación al deseo de Lacan. Y no se queda aquí este recurso extraordinario de Allouch. Mas tarde, en otros textos, Allouch insistirá sobre la importancia de las mujeres en la vida de Lacan –como si no fueran siempre importantes en la vida de todo hombre- a propósito del caso Aimee y su formación como analista (7)
Hay que tomar muy en cuenta que Allouch califica a este primer retorno a Freud como mítico. Y Allouch lo desdobla en dos aspectos o variantes. En primera instancia postula un aspecto mítico-militar, el del héroe Freud traicionado por su propia guardia, y toma como dato la huida de los psicoanalistas de Viena durante la época del nazismo, interpretando con ello que lo habían dejado a Freud solo en Viena y en Londres, para ir a Paris o Estados Unidos. De allí que Allouch afirme que, para el Paris de Lacan “el freudismo no es entonces mas que lo que huye de Freud”. Por lo tanto, su retorno a Freud no implica la idea del retorno de lo reprimido sino la de una toma de posición frente a esa huida vergonzosa.
Para Allouch estos son los elementos que constituyen un mito, el del héroe traicionado por los suyos. a este se articulo otro aspecto mítico. Se trata del mito de Acteon, en relación a la búsqueda de la verdad.
¿Conocen la historia de Acteon? Bueno la mención de Lacan al mito de Acteon no deja también de comportar algo así como su segunda versión o, como dice Allouch, su interpretación. Acteon era un cazador, hijo de Apolo, que iba por las montañas cazando con sus 50 perros. Un día, mientras iba hacia un manantial, ve una mujer bañándose desnuda. En mala ahora, no era una mujer cualquiera sino una diosa muy complicada, era Artemis, identificada en Roma como Diana. Esa diosa también era cazadora, pero no le gustaba involucrarse con varones y permanecía virgen. Su agresividad era manifiesta en la caza de los ciervos, contra quienes empleaba su arco de caza.
A Acteon, su deseo voyeurista le sale muy caro. Artemis se da cuenta de que Acteon la esta mirando y lo convierte en ciervo, para que sus propios perros lo devoren, cosa que efectivamente ocurre en la primera versión. En la segunda versión, los perros se dan cuanta de que el ciervo es acteon y huyen, escapando de su destino. Renuncian, como dice Allouch, a la caza de la Verdad.
De la retirada de los perros resulta solo una dispersión, donde cada perro se vuelve “la presa de los perros de sus pensamientos”. De este modo Allouch intenta mostrar como el retorno a Freud de Lacan no se fundamenta en una especie de recuperación histórica, sino en una lectura del sonido mítico de su devenir pos-freudiano. Pues Lacan se enfrenta durante esta época, que vimos en las primeras clases, justamente a los kleinianos y al psicoanálisis de EE:UU posfreudianos. Para Allouch, Lacan ve a los postfreudianos como a los perros que huyen de la verdad descubierta por Freud.
A través de estos dos mitos, el militar y el de la verdad, Allouch nos aproxima a una visión “descifradora” del Lacan freudiano. Pues, intenta el desciframiento del movimiento de retorno a Freud interpretando la toma de posición del sujeto-Lacan frente al postfreudismo. Es decir, para Allouch, no se trata de entender a Lacan como alguien que simplemente se diferenció de otros por una producción teórica distinta, sino mas bien de que dicha diferencia de saber se produce, como un efecto de interpretación del propio Lacan, respecto de como había que tomar la verdad del inconsciente descubierto por Freud.

El retorno discursivo

El segundo retorno a Freud de Lacan, es ubicado por Allouch (1984:274-287) precisamente a partir del 22 de febrero de 1969. En esa fecha, Lacan asiste a una conferencia de Michel Foucault, titulada “que es una autor?”(8) ¿la han leído? Bueno, se las recomiendo. En ella Foucault sitúa el retorno a Freud de Lacan como un echo de discurso. Dice Allouch (1984:274)
“(Foucalt) confirma así a Lacan el carácter freudiano de su retorno a Freud (este tipo de confirmaciones es un componente fundamental de la interpretación analítica) situando (el agregado es también constitutivo de ese tipo de interpretación) a Freud como instaurado de un discurso. Es porque Freud habrá sido el instaurado de una discursividad que no tuvo lugar un “retorno a Freud”.
Para Allouch, el encuentro de Lacan con la interpretación foucaultiana de su retorno a Freud, resulta decisivo para que construya los cuatro discurso. Señala Allouch que, tras ser echado de la ENS, en junio de 1969, el 26 de noviembre de 1969, Lacan comienza su seminario XVII, en la facultad de derecho de la universidad de Paris, empleando el termino discurso en un sentido especifico y totalmente influenciado por la interpretación de Foucault.
Lo interesante de estos cuatro discursos que Lacan desarrolla a partir del seminario XVIII, llamado “el reverso del psicoanálisis”, es que muestra como el discurso del analista es el reverso del discurso de la dominación (o sea, el revés del discurso del Amo). Y que, por otra parte, están conformados como discursos radicales, de base, en función de un efecto de escritura determinado por la existencia de un “alfabeto” lacaniano compuesto por cuatro letras (S1), (S2), ($), y (a) donde S1 es el significante amo, s2 es el saber que lo significa, $ e el sujeto que se presenta por el movimiento y desarrollo significante , y a es el objeto que causa el deseo inconsciente, y que no se puede representar en los significantes.
Como es de esperar, no es este el lugar donde explicare lo que dicen estos cuatro discursos, porque exigirían una larga introducción que no es conveniente abordar aquí. Hoy solo están escritos en el pizarrón a los fines de una mera ilustración. Esto sirve para ir familiarizándoles con algunos esquemas, formulas y conceptos, que serán desarrollados en detalle mas adelante (9)
Para Allouch (1984:275):
“como hecho de escritura, los cuatro discursos sellan el nuevo valor dado al “discurso”: a partir de ese momento esta desunido de la palabra, y toma el escrito el estatus de “un discurso sin palabras”
Con este planteo, Allouch interpreta en los cuatro discursos la existencia de una “escritura” de los lazos discursivos antes que de las leyes de la palabra. Y esta idea, naturalmente, queda asociada a la una búsqueda de transmisión del psicoanálisis que quede fijada en formas de “matemas”
Por otro lado, Allouch sostiene que Lacan constituye los cuatro discursos articulando dos series de escritura a la idea de “retorno discursivo”. La primera seria es la escritura “algebraica” de la formula de la representación del sujeto inconsciente en el discurso. Nos referimos a la famosa formula “el sujeto es lo representado por un significante para otro significante”, que Allouch transcribe del siguiente modo:
De modo tal que un sujeto ($) es representado por un significante (S1) APRA otro significante (s2) ¿alguien desea explicar esto a los demas?
Me hubiera gustado escuchar como lo entienden pero, ante vuestro silencio, representaré al sujeto para el significante del saber de ustedes. Podría haber dejado la explicación de este asunto para mas adelante, ¿no? Sin embargo, creo que debido al comentario que venimos recorriendo, están ustedes en perfecta condiciones de entender esta formula. Incluso creo que viene bien, como un ejemplo mas de los tantos, de que muchas veces hablamos de las mismas cosas vistas de diferente manera para Lacan. ¿Recuerdan lo que veíamos en las primeras clases, sobre el estilo de Lacan y la lectura del Otro? Bien, espero que entonces les sirva para entender esta formula. Es lo mismo.
El sujeto no es el Yo. Es el resultante de la interpretación de lo que dicen los significantes, y no de lo que quiere decir el yo con sus signos. ¿Y quien efectúa la interpretación? El Otro, el analista en el lugar del Otro. ¿Esta bien? Entonces sigamos, cuando el paciente nos habla, nos cuenta algo, esta hablando desde su yo. Si nosotros no aplicamos el método psicoanalítico, podemos entender perfectamente que nos quiere decir. En cambio, si aplicamos la neutralidad, la abstinencia y la atención flotante, escucharemos el doble sendito de lo que sus palabras dicen. Ese doble sentido es el significante (S1), que representara al sujeto inconsciente.
¿Pero como lo representa si depende lo que el Otro interprete?. Pues, allí esta la función del Otro significante (S2). Esta en el discurso del Otro, que interpreta la posición y lo que dice el sujeto. Esta en el discurso del Otro, que interpreta la posición y lo que dice el sujeto. Es en el Otro donde se localiza el saber inconciente como cadena de significantes, enlazando el S1 con el S2.
El texto significante, es decir, lo que queda del discurso del paciente una vez tamizado y por el método psicoanalítico, es un texto despojado del sentido yoico y sobrecargado de significación. Pero quien decide lo que “inconcientemente” significa? El Otro. ¿Y como lo significa? Interpretando, es decir, hablándole al sujeto. El discurso del Otro, entonces, es el S2 que permite que el sujeto inconciente se represente en el discurso. Solo a través de la interpretación del analista se representa el sujeto, sin ella el texto significante (S1) de las palabras del paciente no pueden ni encadenarse con su significación inconsciente ni encontrar destinatario. Igualmente no se preocupen mucho, por el momento, respecto de estas formulas, las desarrollaremos en detalle mas adelante. (10)
Retomando, decíamos que Allouch indicaba la presencia de dos series de escrituras en la constitucion de la escritura de los cuatro discursos. Una es la de la representacion del deseo. La otra se desarrollara en referencia al acontecimiento de la expulsión de Lacan de la ENS. Efectivamente, Lacan fue echado de la ENS porque su enseñanza no era “universitaria”. En ese sentido, Lacan piensa que si hay una enseñanza que es universitaria debe haber otra enseñanza que no lo sea. Por lo tanto, para marcar la diferencia con el discurso analítico, decide incluir el discurso universitario entre los cuatro discursos, para despejar la posición universitaria. Según Allouch, la posición de los “profesores” universitarios se codea entre la del amo y la de la histérica, “cada una de las cuales responde a una de las tres realizaciones de la serie.”
Por lo cual, sostiene Allouch, se superponen la primera serie y la segunda, dando por resultado lo siguiente:
Para Allouch, este segundo retorno a Freud, entonces, además de discursivo, comporta una preocupación por su transmisibilidad a través de una escritura (matemas)

El retorno Borromeo

El tercer retorno a Freud.- según Allocuh (1984: 287)- se ubica en Lacan a partir del 14 de enero de 1975, en el seminario XXIII, RSI. Allí Lacan habla del cifrado “nodológico” de su retorno a Freud. Es decir, habla de un cifrado (escritura) articulado al discurso del fundador.
Se pregunta Allouch:
“habrán sido necesarios treinta años para reunir el 8 de julio de 1953 (fecha de la conferencia científica que presento a S.I.R por primera vez) con el 7 de noviembre de 1955 (conferencia de Viena, entrada a la operación de un retorno a “la cosa freudiana”)? Treinta años, para que se planteara, de frente, el problema de la articulación de Freud con RSI?”
Esta cita ilustra con elocuencia el tipo de lectura de Lacan que encontramos en el grupo “littoral”. En la clase del 14 de enero de 1975, Lacan también introduce el nudo Borromeo de cuatro anillos. Este hecho resulta muy significativo para Allouch. Es importante aclarar que, todo lo concerniente a la parte borromea de la obra de Lacan, merece ser trabajada en si misma.(11) aquí nos basta señalar que, para Allouch, se trata de un retorno que, desde el a posteriori de su lectura, produce una articulación precisa entre Lacan, su obra, la de Freud y los registros, dividiendo la enseñanza de Lacan en los periodos que mostramos en el pizarrón al inicio de la clase.
No obstante, hay un detalle mas a tener en cuenta, antes de que tengamos la oportunidad de ver las nociones teóricas relevantes del Lacan borromeano. Me refiero a la cuestión de la escritura y el nudo. Para Lacan, el nudo no es una representación de algo, como forma real, el nudo es una escritura, y como tal es la letra, es decir, es aquello que decía Lacan, y que citamos al comienzo: “voy a decirles: acaso la letra no es lo literal para fundar el litoral?”.
Y depues : “la letra, no es exactamente el litteral, el borde del agujero en el saber, ¿que el psicoanálisis designa justamente cuando aborda la letra?”
Y a continuación: “no tienen ahí lo que el (borde del agujero) designa? Entre el goce y el saber, la letra haría el litoral.”
La letra es un borde entre el saber del análisis, el saber del Otro, el saber que interpreta al sujeto y el goce, que no tiene representación en el significante y que, por lo tanto, no se puede interpretar jamás –lo que no le impide por ello existir.
Los nudos borromeos entonces “escriben” ese real, que es borde mismo que separa al goce del saber. Esta particular forma de “escribir” lo real, implicando el concepto de “letra”, es lo que Lacan explora a partir de la topología. En este sentido, Allouch agrega una observación mas. Pues, el nudo, además de tener el sentido de una escritura, es cifrado, es decir, es cifrar y, por lo tanto, es una escritura emparentada con lo numérico, lo contable. Explicitemos esto.
Para Lacan, el nudo Borromeo es la clara muestra de que se debe contar a tres: R.S.I. los nudos se originan en la idea de un anudamiento simultaneo de los tres registros lacanianos (real , simbólico, e imaginario). Este anudamiento se denomina Borromeo por una cualidad especifica: si se desanuda uno de los registros, se desanudan los otros dos también, al mismo tiempo. Es decir, el conjunto RSI de los tres registros permanece unido en cierta simultaneidad, de modo tal que, si se desprende solo uno –cualquiera de ellos- se deshace el conjunto RSI mismo (ver grafico a)
Para Lacan, el conjunto RSI Borromeo es el estado “normal”, en el sentido de normativo, de relación entre los registros. Lacan lo denomina el nudo “lacaniano”. Pues viene hablando de su articulación simultanea desde 1953. Sin embargo, Lacan se interesa mucho por teorizar lo que sucede cuando dicho anudamiento no se lleva a cabo, o se rompe. Es a partir de que el anudamiento RSI no se hizo, o se deshizo, que se torna necesario que participe un “cuarto nudo” –o anillo.- capaz de recomponer la relación borromea entre los registros.
Ese cuarto nudo vuelva a restaurar la cualidad de anudamiento simultaneo y, nuevamente, si se desata uno de los cuatro se desata el conjunto. A este cuarto nudo Lacan lo denomina “suplencia”, por cuanto cumple la función de restituir el anudamiento borromeo de RSI. El cuarto nudo “repara el desanudamiento” de los tres registros, y por eso “suple” el anudamiento normal faltante.
El caso es que Lacan sostiene que en Freud se encuentra los tres registros, pero alli están desanudados. A Freud, segun Lacan, le hizo falta generar un cuarto anillo que anudara borromeanamente a los otros tres:
En Lacan, el cuarto anillo, el que hace “suplencia” y repara el desanudamiento Borromeo, surge por “duplicación” de alguno de los tres registros. Así, cuando se duplica el registro Real, el anillo duplicado –aun que pertenezca a uno de los registros- constituye un “cuarto nudo” que vuelve a anudar RSI, en forma Borromea (grafico c). Cuando se duplica el registro simbólico, el cuarto nudo resultante se denominara sinthome. El cuarto nudo simbólico entonces recibe un nombre especifico, aunque siga siendo una variedad de “suplencia” (12)
Para Lacan, el conjunto Borromeo de cuatro anillos “escribe” la relación en Freud, entre el narcisismo (I), lo inconciente (S) y lo oculto (R), que como real se duplica y se convierte en el cuarto anillo que anuda a los otros tres, en forma borromea.
En este caso, la “cifra” que escribe el nudo Borromeo “freudiano” empieza en el cuatro y ya no en el tres, como el nudo Borromeo “lacaniano”.
Entonces, para Allouch, teniendo en cuenta todo lo anterior, el saldo de este “cifrado nodológico” del tercer retorno a Freud, por parte de Lacan, sería:
1. hay en Freud elemento susceptible de acoger el imaginario (narcisismo), el simbólico (inconciente) y el real (oculto)
2.hay en Freud la exigencia de un anudamiento de tales elementos.
3.pero este anudamiento no es “lacaniano”, es decir, implica la duplicación de lo real, y generar un cuarto anillo que anude el resto en calidad de “realidad psíquica”.
En este sentido, Allouch aclara que Lacan toma por lo imaginario, en Freud, al narcisismo, en la medida que Freud le asigna al yo un papel en la función perceptiva. Lo simbólico serian las formaciones del inconsciente. Y lo real estaría dado por lo que Freud llama fenómenos ocultos (ocultismo)
En sintesis, Allouch, desde los nudos borromeos que anudan a Lacan, Freud y los tres registros, efectuan una lectura retrospectiva dividiendo al Lacan lacaniano del Lacan freudiano. A partir de esta lectura litoral, el grupo de Allocuh y compania funda un movimiento psicoanalítico basado en la teoría de los nudos mas que en la lógica de los matemas. Sostiene Allouch (1984:293):
“si hubiera resultada que RSI es lo que le falta a Freud, entonce el retorno a Freud habría operado una perforación efectiva en Freud. Y no vemos por que nos prohibiríamos, a partir de esto, nombrar como seria conveniente a una institución para el psicoanálisis, o sea: escuela borromea de psicoanálisis. El psicoanálisis se reinscribiría entonces mas lentamente en la ciencia (el problema del anudamiento borromeo es matemático, Lacan pretendía tratarlo “matemáticamente”, el trabajaba en este tratamiento de una manera privilegiada con el matemático Peirre Soury) y la existencia de una “tercera” versión del retorno a Freud manifestaría que la transformación decisiva de una discursividad, realizada por la operación de un “retorno a…” es una destrucción de la discursividad ( no la instauración de un discurso diferente o el pasaje a un discurso diferente)”
Como pueden apreciar, a pesar de las novedades con que los he abrumado hoy, resulta claro que la lectura litoral de Lacan lleva a pensar que el psicoanálisis ya no es mas un discurso sino una topologia borromea. La practica analítica seria entendida como una suerte de re-anudamiento efectuado a partir de la escritura topológica. En ese sentido, Allouch ha emprendido junto a sus seguidores un esfuerzo quizás demasiado ambicioso en busca de otorgarle al psicoanálisis un status matemático muy difícil de obtener.
Espero que, de aquí en mas, el camino se allane para ustedes. Espero esto cada vez en mayor medida, puesto que hemos dejado atrás la clase mas compleja de todo el curso. Es así por el hecho de que la lectura littoral relee todo Lacan desde la parte mas compleja y menos trabajada de su obra, y por eso mismo, la mas difícil de resumir para los que recién se inician. Solo puedo ofrecerles en compensación un par de cosas. La primera ya esta formulada y la segunda, será entontes la explicación detallada de todo lo que hoy les presente de Lacan para las clases del final. Les agradeceré las preguntas y comentarios para la vez que viene, como siempre. Vamos encarando la parte final de esta etapa del seminario, destinada a exponer las diferentes modalidades de lectura de Lacan. Nos queda aun dos maneras de leer a Lacan, por cierto muy interesantes y por distintos motivos. En la próxima reunión emprenderemos la lectura histórica de Elizabeth Roudinesco, y a continuación, la lectura de algunos psicoanalistas argentinos. ¿Les parece bien si dejamos acá? Hasta la próxima.

Notas:
(1)Allouch, Jean (1984) : Letra por letra, Edelp, Buenos Aires. 1993
(2)el psicoanálisis ya se encontraba presente en la universidad de Paris desde 1945,a iniciativa de Daniel Lagache, compañero en ese tiempo de Lacan en la SPP. Con Lagache, el psicoanálisis se introdujo en el departamento de psicología clínica, donde se adoptaba un enfoque mas janetiano que freudiano en función de desarrollar una teoría acerca de la “unidad” de la psicología. Luego del mayo francés, en 1968, la forma de gobierno, la docencia y la administración universitaria se transforma profundamente. Se abre el espacio para la participación de los estudiantes y los docentes, quienes anteriormente al movimiento político del ’68 no tenían ni voz ni voto. En ese año se dividen la diferentes instancias académicas de la universidad de Paris, y se crea el “centro experimental” de Vincennes, donde Serge Leclair, discípulo de Lacan y miembro de la EFP se hace cargo de la dirección del departamento de psicoanálisis. Al sitio de Vincennes se lo conoció entonces como Paris VIII, mientras que la línea psicoanalítica del departamento de psicología clínica permaneció en el mismo lugar, que paso a conocerse como Paris VIII. En 1974, el departamento de psicoanálisis de Paris VIII pasó a ser dirigido por Jacques–Alain Miller, siguiendo el asesoramiento permanente de Lacan. Ver Roudinesco (1986: vol 3)
(3) actualmente tampoco este grupo sigue unido, comprobándose una vez más la presencia de la clave segregativa en todas las corrientes lacanianas.
(4) letter: letra y Litter: deshecho
(5) (N.de A: no nos detendremos aquí en la explicaciones teóricas conceptuales correspondientes. Las mismas serán ampliamente desarrolladas en el capitulo 10)
(6) recordemos que Lacan, por aquellos años elegirá para formarse como psicoanalista a Loewestien, fundador de la psicología del yo. Ver capitulo I: las marcas subjetivas
(7)el caso Aimee se puede consultar en Lacan (1932) “de la psicosis paranoica en su relación con la personalidad” y el trabajo de Allocuh (1990), “Margarite o la Aimee de Lacan”. Por otra parte, también Roudinesco (1993) se refiere extensamente a la relación de Lacan con varias mujeres, entre ellas especialmente Aimee, donde destaca el singular impacto que tuvo en su obra este aspecto del deseo lacaniano.
(8)Foucault, Michel (1969) ¿que es un autor? en Rev Conjetural nº4, Buenos Aires,1984, p.87-111
(9) (N del E: ver capitulo XI del presente texto)
(10)(N de.A: no nos detergemos aquí en las explicaciones teórico conceptuales correspondientes. las mismas serán ampliamente desarrolladas en el capitulo 10)
(11) N del E: ver capitulo 10 y 11)
(12) (N del E: ver explicación más extensa en capítulos 10 y 11)
94822-06694822-0669