martes, 3 de septiembre de 2019

GARCIA DE ONRUBIA EN SU PASO POR LA UNIVERSIDAD DE CUYO


TIPO DE CONTRIBUCIÓN: Trabajo Libre.
APELLIDO Y NOMBRE DEL (DE LOS) AUTOR(ES): Juan Ramón Guardia Lezcano, INSTITUCIÓN DE PERTENENCIA: Facultad de Psicología. Universidad de Buenos Aires.
DIRECCIÓN ELECTRÓNICA: juan_ramon_guardia_lescano@hotmail.com
RESUMEN:
El presente trabajo tiene por primer objetivo informar sobre la visita de García de Onrubia en la Universidad de Cuyo. Como segundo objetivo, hablar de sus contactos con Julio Cortazar. Por tercer objetivo, se demostrará como tenía contactos con Perón. Como cuarto objetivo, se hablará, de su epistolario. Como quinto objetivo, se rosará la política argentina a nivel general.

PALABRAS CLAVE: Peronlandia;  federalismo; unitarios;  Epistolario; Horribles

Introducción:
Agradezco al profesor Hector Omar Saldaña, su introducción a la obra de Cortazar, allá en el año 91, en el Instituto Cristo Obrero, pasaron los años, parece ser que ésta introducción fue caballo de Troya, por la cual me encuentro rodeado del círculo de discípulos de Onrubia, que fueron contacto directo de Cortazar en su momento, o sea, el pasado marca las coordenadas.

Cortazar tiene un problema administrativo en la Universidad de Cuyo, y el primero que le responde es García de Onrubia

Transcurrió 1944, con un episodio administrativo desagradable, había sido citado para el 14 de diciembre como presidente de una mesa de Literatura de Europa Septentrional junto al profesor Kaul y al doctor Corominas, el profesor Kaul integraba otra mesa, y había avisado la tarde anterior que no se desocuparía hasta las diez de la mañana.
Cortázar llegó a las 8.30 horas,  inicia una queja, que derivó una kafkiana cadena, en la que intervinieron Felipe García de Onrubia, secretario, e Ireneo Cruz, el propio decano. García de Onrubia asumió la culpa diciendo: "Ese error ha sido posible por no hallarse claramente delimitadas las tareas que corresponden a cada uno de los empleados de Secretaría", (Correas, 2004, p 14), anunciaba un proyecto para salvar esos errores, la explicación fue que Cortázar no tenía teléfono. 

                                                         Cortazar con Onrubia


Toma por problemas políticos en la universidad de Cuyo

Al arribar a Mendoza, Cortázar se integró a un grupo formado por Sergio Sergi, artista plástico; su mujer, Gladys Adams; el profesor de filosofía Luis Felipe García de Onrubia y su esposa, Oonah Murphy, profesora de inglés; Alberto Dáneo, quien había publicado “Vida del hombre desconocido”; el médico Francisco Amengual; el pintor Roberto Azzoni, entre otros.
Cortázar fue elegido miembro titular del consejo directivo de la Facultad con un total de 22 sufragios, seguido por Luis Felipe García de Onrubia, apoyaban a Cruz, y el último era uno de los hombres fuertes de Jofré, que comenzaron a llamarse a "los estrictos".
El consejo directivo eligió decano, a Juan Villaverde. La autoridad pertenecía al grupo conservador los "estrictos", y fue cuestionada de inmediato por el estudiantado. García de Onrubia había votado en blanco e hizo público su voto, que tenía origen en "su absoluta discrepancia con la concepción y orientación de la política universitaria de Villaverde". (Correas, 2004, p 61)
Los alumnos insistieron en la renuncia del decano. Cortázar fue el primero en hacerlo, el voto por Cruz haya sido el de Cortázar, ya que era un modo de repudiar el arreglo. Al día siguiente, Luis Felipe García de Onrubia fue elegido, por unanimidad, vicedecano. A las 21 todos los presentes votaron a Ireneo Cruz para el Consejo Superior.
Cortázar, García de Onrubia apoyaron el mandato de los estudiantes y el cuestionado levantó la sesión por los desórdenes. 


Cortazar

                                                                           Onrubia



Cortazar menciona a Onrubia en su epistolario

A Gladys Adams de Hocévar y Sergio Sergi
Horribles Aires, 26 de enero de 1946
Señora Gladys Adams de Hocévar y
Señor Sergio Hocévar (a) Sergio Sergi
Bichos: (…)
Cariños a los chicos y hasta bien pronto, con todo el afecto y un gran abrazo para los dos de
Julio
P.D.- si veis a Oonah, Felipe y el pequeño, estirad un poquito más el abrazo para que también quepan ellos. (Cortazar, 2012, p 156)

Se aclara en los números que el original está mal fechado; la carta es de 1946. Oonah es  Murphy, profesora de inglés, y Felipe, Luis Felipe García Onrubia, profesor de filosofía y poeta.
En su epistolario, aparece otra cita a García de Onrubia, pero no parece en sentido positivo

París, 18 de enero / 52
Mi querido Eduardo:
(…) Mira, Eduardo, nada podía entristecerme más que esos párrafos de tu carta donde me cuentas el episodio de la carta mía a Baudi18 y la mención de amigos. Hay que ser chiquilín para suponer que la ausencia de tu nombre implicaba una descalificación o cosa parecida. Si tú ves ahora seguido a Baudi, no es menos cierto que estando yo allá, no lo veías tanto, y sobre todo no te incluías en ese círculo muy estrecho que abarcaba a Daniel, Alberto,19 Jorge y Baudi, que era mi círculo cotidiano. Al escribirle yo a él, lo justo era que aludiese al grupo y no agregara a nadie más —Castagnino, 20 por ejemplo, o García Onrubia. 21 Ya ves que tus cavilaciones son injustas para conmigo y mucho más para contigo mismo. (…)
Un gran abrazo
Julio (Cortazar, 2010)
Se aclara en estas cartas los siguientes números: 18 Luis Baudizzone, abogado. 19 Alberto Salas, escritor. 20 Eduardo A. Castagnino, profesor de la Escuela Normal Mariano Acosta de Buenos Aires. 21 Luis Felipe García Onrubia, psicólogo.

El texto de Casa tomada, basado en estas experiencias cuyanas

Durante su estadía en Mendoza, Cortázar encaró un proyecto narrativo ambicioso, su primer libro de cuentos, Bestiario, es de 1951. De la complicidad con Sergio Sergi aparecen algunos rastros, guiños reconocibles para los protagonistas, "Estación de la mano", dedicado a Sergi y a su esposa, la protagonista es una mano llamada Dg, que alude a Gladys Adams, la esposa de grabador.
Con el cuento que abre Bestiario, "Casa tomada", con respecto a su origen, Cortázar ha relatado:

'"Casa tomada' fue una pesadilla. Yo soñé 'Casa tomada'. La única diferencia entre lo soñado y el cuento es que en la pesadilla yo estaba solo. Yo estaba en una casa que es exactamente la casa que se describe en el cuento, se veía con muchos detalles, y en un momento dado escuché los ruidos por el lado de la cocina y cerré la puerta y retrocedí. Es decir, asumí la misma actitud de los hermanos. Hasta el momento totalmente insoportable en que —como pasa en algunas pesadillas, las peores son las que no tienen explicaciones, son simplemente el horror en estado puro— en ese sonido estaba el espanto total. Yo me defendía como podía, cerrando las puertas y yendo hacia atrás. Hasta que me desperté de puro espanto." (Correas, 2004, p 92)

Apuntó Aurora Bernárdez, "Casa tomada", estaba dedicado a Daniel Devoto, dedicatoria que perdió, estaba fechado en 1945, es probable que el cuento haya sido escrito en Mendoza: "Era pleno verano, yo me desperté totalmente empapado por la pesadilla; era ya de mañana, me levanté (tenía la máquina de escribir en el dormitorio) y esa misma mañana escribí el cuento, de un tirón". (Correas, 93), pudo haber sido en enero o febrero de 1945.
Haya estado en el subconsciente de Cortázar, existe un grabado de Sergi, fechado en 1930, que Cortázar debía conocer, titulado "Casa vieja", la obra muestra a un gigante sacando la cabeza, las piernas y los brazos por las ventanas de una casa en el inicio de una persecución.

Contactos de García de Onrubia con Perón

Onrubia se mantiene a la derecha de Perón cuando pronuncia su discurso conocido como “la comunidad organizada”.  El Primer Congreso Nacional de Filosofía, celebrado en  Mendoza entre el 30 de marzo y el 9 de abril de 1949, fue clausurado por el General Perón, y su conferencia publicada luego como La comunidad organizada,  Onrubia se encuentra al lado de Perón en la pronunciación del discurso




 Perón pronunciando su discurso conocido como "la comunidad organizada" 

Pronuncia la despedida de Perón del congreso

El siguiente discurso no fue pronunciado, pero fue incluido en las actas.

“Discurso del prosecretario técnico del congreso, profesor Luis Felipe García de Onrubia, de la Universidad de Buenos Aires, en representación de los profesores universitarios argentinos.
Excelentísimo Señor Presidente de la Nación; Señora de Perón; Exento. Señor Vicepresidente; Señores Gobernadores; Señores Ministros de los Poderes Ejecutivo Nacional y Provincial; Señores Rectores de las Universidades Nacionales; Señores Miembros del Primer Congreso Nacional de Filosofía:
Las circunstancias hacen que sea yo quien hable en esta ocasión en nombre de los profesores universitarios argentinos y, a la vez, en nombre de quienes desde la Secretaría Técnica hemos contribuido a la organización de este Congreso. Quiero creer que es un reconocimiento del entusiasmo que he puesto en él, del desvelo que hubo que consagrar a esta empresa que ya realizada y con la convicción cierta del triunfo, parece más audaz que nunca. Quede así explicado el que sin demasiados años de edad, traiga hoy la palabra de mis colegas —muchos de ellos mis maestros de ayer. Bien mirado, este Primer Congreso Nacional de Filosofía que acaba de clausurar con su palabra el Excelentísimo Señor Presidente de la Nación, es una gran hazaña de juventud. Tal vez, el último gesto de nuestra adolescencia cultural y el primero —reposado y caviloso— de nuestra madurez.
Ha de ser evidente para todo aquel que piense con un mínimo de probidad intelectual, que el Congreso cierra un ciclo en la historia del espíritu argentino. Hay buenas razones para creer que clausura el período de la iniciación, el largo y difícil período en el que hubo que consolidar y, a veces, defender la cultura filosófica; el período inaugural de la adquisición de las técnicas, del manejo y la intimidad con las fuentes. Ese período tiene una geografía y una historia que es hidalgo no olvidar. Se ubica en el litoral y centro del país y su historia está hecha de los desvelos de los hombres que aislados luchan por lograr su propia formación filosófica y por imponer la dimensión especulativa de la cultura. Esa etapa tiene nombres nacionales venerables. Permítaseme recordar uno solo, aquí presente, el del doctor Coriolano Alberini, quien de todo parece haber estado impedido, menos de continuar dando —hoy mismo— su lección de noble tolerancia y libertad espiritual. Es esa historia la que cerramos con el Congreso.
Historia tal vez menuda, pero historia nuestra: la de nuestra incipiente tradición filosófica, la de nuestra modesta propensión especulativa que en lo universitario se inicia hace ya cincuenta años en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Si algo significa este Congreso —¡y significa tanto para nosotros!— es por referencia a esa tradición que es su soporte histórico y permite comprenderlo y valorarlo.
Cierre y fin de una etapa, es también esta ocasión el comienzo de una nueva. El examen objetivo del trabajo de estos once días de sesiones diarias, muestra el volumen alcanzado por la reflexión filosófica  argentina. Cada trabajo argentino, cada intervención en sesiones plenarias o particulares, prueba de modo irrefutable que los desvelos de nuestros mayores no han sido vanos. Que hay un pensamiento filosófico nacional sensible a la problemática contemporánea e inquieto por ella; capaz de atisbos penetrantes, de formulaciones sutiles, de planteos inteligentes. El diálogo —forma inaugural de la filosofía— ha  podido entablarse con nuestros ilustres huéspedes extranjeros. Por eso, hoy que las preguntas fundamentales cobran el apremio y la urgencia de esta hora decisiva para la cultura de Occidente, podemos tener la certeza de que la voz argentina no ha de faltar en el coro de quienes respondan por el espíritu y por la dignidad humana.
Si hubiese que justificar una vez más al Congreso de Filosofía, bastaría esta alusión a la calidad del esfuerzo nacional para hacer de nuestra reunión filosófica no un hecho insólito, no un acontecimiento  exótico, sino una necesidad sentida y vivida. Vivida y sentida, incluso, como requisito de la convivencia nacional. No es el menor fruto del Congreso que quienes enseñamos filosofía en las seis Universidades  hayamos compartido el techo y la mesa y advirtamos con júbilo que nos encontramos más próximos los unos a los otros de lo que la refracción de la distancia permitía sospechar. Las diferencias filosóficas cuando se mantienen en el orden de la limpia intención teórica, no pueden impedir la obra común de consolidar y vigorizar el pensamiento argentino.
A los señores miembros extranjeros que nos han honrado con su presencia, que prestigiaron nuestro Congreso con sus nombres ilustres, que abandonaron tareas en universidades seculares para responder a  nuestro llamado, vaya nuestra gratitud y nuestro respeto. Sepan ellos que hemos tenido conciencia muy clara de su valer y de la fecundidad de su estada memorable entre nosotros. Fueron invitados por la  objetiva consideración de sus méritos científicos y atendiendo a la diversidad de corrientes filosóficas; habíamos tenido con ellos la intimidad del libro en el que la personalidad parece volcarse íntegra y  total, pero hoy, luego de este contacto humano, de este trato de todos los días y de todas las horas, creemos haber anudado una amistad perdurable. La distancia no podrá ya disipar estas bases efectivas de  la cooperación intelectual que facilitará la labor científica, cada día que pasa más caracterizada como labor de equipos, antes que producto de trabajadores solitarios.
Toda la labor positiva del Congreso que el tiempo me impide resumir, ha sido posible porque la iniciativa de la Universidad de Cuyo, ágilmente dirigida por su rector, el doctor I. Fernando Cruz, ha contado con el apoyo decidido y generoso del Superior Gobierno de la Nación. Bienvenida la política cultural que hace posible el contacto entre los hombres de estudio y que con evidente ganancia para el  caudal científico de los profesores universitarios, les permite, dentro de los límites del suelo patrio, asistir a un Congreso de la magnitud del que hoy se clausura. No sería justo olvidar el particular apoyo y la ejecutiva participación de S. E. el Señor Ministro de Educación que en todo momento ha allanado las dificultades con las que inevitablemente debía tropezar una empresa de estas proyecciones.
Permítaseme terminar encareciendo el aporte del Gobierno Nacional para la edición de las Actas del Congreso, que serán la expresión objetiva y palpable de su alta calidad intelectual, así como para las iniciativas concretas emanadas en forma de Ponencias. La Oficina de Información Filosófica permitirá difundir las expresiones más depuradas de la cultura nacional y el Centro de Altos Estudios Filosóficos, si posee los medios necesarios, podrá reunir material de investigación filosófica con el que hasta hoy no se cuenta entre nosotros.
Excelentísimo Señor Presidente: En vuestras manos queda la puesta en práctica de ambas iniciativas que constituirían una fecha memorable en la historia espiritual de nuestro país. Esperemos que por vuestra mediación sean posibles para mayor prestigio del nombre argentino.” (García de Onrubia, 1949).

Epistolario de García de Onrubia en relación al congreso

Se ven gastos y comentarios, que hacía a los invitados. En un comentario a un tal Nieto. Onrubia le solicitó algunos datos de su curriculum, Nieto respondió acucioso: “en junio de este año cumpliré 35” (Carta a Luis Felipe García de Onrubia, Río de Janeiro, 6 de febrero de 1949). (Cataño, 2010). El Estado argentino sufragaba los viajes de ida y vuelta, los gastos de comida y alojamiento durante los once días de permanencia en Mendoza, la Universidad ofrecía veinticinco pesos por día para consumos personales y, “para ser más cómoda la estadía de los relatores en Argentina”, entregaría a los ponentes mil pesos adicionales. (Cartas del dr. Luis Felipe García de Onrubia, Secretario Técnico del Primer Congreso Nacional de Filosofía, durante los meses de enero-marzo de 1949.) (Cataño, 2010)

Onrubia se lo va silenciando con la revolución libertadora

Se lo va silenciando, hacia el congreso de 1955, eso se puede leer en la entrevista de la dr. Lucia Rossi a Nuria Cortada.

“- ¿Estaban presentes Rimoldi y García de Onrubia?
- No, Rimoldi estaba como director de la carrera de Psicología de la Loyola Universty – de Chicago-, jesuita, él es muy religioso. (…)
García de Onrubia está silencioso, sin ponencia aunque presente formalmente en este congreso. (…)
- ¿Qué pasa después del 55?
- Marcos Victoria, que era neurólogo antagonista en enfoques – un retroceso, y en lo político, tenía muchas influencias – eso sí, escribía muy bien, era muy dedicado a la cultura-, reemplaza a García de Onrubia.” (Rossi, 1995, p111-121)

Algunas conclusiones

Realmente espero, en lo principal, que al menos este material sirva para interesar a algún alumno, o quien fuese lector, en el interés de la obra de García de Onrubia.
Sería iluso adjudicarlo solo a esa corriente política del peronismo, incluso así,  ¿a qué tipo de peronismo? ¿Completamente ateo? No parece. Mantiene una tradición de difundir a Merleau Ponty, que creció difundido en un transfondo peronista. Cortazar y Onrubia se fueron expulsados de Cuyo por culpa del archivillano tomista Juan Ramón Sepich, director del Colegio Nacional de Buenos Aires, que veía en el voluntarismo vitalista un triunfo de la barbarie sobre la razón. Las relaciones de Cortazar con el peronismo, si bien en su último tramo de vida apoyó en cierta forma, en sus cartas del momento escribía Peronlandia en lugar de Cuyo, y hablaba bondades de Sarmiento, cuando la doctrina peronista ya enfatizaba lo opuesto (vindicación federal a Rosas). No creo que la revolución libertadora vea con buenos ojos el apoyo de Onrubia a Perón.


Referencias Bibliográfícas

Cataño, Gonzalo. (2010). La introducción del pensamiento moderno en Colombia. Villeurbanne. Francia.  OpenEdition: four platforms for electronic resources in the humanities and social sciences: OpenEdition Books, OpenEdition Journals, Hypotheses, Calenda. Recuperado de https://books.openedition.org/uec/330?lang=es

Correas, Jaime. (2014). Cortázar en Mendoza: Un encuentro crucial. Ediciones Alfaguara S.A. Buenos Aires.

Correas, Jaime. (2004). Cortazar, profesor universitario. Su paso por la Universidad de Cuyo en los inicios del peronismo. Ediciones Alfaguara S.A. Buenos Aires.

Cortázar, Julio. (2012) Cartas 1937-1954 (Tomo 1): Edición a cargo de Aurora Bernárdez y Carles Álvarez Garriga. Ediciones Alfaguara, Madrid.
Cortázar, Julio. (2010). Cartas los Jonquiéres. Ediciones Alfaguara, Madrid.
García de Onrubia, Luis Felipe (1949). Discurso del prosecretario técnico del congreso, profesor Luis Felipe García de Onrubia de la Universidad de Buenos Aires, en representación de los profesores universitarios argentinos. Andalucia – Rioja. Filosofía en español. Recuperado de http://www.filosofia.org/aut/003/m49a0175.pdf
Rossi, L y colab. (1995): "Psicología: Secuencias instituyentes de una profesión (entorno de transmisión)", Buenos Aires, Secretaría de Cultura, Facultad de Psicología.

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