martes, 3 de septiembre de 2019

El Instituto Frenopático de villa Devoto y las Hermanas Franciscanas.


El presente trabajo tiene por primer objetivo hablar sobre el Instituto Frenopático de villa Devoto, como segundo objetivo es hablar sobre su administración a cargo de las hermanas Franciscanas, el tercer objetivo es hablar sobre los elogios de Cabred a la obra, el cuarto objetivo es hablar sobre el comentario de Claude, par francés de Lacan, un quinto objetivo es hablar sobre la influencia del Instituto Frenopático en literatura: en la obra de Roberto Arlt, y en la obra de Bioy Casares y su esposa Silvina Ocampo, y un último objetivo es hablar sobre un paciente del Frenopático; el cantante intérprete de tango Ignacio Corsini, compañero de Gardel.

Palabras clave
Franciscanas - Frenopático - Open Door - Tango

The Frenopático Institute of Villa Devoto and the Franciscan Sisters.

The present work has for first objective to talk about the Frenopático Institute of Villa Devoto, as the second objective is to talk about its administration in charge of the Franciscan sisters, the third objective is to talk about Cabred's praise of the work, the fourth objective is to talk about Claude's comment, French pair of Lacan, a fifth objective is to talk about the influence of the Frenopático Institute in literature: in the work of Roberto Arlt, and in the work of Bioy Casares and his wife Silvina Ocampo, and a final objective is to talk about a patient of the Frenopático; the singer of tango Ignacio Corsini, partner of Gardel.

Keywords
Franciscanas - Frenopático - Open Door - Tango

Introducción al Instituto Frenopático de villa Devoto.

Se aclarara aquí, que no se hablará sobre el Instituto Frenopático de Barracas donde trabajo Ramos Mejía, José Ingenieros, entre otros, porque el frenopatico de villa Devoto, es otro instituto, quizás el segundo de importancia en este estilo.
Podría decirse que la primer diferencia importante, entre ambos frenopáticos, sería el de nivel de atención de la orden femenina a cargo, en el frenopático de Barracas la orden femenina a cargo son las jesuíticas Hermanas de nuestra Señora del Huerto, en cambio, en el frenopatico de villa Devoto, están atendidos por las hermanas Franciscanas, de teología obviamente franciscana.
Realmente no se sabe de qué frenopático sería el que habla Pugliese, el compositor de tango, en cual frenopático su tía estaría internada ahí, y otros datos por el estilo, podría ser, que se tratara del siguiente frenopático, el de villa Devoto, del que se hablará en este artículo.
Adentro del barrio de Devoto se encuentra un sub-barrio al que se lo ha denominado Monte Castro, debe su nombre de don Pedro Fernández de Castro, que se constituyó propietario de las tierras en 1703, había construido un extenso monte de frutales. Luego se lo comenzó a conocer como Chacra de Castro o Montes de Castro.
Allí se alojó el virrey Sobremonte al marchar hacia la provincia de Córdoba, cuando se produjeron en el año 1806, las primeras Invasiones inglesas, partieron en el año 1810, las tropas del Ejército de campaña al interior del país.
Los deportistas podrán visitar el Club Atlético All Boys, considerado la institución más importante de Monte Castro. Los inicios de este club se deben a descendientes ingleses, trabajadores de Obras Sanitarias de la Nación.
Producto del loteo de los terrenos pertenecientes al Instituto Frenopático Modelo, surge la Plaza Monseñor Fermín Lafitte, lugar al cual todos los vecinos denominan "plaza San Pedro". Tiene una traza irregular que no sigue el eje de las calles. Se encuentra sobre Arregui, a continuación de la Parroquia San Pedro. Plaza San Pedro se conoce como plaza san Pedro o de los locos ya que ahí funcionaba antiguamente un loquero.
En esta Iglesia, se encuentra ubicada la Plaza Monseñor Fermín Lafitte, y se caracteriza por la variedad de árboles que la rodean. Los espacios verdes se constituyeron más tarde.
La Plaza Monte Castro, sobre los antiguos terrenos de la Sucesión Rocca y es producto de una donación de la misma a la Nación. Está delimitada por las calles Miranda, Mercedes, Gualeguaychú y Elpidio González.
En el barrio de Monte Castro funcionó desde 1924 hasta 1958 el Instituto de Frenopatía Modelo “Colonia Open Door” (puertas abiertas). Se trataba de un sanatorio para el tratamiento de enfermedades mentales, pero no era un sanatorio cualquiera. Como su nombre lo indicaba no tenía puertas ni muros exteriores, y se podía circular libremente por todo el lugar. 
Funcionaba como un mini pueblo veraniego con chalecitos, arboleda y calles internas en un predio de 7,5 ha entre las calles Santo Tomé, Bermúdez, Lascano y Benito Juárez. Cuando cerró la colonia fue desarmándose en sucesivos remates. Sólo quedó la capilla, hoy parroquia San Pedro Apóstol, la arboleda que hoy sombrea en la plaza Monseñor Lafitte y un tramo de lo que fue el muro perimetral en la calle Lascano.
Era un instituto muy moderno y completo para el tratamiento de males psiquiátricos dirigido por los doctores J. V. Murguía y G. Elizalde.
Hacia 1924 comienza la construcción del Instituto Open Door, luego Instituto Modelo de Frenopatía (Open-Door significa "puerta abierta" o sea ausencia de muros exteriores é interiores y la circulación libre del enfermo, en una medida compatible con su estado mental).
El instituto abrió sus puertas en el año 1925. Era un hermoso terreno con arboledas, parques muy cuidados y calles internas. Los pacientes iban a rezar a la parroquia, a practicar y recibir tanto la comunión como la confirmación. Muchos de los enfermos decidieron consagrarse a la mirada del Señor
El sanatorio era para la gente de clase alta, por eso los vecinos, veían circular hacia el establecimiento costosos automóviles llevando a los familiares de los internos, el establecimiento era simplemente "el loquero". Por fuera del manicomio se encontraban casas para que los visitantes de los enfermos pudieran pasar el fin de semana con su familiar enfermo.
Para los vecinos, que veían circular hacia el establecimiento costosos automóviles llevando a los familiares de los internos, el establecimiento era simplemente "el loquero". Muchas leyendas acerca de sus pacientes y sus fortunas personales persisten en el barrio.
El conjunto de los edificios que constituyen el Sanatorio Open-Door, recuerda un risueño barrio de quintas como los que se ven en los pueblos veraniegos de Martínez, de Olivos o de Temperley, en los alrededores de Buenos Aires.
Se mantuvo funcionando hasta 1958. El remate que duró dos años,  de los elementos más importantes y finos de sus hermosos edificios, también originó que muchos vecinos se apropiaran  de los remanentes poco importantes o de  ladrillos de  los cimientos. Nada quedó, salvo la capilla, un resto del muro perimetral sobre la calle Lascano y el arbolado de la plaza Monseñor Lafitte.

Administración a cargo de las hermanas Franciscanas

En 1895 Monseñor Américo Orselli fundó, con doce jóvenes de su parroquia el instituto de las hermanas de nuestra Sra del Rosario de Buenos Aires, dándoles como lema: “Ora et labora” y “Todo por Dios y por el prójimo”. El instituto fue aprobado definitivamente por la Santa Sede el 21 de junio de 1938.
En 1903, fue nombrado Capellán de la Fragata Sarmiento. En 1906 se hizo cargo de la parroquia de “San Miguel Arcángel”, sin descuidar su Círculo de Obreros, sus Hijas Rosarinas y la atención espiritual de las religiosas de la Casa Cuna, Instituto Frenopático, Casa de Alienadas y el Buen Pastor.
En 1928 los vecinos elevan el pedido de creación de una parroquia. Arriba así el primer  párroco, el Padre Orselli. Los arreglos y el dinero necesarios para la iglesia corren por cuenta del Sr. Emilio Lamarca, que solicita que la parroquia tome el nombre de “San Pedro”, debido a que su esposa se llamaba Petronila.
Siendo las tareas educativas las fundamentales en la formación de estas monjas, y no las hospitalarias, en 1928 llegan desde España un grupo de Hermanas Franciscanas de la Natividad de Nuestra Señora.
En el predio estaba la capilla de la cual en su momento se hicieron cargo las Hermanas Franciscanas de la Natividad de Nuestra Señora.
Las religiosas dan cristiana educación a muchísimos alumnos; y son innumerables los enfermos que reciben asistencia y cariño en los hospitales.
La Parroquia de San Pedro Apóstol es lo único que queda de la descollante urbanización del Instituto de Frenopatía Modelo “Colonia Open Door" y del cual era su oratorio. En la capilla del hospicio, que tenía como patrono a San Antonio, actúan inicialmente religiosas de la Sagrada Familia.
Las misas las ofrecía un cura párroco de Devoto que debía hacer su trayecto hasta el lugar caminando a través de las quintas.
Las casas donde vivían los internados estaban constituidas por edificios con aspecto familiar, completamente distante de los asilos cerrados que estamos acostumbrados a ver.
Hoy en día el antiguo loquero se ha transformado en residencial barrio, donde viven las personas de la clase alta de medios. Todavía hay vecinos que recuerdan a las franciscanas trabajando. Se atribuye al lugar leyendas de fantasmas y ruidos extraños a toda hora.
Se cuentan muchas leyendas acerca de sus pacientes y sus fortunas personales que persisten en el barrio, que se cierran y se abren las puertas de casa solas, aclaran unas vecinas del barrio.
Para muchos vecinos de la actualidad, este establecimiento quedó en la memoria simplemente como "el loquero".
Una vecina del barrio cuenta que los baños del pabellón de mujeres daban a la calle y a cada persona que pasaba por ahí le gritaban barbaridades, era imposible pasar por ahí.
Por último, en este punto, vale mencionar que las hermanas franciscanas, que participan de este frenopático, participan de una teología franciscana, a diferencia de las hermanas monjas de Nuestra Sra del Huerto, que actuaron en el Instituto Frenopático de Barracas, que están ligadas más que nada a una teología jesuítica.

Los elogios de Cabred a la obra.

El Instituto tuvo la visita del prestigioso especialista Dr. Domingo Cabred, quien a propósito del establecimiento escribió:
“Ubicado el Sanatorio Open-Door, en 7 hectáreas y media de un hermoso terreno, muy alto y fértil, se compone de 13 pabellones, distribuidos en orden disperso, en medio de jardines y de un parque admirablemente cultivado. Los edificios, como decimos, responden casi todos, al estilo de chalets, rodeados de amplias galerías, con aspecto familiar, no recordando, ni remotamente, la arquitectura de los Asilo cerrados, rodeados de altos muros o de verjas de hierro, como son los metropolitanos de Buenos Aires, o de los Sanatorios instalados en antiguas quintas adaptadas a ese objeto.
El conjunto de los edificios que constituyen el Sanatorio Open-Door, recuerda sí, un risueño barrio de quintas como los que se ven en los pueblos veraniegos de Martínez, de Olivos o de Temperley, en los alrededores de Buenos Aires.
... Los chalets, dentro de su propio estilo, ofrecen variantes en su aspecto exterior, y en sus disposiciones internas, tienen la diferenciación exigida por el destino de cada uno de ellos, impuesta por el concepto terapéutico que preside al tratamiento aplicado en cada una de esas secciones.
.... Conozco muy bien, todos los sanatorios para enfermedades mentales, establecidos en Buenos Aires, y, afirmo  que, ninguno se parece, remotamente siquiera, en su constitución material ni en su régimen interno, al establecimiento de los Doctores Elizalde y Murguía; y, por eso, constituye en el orden de la asistencia social, un progreso considerable, revelador de la cultura moral y de los progresos de la terapia de las enfermedades mentales, alcanzados en la Argentina.  He visitado, también, muchos Sanatorios particulares en Europa: de Alemania, Inglaterra, Francia, Italia y Suiza, y, estoy también, en condiciones de afirmar que, el Sanatorio de los expresados Doctores, es superior a todos los visitados por mí, en esos distintos países, considero un deber patriótico, científico y humanitario, dejar constancia”.  Firmado: Domingo Cabred. Miembro de la Academia de Medicina de Buenos Aires. Profesor Honorario de la Facultad de Ciencias Médicas. (Memoria del Instituto)  (Junta Monte Castro, 2019)

Comentario de Claude, par de Lacan, sobre el Instituto Frenopático

“H.Claude – L’Institut Modèle de Phrènophatie à Buenos Aires – “L’Hygiène Mental”. - Mayo 1927. N.º5
El Prof. Claude se refiere en su interesante artículo, a la favorable impresión que le ha producido un film que representa diversos aspectos del Instituto de Frenopatía (Open - Door), sito en esta capital (Villa Devoto), y que le ha sido facilitado por intermedio del señor ministro argentino en París.
Elogia previamente la obra del profesor Cabred, al preconizar la construcción de hospitales regionales; asilos-colonias para alienados; sanatorios de montaña para tuberculosos; asilos-colonias mixtos de retardados; asilos-colonias de niños abandonados, sanatorios para leprosos, escrofulosos, etc.
Dice luego el Prof Claude, que la higiene general y moral tiene una importancia mucho mayor que lo que se creía, en la terapéutica mental. El aspecto alegre de los locales; cierto confort y buen gusto, hacen que los enfermos tengan la impresión de una libre disposición de su actividad; y coopera singularmente a modificar las tendencias patológicas de los sujetos atacados de trastornos psicopáticos, susceptibles de duración o de mejoría. Pero una condición primordial que desgraciadamente no se observa en la mayoría de las casa de salud, es la separación rigurosa de las diversas categorías de enfermos, según su afección mental, y según el estado y evolución de su enfermedad, que felizmente ha sido realizado de una manera muy minuciosa en el Instituto Modelo que nos ocupa.
El Open-Door, literalmente puerta abierta, es un modo de asistencia que se propone dejar un cierto número de alienados en libertad, quitando todos los elementos y apariencia de una prisión, y rodeándolos en cambio de todos los atributos de las villas o casas de campo.
Para terminar, expresa el Prof. Claude que este establecimiento, glorifica el justo título de modelo. Es el más grande honor al espíritu de iniciativa de los médicos argentinos, y piensa que son felices los sujetos confiados a su cuidado, porque están en un lugar donde se ha reunido todo para hacerles olvidar sus miserias, y no dejarles perder toda esperanza.
Hector Piñero”. (Piñero, 1927)
Sobre la reseña, lo más interesante a remarcar es la filmación sobre el Instituto, que por el momento se desconoce si existe una copia en estos días.

Un Frenopático de novela, influencia en literatura: en la obra de Roberto Arlt 

En frente de ahí, vivió Roberto Arlt, justo en la época que está escribiendo sobre “Los siete Locos”, entre 1924 y 1926, para aliviar con la altura una enfermedad pulmonar que le había sido diagnosticada. En 1924, sobre la calle Lascano, entre Segurola y Sanabria, comienza a construir su casa. Esto coincide con el regreso de Arlt de Córdoba con su familia, compuesta por su mujer -afectada de tuberculosis- y su pequeña hija Alicia. La casa era un típico modelo de los denominado "chorizo", con habitaciones en fila, comunicadas entre sí con una puerta y con salida a una galería exterior. Tenía un jardín al frente y un fondo con gallinero. Su hija, Alicia Arlt, recuerda que esperaba a su padre regresar del trabajo en la parada de transporte de la calle Segurola a escasos metros de una Lascano que, por entonces, era de tierra.
Durante ese tiempo retomó una obra inconclusa que había comenzado a los diecinueve años y recibió una propuesta de Ricardo Güiraldes para publicar este libro bajo el título con el que hoy lo conocemos: “El juguete rabioso”.
El barrio de Monte Castro rinde homenaje al escritor que encontró parte de su inspiración entre sus calles, inaugurando el Paseo Roberto Arlt que se puede visitar en Segurola al 2000.

Un Frenopático de novela, influencia en la obra de Bioy Casares y su esposa Silvina Ocampo.

Parece ser el Frenápatico que Bioy Casares y su esposa Silvina Ocampo trabajan en sus novelas, el Frenopático de Barracas no es el de las novelas de ambos. Ambos hablan de este frenopático, Bioy Casares en “Dormir al sol” y Ocampo en “La Casa de Azúcar”. La calle Baigorria, que es la calle donde se sitúa el instituto frenopático donde internan a la mujer del protagonista de Dormir al sol.
Una cita a novela de este frenopático:
“Las supersticiones no dejaban vivir a Cristina. Una moneda con la efigie borrada, una mancha de tinta, la luna vista a través de dos vidrios, las iniciales de su nombre grabadas por azar sobre el tronco de un cedro la enloquecían de temor.(....) Me dijeron que Violeta estaba en un sanatorio frenopático y me dieron la dirección.
-Canto con una voz que no es mia –me dijo Cristina, renovando su aire misterioso-. Antes me hubiera afligido, pero ahora me deleita. Soy otra persona, tal vez más feliz que yo.
Fingí de nuevo no hablerla oído. Yo estaba leyendo el diario.
De tanto averiguar detalles de la vida de Violeta, confieso que desantendía a Cristina.
Fui al sanatorio frenopático, que quedaba en Flores. Ahí pregunté por Violeta y me dieron la dirección de Arsenia López, su profesora de canto.” (…)
“Luchar por sobrevivir en aquel frenopático no fue fácil. La mayoría de los dementes eran tan inteligentes como obsesionados con la sangre y la muerte. No sé cómo conseguí esquivar la guadaña que se preparaba en cada esquina del manicomio. Tres años después de entrar pude salir con tan solo dos cicatrices por intento de homicidio.” (Silvina Ocampo, 2000)
Hay una cuestión del doble en el cuento “La casa de azúcar” de Silvina Ocampo. Realizando un análisis desde el título, el personaje de Cristina, Violeta, su característica más relevante es la locura.
El doctor Samaniego, supuesto director del Instituto frenopático en la novela de Bioy Casares, también aparece luego en su obra, en el Diccionario del Argentino Exquisito, atribuyéndole libros de carácter apócrifo desopilante, debe suponerse que este doctor, sería como una especie de alter ego de Casares, para justificar sus ideas sobre libros que ha imaginado de los más disparatados.

Un paciente famoso de ahí fue Ignacio Corsini, cantor de tangos compañero de Gardel.

Dicen que allí murió Ignacio Corsini. Fue un cantor criollo, sin alardes de virtuosismo. Nació el 13 de febrero de 1891, con el nombre de Andrés Ignacio, hijo de Socorro Salomone y de un Corsini del que no quedó nombre ni recuerdo y al que no llegó a conocer. Con su madre arribó a Buenos Aires en 1896. Ambos se radicaron en Almagro, y, cuando el pequeño Ignacio tenía siete años, se trasladaron a la ciudad bonaerense de Carlos Tejedor. Allí se desempeñó como boyero y resero, y fue allí donde los pajaritos gauchos le enseñaron los secretos del canto.
En 1907, se relacionó con el artista circense José Pacheco, que lo introdujo en el teatro y se podría decir que también en el matrimonio, ya que Corsini se casó con su hija, Victoria Pacheco, en 1911.
En 1912, ya había adquirido cierto prestigio como cantor-actor, y fue por ello que el sello Victor le hizo grabar sus primeros discos.  Fue requerido por la cinematografía para filmar Santos Vega (1917) y ¡Federación o Muerte! (1917); más tarde, intervendría en Milonguita (1922), Mosaico Criollo (cortos, c. 1930), Rapsodia Gaucha (1932), Ídolos de la Radio (1934) y Fortín Alto (1941), en la que aparece junto a Agustín Irusta y un joven y desconocido Edmundo Rivero.
Sólo después de haber registrado diez canciones, decidió incluir un tango, “Un lamento” (de Graciano De Leone y Pedro Numa Córdoba). Su éxito como cantor de tangos se inició en mayo de 1922, cuando, en el sainete El Bailarín del Cabaret, estrenó “Patotero sentimental” (de Manuel Jovés y Manuel Romero). Otra de las interpretaciones con las cuales se lo identifica es “Caminito” (de Juan de Dios Filiberto y Gabino Coria Peñaloza), uno de los tangos más conocidos mundialmente.
Pero El Caballero Cantor fue también compositor y letrista de algunas obras, como los tangos “Flor marchita” (letra de Francisco Bohigas), “Fin de fiesta” (música de Carlos Vicente Geroni Flores) y entre otros, “Aquel cantor de mi pueblo” (música de Enrique Maciel) que le llevó al disco Edmundo Rivero.
También incursionó en otros géneros, siendo un vals su página propia más conocida, “Tristeza criolla”, sobre un poema de Julián de Charras. Pero fue el estilo el género en el que mayor cantidad de títulos produjo “Tradición gaucha” (Enrique Maroni), “Juan de los Santos Arena” (Julián de Charras), “A mi palomita” (José María Aguilar), etc.
No obtuvieron mayor resonancia las páginas debidas a la inspiración del cantor, salvo “Tristeza criolla”, que en los '40 fue remozado por Ángel Vargas.
Serían otros dos autores quienes le proporcionarían los grandes impactos que lo iban a identificar como el intérprete del cancionero de temática rosista, el poeta Héctor Pedro Blomberg y su guitarrista Enrique Maciel. La sola mención de los títulos del binomio hace surgir, inmediatamente, el nombre de Ignacio Corsini: “La pulpera de Santa Lucía”, “La canción de Amalia”, “La mazorquera de Montserrat”, “China de la Mazorca”, “La guitarrera de San Nicolás”, “Los jazmines de San Ignacio” y varios más. A ellos habría que sumar, en diferente temática, “La que murió en París”, “Barrio viejo del ochenta”, “El adiós de Gabino Ezeiza” o “La viajera perdida”.
Corsini sintió el amargor de sus últimos años, tras la pérdida de su esposa, circunstancia que lo llevó a cantar por última vez el 28 de mayo de 1949, en la audición Argentinidad, de Radio Belgrano.
En 1961, reapareció públicamente, ante las cámaras de Canal 7, en el programa Volver a vivir. Y el 26 de julio de 1967, cerraba sus ojos para siempre. Con él se iba una voz particularísima, la más atípica con que contó el tango.

Algunas conclusiones

La idea del presente trabajo es dar novedades y noticias sobre este lugar, sobre esta orden femenina en la atención de la enfermedad mental. Se enfatiza una posible diferencia en el tratamiento de la atención, entre la otra institución frenopática, el Frenopático de Barracas, donde trabajan las Hermanas del Huerto, que pertenecen a una teología jesuita, en cambio, en este Frenopático de villa Devoto, actúan las hermanas franciscanas, con su propia teología. Se presenta el caso de paciente intérprete de tango internado en esta institución. Se enfatiza la importancia que ha tenido esta institución en la creación literaria, influyendo en dos de los autores más importantes de la literatura.
Finalmente, la diferencia en el tratamiento, debe suponerse, en la importancia de las mujeres en la atención de la salud mental, raíz ya rastreable desde la creación del virreinato, en las mujeres de la Hermandad de la santa caridad.

Referencias bibliográficas

Arlt, Roberto. (1993). El Juguete Rabioso. Compañía Espasa Calpe. Buenos Aires. Argentina

Arlt, Roberto. (1997). Los Siete Locos. La Plata: Altamira.

Bioy Casares, Adolfo. (2005). Diccionario del argentino exquisito. Buenos Aires: Emecé.

Bioy Casares, Adolfo. (1973). Dormir al sol. Buenos aires: Emecé editores.

Bioy Casares, Adolfo. (1985). La invención de Morel. Buenos Aires: Colihue

Junta Monte Castro, (2019), El Barrio, Buenos Aires, Argentina, Recuperado de http://www.barriomontecastro.com.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=15&Itemid=66

Ocampo, Silvina, (2000), Cuentos difíciles, Buenos Aires, Argentina, Ediciones Colihue

Piñero, Hector, (1927). H.Claude – L’Institut Modèle de Phrènophatie à Buenos Aires –. Revista de Criminología, Psiquiatría y Medicina legal, año XIV, 1927, pag 532-3



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