viernes, 12 de enero de 2018

Mis manuscritos sobre Kant




Doct:
Creo que el grueso de autores que vds revindican, propusieron volver a Kant, eso estoy haciendo.
Todos los textos fueron tomados de la facultad  de Psicología de la uba.
Sé que no quedo bien diciendo que no puedo olvidarme de los dibujos de la introducción a la obra de Kant, libro de la famosa colección, sobretodo los dibujos cerca de su muerte.
Lo más simpático, como decía Carpio, que es un viajante sin viajar, algo realmente a imitar, con sus lecturas imaginó el mundo y el universo. Imaginaba que dado un paisaje, influiría en la complexión de algún individuo, y por lo tanto, en su psique también. Es singular que lea informes de jesuitas de América, entre ellos Ruiz de Guzman. Piensa como serían los extraterrestres, dada su complexión, darían cierto estilo de pensamiento.
También fue célibe, igual que Spinoza, aunque regalaba flores a bellas mujeres.Es sabido que reculó, como todo filósofo, excepto Sócrates, ante la autoridad de turno, se comió los mocos. Ha estado de acuerdo con la pena de muerte.
Su énfasis en lectura crítica, mucho sostienen que leyó a Duns Scoto, parece ser cierto.
En el recuerdo, lo que más simpatía me despertó, fueron sus anotaciones, que fueran compiladas post morten, que no por ella son menos valiosas.
Llegué a Kant gracias a la cita del doctor Pages Larraya sobre la “Antropología sobre el empirismo”, texto que conseguí luego, en una edición que parecía mordida por un perro, y luego por una carta traducida, donde da consejos para no enfermarse, ambas fueron propuestas como material de lectura de catedra.
En todo se encuentra una conclusión sobre la imposibilidad de una psicología empírica, algo muy alemán, esa separación entre psicología empírica y psicología racional, es un debate aun no cerrado.
Creo que copié algunos fragmentos de una traducción del argentino Correa.
En el año pasado encontré una carta suya sobre lo sobrenatural, creo que la conclusión es que no descree de algo mas allá de lo probable, pero que no se puede probar.
Por los testimonios de sus discípulos, parece que muere de alzheimer, siendo que lo último que quedó de su memoria fue su poética, recordando versos de Virgilio.
Muestro acá una foto de su mascarilla postmorten, incluida en su publicación de sus anotaciones manuscritas.

Kant, Immanuel
Como orientarse en el pensamiento.
(was heisst: sich im denken orientieren?) (1781)
Edit Leviatán. Bs as. 1982
Copiado 19 de noviembre de 2003, en la Biblioteca de la  Facultad de Psicología de Bs As

De esta especie, era al principio que profesaba el difunto Mendelssohnn, aunque, por lo que sé, solo en los últimos escritos (los Morgenstunden) (a) .pp 165-66, y la carta a sus amigos de Lessing (b), pp 33 y 67); a saber, la máxima de necesidad de orientarse en el uso especulativo de la razón (uso ala que Mendelssohn por lo demás, concedía mucho, in (34) cluso hasta la evidencia de la demostración, con respecto al conocimiento de los objetos suprasensibles ) a través de un cierto medio conductor, este medio conectar era llamado por Mendelsohn ya el sentido común (gemersinn) (en los Morgenstunden), ya la sana razón (gesun de vernunft), ya el simple entedimiento humano (schlichte menchen rirstand) (en la carta a los amigos de Lessing)
¿Qué había podido pensar que semejante declaración resultaría tan perniciosa (lo que de hecho era inevitable) no solo por la ventaja opinión de Mendelsohn se formaba acerca del poder, del uso especulativo de la razón en cuestiones teológicas; sino incluso la sana razón común, dada la ambigüedad en lo que Mendelsohn había dejado el ejercicio de este poder en contraste con la especulación, correría el riesgo de servir de principio al delirio (schwammerer) y a la completa abdicación de la razón? Y sin embargo, esto es lo que ocurre en la polémica entre Mendelsson y Jacobi, sobre todo por las conclusiones no (35) desprovistas de importancia del sagaz autor de los Resultados.
No voy a atribuir a ninguno de los dos pensadores el propósito de introducir un modo de pensar tan pernicioso, aunque considero la tentativa de Jacobi, y del autor de los Resultados, como un argumentun ad hominem, del cual, es justo servirse como de un simple arma defensiva utilizando para en desventaja los puntos débiles que ofrece el adversario. Mostraré, por otra parte, que de hecho es por la mera razón por lo que hay que orientarse, y no por un presuntamente oculto sentido de la verdad o una intuición exaltada, en la que se podrían injertar, sin consentimiento de la razón, la tradición y la revelación. (36)
En efecto, el uso propio práctico de la razón consiste en la prescripción de leyes morales. Ahora bien, todos estas leyes llevan a la idea del bien supremo posible en el mundo: la moralidad (sitt lich keit), la cual solo es posible por la libertad; por otra parte, esas leyes llevan también a lo que no solo depende de la libertad humana, sino también de la naturaleza, a saber, a la mayor felicidad, en la medida en que esta se encuentra repartida en proporción con la moralidad. Por consiguiente, la razón exige admitir semejante bien supremo dependiente, y, para la consecución del mismo, exige admitir una inteligencia suprema como bien supremo independiente; no la exige, por cierto derivar de ello la autoridad obligatorio de las leyes morales, o de las móviles (triebfeder) para respetarlos (pues esas leyes no tendrían valor moral alguno si su motivo (bewiegungsgrund) se derivara de otra cosas que la ley, misma, la cual es por si misma apodícticamente cierta); la razón lo que exige solo para dar realidad (Realitat) objetiva al concepto de bien supremo, es decir, para impedir que ese bien, junto con la moralidad entera, sea tenido por supremo ideal, si no existiera en alguna parte del objetivo cuya idea acompaña inseparablemente a la moralidad. (49)
¡Hombre de gran espíritu y de amplias disposiciones de ánimo! Honro vuestro talento y venero vuestros sentí (50) miento de humanidad. Pero ¿habéis pensado bien lo que hacéis y adonde llegara la razón de vuestros ataques? Sin duda, queréis que la libertad de pensar se mantenga intacto, pues sin ella pronto se terminaría incluso medios de gran genio. Veamos lo que ha de resultar naturalmente de esa liberta de pensar, si se expande el procedimiento que habéis iniciado.
A la libertad de pensar se opone en primer lugar, la coacción civil. Es verdad que se dice que la libertad de hablar, de escribir, puede sernos quitada por un poder superior, pero no la libertad de pensar. Pero ¿pensaríamos menos, por decirlo así, y con corrección, si no pensaríamos, por decirlo así, en comunidad con otros, que nos comunican sus pensamientos, y, a los que comunicamos los nuestros? Por consiguiente, se pude decir que el poder externo que priva a los hombres de la libertad de comunicar públicamente sus pensamientos los priva también de la libertad de pensar, y esto es el único tesoro que todavía nos queda en medio de todas los cargos civiles (60) y también lo único que pueden aportar en remedio contra todos los males inherentes a esa condición.
En segundo lugar, la libertad de pensar, es tomada en el sentido de que ella se opone a la intolerancia (gewissseszwang). Es lo que ocurre cuando en materia de religión, y sin coacción externa, hay ciudadanos que se erigen en tutores de otros, y, en vez de dar argumentos, procuran, por medio de fórmulas de su fe obligatoria, e inspirando por miedo angustioso al peligro de una investigación personal, desterrar todo examen de la Razón gracias al temprana impresión producida en el ánimo.
En tercer lugar, la libertad de pensar significa el sometimiento de la razón a ninguna otra luz sino a las que ella se da a si misma; y lo contrario de eso es la máxima, de en unos sin ley de la razón, para, de este modo, como se figura el genio, ver más lejos que bajo la limitación de las leyes). De esto resulta naturalmente que si la razón no quiere estar sometida a la ley que ella se da a sí misma, entonces, ha de obligarse bajo el yugo de los de (61) ser que le da algún otro; pues sin ley alguna nada, ni siquiera el mayor absurdo, puede mantenerse mucho tiempo. Así, la inevitable consecuencia de la ausencia explicita de la Ley en el pensamiento (de una liberación de las limitaciones puestas por la razón) es esto, que la libertad de pensar finalmente se pierde, y, porque no es culpa de la mala suerte,  sino de una verdadera petulancia, la libertad se pierde por ligereza en el sentido propio de la palabra. El curso de las cosas es aproximadamente el siguiente. Primeramente el genio se complace mucho en su audaz brío, puesto que ha rechazado el hilo con que lo guiaba antes la razón. Pronto el genio hechiza también a los demás con decisiones terminantes, y grandes expectativas, y, finalmente, parece haberse instalado en el trono que una razón despaciosa y pesada adornada  tan mal.; aunque sin abandonar el lenguaje de la misma. Nosotros, hombres comunes, llamamos delirio la máxima, desde entonces admitida, de la invalidez de una razón supreminente legisladora; pero esos favoritos (62) de la buena naturaleza lo llaman iluminación (erleuchtung) pero, sin embargo, como pronto tiene que nacer entre ellos una confusión de lenguaje, puesto que solo la razón puede disponer con validez universal,  y ahora, cada uno sigue su propia inspiración, esas inspiraciones, entonces, tienen que surgir, finalmente, de hecho aseguradas por testimonios extensos y tradiciones, que al comienzo todavía eran elegidos, pero que con el tiempo, se convierte en fuentes documentales obligatorias. En una palabra, de todo esto tiene que resultar el total sometimiento de la razón a los hechos, es decir, la superstición (Aberglaube); pues esto, por lo mismo, se deja reducir a una forma legal y, de este modo, aun estado de descanso. (63)

Kant, Immanuel
Principios metafísicos de la Ciencia de la Naturaleza.
Metaphysische anfangsgrunde der naturwissenschaft
Edit Tecnos. S.A. (1786).1991. Madrid
Copiado el 19 de noviembre del 2003, de la Biblioteca de Facultad de Psicología de Bs As

Por tal razón, la ciencia de la naturaleza propiamente dicha, presupone la metafísica de la naturaleza. Ciertamente ella debe contener siempre principios que no son empíricos (precisamente por ello lleva el nombre de metafísica); sin embargo, también puede o bien no tener ninguna relación con un objeto de experiencia determinado, y, por tanto, sin preocuparse de forma determinada de la naturaleza de cualquier cosa del mundo sensible, tratar de las leyes que de una manera general hacen posiblemente el concepto de su naturaleza, tal es la parte trascendental de la metafísica de la naturaleza, o bien se ocupa de la naturaleza particular de tal o cual especie de cosas de las que les dado un concepto empírico, pero no utiliza salvo lo que contiene este concepto, ningún otro principio empírico para el conocimiento de estas cosas (por ejemplo, se toma como fundamento el concepto empírico de una materia o ser pensante, y se busca la extensión del conocimiento, de lo que es capaz la razón a priori en (7) la que concierne a estos objetos) ; así una ciencia de este género siempre debe denominarse metafísica de la naturaleza, a saber, de la naturaleza corporal o de la naturaleza pensante, sin embargo, en este caso, se trata no de una ciencia metafísica de la naturaleza general, sino, por el contrario, particular (física y  psicología), ciencia que aplica estos principios transcendentales a los de géneros de objetos de nuestros sentidos.(7)
La Psicología empírica esta todavía más alejada que la química del rango de una ciencia natural propiamente dicha, principalmente por las matemáticas no puede aplicar a los fenómenos del sentido interno, y a las leyes ya que entonces debería tomarse en cuenta la ley de la continuidad en el flujo de sus modificaciones internas;  pero esto sería una extensión del conocimiento que se comportaría de modo semejante a como lo hacen las matemáticas con respecto a la teoría en los cuerpos; aproximadamente como la teoría de las propiedades de la línea recta se relacionan con la totalidad de la geometrías. En efecto, la pura  intuición interior, donde debe construirse los fenómenos, del alma, es el tiempo, que solo tiene una dimensión. Tampoco podría nunca comparase con la química, como arte sistemático de análisis, o teoría experimental, porque lo diverso de la observación interna solo se deja separar mediante una simple división en ideas pero no puede (las partes) conservarse en estado separado, ni combinarse de nuevo a voluntad; además no es posible someter a otro sujeto pensante a experiencia convenientes a nuestros fines, ya que la observación misma altera y desfiguran en si el estado del objeto observado. Esta Psicología, pues jamás podría ser otra cosa (8) que una  teoría natural histórica del sentido interno, y, como tal, tan sistemática como sea posible, es decir, una descripción natural del alma, pero no una ciencia del alma, ni tampoco una teoría psicológica experimental; también es esto la razón por la cual hemos dado a esta obra,  ya que contiene de hecho los principios de la teoría del os cuerpos, siguiendo la costumbre el título general de Ciencia de la naturaleza, porque en sentido propio solo le conviene a ella esta denominación y no puede dar lugar, por tanto a ambigüedad alguna. (9)


Kant, Immanuel
Transición de los principios metafísicos de la ciencia natural o la física. (Opus Postumun) Editorial Nacional. Madrid.1983
Copiado el 19 de noviembre del 2003 de Biblioteca de Psicología de Bs As

Los ojos del basilisco (de los príncipes), cuya mirada no puede soportar el ciudadano. (663) (basilisken)
La palabra intuition (intuitus) se refiere al ver al concepto (conceptus), a la compresión, al entrar en contacto. Menos determinaciones subjetivas de la facultad cognoscitiva. (548)
La doctrina de la felicidad es el principio de la gimnastica (negativa justiene et abstine) y el bienestar (salus): mens sana in corpore sano; sin embargo es la moral el sustento previo de esto. (316)
Persona significa también máscara. Exipitur persona manet res (tun demun veras voces eliciuntur et eripitue persona manet res)
(nota del editor) Lucrecio. De rerum natura, III, 57-8, nam verae voces tum denun pectore ab ino / elu iuntur et eripur persona manet res (pues entonces por fin al hondo del pecho / son profundas voces verdaderas / la máscara se quita y queda el hombre) Kant cita de memoria, como de costumbre, alterando los versos. Unas interesantes apreciaciones, sobre el mismo papel de la persona, como máscara, se encuentra en Anthrop, $14; VII, 151-153) (601)
RELIGION ES ESCRUPULOSIDAD MORAL (gewisenhaftagweit) (mini hoc religioni): santidad de los primeros y veracidad, en que lo que el hombre tiene que reconocer (como) en sí mismo. Reconócete (gelche) a tí mismo. Tener, tal cosa no exige en el concepto de Dios ni menos aún el postulado: “hay un Dios”.668
Sabiduría como sujeto que ensaña al hombre (maestro): filosofía. (688)
El sexo femenino está continuamente rivalizando con exigencia de unas (mujeres) con otras, pretendiendo sacarse mutuamente ventaja y malmetiendo con gusto a los hombres unos contra otros. (693)
Si solo hay fuerza vital en la naturaleza de los seres orgánicos sobre la tierra (entendida) como madre. (179)
(nota del editor): ya en el $80 de la tercer Crítica había hablado Kant del “seno materno” (mutterhoous) de la Tierra”(V159) calificación que encontramos aplicada también al éter: “madre nutricia”(Gebahumutter) de todos los cuerpos (ref) 44, XIV.295) tanto en D.P como en la Crítica del juicio, deja escapar Kant de cuanto en cuanto consideraciones innegablemente empapadas de espíritu místico). (179)
Según este principio, cabe establecer  el carácter orgánico de la materia desde el reino vegetal al reino animal (con lo cual comienza ya los deseos de las instancias corpóreas como verdaderas fuerzas vitales), así como su organización en cuanto sistema en orden a las necesidades de las diferentes especies, cada uno de las cuales está en función de la otra (el ganso para el zorro, el ciervo par el lobo) según la diversidad de sus razas e incluso de diversas formas originarias ahora desaparecidas (entre las cuales no debieran haber estado los hombres; dado que las revoluciones telúricas en el seno de la tierra y en las montañas de este modo surgidas no presenta –según Camper-  hasta de ellos); y así hasta que incluso nuestra tierra, matriz de todas las cosas, alcance su fin como cuerpo orgánico nacido del caos en el mecanismo de la naturaleza. Para señalar el inicio o la terminación de esto es algo que rebasa enteramente los límites de la razón humana.(216).
El tema de Dios es el comienzo de todo aquello que se oponga al derecho, pues esta infracción opuesta a la razón ética: práctica. (596)
En todo problema parece estar, aún, en si esta idea producto de nuestra propia razón (ins rationis), no quedándonos otras cosas sino la relación moral con este objeto meramente problemático, que deja subsistir solo la fórmula de conocimiento de todos los deberes humanos como (tanquam) mandatos divinos cuando el imperativo categórico del deber hace sonar en férrea voz por entre todas las seducciones y cantos de sirena de los estímulos de los sentidos o también entre las intimidaciones que amenazan a estos.
Hay dos modos en que los hombres postulan la existencia de Dios. Ellos dicen a veces; hay un Juez divino vengador pues la maldad y el crimen exigen la destrucción de esta horrible raza. Otras veces piensa la razón en el mérito de que el hombre es capaz: el de poder ponerse a sí mismo en una clase superior, el saber de los seres autoreguladores (mediante la ético-práctica), capaces de elevarse sobre todos los seres limitados a los sentidos, junto con una vocación (Beruff) a ello. En cuanto tal no es (Dios) una cosa simplemente hipotética, sino una determinación a entrar en una clase de seres que son autores de su propia condición, es decir, que están obligados) y, sin embargo, se dan obligaciones a si mismos. (606).
El concepto de Dios es la idea de un ser moral que como tal, juzga y manda, universalmente. No es esto una cosa hipotética, sino la misma razón, pura práctica, en la personalidad, junto con las fuerzas motrices en vista de los seres del universo y sus fuerzas. (607)
(hasta 609)


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