viernes, 27 de febrero de 2015

ASILO DE LOMAS (1908). Anexo para crónicas del Hospicio Nacional de Alienadas. Su cronología.

Por Rosa Falcone y Juan Ramón Guardia Lezcano

INTRODUCCION
El relevamiento de instituciones manicomiales de principios del siglo XX, nos enfrenta a la reiteración de problemáticas y ejes de análisis ya abordadas en investigaciones precedentes. La construcción de nuevos hospitales se constituyo en uno de los recursos más acertados para enfrentar al mismo tiempo el control urbano de la población, la beneficencia pública y la enfermedad. La acción médico asistencial fue uno de los medios más claros, a través de los cuales, se podían solucionar los males de la sociedad la fiebre amarilla, la tuberculosis y dentro de esos males, la locura. La necesidad de darle un espacio propio a la enfermedad mental llevó a la creación de los hospicios, en ese propósito confluyeron las estrategias médicas, el aparato sanitario y de higiene pública (saneamiento urbano); la identificación de los enfermos con las personas carenciadas; la medicina con la beneficencia pública, la caridad y la filantropía; e incluso la fundamentación ideológica del quehacer médico con los ideales civilizatorios del Estado.
Entre 1880 y 1930, la creación de los nuevos establecimientos para enfermos mentales repetía la misma lógica con la que se venían enfrentando las epidemias sociales, el modelo no fue terapéutico ni de abordaje de la locura, sino que sus propósitos higienistas asimilaban la enfermedad con las carencias de un grupo circunscripto de la población y su fin primordial consistía en evitar la propagación de la enfermedad con los medios que se tenía al alcance.
La institución de la que nos ocuparemos en el presente trabajo sigue estos  propósitos ecuménicos. Su relevamiento ha sido posible a partir del rastreo de  fuentes documentales exiguas junto a algunas vagas referencias en diversas fuentes secundarias. En términos generales, la creación del Asilo de Lomas repite,  el modelo de la época, a saber, traza una línea de ideas políticas, económicas y culturales que fueron modificando las estrategias médico asistenciales.  En el caso específico, de la creación de este establecimiento, hallamos la confluencia de varios elementos de análisis: por un lado, la incidencia de la Sociedad de Beneficencia de la Capital Federal y sus propósitos humanitarios; por otro, la ayuda brindada por la congregación de las Hermanas del Huerto, recién llegadas al país; y por último la reorganización del espacio urbano, que encuentra a la ciudad de Lomas de Zamora en un proceso de expansión, que a través de la instalación del ferrocarril genera un espacio adecuado para el traslado de las enfermas que se encontraban en estado de hacinamiento, en el Hospital de Alienadas de Buenos Aires.

El Asilo de Lomas (1908)
El historia del surgimiento del Asilo de Lomas se remonta al mes de mayo de 1902, cuando la Sociedad de Beneficencia encargada de la administración de los Hospitales Nacionales es informada que el Hospital Nacional de Alienadas, que alojaba a 2056 enfermas, tenía 132 pacientes que dormían en el suelo por falta de infraestructura, agravada por la demanda de enfermas. El 31 de diciembre de 1902, una Comisión de Damas visita al señor Ministro de Relaciones Exteriores y Culto (quién dependía de la Sociedad) para interiorizarlo de las necesidades y solicitar un presupuesto que permitiera remediarlas.  En febrero del año siguiente las inspectoras del Hospital Nacional de Alienadas manifestaron tener el encargo del médico Director, Dr. Piñero de pedir la construcción de un nuevo pabellón, ya que el número de enfermas que dormían en el suelo se elevaba a 182[i]. Ante esta situación se propuso como solución la construcción urgente de un nuevo pabellón, qué si bien no daría solución por lo menos aliviaría el problema. Habilitado en julio de ese año el nuevo pabellón atemperó en algo la situación pero aún se observaba hacinamiento en los patios.
En el mes de julio de 1903, se consigue por intermedio del Doctor Norberto Costa una gran casa en Lomas de Zamora, conocida como la “Quinta de Varela”. La propiedad pertenecía al Banco Hipotecario Nacional, en liquidación, y el Directorio estuvo dispuesto a alquilarla a la Sociedad a un precio muy módico: doscientos pesos mensuales. La Sociedad se compromete a conservar los jardines de la quinta, a pagar los sueldos de los empleados y cualquier refacción que hubiera que hacer para ocuparla. Esto sería una solución pero demoraría unos años en concretarse[ii]




Es así que la Presidenta de la Sociedad, la Sra. Beláustegui sugiere hacer una visita a la Quinta para analizar un posible traslado para sacar a alguna de las enfermas del Hospital de Alienadas. De la visita surge que la finca es apta pero sin la capacidad suficiente para Asilo pues solo podría albergar 84 camas. Se haría necesario edificar pabellones y otras dependencias. Se propone esperar a comienzos del año próximo para encargar al Ingeniero Nyströmer los planos de lo que el creía que podría edificarse allí. El Sr. Nystromer comunica que el lugar tiene aspectos muy positivos como la extensión de 6 hectáreas, el edificio central que previa remodelación podría utilizarse como la administración y el pabellón de enfermas. Además la belleza de los jardines sería un factor importante en el hábitat de las enfermas[iii]

trabajos en el jardín
En agosto se cuenta con el informe del Ingeniero Nyströmer para la instalación en la Quinta de Varela de un Asilo de Alienadas incurables (alienadas crónicas que requieran permanecer internadas por largos períodos). Evaluando todos los aspectos se decide esperar hasta que el Dr. José A. Ferry tome a su cargo la Cartera de Relaciones y Culto para solicitar formalmente la “Quinta de Varela”. Del análisis documental se desprende que para realizar las obras se buscan los profesionales idóneos, tal es el caso del Ingeniero Nyströmer, famoso por el diseño del Palacio de Obras Sanitarias de la Nación, convocado también para las edificaciones en el Hospital Nacional de Alienadas.
Finalmente, bajo la gestión del Dr. José A. Ferry a cargo de la cartera de Relaciones Exteriores y Culto se solicita en propiedad la finca de Lomas, el 30 de diciembre de 1903, el presidente del Banco Hipotecario Nacional en liquidación envía una nota[iv] comunicando que la comisión liquidadora del Banco ha resuelto ceder gratuitamente a ese Ministerio la quinta del partido de Lomas de Zamora, por el término de tres años. Más adelante la quinta pasará a ser propiedad de la Sociedad y el terreno se ampliará por compra en algunos casos y por expropiación en otros. Solucionada la cuestión de la propiedad faltaba aún la provisión de fondos para arreglos y edificaciones. 
Los primeros días del mes de marzo de 1908, la falta de sanción del nuevo presupuesto y el decreto del Poder Ejecutivo poniendo en vigencia para ese año el presupuesto de 1907, obliga a la Sociedad a suspender algunas obras, pero las referidas al Asilo de Lomas merecen un tratamiento preferencial, ya que se cree necesario el levantamiento de un pabellón provisorio de madera para reducir el hacinamiento de enfermas en el Hospital Nacional que había llegado a tal gravedad que su Director de entonces, el doctor Esteves, solicita a la Sociedad la clausura del establecimiento para nuevos ingresos salvo casos excepcionales. 

dr Esteves
El Dr. Esteves expone su opinión sobre las modificaciones que conviene introducir en el croquis primitivo del Asilo de Lomas y en los pabellones dormitorios que se construirían próximamente. La Sociedad le responde que encuentra justas sus observaciones  y que serán tenidas en cuenta al confeccionarse los nuevos planos. El número de internadas en el Hospital de Alienadas había aumentado de tal forma que tuvieron que alojarlas en locales de la sucursal de la Casa de Expósitos originando un grave problema a ese establecimiento. Por todo ello la habilitación del Asilo de Lomas se consideraba indispensable y urgente.[v] 
El 16 de junio de 1908, la Presidenta de la Sociedad de Beneficencia informa que:
 “(…) se había dirigido al Intendente Municipal de Lomas de Zamora solicitando el arreglo del camino que va de la estación al Asilo (…) que la Comisión de Proveeduría había ya separado los artículos llegados de Europa para cubrir las necesidades de este Asilo (…) que para la mejor atención de las internadas se pensó en la colaboración de una orden religiosa y se solicito a las Hermanas del Huerto que seleccionaran a quiénes creyeran conveniente enviar para esa labor piadosa (…).[vi]
En cuanto al personal profesional, técnico y auxiliar fue preocupación de la Sociedad enviar a los probadamente capacitados. La belleza de los jardines se consideraba factor importante en el hábitat de las pacientes. El jefe de jardineros envía pedidos de semillas y plantas que en su mayoría se importarán. Muchas de ellas pueden admirarse hoy en el parque del Hospital. “También se reciben donaciones (…) Así, por ejemplo, se reciben una yunta de caballos y otra para el carro del Asilo. Las autoridades del Ferrocarril del Sud deciden favorablemente un pedido para hacer un cincuenta por ciento de descuento en los fletes de los envíos para el nuevo establecimiento (…)”.[vii]
El 29 de agosto se comunica a la Sociedad la culminación de las refacciones. En la reunión del Consejo de ese día se levanta la siguiente acta: “Informó la Señora Presidenta sobre la terminación de las últimas obras ejecutadas en el Asilo de Lomas y la adquisición de los elementos necesarios para su completa instalación (…)”.[viii] La inauguración se verificaría para el día 26 de setiembre, ya que estaban listas las diversas dependencias del nuevo establecimiento para recibir a cuatrocientas enfermas provenientes del Hospital Nacional de Alienadas. Se llamaría al establecimiento Asilo de Lomas y la administración estaría a cargo de la Sociedad de Beneficencia. Así comienza su marcha como institución que pasa por diversos períodos hasta convertirse en el centro asistencial que llevó el nombre de Hospital Interzonal Dr. José Antonio Esteves.
Los primeros pabellones con los que contaba el Asilo eran construcciones altísimas, con techos de chapa comparables con verdaderas caballerizas. Uno de ellos era el Marcé –de clínica y cirugía- y que en aquel momento se lo llamaba El Pensionado. Luego había otro pabellón donde residían las Hermanas del Huerto de Temperley. También contaban con una guardia médica. El médico interno se encargaba de la admisión.
La creación del Asilo de Lomas no tenía una finalidad terapéutica sino higienista. Esteves dice: “Este no es un establecimiento auxiliar del Hospital urbano, no es una colonia en el sentido que debe tomarse cuando sirve para completar un tratamiento, es simplemente un Asilo, un refugio para muchas dementes que había en el hospital desde años atrás con la disgregación mental más completa y que han venido sin más esperanzas que mejorar la situación higiénica de todas”.[ix] Otro punto de interés es que se esterilizaban a las alienadas para prevenir la infección social y moral de la alienación y que ésta se propague.[x]

asilo de alienadas de Lomas
En 1940 las Damas de la Beneficencia pierden la injerencia en la toma de decisiones respecto al Hospital. El primer Director fue Antonio F. Piñero. En 1946 logra autonomía y en 1958 pasa a depender del Instituto Nacional de Salud Mental, creado en 1957. En 1976 se le impuso la denominación actual. Tuvo desde allí numerosos directores, entre los que mencionaremos a Carlos A. Voss (prestigioso psiquiatra de Temperley) y a Luis Esteves Balado (Presidente de la Academia Nacional de Medicina y también vecino de la ciudad).


Temperley, las Hermanas del Huerto y la asistencia a la enfermedad mental como una cuestión de caridad.
A partir de 1822 la labor de Bernardino Rivadavia, en lo concerniente a la vida pública, tomó un carácter trascendente con respecto a los hospitales. Junto a la creación de la Escuela de Medicina, al fundarse la Universidad de Buenos Aires (1821), la tarea de la recién fundada Sociedad de Beneficencia jugó su rol más importante. Se creó el 12 de abril de 1823, y se encargaba específicamente de la asistencia de niños y mujeres. Como parte del mismo plan comienza a funcionar la Sociedad Filantrópica de caballeros con el objetivo de encargarse de los hospitales y cárceles (Requiere, 2000; Falcone, 2012).
Dentro del conjunto de instituciones dirigidas por la Sociedad de Beneficencia y asistidas por las hermanas de caridad, hay secciones destinadas a la atención de enfermos mentales. En este primer tiempo de la historia hospitalaria psiquiátrica, la asistencia y dirección de los asilos eran ejercidas por las “Damas” que delegaban en la dedicación y voluntad de las religiosas, el trabajo con las enfermas. Los médicos sólo concurrían por la mañana dejando en manos de las religiosas la asistencia y la prescripción de los medios de controlar los accesos de furor de las internas.
Del análisis documental se desprende que ha sido decisivo en la cronología de la creación del Asilo de Lomas, la ayuda brindada por la congregación religiosa de las Hermanas del Huerto que, en una política de expansión, se habían instalado en la Argentina, desde 1858. La congregación de las Hijas de María Santísima del Huerto, conocidas también como Gianellinas, fue fundada por Antonio Maria Gianelli, en 1829, en la provincia de Liguria, Italia. Fueron las primeras 12 hermanas, conocidas por su caridad, las que se extendieron por distintos puntos de Italia, abriéndose al servicio de hospitales, hospicios para huérfanos y escuelas. 
Hermanas del Huerto

instituto actual de Nuestra Señora del Huerto

En 1856, ocho religiosas ginellinas expanden la obra de Gianelli hacia el continente americano, llegando ese año a Montevideo, Uruguay. Dos años después (1958) la Congregación llega a la Argentina. La noticia de la heroica conducta de las Hermanas del Huerto durante la fiebre amarilla en Montevideo se esparció rápidamente, y tanto de Buenos Aires como de Córdoba, solicitaron su ayuda. La R. M. Clara Podestá, invitada por la Sociedad de Beneficencia de Buenos Aires, se trasladó a esta ciudad en febrero de 1858 para visitar los hospitales que deseaban confiarle. Aceptó el de mujeres, por parecerle el más necesitado de Religiosas. En enero de 1860, llegaron de Italia veinte Hermanas más que acompañadas por la R.M. Luisa Solari, quienes se dirigieron hacia Buenos Aires[xi]



matrimonio Esteves y Fonseca
Fue obra también de esta congregación religiosa el Colegio Hermanas del Huerto en Temperley y el Hospital Rivadavia, que aún conserva el mismo edificio de entonces. Según la cronología, a pocos años de la fundación de la ciudad de Temperley, en 1878, los esposos Roque Estebes Correa y Dámasa Gomes Fonseca, donaron a las Hermanas del Huerto una capilla en Temperley, que fue la primera capilla católica en la zona. Junto a la capilla se erigen el Colegio Nuestra Señora del Huerto; también de 1878, el Colegio Manuel Belgrano, fundado en 1913 y la entrada oeste del túnel sub-ferroviario.
sala de costura

CONCLUSIONES
El 26 de setiembre de 1908 era inaugurado el Asilo de Alienadas, hoy Hospital Interzonal José Estevez, en la Quinta de los Varela. La Congregación de las Hermanas de la Caridad (Hijas de María Santísima del Huerto) se hizo cargo de la atención espiritual y psiquiátrica de estas enfermas. El Asilo comenzó siendo un anexo para las enfermas crónicas y discapacitadas que se encontraban por entonces hacinadas en el Hospital Nacional de Alienadas (Hoy Braulio Moyano). La construcción del Asilo de Lomas obedeció a la necesidad de contar con un establecimiento suburbano o rural que permitiera albergar a las enfermas crónicas que obstaculizaban la asistencia de las agudas, ya que en el Hospital Nacional de Alienadas,  el espacio era poco para el crecimiento de la población de enfermas que fue aumentando paulatinamente. El traslado de enfermas se hizo al Asilo de Alienadas de Lomas y algunas fueron llevadas al Asilo de Oliva de la provincia de Córdoba, esto permitió sortear unos años la situación, pero en el año 1928, a pesar de los esfuerzos de la Sociedad de Beneficencia y los directores que pasaron por el Hospital Nacional de Alienadas, la situación desbordante del hacinamiento se siguió repitiendo.  
Cabe destacar la incidencia tanto del Dr. Antonio Estevez junto al Dr. Domingo Cabred y el Dr.Borda, que respondieron a la inquietud de mejorar la situación de las internas con trastornos mentales. La ley 4953, que se promulgó, a instancias de Cabred, el 28 de julio de 1906, tuvo trascendental importancia para la creación de asilos y hospitales regionales para la asistencia y tratamiento de toda clase de enfermedades. Según este influyente médico argentino la ley dio la solución completa al importante problema de la asistencia pública nacional.
Junto a las estrategias médico asistenciales de darle un espacio propio a la enfermedad mental, varios fueron los factores que se conjugaron, además de los mencionados. La importancia del ordenamiento urbano y la acción del Ferrocarril del Sur, en el caso de la construcción del Asilo de Lomas, fue de crucial importancia. En 1884, el Ferrocarril del Sur trasladó la estación Temperley a la ubicación actual, en razón de establecer su empalme Temperley-Mármol, que por el ramal Mármol-La Plata completó la línea Plaza Constitución-La Plata, habilitada al público el 15 de abril de 1884. Desde entonces quedó constituida en uno de los principales nudos ferroviarios del país.
La acción del Ferrocarril del Sur contribuyó a generar diversos núcleos urbanos dentro del Partido de Lomas de Zamora que en un principio configuraban asentamientos espacialmente identificables, pero, a medida que su crecimiento demográfico se intensificaba se lotearon los intermedios rurales, y así la trama cobró unidad y se integraron a un gran proceso de urbanización. De tal modo que la llegada al asilo estaba bastante facilitada ya que las pacientes eran transportadas en tren hasta la estación de Temperley y desde allí en carruaje hasta la institución.
Teniendo en cuenta la cronología desarrollada en el presente artículo, confeccionado con las fuentes con las que contábamos, es posible concluir provisoriamente que la construcción del Asilo de Lomas obedeció a varios factores que conjugaron la finalidad higiénica con la asistencia social, que su propósito no fue primariamente terapéutico asistencial, sino que obedeció a un problema nacional que precisaba, por parte de las autoridades, de una solución urgente como forma de controlar la pobreza, el atraso, el crimen, el contagio y diversas manifestaciones ideológicas de la época.
Bibliografía y fuentes primarias consultadas
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Alcmeon n° 28. Migliorelli, R. y otros. Terapia electroconvulsivante. Revista Electrónica de Psiquiatría. Buenos Aires, Vol. 7. 1999.
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LUGONES, L. (1907). El imperio jesuítico. Ediciones Hyspamérica. Buenos Aires. 1985.
Testimonio personal oral de  sora de st Vicente de san Paul
Testimonio personal oral de  sora de Nuestra Señora del Huerto


Notas



[i] El estado de la cuestión se aclara con la siguiente referencia estadística del Hospital Nacional de Alienadas (fuente: Actas de la Sociedad de Beneficencia. Vol. 0013, folio 206. Archivo General de la Nación

1901
Total 1488
1902

Entradas
578 enfermas
Salidas
384 enfermas
Fallecidas
112 enfermas
Total
1570[i]

[ii] Actas de la Sociedad de Beneficencia. Vol.13. Archivo General de la Nación
[iii] Actas de la Sociedad de Beneficencia. Vol. 0013, folio 141. Archivo General de la Nación
[iv] “Señor Ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Dr. José A. Ferry: (…) Tengo el agrado de comunicar a Ud. Que la comisión liquidadora de este Banco en su sesión de fecha 28 del presente ha resuelto ceder gratuitamente a ese Ministerio la Quinta que este Establecimiento posee en la provincia de Buenos Aires, partido de Lomas de Zamora, por el término de tres años, siendo entendido que el Superior Gobierno de la Nación se hará cargo de todos los impuestos que gravan la propiedad así como todos los gastos que ocasione el cuidado de la misma (…). Firman la nota: Ramón B. Muñiz y Eduardo M. Miño. Ibidem. V. 0013, Folio 227. A.G.N.
[v] Actas de la Sociedad de Beneficencia-Hospital Nacional de Alienadas, pp.206-209. A.N.G.
[vi] Actas de la Sociedad de Beneficencia. Vol. 0013, folio 169. Archivo General de la Nación.
[vii] Actas de la Sociedad de Beneficencia. Vol. 0013. Archivo General de la Nación.
[viii] Actas de la Sociedad de Beneficencia. Vol. 0013. Archivo General de la Nación
[ix] Albina, E. Primeras medidas de higiene y profilaxis mental en la provincia de Buenos Aires. Revista Argentina de Neurología, Psiquiatría y Medicina Legal, pp.528-529.
[x] En cuanto a los tratamientos, de acuerdo a la documentación encontrada, se mencionan: a) lactoterapia: terapia piretógena, basada en la producción de fiebre. La técnica consistía en una inyección subcutánea de 10 a 30 c/c de leche de vaca fresca y esterilizada por ebullición que producía una hipertermia que se normalizaba al día siguiente. En pocas horas, se calmaba la agitación, se moderaban las manifestaciones motrices,  disminuía el tono de voz, los ademanes se hacían más lentos e infrecuentes, las pacientes se serenaban y se volvían más tranquilas; b) soluciones polibromuradas, a partir de 1914; c) Insulinoterapia (a partir de 1933) como terapia física. Consistía en el suministro de sucesivas dosis de insulina hasta llegar al shock o coma hipoglucémico y finalmente al coma profundo; d) Electroshock (a partir de 1940). Terapia convulsionante física basada en el pasaje de una corriente eléctrica a través del cerebro; la cardiazolterapia, cuando a partir de 1940, aparece el Cardiazol: consiste en provocar una crisis epiléptica, casi como un electroshock químico; e) Los neurolépticos (el primero fue el ampliactil) a partir de 1960 (Alcmeon n°28, 1999).




[1] En el mismo año, 1858, se hicieron cargo de la casa de dementes de Montevideo, y se instalaron en el Hospital Mixto de Córdoba, debiendo viajar en diligencia desde Rosario, y detenerse por la noche en posadas o ranchos miserables o inseguros, como sucedió en casi todas las fundaciones del norte argentino.



MAPA DEL SIGLO XIX
Hacia el año 1920 de los 15.000 alienados probablemente existentes en la República, están hospitalizados 8.800, distribuidos de la siguiente forma:








6 comentarios:

Tesis Florencia Bernhardt dijo...

Estimado: estoy buscando el discurso inaugural del Dr. D. Cabred que ud. cita pero no lo encuentro, podría indicarme cómo acceder a él? muchas gracias

Tesis Florencia Bernhardt dijo...

Estimado: estoy buscando el discurso inaugural del Dr. D. Cabred que ud. cita pero no lo encuentro, podría indicarme cómo acceder a él? muchas gracias

Unknown dijo...

Estimado, la reconstrucción que hace es muy valiosa, quisiera saber cual es la fuente de las imagenes que tiiene el texto? son del AGN? cual es el fondo documental donde pueden buscarse?
gracias

brunoac dijo...

Hola, soy miembro investigador del Programa de Patrimonio del Municipio de Lomas de Zamora y subdelegado de la Comisión Nacional de Monumentos, cómo podría ponerme en contacto con usted para consultarle algunas cosas referidas a este informe? Muchas gracias.

Anahi dijo...

Hola brunoac este informe no es mio, sin embargo me llego su consulta porque estoy suscrita al blog, tengo desarrollada una investigación sobre las Historias Clínicas del Hospital Esteves, donde llegaban las llamadas "crónicas" del asilo de lomas. Recientemente publique un libro sobre el tema:"Historias locas. Internaciones psiquiátricas durante el siglo XX" ed. teseo, disponble para descarga gratuita en: https://www.editorialteseo.com/archivos/17470/historias-locas/ Si les te interesa, luego de la cuarentena puedo hacerles llegar o acercarles su version papel. Escribirme a anahisy@gmail.com
gracias!

juan ramon guardia lezcano dijo...

Estimados Anahi y Bruno ac
Les contestaré como puedo, no recuerdo si le contesté puntualmente a Anahi, bueno, en realidad no sé si la inquietud es de ella, porque figura la fuente del comentario como unknow, pero bueno, si no le contesté espero contestarle, también me tomaré el tiempo para leer su libro, si es que puedo verlo.
A Bruno ac, si me quiere contactar, puede hacerlo al mail juan_ramon_guardia_lescano@hotmail.com, y le contestaré lo que pueda sobre alguna inquetud suya en relación al informe.
Espero que esten bien, y que este texto no les llegue a destiempo.