Resumen
El presente trabajo
tiene por primer objetivo hablar sobre la Historia del inmueble, como segundo
objetivo es hablar sobre la orden de las Camilas en relación al sanatorio
Flores, el tercero objetivo es hablar sobre Gonzalo Bosch en relación a
sanatorio Flores, el cuarto objetivo es hablar sobre casos, el quinto objetivo
es hablar sobre una nota sobre música de frenopático.
Sanatorio Frenopático
Camilas Sífilis
The present work has as its first objective to talking about the History
of the property, as a second objective is to talk about the Camilas order in
relation to the Flores sanatorium, the third objective is to speak about
Gonzalo Bosch in relation to the Flores sanatorium, the fourth objective is to
speak about cases, the fifth objective is Talk about a note about frenopathic
music.
Sanatorium Frenopathic
Camilas Syphilis
Camilo de Lellis nació
en el pueblo de Bucchianico, Italia, en 1550. Nació en establo, su madre quiso
imitar el nacimiento de Jesús. Quedó huérfano de madre, vivió con su padre,
mercenario militar, hasta que quedó huérfano, en su adolescencia comenzó el
vicio de las cartas. Hijo de un militar, eligió esta profesión a los diecinueve
años, tras ser herido, trabajó como enfermero. El vicio del juego, le hizo
acabar mendigando. Un caballero lo llevó al Convento de Frailes Capuchinos en
1575, ingresando con el nombre de fray Cristóbal. En 1582 miró a un enfermo
abandonado en el muelle, le inspiró a dedicar su vida al servicio de los
enfermos. A la edad de treinta años, se ordenó sacerdote, funda la Congregación
de Camilianos, el tifus asoló Roma, murió en Roma, el 14 de julio de 1614, a la
edad de 64 años. Sus restos se encuentran en la Iglesia de Santa María
Magdalena, se encuentran Santa Marcela, San Maximino de Aix e incluso María
Magdalena.
En 1886, León XIII
declaró San Camilo, con San Juan de Dios, protectores de todos los enfermos y
hospitales del mundo católico; patrono universal de los enfermos, de los
hospitales y del personal hospitalicio.
La Congregación de las
Hijas de San Camilo, fue fundada en Roma el 2 de febrero de 1892. En abril de
1904, la hermana Francesca Rocchi y la hermana Verónica Pini, habían salido de
Italia a Buenos Aires con la intención de "mendigar", tomaron
servicio en el sanatorio Flores -para demencia- el 15 de junio de 1904, se
retiraron a las hermanas de los "Ejercicios espirituales", fundados
por la venerable María Antonia de San José de Paz y Figueroa.
La inauguración de la
casa, en calle Agüero n. 685, en abril de 1906, la superiora de la expedición
fue la hermana Gerarda Legrand. El 15 de
febrero de 1907, alquilaron una casa más grande en la calle Ayacucho N° 656,
desde 1908 hasta 1913, la Municipalidad de Buenos Aires les facilitó vivienda
en la calle Charcas N° 3025. En San Antonio de Areco, se fue capaz de albergar
a cien pacientes necesitados, le faltaban ventanas y las mantas no eran
suficientes. Sobrevivieron comiendo solo papas.
El 2 de enero de 1907, tres religiosas asumieron el servicio en el
Hospital de San Pedro. El 25 de enero de
1909, los doctores Avelino y Angelo Gutiérrez pidieron a las monjas que
administraran la Dirección del Sanatorio Gutiérrez, ubicado en via Rivadavia
561. Tenían la asistencia a enfermos, la supervisión del armario y la despensa,
durante 20 años con libertad, debieron retirarse el 2 de septiembre de 1929,
por incompatibilidad con el nuevo director.
Asistieron en el hospital Crespo, contaba con 150 camas; permanecieron
hasta diciembre de 1909, cuando el nosocomio fue trasladado a un predio más extenso
(Hospital Torcuato Alvear). En 1913 ingresaron al Hospital Carlos Durand a
pedido de la Municipalidad, con alrededor de 500 camas. El 1 de octubre de 1924
se inaugura la Casa Noviciado, sede Provincial de Argentina y Hogar de
ancianas; este terreno fue donado por la Srta. Inés Nazar, en la actual Avenida
Ángel Gallardo N° 861. La Clínica San Camilo es una Institución asistencial
creada a principios de los años 60, en la Avenida Ángel Gallardo 899. La casa de formación se halla en San Miguel,
Provincia de Buenos Aires.
En 1921 prestaron servicio
en el Hospital de Rufino, Provincia de Santa Fe. En 1923 la construcción de
estructura de la Casa Central de la Congregación en Argentina. La hermana de la hermana María Pareja
contrajo tuberculosis, sugirieron que se mudara a las Sierras de Córdoba, el
Sr. Atucha, en memoria de su hija María Teresa Atucha Llavallol, quien murió en
Suiza de tuberculosis, había decidido comprar 130 hectáreas para construir un centro de atención para
niños pobres, y agradeció la disponibilidad de las hermanas.
Gonzalo Bosch
(1885-1967) se presenta con el aura mística del erudito, cultivado literato y
filántropo luchador de la causa médica. En 1912 funda la Liga Argentina de
Higiene Mental y poco después su Escuela de Visitadoras Sociales, logrado su
Doctorado en 1913, con la tesis “Ensayo morfológico del alienado”, se internó
en la especialidad jalonando su ejercicio con numerosas publicaciones.
Gonzalo Bosch fue eximio
escritor, interesado en temas psicosociales, con más de 130 publicaciones, tres
libros y varias obras de teatro. Su primera incursión es de 1917, la compañía
de Pablo Podestá estrena su obra “La extraña”; luego produjo “La huelga”, “Los
venenos”, “En la corriente”, “Agua mansa”, obras que demostraban una percepción
inhabitual de las enfermedades de la mente, y una penetrante capacidad para
comprender la realidad individual de la demencia, no como una patología más
sino como algo mucho más profundo y complejo. Se comprueba que el Sanatorio de
Flores, fue dirigido por Gonzalo Bosch y Arturo Mó, hacia 1942.
Por la presente quiero
dejar constancia de mi agradecimiento a los compañeros P. Abele y M. Zitta, por
las atenciones que de ellos he recibido en el transcurso de mi enfermedad;
quedando asimismo muy reconocido al doctor Cueli, y al ciudadano Ferreira, por
las diligencias efectuadas a objeto de internarme en el sanatorio Flores, de
donde he salido en condiciones de continuar mi trabajo – Pedro Algorri- San
Martín (C.A). (Sindicato La Fraternidad,
1925)
5º pasando ahora a las
visitas, se reclama por el actor el pago de tres visitas en el sanatorio de la
calle Callao y treinta visitas en el Sanatorio Flores. El informe de fs 32
establece que la causante ingreso al primero con fecha 16 de julio de 1925 y
salió el 27 de ese mismo mes y año, para pasar al Sanatorio Flores; el informe
de fs 35, emanado de este último, establece que ingreso el 27 de julio de 1925
y falleció el 20 de septiembre del mismo año; sobre estos puntos, los informes
en cuestión me parece que tiene fuerza probatoria, por cuanto se trata de
constancias de los libros respectivos, tanto más si se tiene en cuenta que la
parte demandada nada ha objetado sobre la permanencia en dichos sanatorios.
Ahora, en cuanto al número de visitas, se trataba de una enferma de
tuberculosis en un estado tal que exigía la atención continua de su médico, por
lo cual considero que debe aceptarse el número de visitas que se indica en la
demanda para cada sanatorio, cuyo precio debe también el tribunal fijar
equitativamente; propongo cuarenta pesos para cada una de las realizadas en el sanatorio
de la calle Callao, y cien pesos para cada una de las realizadas en el
sanatorio de Flores; para lo cual tengo en cuenta no solo las circunstancias ya
enunciadas de la reputación científica del actor, sino también la distancia y
el tiempo que lógicamente debieran absorberle. («Honorarios médicos, prueba,
declaración testimonial por informe», 1929, p 456 – 459 )
2º Instancia – Buenos
Aires, julio 19 de 1929.- Considerando: que la sentencia apelada absuelve al
doctor Gonzalo Bosch de la querella promovida a fs. 1 por el doctor Adolfo D.
Holmberg en la que le acusa por el delito de injurias, consumado en su
perjuicio al contestar aquel como testigo, el interrogatorio que se transcribe
en el testimonio de fojas 1, relativo a la enfermedad que padecía don Carlos
Holmberg a su permanencia en el
sanatorio Flores, del cual era director el querellado.
Que los dichos
injuriosos los habría concretado Bosch, según la querella, al responder la
pregunta IV del interrogatorio, diciendo que como dato histológico de la
parálisis general, cuya sintomatología presentaba don Carlos Holmberg al ser
internado en el sanatorio, puedo apreciar, por conversaciones que tuvo con el
padre del enfermo, que era este un anormal por su estado de nerviosidad y por
los antecedentes que conocía de su estado moral y por los datos que le dió el
hermano, doctor Dago Holmberg, médico – querellante en esta causa- supo que
aquel había sido un anormal toda su vida a demás lo clasifico como un
dipsómano, degenerado, bebedor impulsivo y agrega que personalmente pudo
observar en un viaje que con Carlos Holmberg hicieron desde mar del palta sin
conocerse recíprocamente que Holmberg bebía alcohol después de la comida,
notándolo completamente borracho.
Y luego contestando la
pregunta IX sobre la inafectividad del enfermo de la que dijo que era absoluta,
entre otros antecedentes que suministro para corroborar su afirmación, se
refirió a manifestaciones que hacia dicho enfermo sobre las condiciones morales
de su propio padre y de su hermano el doctor Holmberg que se transcriben a fs.2
vta y 3; agregando que por estas razones, como lo constató la hermana del
enfermo, doña Belén Holmberg, aquel no quiso recibir la visita del querellante
(…)
(…) la IX pregunta
establece: “si el demandado no reclamó nunca la presencia de su esposa e hija y
era manifiesta su inafectividad, tanto con respecto a ella como a los demás
miembros de su familia”. Desde luego, la pregunta no se refiere a un hecho que
caiga bajo la acción de los sentidos, sino a un concepto de conciencia propia
del perito, que aprecia y juzga, y el procesado siendo médico especialista,
director del sanatorio donde estuvo internado el demandado, al responder como
testigo, cabe admitir que para demostrar
la inafectividad de aquel con respecto a los miembros de su familia, como reza
la pregunta, se refiere a las manifestaciones que le atribuye.
Pero si el propósito esa
demostrar esa afectividad anormal o patológica, la frase final carece de
sentido lógico con lo anterior. A raíz de repetir lo que dijo el enfermo de su
hermano; degenerado, chismoso, culpable por sus chismes de la muerte de su
abuela, etc, “agrega el declarante que posteriormente ha oído hablar del doctor
Dago Holmberg en sentido no agradable”. Si esta frase no responde a la
necesidad de dar razón por su dichos, pues de ser ello cierto habría motivos
para creer que la inafectividad del hermano no era tanta; sino tiene vínculo
con el motivo científico que fundamenta la pregunta del interrogatorio.
(…) Que el hecho
encuadra en el art 110 del cod. Penal.
Que atenta las
condiciones personales del acusado, conforme a lo dispuesto en los artículos
40, 41 y 26 del mismo código, procede dejar en suspenso el cumplimiento de la
pena.
Por ello, se revoca la
sentencia apelada de fs 337 y se condena en forma condicional a Gonzalo Bosch a
sufrir la pena de quinientos pesos moneda nacional de multa, con costas.
-Luna Olmo. – Oribe. –
Coll. («Injurias en juicio, pruebas de testigos», 1929, p 530 – 534)
Es un caso de sífilis,
termina con locura y muerte. Se recuerda aquí a artículo de Úrsula Kirsch,
(Kirsch, 2001) donde se observa que Bosch consideraba que la sífilis, el
matrimonio precoz, predisponen a la patología mental, en este caso son una
sumatoria de causas predisponentes.
Nació el 22 de noviembre
de 1875, murió el 26 de abril de 1923.
Proveniente de una familia de artistas, fue acróbata, trapecista,
músico, cantor, dramaturgo, pintor y escultor, actor salvaje, intuitivo,
violento, arrebatado. No bebía. Vivía con decenas de perros. Era un niño grande
apasionado por las mujeres, gasta fortunas en una noche de apuestas. Sin
educación formal, componía a sus criaturas con sutilezas de las que carecía en
el trato cotidiano, resultaba hosco, callado.
El público creía ver un
asesinato cuando mataba en escena a su hermano mayor, José Podestá. Una noche
de julio de 1919, en el teatro Olimpo de Rosario, actuó por última vez, Pablo
quería salir a escena a cada momento, incluso cuando no le correspondía, habló
con el propietario, y le ofreció comprar la sala, adquirió chalecos por
docenas. Volvió a la Capital.
Refiere Enrique García
Velloso (citado en Schoo, 1999) que recibió en su casa una visita del actor,
muy temprano en la mañana. Pablo estaba eufórico, le anunció a su amigo que
había encontrado la fórmula de la felicidad,
empezó a arrojar por el aire billetes de cien pesos, al anochecer un
muchacho le acerca un sobre con veinte billetes de cinco pesos.
Lo internaron en el
Sanatorio Flores, cuatro años, en la clínica de Gonzalo Bosch, con deterioro
mental por los cuales fue hospitalizado, con custodia y papagayo. Lo
acompañaron sus delirios, su instrumento favorito, el violonchelo, y algunas
visitas ilustres.
Dice Belloso:
"Dos días después, conversaba en el
sanatorio de Flores con el doctor Gonzalo Bosch, quien profundamente conmovido
me decía que, efectivamente, “Pablo había perdido la razón." Bosch conduce a don Enrique a la habitación de
Podestá. Este lo abraza y, entusiasmado, le confía: "¡Velloso querido, por
fin vas a ser rico! ¡Estoy poderoso y todos serán poderosos también! Compré los
treinta teatros de Buenos Aires, mañana firmo la escritura de los cuatro de Rosario,
ya hice telegramas a Montevideo y el Solís será mío mañana. Voy a construir un
hospital que ocupará dieciséis manzanas, para que puedan curarse como reyes los
pobres artistas; eché abajo la tapera de la Sociedad de Empresarios, para
levantar un edificio que sea un asilo de los compañeros desvalidos (…) Pablo
calla; me mira con sus grandes ojos y, acariciándose la leonina melena, dice
entre el borboteo de su risa feliz: ¡Cuánto bien vamos a hacer! ¡Cuánta plata,
que es la felicidad, vamos a repartir! Me dejas dichoso con tu visita: no
faltes mañana; ahora vete, que por fin voy a dormir tranquilo sabiendo que vas
a ser mi consejero..." (García Belloso, citado en Schoo, 1999)
Quería que Buenos Aires
fuera una gran jaula y llenarla de pájaros. Quería techar la ciudad y construir
canales para que no se inundara. Hacía compras exageradas de ropa para regalar
a sus amigos. Repartía billetes.
Carlos Gardel y José
Razzano fueron amigos de Pablo Podestá, actuaron en una función a su beneficio
realizada en el teatro Avenida, poco después de que el actor quedara confinado.
Pablo fue el autor del
estilo criollo “La piedra del escándalo”, que musicalizó los versos de Martín
Coronado en el drama del mismo título estrenado en 1902. Gardel y Razzano
cantaron durante muchos años “La piedra del escándalo”, pero nunca llegaron a
grabarlo.
Razzano relata una visita que le hicieron.
“Al poco tiempo de ese
homenaje a Pablo Podestá, tuve que internarme por una operación de la garganta.
Los médicos me prohibieron hablar. Gardel solía venir a buscarme los días de
sol para hacer un corto y silencioso paseo. La casa de salud donde Pablo estaba
recluido era cercana al sanatorio y en uno de esos paseos nos encontramos con
Pepe y Antonio Podestá, que iban a visitar a su pobre hermano. ´Muchachos
–dijeron–, vengan con nosotros a verlo´. Gardel les explicó mi estado. Ellos
insistieron. Entramos. Nos reconoció y nos abrazó en forma conmovedora.
´¡Canten! ¡Canten!´, nos pedía”.
“Gardel le hizo comprender que yo no podía ni hablar. ´¡Cantá vos, Carlitos! –le dijo– ¡Cantame ‘Amargura'´. Trajo su violonchelo del que nunca se separó y sin una vacilación acompañó a Gardel. La voz de Carlos se quebraba en sollozos. También las cuerdas del violonchelo. Nosotros, escuchando, conteníamos los nuestros. Pero el semblante de Pablo estaba transfigurado en un éxtasis dichoso”. (Montero, 2019)
El actor murió a causa de sífilis, en abril de 1923.
Bosch, Gonzalo. (1936).
El Pavoroso Aspecto de la Locura en la República Argentina. Buenos Aires.
Editor Amorrortu
Bosch, Gonzalo. (1932). Anormalidades de la personalidad.
Buenos Aires. Editor Amorrortu.
Bosch, Mariano G.
(1969). Historia de los orígenes del teatro nacional argentino y la época de
Pablo Podestá. Buenos Aires. Solar / Hachette.
Kirsch, Úrsula. (2001).
Prácticas clínicas y política asistencial en la década del 30. En ),
Psicología: su inscripción universitaria como profesión. Una historia de
discursos y de prácticas. (1.ª ed., pp. 163 - 182). Buenos Aires: Eudeba.
Buenos Aires: Eudeba.
Honorarios médicos,
prueba, declaración testimonial por informe. (1929). Jurisprudencia Argentina,
(Volumen 30).
Injurias en juicio,
pruebas de testigos. (1929). Jurisprudencia Argentina, (Volumen 30).
Ingenieros, J. (1961).
Obras completas. Tomo 6. Buenos Aires: Mar Océano.
Montero, J. (2019).
Barranca abajo. Recuperado 7 de junio de 2020, de La Agenda Revista website:
https://laagenda.buenosaires.gob.ar/post/186152323980/aniversario-barranca-abajo
Schoo, E. (1999). La
loca felicidad de Podestá. Recuperado 7 de junio de 2020, de LA NACION website:
https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/la-loca-felicidad-de-podesta-nid149576/
Ramos Mejía, José María.
(1936). Las neurosis de los hombres célebres en la Argentina. Buenos Aires.
Ediciones Anaconda.
Sindicato La Fraternidad
[Internet]. 1925 [citado 7 junio 2020];(340). Disponible en:
http://sindicatolafraternidad.com/incloud/docs/10G89/contenido/1925/Revista-340/29.html
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