TIPO
DE CONTRIBUCIÓN: Trabajo Libre.
APELLIDO Y NOMBRE DEL (DE LOS) AUTOR(ES): Juan Ramón Guardia Lezcano,
INSTITUCIÓN DE PERTENENCIA: Facultad de Psicología. Universidad de Buenos
Aires.
RESUMEN:
El presente trabajo tiene por primer objetivo informar
sobre la visita de García de Onrubia en la Universidad de Cuyo. Como segundo
objetivo, hablar de sus contactos con Julio Cortazar. Por tercer objetivo, se
demostrará como tenía contactos con Perón. Como cuarto objetivo, se hablará, de
su epistolario. Como quinto objetivo, se rosará la política argentina a nivel
general.
PALABRAS CLAVE: Peronlandia; federalismo; unitarios; Epistolario; Horribles
Introducción:
Agradezco al
profesor Hector Omar Saldaña, su introducción a la obra de Cortazar, allá en el
año 91, en el Instituto Cristo Obrero, pasaron los años, parece ser que ésta
introducción fue caballo de Troya, por la cual me encuentro rodeado del círculo
de discípulos de Onrubia, que fueron contacto directo de Cortazar en su
momento, o sea, el pasado marca las coordenadas.
Cortazar tiene un
problema administrativo en la Universidad de Cuyo, y el primero que le responde
es García de Onrubia
Transcurrió 1944,
con un episodio administrativo desagradable, había sido citado para el 14 de
diciembre como presidente de una mesa de Literatura de Europa Septentrional
junto al profesor Kaul y al doctor Corominas, el profesor Kaul integraba otra
mesa, y había avisado la tarde anterior que no se desocuparía hasta las diez de
la mañana.
Cortázar llegó a
las 8.30 horas, inicia una queja, que
derivó una kafkiana cadena, en la que intervinieron Felipe García de Onrubia,
secretario, e Ireneo Cruz, el propio decano. García de Onrubia asumió la culpa
diciendo: "Ese error ha sido posible por no hallarse claramente
delimitadas las tareas que corresponden a cada uno de los empleados de Secretaría", (Correas, 2004, p
14), anunciaba un proyecto para salvar esos errores, la explicación fue
que Cortázar no tenía teléfono.
Cortazar con Onrubia
Toma por problemas
políticos en la universidad de Cuyo
Al arribar a
Mendoza, Cortázar se integró a un grupo formado por Sergio Sergi, artista
plástico; su mujer, Gladys Adams; el profesor de filosofía Luis Felipe García
de Onrubia y su esposa, Oonah Murphy, profesora de inglés; Alberto Dáneo, quien
había publicado “Vida del hombre desconocido”; el médico
Francisco Amengual; el pintor Roberto Azzoni, entre otros.
Cortázar fue
elegido miembro titular del consejo directivo de la Facultad con un total de 22
sufragios, seguido por Luis Felipe García de Onrubia, apoyaban a Cruz, y el
último era uno de los hombres fuertes de Jofré, que comenzaron a llamarse a
"los estrictos".
El consejo
directivo eligió decano, a Juan Villaverde. La autoridad pertenecía al grupo
conservador los "estrictos", y fue cuestionada de inmediato por el
estudiantado. García de Onrubia había votado en blanco e hizo público su voto,
que tenía origen en "su absoluta discrepancia con la concepción y
orientación de la política universitaria de Villaverde". (Correas, 2004, p 61)
Los alumnos
insistieron en la renuncia del decano. Cortázar fue el primero en hacerlo, el
voto por Cruz haya sido el de Cortázar, ya que era un modo de repudiar el
arreglo. Al día siguiente, Luis Felipe García de Onrubia fue elegido, por
unanimidad, vicedecano. A las 21 todos los presentes votaron a Ireneo Cruz para
el Consejo Superior.
Cortázar, García
de Onrubia apoyaron el mandato de los estudiantes y el cuestionado levantó la
sesión por los desórdenes.
Cortazar
Onrubia
Cortazar menciona
a Onrubia en su epistolario
A Gladys Adams de Hocévar y Sergio Sergi
Horribles Aires, 26 de enero de 1946
Señora Gladys Adams de Hocévar y
Señor Sergio Hocévar (a) Sergio Sergi
Bichos: (…)
Cariños a los chicos y hasta bien pronto, con todo el afecto y un gran
abrazo para los dos de
Julio
P.D.- si veis a Oonah, Felipe y el pequeño, estirad un poquito más el
abrazo para que también quepan ellos. (Cortazar, 2012, p 156)
Se aclara en los
números que el original está mal fechado; la carta es de 1946. Oonah es
Murphy, profesora de inglés, y Felipe, Luis Felipe García
Onrubia, profesor de filosofía y poeta.
En su epistolario,
aparece otra cita a García de Onrubia, pero no parece en sentido positivo
París, 18 de enero / 52
Mi querido Eduardo:
(…) Mira, Eduardo, nada podía entristecerme más que esos párrafos de tu
carta donde me cuentas el episodio de la carta mía a Baudi18 y la mención de
amigos. Hay que ser chiquilín para suponer que la ausencia de tu nombre
implicaba una descalificación o cosa parecida. Si tú ves ahora seguido a Baudi,
no es menos cierto que estando yo allá, no lo veías tanto, y sobre todo no te
incluías en ese círculo muy estrecho que abarcaba a Daniel, Alberto,19 Jorge y
Baudi, que era mi círculo cotidiano. Al escribirle yo a él, lo justo era que
aludiese al grupo y no agregara a nadie más —Castagnino, 20 por ejemplo, o
García Onrubia. 21 Ya ves que tus cavilaciones son injustas para conmigo y
mucho más para contigo mismo. (…)
Un gran abrazo
Julio (Cortazar, 2010)
Se aclara en estas
cartas los siguientes números: 18 Luis Baudizzone, abogado. 19 Alberto Salas,
escritor. 20 Eduardo A. Castagnino, profesor de la Escuela Normal Mariano
Acosta de Buenos Aires. 21 Luis Felipe García Onrubia, psicólogo.
El texto de Casa tomada,
basado en estas experiencias cuyanas
Durante su estadía
en Mendoza, Cortázar encaró un proyecto narrativo ambicioso, su primer libro de
cuentos, Bestiario, es de 1951.
De la complicidad con Sergio Sergi aparecen algunos rastros, guiños reconocibles
para los protagonistas, "Estación de la mano", dedicado a Sergi y a
su esposa, la protagonista es una mano llamada Dg, que alude a Gladys Adams, la
esposa de grabador.
Con el cuento que
abre Bestiario, "Casa
tomada", con respecto a su origen, Cortázar ha relatado:
'"Casa tomada' fue una pesadilla.
Yo soñé 'Casa tomada'. La única diferencia entre lo soñado y el cuento es que
en la pesadilla yo estaba solo. Yo estaba en una casa que es exactamente la
casa que se describe en el cuento, se veía con muchos detalles, y en un momento
dado escuché los ruidos por el lado de la cocina y cerré la puerta y retrocedí.
Es decir, asumí la misma actitud de los hermanos. Hasta el momento totalmente
insoportable en que —como pasa en algunas pesadillas, las peores son las que no
tienen explicaciones, son simplemente el horror en estado puro— en ese sonido
estaba el espanto total. Yo me defendía como podía, cerrando las puertas y
yendo hacia atrás. Hasta que me desperté de puro espanto." (Correas, 2004, p 92)
Apuntó Aurora Bernárdez,
"Casa tomada", estaba
dedicado a Daniel Devoto, dedicatoria que perdió, estaba fechado en 1945, es
probable que el cuento haya sido escrito en Mendoza: "Era pleno verano, yo
me desperté totalmente empapado por la pesadilla; era ya de mañana, me levanté
(tenía la máquina de escribir en el dormitorio) y esa misma mañana escribí el
cuento, de un tirón". (Correas, 93), pudo haber sido en enero o febrero de
1945.
Haya estado en el
subconsciente de Cortázar, existe un grabado de Sergi, fechado en 1930, que
Cortázar debía conocer, titulado "Casa vieja", la obra muestra a un
gigante sacando la cabeza, las piernas y los brazos por las ventanas de una
casa en el inicio de una persecución.
Contactos de
García de Onrubia con Perón
Onrubia se
mantiene a la derecha de Perón cuando pronuncia su discurso conocido como “la
comunidad organizada”. El Primer
Congreso Nacional de Filosofía, celebrado en
Mendoza entre el 30 de marzo y el 9 de abril de 1949, fue clausurado por
el General Perón, y su conferencia publicada luego como La comunidad
organizada, Onrubia se encuentra al lado
de Perón en la pronunciación del discurso
Perón pronunciando su discurso conocido como "la comunidad organizada"
Pronuncia la
despedida de Perón del congreso
El siguiente
discurso no fue pronunciado, pero fue incluido en las actas.
“Discurso del prosecretario técnico del
congreso, profesor Luis Felipe García de Onrubia, de la Universidad de Buenos
Aires, en representación de los profesores universitarios argentinos.
Excelentísimo Señor Presidente de la
Nación; Señora de Perón; Exento. Señor Vicepresidente; Señores Gobernadores;
Señores Ministros de los Poderes Ejecutivo Nacional y Provincial; Señores
Rectores de las Universidades Nacionales; Señores Miembros del Primer Congreso
Nacional de Filosofía:
Las circunstancias hacen que sea yo
quien hable en esta ocasión en nombre de los profesores universitarios
argentinos y, a la vez, en nombre de quienes desde la Secretaría Técnica hemos
contribuido a la organización de este Congreso. Quiero creer que es un
reconocimiento del entusiasmo que he puesto en él, del desvelo que hubo que
consagrar a esta empresa que ya realizada y con la convicción cierta del
triunfo, parece más audaz que nunca. Quede así explicado el que sin demasiados
años de edad, traiga hoy la palabra de mis colegas —muchos de ellos mis maestros
de ayer. Bien mirado, este Primer Congreso Nacional de Filosofía que acaba de
clausurar con su palabra el Excelentísimo Señor Presidente de la Nación, es una
gran hazaña de juventud. Tal vez, el último gesto de nuestra adolescencia
cultural y el primero —reposado y caviloso— de nuestra madurez.
Ha de ser evidente para todo aquel que
piense con un mínimo de probidad intelectual, que el Congreso cierra un ciclo
en la historia del espíritu argentino. Hay buenas razones para creer que
clausura el período de la iniciación, el largo y difícil período en el que hubo
que consolidar y, a veces, defender la cultura filosófica; el período inaugural
de la adquisición de las técnicas, del manejo y la intimidad con las fuentes.
Ese período tiene una geografía y una historia que es hidalgo no olvidar. Se
ubica en el litoral y centro del país y su historia está hecha de los desvelos
de los hombres que aislados luchan por lograr su propia formación filosófica y
por imponer la dimensión especulativa de la cultura. Esa etapa tiene nombres
nacionales venerables. Permítaseme recordar uno solo, aquí presente, el del
doctor Coriolano Alberini, quien de todo parece haber estado impedido, menos de
continuar dando —hoy mismo— su lección de noble tolerancia y libertad
espiritual. Es esa historia la que cerramos con el Congreso.
Historia tal vez menuda, pero historia
nuestra: la de nuestra incipiente tradición filosófica, la de nuestra modesta
propensión especulativa que en lo universitario se inicia hace ya cincuenta
años en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Si
algo significa este Congreso —¡y significa tanto para nosotros!— es por
referencia a esa tradición que es su soporte histórico y permite comprenderlo y
valorarlo.
Cierre y fin de una etapa, es también
esta ocasión el comienzo de una nueva. El examen objetivo del trabajo de estos
once días de sesiones diarias, muestra el volumen alcanzado por la reflexión
filosófica argentina. Cada trabajo argentino, cada intervención en
sesiones plenarias o particulares, prueba de modo irrefutable que los desvelos
de nuestros mayores no han sido vanos. Que hay un pensamiento filosófico
nacional sensible a la problemática contemporánea e inquieto por ella; capaz de
atisbos penetrantes, de formulaciones sutiles, de planteos inteligentes. El
diálogo —forma inaugural de la filosofía— ha podido entablarse con
nuestros ilustres huéspedes extranjeros. Por eso, hoy que las preguntas
fundamentales cobran el apremio y la urgencia de esta hora decisiva para la
cultura de Occidente, podemos tener la certeza de que la voz argentina no ha de
faltar en el coro de quienes respondan por el espíritu y por la dignidad
humana.
Si hubiese que justificar una vez más
al Congreso de Filosofía, bastaría esta alusión a la calidad del esfuerzo
nacional para hacer de nuestra reunión filosófica no un hecho insólito, no un
acontecimiento exótico, sino una necesidad sentida y vivida. Vivida y
sentida, incluso, como requisito de la convivencia nacional. No es el menor
fruto del Congreso que quienes enseñamos filosofía en las seis Universidades
hayamos compartido el techo y la mesa y advirtamos con júbilo que nos
encontramos más próximos los unos a los otros de lo que la refracción de la
distancia permitía sospechar. Las diferencias filosóficas cuando se mantienen
en el orden de la limpia intención teórica, no pueden impedir la obra común de
consolidar y vigorizar el pensamiento argentino.
A los señores miembros extranjeros que
nos han honrado con su presencia, que prestigiaron nuestro Congreso con sus
nombres ilustres, que abandonaron tareas en universidades seculares para
responder a nuestro llamado, vaya nuestra gratitud y nuestro respeto.
Sepan ellos que hemos tenido conciencia muy clara de su valer y de la fecundidad
de su estada memorable entre nosotros. Fueron invitados por la objetiva
consideración de sus méritos científicos y atendiendo a la diversidad de
corrientes filosóficas; habíamos tenido con ellos la intimidad del libro en el
que la personalidad parece volcarse íntegra y total, pero hoy, luego de
este contacto humano, de este trato de todos los días y de todas las horas,
creemos haber anudado una amistad perdurable. La distancia no podrá ya disipar
estas bases efectivas de la cooperación intelectual que facilitará la
labor científica, cada día que pasa más caracterizada como labor de equipos,
antes que producto de trabajadores solitarios.
Toda la labor positiva del Congreso que
el tiempo me impide resumir, ha sido posible porque la iniciativa de la
Universidad de Cuyo, ágilmente dirigida por su rector, el doctor I. Fernando
Cruz, ha contado con el apoyo decidido y generoso del Superior Gobierno de la
Nación. Bienvenida la política cultural que hace posible el contacto entre los
hombres de estudio y que con evidente ganancia para el caudal científico
de los profesores universitarios, les permite, dentro de los límites del suelo
patrio, asistir a un Congreso de la magnitud del que hoy se clausura. No sería
justo olvidar el particular apoyo y la ejecutiva participación de S. E. el
Señor Ministro de Educación que en todo momento ha allanado las dificultades
con las que inevitablemente debía tropezar una empresa de estas proyecciones.
Permítaseme terminar encareciendo el
aporte del Gobierno Nacional para la edición de las Actas del Congreso, que
serán la expresión objetiva y palpable de su alta calidad intelectual, así como
para las iniciativas concretas emanadas en forma de Ponencias. La Oficina de
Información Filosófica permitirá difundir las expresiones más depuradas de la
cultura nacional y el Centro de Altos Estudios Filosóficos, si posee los medios
necesarios, podrá reunir material de investigación filosófica con el que hasta
hoy no se cuenta entre nosotros.
Excelentísimo Señor Presidente: En
vuestras manos queda la puesta en práctica de ambas iniciativas que
constituirían una fecha memorable en la historia espiritual de nuestro país.
Esperemos que por vuestra mediación sean posibles para mayor prestigio del
nombre argentino.” (García de Onrubia, 1949).
Epistolario de
García de Onrubia en relación al congreso
Se ven gastos y
comentarios, que hacía a los invitados. En un comentario a un tal Nieto.
Onrubia le solicitó algunos datos de su curriculum, Nieto respondió acucioso:
“en junio de este año cumpliré 35” (Carta a Luis Felipe García de Onrubia, Río
de Janeiro, 6 de febrero de 1949).
(Cataño, 2010). El Estado argentino sufragaba los viajes de ida y vuelta, los
gastos de comida y alojamiento durante los once días de permanencia en
Mendoza, la Universidad ofrecía veinticinco pesos por día para consumos
personales y, “para ser más cómoda la estadía de los relatores en Argentina”,
entregaría a los ponentes mil pesos adicionales. (Cartas del dr. Luis Felipe
García de Onrubia, Secretario Técnico del Primer Congreso Nacional
de Filosofía, durante los meses de enero-marzo de 1949.) (Cataño, 2010)
Onrubia se lo va
silenciando con la revolución libertadora
Se lo va
silenciando, hacia el congreso de 1955, eso se puede leer en la entrevista de
la dr. Lucia Rossi a Nuria Cortada.
“- ¿Estaban presentes Rimoldi y García
de Onrubia?
- No, Rimoldi estaba como director de
la carrera de Psicología de la Loyola Universty – de Chicago-, jesuita, él es
muy religioso. (…)
García de Onrubia está silencioso, sin
ponencia aunque presente formalmente en este congreso. (…)
- ¿Qué pasa después del 55?
- Marcos Victoria, que era neurólogo
antagonista en enfoques – un retroceso, y en lo político, tenía muchas
influencias – eso sí, escribía muy bien, era muy dedicado a la cultura-,
reemplaza a García de Onrubia.” (Rossi, 1995, p111-121)
Algunas
conclusiones
Realmente espero,
en lo principal, que al menos este material sirva para interesar a algún
alumno, o quien fuese lector, en el interés de la obra de García de Onrubia.
Sería iluso
adjudicarlo solo a esa corriente política del peronismo, incluso así, ¿a
qué tipo de peronismo? ¿Completamente ateo? No parece. Mantiene una tradición
de difundir a Merleau Ponty, que creció difundido en un transfondo peronista.
Cortazar y Onrubia se fueron expulsados de Cuyo por culpa del archivillano
tomista Juan Ramón Sepich, director del Colegio Nacional de Buenos Aires, que
veía en el voluntarismo vitalista un triunfo de la barbarie sobre la razón. Las
relaciones de Cortazar con el peronismo, si bien en su último tramo de vida
apoyó en cierta forma, en sus cartas del momento escribía Peronlandia en lugar
de Cuyo, y hablaba bondades de Sarmiento, cuando la doctrina peronista ya
enfatizaba lo opuesto (vindicación federal a Rosas). No creo que la revolución
libertadora vea con buenos ojos el apoyo de Onrubia a Perón.
Referencias
Bibliográfícas
Cataño, Gonzalo.
(2010). La introducción del pensamiento moderno en Colombia.
Villeurbanne. Francia. OpenEdition: four platforms for electronic
resources in the humanities and social sciences: OpenEdition Books, OpenEdition
Journals, Hypotheses, Calenda. Recuperado de
https://books.openedition.org/uec/330?lang=es
Correas, Jaime.
(2004). Cortazar, profesor universitario. Su paso por la Universidad de Cuyo en
los inicios del peronismo. Ediciones Alfaguara S.A. Buenos Aires.
Cortázar, Julio. (2012)
Cartas 1937-1954 (Tomo 1): Edición a cargo de Aurora Bernárdez y Carles Álvarez Garriga. Ediciones Alfaguara, Madrid.
Cortázar,
Julio. (2010). Cartas los Jonquiéres. Ediciones Alfaguara, Madrid.
García de Onrubia, Luis Felipe (1949). Discurso del prosecretario
técnico del congreso, profesor Luis Felipe García de Onrubia de la Universidad de
Buenos Aires, en representación de los profesores universitarios argentinos.
Andalucia – Rioja. Filosofía en español. Recuperado de http://www.filosofia.org/aut/003/m49a0175.pdf
Rossi, L y colab. (1995):
"Psicología: Secuencias instituyentes de una profesión (entorno de
transmisión)", Buenos Aires, Secretaría de Cultura, Facultad de
Psicología.