Doct:
Creo que el grueso de autores
que vds revindican, propusieron volver a Kant, eso estoy haciendo.
Todos los textos fueron
tomados de la facultad de Psicología de
la uba.
Sé que no quedo bien
diciendo que no puedo olvidarme de los dibujos de la introducción a la obra de
Kant, libro de la famosa colección, sobretodo los dibujos cerca de su muerte.
Lo más simpático, como
decía Carpio, que es un viajante sin viajar, algo realmente a imitar, con sus
lecturas imaginó el mundo y el universo. Imaginaba que dado un paisaje,
influiría en la complexión de algún individuo, y por lo tanto, en su psique
también. Es singular que lea informes de jesuitas de América, entre ellos Ruiz
de Guzman. Piensa como serían los extraterrestres, dada su complexión, darían cierto
estilo de pensamiento.
También fue célibe,
igual que Spinoza, aunque regalaba flores a bellas mujeres.Es sabido que
reculó, como todo filósofo, excepto Sócrates, ante la autoridad de turno, se
comió los mocos. Ha estado de acuerdo con la pena de muerte.
Su énfasis en lectura
crítica, mucho sostienen que leyó a Duns Scoto, parece ser cierto.
En el recuerdo, lo que
más simpatía me despertó, fueron sus anotaciones, que fueran compiladas post
morten, que no por ella son menos valiosas.
Llegué a Kant gracias a
la cita del doctor Pages Larraya sobre la “Antropología sobre el empirismo”,
texto que conseguí luego, en una edición que parecía mordida por un perro, y
luego por una carta traducida, donde da consejos para no enfermarse, ambas
fueron propuestas como material de lectura de catedra.
En todo se encuentra una
conclusión sobre la imposibilidad de una psicología empírica, algo muy alemán, esa
separación entre psicología empírica y psicología racional, es un debate aun no
cerrado.
Creo que copié algunos
fragmentos de una traducción del argentino Correa.
En el año pasado
encontré una carta suya sobre lo sobrenatural, creo que la conclusión es que no
descree de algo mas allá de lo probable, pero que no se puede probar.
Por los testimonios de
sus discípulos, parece que muere de alzheimer, siendo que lo último que quedó
de su memoria fue su poética, recordando versos de Virgilio.
Muestro acá una foto de
su mascarilla postmorten, incluida en su publicación de sus anotaciones
manuscritas.
Kant, Immanuel
Como orientarse en el pensamiento.
(was heisst: sich im denken orientieren?) (1781)
Edit Leviatán. Bs as.
1982
Copiado 19 de noviembre
de 2003, en la Biblioteca de la Facultad
de Psicología de Bs As
De esta especie, era al
principio que profesaba el difunto Mendelssohnn, aunque, por lo que sé, solo en
los últimos escritos (los Morgenstunden) (a) .pp 165-66, y la carta a sus
amigos de Lessing (b), pp 33 y 67); a saber, la máxima de necesidad de orientarse
en el uso especulativo de la razón (uso ala que Mendelssohn por lo demás, concedía
mucho, in (34) cluso hasta la evidencia de la demostración, con respecto al conocimiento
de los objetos suprasensibles ) a través de un cierto medio conductor, este
medio conectar era llamado por Mendelsohn ya el sentido común (gemersinn) (en
los Morgenstunden), ya la sana razón (gesun de vernunft), ya el simple entedimiento
humano (schlichte menchen rirstand) (en la carta a los amigos de Lessing)
¿Qué había podido pensar
que semejante declaración resultaría tan perniciosa (lo que de hecho era inevitable)
no solo por la ventaja opinión de Mendelsohn se formaba acerca del poder, del
uso especulativo de la razón en cuestiones teológicas; sino incluso la sana razón
común, dada la ambigüedad en lo que Mendelsohn había dejado el ejercicio de
este poder en contraste con la especulación, correría el riesgo de servir de
principio al delirio (schwammerer) y a la completa abdicación de la razón? Y
sin embargo, esto es lo que ocurre en la polémica entre Mendelsson y Jacobi,
sobre todo por las conclusiones no (35) desprovistas de importancia del sagaz
autor de los Resultados.
No voy a atribuir a
ninguno de los dos pensadores el propósito de introducir un modo de pensar tan pernicioso,
aunque considero la tentativa de Jacobi, y del autor de los Resultados, como un
argumentun ad hominem, del cual, es justo servirse como de un simple arma
defensiva utilizando para en desventaja los puntos débiles que ofrece el
adversario. Mostraré, por otra parte, que de hecho es por la mera razón por lo
que hay que orientarse, y no por un presuntamente oculto sentido de la verdad o
una intuición exaltada, en la que se podrían injertar, sin consentimiento de la
razón, la tradición y la revelación. (36)
En efecto, el uso propio
práctico de la razón consiste en la prescripción de leyes morales. Ahora bien,
todos estas leyes llevan a la idea del bien supremo posible en el mundo: la
moralidad (sitt lich keit), la cual solo es posible por la libertad; por otra
parte, esas leyes llevan también a lo que no solo depende de la libertad
humana, sino también de la naturaleza, a saber, a la mayor felicidad, en la
medida en que esta se encuentra repartida en proporción con la moralidad. Por consiguiente,
la razón exige admitir semejante bien supremo dependiente, y, para la
consecución del mismo, exige admitir una inteligencia suprema como bien supremo
independiente; no la exige, por cierto derivar de ello la autoridad obligatorio
de las leyes morales, o de las móviles (triebfeder) para respetarlos (pues esas
leyes no tendrían valor moral alguno si su motivo (bewiegungsgrund) se derivara
de otra cosas que la ley, misma, la cual es por si misma apodícticamente
cierta); la razón lo que exige solo para dar realidad (Realitat) objetiva al
concepto de bien supremo, es decir, para impedir que ese bien, junto con la
moralidad entera, sea tenido por supremo ideal, si no existiera en alguna parte
del objetivo cuya idea acompaña inseparablemente a la moralidad. (49)
¡Hombre de gran espíritu
y de amplias disposiciones de ánimo! Honro vuestro talento y venero vuestros
sentí (50) miento de humanidad. Pero ¿habéis pensado bien lo que hacéis y
adonde llegara la razón de vuestros ataques? Sin duda, queréis que la libertad de
pensar se mantenga intacto, pues sin ella pronto se terminaría incluso medios
de gran genio. Veamos lo que ha de resultar naturalmente de esa liberta de pensar,
si se expande el procedimiento que habéis iniciado.
A la libertad de pensar
se opone en primer lugar, la coacción civil. Es verdad que se dice que la
libertad de hablar, de escribir, puede sernos quitada por un poder superior,
pero no la libertad de pensar. Pero ¿pensaríamos menos, por decirlo así, y con
corrección, si no pensaríamos, por decirlo así, en comunidad con otros, que nos
comunican sus pensamientos, y, a los que comunicamos los nuestros? Por
consiguiente, se pude decir que el poder externo que priva a los hombres de la
libertad de comunicar públicamente sus pensamientos los priva también de la
libertad de pensar, y esto es el único tesoro que todavía nos queda en medio de
todas los cargos civiles (60) y también lo único que pueden aportar en remedio
contra todos los males inherentes a esa condición.
En segundo lugar, la
libertad de pensar, es tomada en el sentido de que ella se opone a la intolerancia
(gewissseszwang). Es lo que ocurre cuando en materia de religión, y sin
coacción externa, hay ciudadanos que se erigen en tutores de otros, y, en vez
de dar argumentos, procuran, por medio de fórmulas de su fe obligatoria, e inspirando
por miedo angustioso al peligro de una investigación personal, desterrar todo
examen de la Razón gracias al temprana impresión producida en el ánimo.
En tercer lugar, la libertad
de pensar significa el sometimiento de la razón a ninguna otra luz sino a las
que ella se da a si misma; y lo contrario de eso es la máxima, de en unos sin
ley de la razón, para, de este modo, como se figura el genio, ver más lejos que
bajo la limitación de las leyes). De esto resulta naturalmente que si la razón
no quiere estar sometida a la ley que ella se da a sí misma, entonces, ha de obligarse
bajo el yugo de los de (61) ser que le da algún otro; pues sin ley alguna nada,
ni siquiera el mayor absurdo, puede mantenerse mucho tiempo. Así, la inevitable
consecuencia de la ausencia explicita de la Ley en el pensamiento (de una liberación
de las limitaciones puestas por la razón) es esto, que la libertad de pensar
finalmente se pierde, y, porque no es culpa de la mala suerte, sino de una verdadera petulancia, la libertad
se pierde por ligereza en el sentido propio de la palabra. El curso de las cosas
es aproximadamente el siguiente. Primeramente el genio se complace mucho en su
audaz brío, puesto que ha rechazado el hilo con que lo guiaba antes la razón.
Pronto el genio hechiza también a los demás con decisiones terminantes, y
grandes expectativas, y, finalmente, parece haberse instalado en el trono que
una razón despaciosa y pesada adornada
tan mal.; aunque sin abandonar el lenguaje de la misma. Nosotros,
hombres comunes, llamamos delirio la máxima, desde entonces admitida, de la
invalidez de una razón supreminente legisladora; pero esos favoritos (62) de la
buena naturaleza lo llaman iluminación (erleuchtung) pero, sin embargo, como
pronto tiene que nacer entre ellos una confusión de lenguaje, puesto que solo
la razón puede disponer con validez universal,
y ahora, cada uno sigue su propia inspiración, esas inspiraciones,
entonces, tienen que surgir, finalmente, de hecho aseguradas por testimonios
extensos y tradiciones, que al comienzo todavía eran elegidos, pero que con el
tiempo, se convierte en fuentes documentales obligatorias. En una palabra, de
todo esto tiene que resultar el total sometimiento de la razón a los hechos, es
decir, la superstición (Aberglaube); pues esto, por lo mismo, se deja reducir a
una forma legal y, de este modo, aun estado de descanso. (63)
Kant, Immanuel
Principios metafísicos
de la Ciencia de la Naturaleza.
Metaphysische anfangsgrunde der naturwissenschaft
Edit Tecnos. S.A.
(1786).1991. Madrid
Copiado el 19 de
noviembre del 2003, de la Biblioteca de Facultad de Psicología de Bs As
Por tal razón, la
ciencia de la naturaleza propiamente dicha, presupone la metafísica de la
naturaleza. Ciertamente ella debe contener siempre principios que no son
empíricos (precisamente por ello lleva el nombre de metafísica); sin embargo,
también puede o bien no tener ninguna relación con un objeto de experiencia
determinado, y, por tanto, sin preocuparse de forma determinada de la
naturaleza de cualquier cosa del mundo sensible, tratar de las leyes que de una
manera general hacen posiblemente el concepto de su naturaleza, tal es la parte
trascendental de la metafísica de la naturaleza, o bien se ocupa de la
naturaleza particular de tal o cual especie de cosas de las que les dado un
concepto empírico, pero no utiliza salvo lo que contiene este concepto, ningún
otro principio empírico para el conocimiento de estas cosas (por ejemplo, se
toma como fundamento el concepto empírico de una materia o ser pensante, y se
busca la extensión del conocimiento, de lo que es capaz la razón a priori en
(7) la que concierne a estos objetos) ; así una ciencia de este género siempre
debe denominarse metafísica de la naturaleza, a saber, de la naturaleza
corporal o de la naturaleza pensante, sin embargo, en este caso, se trata no de
una ciencia metafísica de la naturaleza general, sino, por el contrario,
particular (física y psicología),
ciencia que aplica estos principios transcendentales a los de géneros de
objetos de nuestros sentidos.(7)
La Psicología empírica
esta todavía más alejada que la química del rango de una ciencia natural
propiamente dicha, principalmente por las matemáticas no puede aplicar a los
fenómenos del sentido interno, y a las leyes ya que entonces debería tomarse en
cuenta la ley de la continuidad en el flujo de sus modificaciones
internas; pero esto sería una extensión
del conocimiento que se comportaría de modo semejante a como lo hacen las
matemáticas con respecto a la teoría en los cuerpos; aproximadamente como la teoría
de las propiedades de la línea recta se relacionan con la totalidad de la
geometrías. En efecto, la pura intuición
interior, donde debe construirse los fenómenos, del alma, es el tiempo, que
solo tiene una dimensión. Tampoco podría nunca comparase con la química, como
arte sistemático de análisis, o teoría experimental, porque lo diverso de la
observación interna solo se deja separar mediante una simple división en ideas
pero no puede (las partes) conservarse en estado separado, ni combinarse de
nuevo a voluntad; además no es posible someter a otro sujeto pensante a
experiencia convenientes a nuestros fines, ya que la observación misma altera y
desfiguran en si el estado del objeto observado. Esta Psicología, pues jamás
podría ser otra cosa (8) que una teoría
natural histórica del sentido interno, y, como tal, tan sistemática como sea
posible, es decir, una descripción natural del alma, pero no una ciencia del
alma, ni tampoco una teoría psicológica experimental; también es esto la razón
por la cual hemos dado a esta obra, ya
que contiene de hecho los principios de la teoría del os cuerpos, siguiendo la
costumbre el título general de Ciencia de la naturaleza, porque en sentido
propio solo le conviene a ella esta denominación y no puede dar lugar, por
tanto a ambigüedad alguna. (9)
Kant, Immanuel
Transición de los
principios metafísicos de la ciencia natural o la física. (Opus Postumun)
Editorial Nacional. Madrid.1983
Copiado el 19 de
noviembre del 2003 de Biblioteca de Psicología de Bs As
Los ojos del basilisco (de
los príncipes), cuya mirada no puede soportar el ciudadano. (663) (basilisken)
La palabra intuition
(intuitus) se refiere al ver al concepto (conceptus), a la compresión, al
entrar en contacto. Menos determinaciones subjetivas de la facultad cognoscitiva.
(548)
La doctrina de la
felicidad es el principio de la gimnastica (negativa justiene et abstine) y el
bienestar (salus): mens sana in corpore sano; sin embargo es la moral el
sustento previo de esto. (316)
Persona significa también
máscara. Exipitur persona manet res (tun demun veras voces eliciuntur et
eripitue persona manet res)
(nota del editor)
Lucrecio. De rerum natura, III, 57-8, nam verae voces tum denun pectore ab ino
/ elu iuntur et eripur persona manet res (pues entonces por fin al hondo del
pecho / son profundas voces verdaderas / la máscara se quita y queda el hombre)
Kant cita de memoria, como de costumbre, alterando los versos. Unas interesantes
apreciaciones, sobre el mismo papel de la persona, como máscara, se encuentra
en Anthrop, $14; VII, 151-153) (601)
RELIGION ES
ESCRUPULOSIDAD MORAL (gewisenhaftagweit) (mini hoc religioni): santidad de los
primeros y veracidad, en que lo que el hombre tiene que reconocer (como) en sí
mismo. Reconócete (gelche) a tí mismo. Tener, tal cosa no exige en el concepto
de Dios ni menos aún el postulado: “hay un Dios”.668
Sabiduría como sujeto
que ensaña al hombre (maestro): filosofía. (688)
El sexo femenino está
continuamente rivalizando con exigencia de unas (mujeres) con otras, pretendiendo
sacarse mutuamente ventaja y malmetiendo con gusto a los hombres unos contra
otros. (693)
Si solo hay fuerza vital
en la naturaleza de los seres orgánicos sobre la tierra (entendida) como madre.
(179)
(nota del editor): ya en
el $80 de la tercer Crítica había hablado Kant del “seno materno” (mutterhoous)
de la Tierra”(V159) calificación que encontramos aplicada también al éter:
“madre nutricia”(Gebahumutter) de todos los cuerpos (ref) 44, XIV.295) tanto en
D.P como en la Crítica del juicio, deja escapar Kant de cuanto en cuanto
consideraciones innegablemente empapadas de espíritu místico). (179)
Según este principio,
cabe establecer el carácter orgánico de
la materia desde el reino vegetal al reino animal (con lo cual comienza ya los
deseos de las instancias corpóreas como verdaderas fuerzas vitales), así como
su organización en cuanto sistema en orden a las necesidades de las diferentes
especies, cada uno de las cuales está en función de la otra (el ganso para el
zorro, el ciervo par el lobo) según la diversidad de sus razas e incluso de
diversas formas originarias ahora desaparecidas (entre las cuales no debieran
haber estado los hombres; dado que las revoluciones telúricas en el seno de la
tierra y en las montañas de este modo surgidas no presenta –según Camper- hasta de ellos); y así hasta que incluso
nuestra tierra, matriz de todas las cosas, alcance su fin como cuerpo orgánico
nacido del caos en el mecanismo de la naturaleza. Para señalar el inicio o la terminación
de esto es algo que rebasa enteramente los límites de la razón humana.(216).
El tema de Dios es el
comienzo de todo aquello que se oponga al derecho, pues esta infracción opuesta
a la razón ética: práctica. (596)
En todo problema parece estar,
aún, en si esta idea producto de nuestra propia razón (ins rationis), no quedándonos
otras cosas sino la relación moral con este objeto meramente problemático, que
deja subsistir solo la fórmula de conocimiento de todos los deberes humanos
como (tanquam) mandatos divinos cuando el imperativo categórico del deber hace
sonar en férrea voz por entre todas las seducciones y cantos de sirena de los
estímulos de los sentidos o también entre las intimidaciones que amenazan a
estos.
Hay dos modos en que los
hombres postulan la existencia de Dios. Ellos dicen a veces; hay un Juez divino
vengador pues la maldad y el crimen exigen la destrucción de esta horrible
raza. Otras veces piensa la razón en el mérito de que el hombre es capaz: el de
poder ponerse a sí mismo en una clase superior, el saber de los seres autoreguladores
(mediante la ético-práctica), capaces de elevarse sobre todos los seres limitados
a los sentidos, junto con una vocación (Beruff) a ello. En cuanto tal no es (Dios)
una cosa simplemente hipotética, sino una determinación a entrar en una clase de
seres que son autores de su propia condición, es decir, que están obligados) y,
sin embargo, se dan obligaciones a si mismos. (606).
El concepto de Dios es
la idea de un ser moral que como tal, juzga y manda, universalmente. No es esto
una cosa hipotética, sino la misma razón, pura práctica, en la personalidad,
junto con las fuerzas motrices en vista de los seres del universo y sus
fuerzas. (607)
(hasta 609)