Muy sensible para quienes aman mucho a su abuela.
Un lector venezolano me habló de este cuentito, en realidad es un cuentazo,
de Andersen, La Cerillera, que lloró con ella, sentida emoción la mía, la
fotografié y acá está.
Como dice el comentario en la página final, es triste y melancólico, pero
esperanzador, se encuentra al final la paz y felicidad, luego de un gran trecho
horrible y espantoso.
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